18 nov 2013

El papa no suda ni se acongoja


Pese a la alarma por su seguridad, el papa Francisco rechazó la escolta presidencial italiana -los "corrazzieri"- para su reciente visita protocolar al presidente italiano, Giorgio Napolitano.

El sencillo Ford Focus de Francisco y el pequeño convoy del Vaticano llegaron discretamente al Palacio del Quirinal sin las sirenas que suelen acompañar a políticos y dignatarios extranjeros cuando transitan por el centro de Roma.  Una vez en el interior de lo que fue en el pasado residencia papal, Francisco caminó lentamente frente a la guardia de honor y después saludó a los sus hijos, en una nueva evidencia de la sencillez e informalidad del papa argentino. 
Y es que Francisco esta desapegada a la pompa -lo cual incluye a un ostentoso aparato de seguridad- eso nos muy bueno ya que genera gran precupación en la gendarmería vaticana que lo sigue a todos lados, pero la alarma comenzó a sonar con fuerza  cuando el fiscal antimafia Nicola Gratteri planteó que la limpieza de las finanzas del Vaticano llevado adelante por el Papa despertó la ira de la mafia italiana, aunque no suministró evidencias de que existiera dicha amenaza ni de que el crimen organizado planeara un golpe.
La seguridad del Papa se encuentra en manos del comandante de la Gendarmería, Domenico Giani, que no teme a las amenazas externas lógicas contra una figura como la del jefe máximo de la Iglesia Católica. 
De hecho, Giani montó un dispositivo de protección especial para que el papa argentino, a quien le gusta estar cerca de la gente, pueda hacerlo a través de un escudo bastante "invisible", que es a la vez eficiente y discreto.
El Papa visitó a Napolitano y rechazó la custodia presidencial
La semana pasada, Francisco denunció a los padres que alimentan a sus hijos con el “pan impuro” ganado por medio de soborno y corrupción por considerar que el trabajo deshonesto priva de dignidad a padres e hijos.
“Los que se han nutrido por medio del poder y la riqueza directamente derivada de la Iglesia están nerviosos”, dijo Gratteri.
La seguridad papal
El papa viaja siempre viaja acompañado de un séquito de cinco guardaespaldas;  que consisten en dos guardias suizos vestidos de civil, un capitán y un cabo y tres policías de la Gendarmería vaticana. Encabeza la seguridad Domenico Giani director de los servicios de seguridad e inspector general de la Gendarmería vaticana.

También lo acompaña en sus viajes como seguridad personal el inspector suizo el Coronel Daniel Anrig quien es el comandante de la Guardia Suiza del Vaticano.
El resto de protección papal se la suministra las autoridades locales.
La guardia papal prácticamente no se le debe despegar ni un momento. Lo deben acompañar a todos lados, si es posible dormir cerca de él, y son los que van a la cabeza del Papamóvil en los viajes al extranjero. . Todos ellos-aunque son especialistas en el manejo de armas,  no usan armas ni chaleco antibalas: protegen al pontífice con su cuerpo.
Debemos decir que Francisco en 8 meses de papado no ha tenido un sólo atentado –¡Deo gratias! pero de hecho se arriesga demasiado, es un hombre muy confiado, cree en la gente, y eso está bien. Habla muy de él, lo describe tal y como es.

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Nicola Gratteri, reconocido juez antimafia italiana,
Tiene 55 años, y trabaja en los tribunales desde los 20. 
Ahora es fiscal en Reggio Calabria, 
—¿A cuál poder mafioso se refiere usted cuando habla del riesgo de muerte para el papa? 
—Me refiero a la ’Ndrangheta, la nueva mafia financiera, la que lava el dinero, negocio en el cual está preparadísima. Es la que tiene el poder ahora y tiene un gran interés en cortar el nuevo curso abierto por este papa.
El procurador puntualiza que no está dando una alarma porque tiene noticia de que se está preparando algo, sin embargo, considera, por lo que sabe, que “ciertamente el papa está molestando mucho a la mafia del dinero, que es la más peligrosa que conocemos, y está molestando intereses fuertes no con palabras sino precisamente por la operación de limpieza que está llevando a cabo en las finanzas vaticanas”.
Juan Pablo II en el 1993 viajó en el Valle de los Templos de Agrigento, en Sicilia, condenó el crimen que mata y crea dolor y lutos e invitó los mafiosos a arrepentirse. Hablaba a los mafiosos viejo estilo, a los antiguos jefes con antiguos códigos. 
Empero, Francisco,  hizo algo mucho más peligroso: puso mano al IOR, el Banco Vaticano fundado en 1942 para recoger fondos para obras de caridad, que ha estado en el centro de investigaciones para supuesto lavado de dinero sucio”.
Gtratteri publicó en un trabajo hecho con el periodista Antonio Nicaso, un libro titulado Agua bendita. 
Ahí expone los datos de una investigación sobre las conexiones entre la Iglesia y las mafias, la calabresa en particular. “Las mafias siempre vivieron de relaciones y la Iglesia no fue inmune de infiltraciones mafiosas, sobre todo en las parroquias –explica– la ’Ndrangheta se sirve de la Iglesia para tener consenso”.


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