Palabras
del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto,
durante la Primera Sesión Plenaria de la II Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)
28 de enerop de 2014
Señor
Presidente Raúl Castro:
Muchísimas
gracias, nuevamente, por su hospitalidad y por las atenciones que nos ha
dispensado, no sólo a un servidor, sino a toda la delegación que me acompaña en
nuestra participación en esta Cumbre de la CELAC.
Quiero
saludar a todos los Jefes de Estado de los países de América Latina y del
Caribe.
A
quienes dirigen distintos organismos internacionales y que nos acompañan en
este encuentro.
Señoras
y señores:
Se
ha dicho aquí ya con toda amplitud y en repetidas ocasiones lo mucho que nos
identifica a los países que integramos la CELAC: nuestra historia, la
geografía, cultura y desafíos comunes de 33 países de América Latina y el
Caribe.
No
obstante que América Latina y el Caribe es una región dinámica, con crecimiento
promedio de 3.7 por ciento anual y que contrasta, sin duda, con crecimientos
menores que otras regiones del mundo están teniendo, también es cierto que
enfrentamos retos de manera muy particular en materia de hambre, de pobreza y
de desigualdad.
Para
reducir nuestras inequidades económicas y sociales debemos promover una agenda
de crecimiento incluyente.
En
México, quiero compartirles, en lo que ha sido el primer año de la
Administración que tengo el alto honor de encabezar, hemos venido apoyando y
respaldando una agenda transformadora que depare a México un mayor crecimiento
económico en los próximos años y, en consecuencia, un mayor desarrollo social
que permita abatir los niveles de pobreza y de desigualdad.
Sumada
a esta acción, quiero compartirles que en México emprendimos lo que denominamos
la Cruzada Nacional Contra el Hambre, destinada fundamentalmente a atender a
una población objetivo de siete millones de mexicanos que lamentablemente viven
en condiciones de pobreza extrema y que padecen hambre.
A
un año de haber emprendido esta acción, hoy puedo afirmar que tres millones de
mexicanos, de esos siete que son la población objetivo, sin duda, tienen acceso
a una mejor alimentación, a través de distintas acciones que se han dado de
manera transversal.
Pero,
al mismo tiempo, tenemos muy claro en México, que tenemos que hacer, como lo
hemos venido alcanzando en los últimos meses, cambios estructurales, que nos
permitan modificar y acelerar nuestra dinámica económica, advirtiendo que
realmente es la condición fundamental para abatir pobreza y desigualdad, y lograr
un desarrollo más incluyente para toda la sociedad mexicana.
Vale
la pena compartirles que en este tiempo, se han logrado reformas en materia
educativa, en materia financiera para ampliar los niveles de crédito entre la
población; en materia de competencia económica para alentar la competencia y
asegurar que la población tenga acceso a productos y servicios que compitan en
calidad y en precio.
Hemos
hecho una Reforma en Telecomunicaciones, también para alentar una mayor
competencia en este sector y, sin duda, una reforma trascendental ha sido la
Reforma Energética, que mantiene para el Estado mexicano la propiedad de sus
hidrocarburos, pero al mismo tiempo establece nuevas modalidades para ampliar
la capacidad de explotación, asegurar una mayor soberanía energéticas y,
también, lograr que el precio de los insumos energéticos sean más baratos, con
lo cual lograremos mayor competitividad.
En
pocas palabras, lo que quiero traer a esta mesa de diálogo y de acercamiento
entre los países que integramos esta región latinoamericana y del Caribe, es
que está en la variable de la productividad a la que debemos prestarle una
mayor atención, priorizar los esfuerzos que hagamos, precisamente, para elevar
la productividad y hacer de la nuestra, de la región Latinoamericana y del
Caribe, una más competitiva.
Quiero,
extenderme solamente, en hacer un comentario, retomando algunas expresiones que
plenamente comparto, se hicieran en el encuentro privado que sostuvimos hoy,
por la mañana.
Nos
ha tomado décadas llegar a este espacio de encuentro, de 33 países de la región
latinoamericana y del Caribe, y debemos ahora procurar que este espacio de
diálogo político, de respeto a naturales diferencias que pueda haber a partir
de ópticas distintas, de regímenes políticos diferentes, de gran pluralidad
política que hay en torno a quienes nos sentamos a esta mesa, pero que en ese
clima, diverso y plural, estemos en aptitud de ser proactivos y de construir
para asegurar mayor desarrollo a toda esta región a la que orgullosamente
pertenecemos.
Creo
que es deseable y lo quiero poner al centro de esta mesa, que este diálogo,
este acercamiento que, insisto, nos tomó décadas el que pudiéramos tenerlo y
ahora es apenas ésta la Segunda Cumbre de esta comunidad latinoamericana y
caribeña, pudiéramos escalar y pudiéramos ser muy ambiciosos en los objetivos
que tengamos hacia adelante.
Busquemos
una mayor integración comercial.
Vale
la pena solamente destacar que el mercado que hacemos los países que integramos
esta región es mayor, 20 por ciento más que el que hace la Unión Europea, solo
para dar una cifra de contraste y comparación del potencial que tiene esta
región.
Dicen
que soñar no cuesta nada y el que hoy estemos sentados en esta mesa,
seguramente fue el sueño de muchos que hoy hemos alcanzado y estamos aquí
dialogando en un clima, insisto, de gran respeto.
Ojalá
estemos en la aptitud y en la oportunidad de tener un diseño institucional de
mayor alcance para que el diálogo que estamos logrando nos permita fortalecer
los lazos de unidad, de identidad y de mayor integración comercial, económica
para el desarrollo de nuestros pueblos.
La
experiencia que hoy abrevamos de otras partes del mundo es claro que la ruta
que han seguido países quizá de mayor desarrollo es la de integración a través
de bloques.
La
nuestra es una que nos da o que tiene, de origen, una gran identidad.
Por
ello, hago votos porque realmente este espacio que estamos alimentando y
prodigando a través de un diálogo constructivo, pueda tener para esta región
latinoamericana y del Caribe un futuro que le depare desarrollo, que le depare
mayor prosperidad y mayores oportunidades para todos los habitantes de esta
región.
Ésta
me parece, o éste me parece que es el deseo de varios que han tenido voz
durante este encuentro.
Y
que en esta coincidencia vale la pena tengamos, a partir de ahora, un diseño
que nos permita, realmente, llevar a cabo o plantear varias acciones que, insisto,
pueden parecer lejanas y pueden parecer, para algunos, hasta utopía, pero yo
estoy convencido que un sueño y una utopía es el punto de arranque para la
concreción de grandes logros y de grandes objetivos.
No
puedo concluir mi intervención sin desearle a, quien ya participara hace un
momento, a Brasil, país hermano, éxito en la realización de la Copa Mundial de
Futbol 2014.
Un
punto de encuentro de toda la región latinoamericana y del Caribe y del mundo
entero. Y que, sin duda, dará una gran proyección, no sólo al país sede, sino,
también, a toda la región latinoamericana.
Muchas
gracias, señor Presidente Castro, por su hospitalidad, y sobre todo por ser
actor que ha logrado esta convocatoria espléndida, y que está permitiendo un
mayor diálogo y un mayor acercamiento entre quienes somos hermanos
latinoamericanos y del Caribe.
Muchas
gracias.
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