Se
reúne el Presidente Enrique Peña Nieto con gobernadores priistas
Comunicado de Los Pinos....2 de julio
Durante
la reunión, en la que el Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila
Villegas fungió como anfitrión, se revisaron los avances de las reformas
promovidas por el Ejecutivo Federal, así como el desarrollo de proyectos de
gobierno.
El
Presidente de la República estuvo acompañado por el Secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong; el Secretaria de Hacienda y Crédito Público, Luis
Videgaray Caso, y por el Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República,
Aurelio Nuño Mayer.
A
la reunión, también asistió el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de
Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz.
*
Semáforos rojos
en Los Pinos
Estrictamente
Personal/RAYMUNDO RIVA PALACIO
El
Financiero, 4 de julio
Totalmente
desapercibido pasó un cónclave fundamental para el proceso electoral de 2015 el
martes pasado en Toluca, en la casa de gobierno del Estado de México. El
encuentro, convocado de emergencia, juntó a los gobernadores priistas en una
reunión de trabajo con los secretarios de Gobernación y de Hacienda, el jefe de
la Oficina de la Presidencia y el líder nacional del PRI. Hacia las siete de la noche llegó el presidente Enrique Peña Nieto,
procedente de Jalisco, pero encontró una audiencia seria y llena de papeles en
la mesa, secuela de horas de discusiones con los secretarios.
La
reunión fue promovida por el gobernador de Aguascalientes, Carlos Lozano, que
como presidente de la Confederación Nacional de Gobernadores le dijo al
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que sería conveniente que
los mandatarios priistas tuvieran una reunión con el presidente Peña Nieto,
porque había mucha molestia con las políticas del gobierno. Osorio Chong lo
consultó con el presidente, quien dispuso que fuera en la capital de su estado.
Los
gobernadores priistas llevan meses de inconformidad con las políticas dictadas
por la Presidencia y
ejecutadas por el secretario de Gobernación. La molestia se socializó tras el
reciente relevo de delegados federales. En este mismo espacio se publicó el 12
de mayo pasado que Osorio Chong reclamó a varios grupos de delegados que la
razón de la caída de la aprobación presidencial era culpa de ellos porque su
mensaje no era transmitido en el país. Les exigió que dejaran de hablar lo que
hacen los gobernadores y se dedicaran únicamente a hablar de lo que hace el
presidente. En esa ocasión, los desafió: “Si
quieren acusarme con sus gobernadores, vayan a decírselo”.
Esa
molestia ha crecido por dos factores adicionales donde sienten que los castigan
a ellos y benefician a los gobernadores de la oposición. Uno es la economía.
Funcionarios cercanos a gobernadores han venido reflejando la contrariedad de
los priistas por la forma como la Secretaría de Hacienda les ha apretado el
gasto mientras que a sus colegas de oposición los tratan, piensan, con condescendencia
presupuestal. Inclusive, uno de ellos refiere una plática con el gobernador de Baja California, Francisco, Kiko Vega,
cuando a una pregunta de cómo le iba con el presupuesto respondió que muy bien.
“Claro –le dijo su interlocutor priista–, es que eres del PAN”.
Los
gobernadores ven también que por razones políticas hay preferencia sobre dos
gobernantes. Uno es Rafael Moreno Valle,
de Puebla, a quien consideran muy hábil por haber negociado con el gobierno
asumiéndose como el gobernador panista más eficiente en términos electorales.
El otro al que refieren constantemente es Miguel
Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, del que sugieren que
ha sido objeto de una eficiente estrategia para eliminar en la capital federal
la voz crítica que mantuvo la izquierda desde 1997. El sentir de los
mandatarios priistas, de acuerdo con funcionarios cercanos a ellos, es que se
han dado demasiadas concesiones a la oposición, y el trato con los priistas ha
sido “con el pie permanentemente en el cuello”.
La reacción de
Osorio Chong a la propuesta de Lozano fue inmediata. En el
cónclave, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, les dio el calendario
estimado para la aprobación de las reformas, pero según la reconstrucción del
encuentro, no hubo respuestas directas a las quejas de los gobernadores. La
mayoría de ellos optó por el silencio para evitar represalias. A un año de las elecciones que ayudarán a
definir el rumbo para 2018, el clima no está bien dentro del PRI. Va a
estar en juego el Congreso, seis gubernaturas y habrá elecciones locales en
nueve entidades, incluidos el Estado de México y el Distrito Federal, nidos de
votos para la oposición. En total, más de dos mil 100 puestos de elección
popular.
Varios
mandatarios están convencidos que tendrán que trabajar mucho para entregar
buenos resultados y compensar el mal comportamiento de la economía y las
crecientes presiones sociales. Pero no se sienten compensados por el gobierno.
Pocos incentivos y muchas amenazas implícitas, es lo que resienten. No lo han
dicho abiertamente, pero como se ha probado en el pasado, sin los gobernadores,
el resultado electoral en 2015 será negativo.
El martes no lo
hicieron explícito, pese a que Peña Nieto encontró un auditorio de 19
gobernadores priistas
–además del verde de Chiapas y el híbrido de Michoacán– que no había sonreído
mucho. Al llegar “con ganas de pasar un buen rato”, dijeron fuentes que
reconstruyeron el cónclave, los gobernadores se sumaron mejor al festejo de los
dos años exactos de su elección presidencial. El silencio fue una señal de que
no están a gusto con el trato de los secretarios, que no hay condiciones
políticas, sociales y económicas favorables para ganar votos, y que el
presidente tiene que hacer algo, en conjunto con ellos durante los próximos
meses, para que 2015 no sea la reprobación de su mandato.
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