Las 10 mentiras y realidades de la ‘verdad
histórica’ de la PGR
- El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a lo largo de 14 meses han coadyuvado en la investigación sobre el ataque y la desaparición de los 43 normalistas
PARIS
ALEJANDRO SALAZAR | NACIÓN |
La Silla Rota, 2015-12-09 22
CIUDAD
DE MÉXICO (La Silla Rota).- La llamada “verdad histórica” de la Procuraduría
General de la República (PGR) ha sido puesta en duda por diversas
investigaciones, cada afirmación de la autoridad recibió un fuerte cuestionamiento.
El
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Grupo Interdisciplinario de
Expertos Independientes (GIEI) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a
lo largo de 14 meses han coadyuvado en la investigación sobre el ataque y la
desaparición de los 43 normalistas la noche del 26 y la madrugada del 27 de
septiembre en Iguala, Guerrero, coincidiendo con la PGR en algunos aspectos de
la “verdad histórica”, pero también llegaron a peritajes y conclusiones
opuestas a las de las autoridades.
La
Silla Rota encontró que en la investigación existen realidades apoyadas por
documentos y evidencias, y mentiras únicamente sostenidas por dichos de los
inculpados.
Traslado
al basurero de Cocula
En
la conferencia de prensa del 27 de enero de 2015, el entonces procurador Jesús
Murillo Karam dijo que “una vez en ‘Loma del Coyote’ le fueron entregados, por
parte de policías municipales de Iguala y Cocula, un grupo numeroso de
estudiantes que bajaron de las patrullas y subieron a dos camionetas, mismas que
fueron conducidas hasta el basurero, donde se les interrogó, ejecutó e
incineró”.
Otro
grupo de indiciados señalaron otros dos lugares a los que presuntamente
llevaron a los normalistas de Ayotzinapa: “colonia Pueblo Viejo” y “Cerro la
Parota”. Estos dos lugares, de acuerdo a la CNDH “hasta ahora no investigados
suficientemente”.
Hay
más de un lugar al que pudieron ser llevados los estudiantes y no sólo uno como
ha investigado la PGR.
Única
línea de investigación
La
PGR llevó la indagatoria bajo la premisa del asesinato e incineración de los 43
normalistas de Ayotzinapa en el municipio de Cocula. Jesús Murillo Karam dijo
el 7 de noviembre de 2014 que “los testimonios que hemos recabado, aunados al
resto de las investigaciones realizadas, apuntan muy lamentablemente al
homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula”.
La
Comisión Nacional de los Derechos Humanos pidió abrir más líneas de
investigación para dar con el paradero de los normalistas: a) la que afirma que
algunos estudiantes se encuentran en municipios de la Sierra del Estado de
Guerrero, b) la que afirma que en Apango “ya apareció uno con vida” y c) otra
que afirma que “están autosecuestrados”.
La
PGR sólo indagó y profundizó en la línea de investigación de la incineración en
el basurero de Cocula, ha hecho a un lado al menos otras tres.
Ruta
de la desaparición
Las
autoridades “…los detenidos señalan que tomaron la carretera con dirección a
Cocula, para posteriormente dirigirse al basurero de ese municipio. Declaran
también que los subieron a un vehículo con capacidad de carga de 3.5 toneladas
y a otra camioneta de carga menor. En esos vehículos los condujeron al basurero
señalado, que es un barranco oculto a la vista, y que para entrar a él se tiene
que abrir una reja que limita el acceso al predio”, agregó el entonces
procurador.
Las
declaraciones de los detenidos no coinciden entre sí, algunos dicen que
llevaron a los normalistas al basurero de Cocula, pero otros refieren que los
condujeron “Pueblo Viejo” y “Cerro la Parota”.
La
CNDH apuntó que “en el expediente existen referencias de un individuo
perfectamente identificado quien podría aportar información relativa a la
vinculación o no de los hechos de la desaparición de los estudiantes con los
hechos perpetrados en colonia Pueblo Viejo y Cerro la Parota”.
Mientras
que el GIEI coincide con la CNDH y agregó un quinto lugar a dónde pudieron ser
llevados los estudiantes: una casa de seguridad ubicada en Las Lomas.
La
PGR mantiene la versión de que fueron llevados al basurero de Cocula, cuando
dentro de la investigación existen al menos otros tres sitios.
Quinto
y sexto autobús
La
PGR sólo tenía consignados cuatro autobuses en los que viajaron los normalistas
la noche en que fueron atacados y en que 43 de ellos fueron desaparecidos,
llegaron en dos a Iguala y tomaron otros dos en la central camionera.
El
GIEI reveló que un quinto autobús fue utilizado por los normalistas y que la
PGR no lo consignó en la averiguación. Los expertos internacionales pidieron a
la dependencia federal que se le presentara la unidad faltante, y de acuerdo a
un peritaje, las autoridades presentaron un autobús diferente al que captaron
las cámaras de seguridad. Se solicitó a la PGR abrir una línea de investigación
sobre el trasiego de droga en autobuses, el cual podría ser un móvil de ataque
a los estudiantes la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en Iguala
Guerrero.
Por
su parte la CNDH, en su investigación reveló que seis autobuses fueron
utilizados por los jóvenes.
La
PGR escondió el cuarto autobús a pesar de que en la investigación que le
remitió la Fiscalía de Guerrero aparecía en las declaraciones de los testigos.
El GIEI reveló la existencia del quinto autobús y la PGR tuvo que reconocer su
error, pero le sumaría otro yerro, le presentó otra unidad.
Participación
del ejército
La
PGR negó durante meses la presencia del Ejército Mexicano en las calles de
Iguala, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, pero
documentos oficiales revelan que el Batallón 27 de Infantería presenció los
ataques a los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 de ellos.
Murillo
Karam defendió ante cualquier cuestionamiento que no existían elementos en la
investigación para presumir la participación o la omisión de elementos del
Batallón 27 de Infantería en la desaparición de los 43 normalistas. Aseguró que
esa noche los soldados no salieron del cuartel.
“El
Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con órdenes, y que
bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a una reportera-: ¿qué
hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento?, ¿a quién hubiera
apoyado? Obviamente a la autoridad constituida, hubiera sido un problema mucho
mayor, que bueno que no salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño
destacamento que estaba fundamentalmente donde está la caseta (de la
autopista)”, afirmó el 7 de noviembre de 2014.
Sin
embargo, existen testimonios y documentos oficiales que señalan que el Ejército
impuso marcaje personal a los normalistas de Ayotzinapa, lo hizo a través del
C-4 y con un agente de inteligencia militar vestido de civil y en una motoneta.
Además estuvo en al menos cuatro escenarios donde estuvieron los normalistas:
Palacio de Justicia, Clínica Cristina, Calle Juan N. Álvarez y Cruce Santa
Teresa.
Incluso
un coronel de infantería del Batallón 27 ordenó organizar con el personal de
turno de descanso “una fuerza de reacción” para salir en caso de que el
teniente de infantería requiriera apoyo. Y salió el convoy de militares en los
primeros minutos del 27 de septiembre de 2014, con rumbo al Palacio de
Justicia.
“23:50h.
El C.TT.INF. **** (borrado) con ** (borrado) perts. Esta unidad, con la
finalidad de efectuar patrullamientos a inmediaciones de esta ciudad,
reincorporándose 03.10h, sin novedad”.
La
PGR escondió durante meses que miembros del Batallón 27 estuvieron en las
calles de Iguala la noche de la desaparición, meses después tuvo que aceptar
que sí estuvieron y les tomó declaración a algunos integrantes del agrupamiento
militar.
Incineración
de los estudiantes
Murillo
Karam expuso que “los detenidos señalan que en ese lugar privaron de la vida a
los (normalistas) sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja
del basurero, donde quemaron los cuerpos. Hicieron guardias y relevos para
asegurar que el fuego durase horas, arrojándoles diésel, gasolina, llantas, leña,
plástico, entre otros elementos que se encontraron en el paraje”
El
entonces procurador presentó un video durante una entrevista psicológica de
Agustín García “El Chereje”, presunto sicario de Guerreros Unidos:
“Un
círculo de piedra, ahí se los dejamos y entonces chequé, y este del Paja los
comenzaron a acomodar así, así como si fuera leña, y ya entonces trajo el este
del...
-¿Ya
muertos?
-Ya
muertos, trajo el este de Terco el diésel, no sé si sea diésel o gasolina, y ya
se las comenzó a echar alrededor y nosotros le pusimos la leña antes y ya se
los echó y prendió, y entonces a mí me dijeron ponte a arrejuntar botellas o
plástico para que no se apague el fuego y me, me, ahí mismo en el basurero
anduve buscando botellas y llantas y ya yo las dejé, y le hace, entonces súbete
allá arriba a cuidar y me mandaron a cuidar...”.
Por
su parte el GIEI señaló de acuerdo a un peritaje, no existe ninguna evidencia
que apoye la hipótesis generada en base a testimonios, de que 43 cuerpos fueron
cremados en el basurero municipal de Cocula el 27 de septiembre de 2014. Toda
la evidencia recolectada muestra que en el basurero municipal de Cocula sólo se
han dado fuegos de pequeñas dimensiones cuya temporalidad no puede ser
debidamente definida.
Un
estudio mostró que para quemar 43 cuerpos se requieren 30 mil 100 kilos de
madera, 13 mil 330 kilos de neumático y esto lleva 60 horas. Por lo que se
concluyó que “los 43 estudiantes no fueron incinerados en el basurero municipal
de Cocula”.
Un
peritaje demostró que es científicamente imposible quemar a 43 personas en las
condiciones que refirieron los inculpados como sostiene la PGR.
Sí
llovió en Cocula
De
acuerdo con la PGR, la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 se
registraron lluvias en la zona donde los 43 estudiantes normalistas de
Ayotzinapa habrían sido levantados y posteriormente quemados.
Un
reporte meteorológico en poder del GIEI estableció la noche del 26 de y la
madrugada del 27 septiembre hubo una lluvia de 21.8mm en Iguala, aunque no hay
datos sobre Cocula específicamente, se cree que es similar.
Ambos
coinciden en que la madrugada del 27 de septiembre llovió en Cocula, sin
embargo, no hay un acuerdo sobre la intensidad de la precipitación.
Restos
en el basurero de Cocula
La
PGR y el EAAF recogieron restos óseos en el basurero de Cocula, sin embargo, no
son de los normalistas.
El
EAAF expuso que dentro de la cuadricula general de trabajo M8 del basurero de
Cocula, se encontró una prótesis parcial superior y otra prótesis parcial
inferior (ambas realizadas con el mismo material y con coincidencia en la
oclusión o mordida), así como una raíz de diente en alveolo de hueso de
mandíbula que se inserta en la prótesis inferior, confirmando la relación entre
todas las piezas mencionadas.
El
equipo argentino “entrevistó a cada una de las familias de los 43 normalistas
desaparecidos, solicitándoles información física, médica y dental de cada uno
de ellos. Según la información proporcionada por los familiares de los
normalistas, ninguno de los jóvenes desaparecidos utilizaba prótesis dentaria.
Ambos
equipos encontraron restos óseos, sin embargo, el EAAF demostró que no
pertenecen a los normalistas.
Río
San Juan
La
PGR dijo el 7 de noviembre de 2014 en las declaraciones de algunos acusados,
las cenizas y los restos de la combustión habrían sido recogidos, colocados en
bolsas negras de plásticos y tirados al
río San Juan, en las inmediaciones de Cocula, como a 40 minutos del basurero.
Un
grupo de buzos de la Secretaría de Marina habrían encontrado una bolsa negra
con restos de los normalistas de Ayotzinapa, que presuntamente contenía restos
óseos que derivaron en la identificación del normalista Alexander Mora
Venancio, y la coincidencia genética con la mamá de Jhosivani Guerrero de la
Cruz.
El
Equipo Argentino de Antropología Forense expuso que hubo errores en la cadena
de custodia de la bolsa encontrada por buzos de la Marina en el río San Juan.
“El
EAAF fue convocado por la PGR a la vera del Río San Juan cuando dicha bolsa ya
se encontraba abierta y siendo analizada por peritos de la PGR. Un número
importante de fragmentos aparentemente provenientes de esa bolsa, se
encontraban ya expuestos sobre una lona. Entre ellos, se distinguía la muestra
que culminó con la identificación del joven Alexander Mora Venancio por ser una
pieza menos quemada y de mayor tamaño que las demás. El EAAF se incorporó a la
limpieza de fragmentos óseos provenientes de dicha bolsa a partir de ese
momento y no antes.
“El
EAAF ha solicitado en diversas oportunidades a la PGR la cadena de custodia de
esta bolsa de restos que según indica la PGR les fue entregado por buzos de la
Marina, sin que por el momento se nos entregara copia”, explicaron en un
comunicado.
Identificación
de restos
La
PGR y el EAAF enviaron perfiles genéticos a la Universidad de Innsbruck de los
familiares de los 43 normalistas.
“Al
comparar los perfiles genéticos de los familiares de Ayotzinapa enviados por la
PGR al laboratorio de Innsbruck y aquellos enviados por el EAAF al mismo
laboratorio, el EAAF notó diferencias en 20 de los 134 perfiles genéticos que
la PGR tenía en común con el EAAF. Estos 20 perfiles genéticos afectaban a 16
familias de los 43 estudiantes”, señalo el equipo argentino.
La
Coordinación de Servicios Periciales de la PGR reconoció que estas diferencias
entre los perfiles de la PGR y los del EAAF enviados al laboratorio de
Innsbruck eran todos errores del laboratorio de la PGR. No hubo una explicación
clara al respecto.
De
la identificación de Alexander Mora Venancio, el EAAF dijo que firmaron la
cadena de custodia correspondiente a la entrega de la bolsa de evidencia con
restos óseos por parte de los buzos de la Marina a la PGR.
Del
segundo normalistas apuntaron que la coincidencia genética mitocondrial –método
experimental- entre la muestra ósea y la madre del normalista Jhosivani
Guerrero de la Cruz, normalista desaparecido de Ayotzinapa, no es un resultado
identificatorio definitivo, sino una probabilidad.
“La
coincidencia es 73 entre 1 más probable si se trata de Jhosivani Guerrero de la
Cruz que de otro individuo de la población en general”.
Además
de las 9 muestras analizadas en Innsbruck, siete corresponden a ADN
mitocondrial que no es humano.
La
PGR reconoció la identificación de dos normalistas, mientras que el EAAF lo
hizo de manera parcial por las dudas en la cadena de custodia y en los métodos
experimentales de identificación utilizados.
maaz
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