EDITORIAL/ El Páis, 13 de febrero.
Bergoglio
en México
El
Papa llega con una agenda de marcado carácter social
El
papa Francisco saluda al presidente de México, Enrique Peña Nieto, ayer durante
su ceremonia de bienvenida en el Palacio Nacional de Ciudad de México.
La
visita de Francisco a México es, sin duda, la que hasta ahora tiene más marcado
carácter social de su pontificado. Asuntos como inmigración, narcotráfico,
tráfico de armas, equidad o protección del medio ambiente están en la agenda
del viaje al segundo país con más católicos del mundo —el primero es Brasil— y
en el que la Iglesia se ha visto sacudida en los últimos años por el escándalo
de los casos de pederastia relacionados con los Legionarios de Cristo,
organización fundada por el mexicano Marcial Maciel.
Aunque
Bergoglio ya se ha expresado claramente respecto a los abusos sexuales contra
menores en el seno de la Iglesia, se trata de un asunto en el que jamás
sobrarán ni serán reiterativas las condenas, las peticiones de perdón ni las
medidas necesarias para evitar que esas situaciones puedan volver a repetirse
alguna vez.
Particular
expectación han levantado las palabras que Bergoglio pueda dedicar a la
corrupción, uno de los principales males que atenazan a la sociedad mexicana.
No se tratará en este sentido de una referencia cómoda para el Gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto, que, a pesar del compromiso que ha demostrado en
este campo, todavía tiene una larga tarea por hacer.
Resulta
particularmente acertada la visita a Ciudad Juárez, donde se encarnan la mayor
parte de los males que denuncia Francisco en sus mensajes: violencia,
explotación, tráfico de inmigrantes y blindaje del mundo rico respecto a los
más necesitados. Las palabras de Bergoglio serán un buen contrapunto al mensaje
de Donald Trump.
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