Revista colombiana SEMANA, MUNDO
| 2016/03/20 23:27
"Domingo
inolvidable” en el que un presidente de EE. UU. aterrizó en La Habana
Así
se vivió la histórica llegada de Barack Obama a las calles de la capital
Cubana.
Barack
Obama aterrizó en La Habana en un domingo inolvidable Barack Obama llegó a Cuba tras 88 años de que
un presidente de Estados Unidos no pisara la isla. Foto: AFP
BBC
Falta
algo más de una hora para que Barack Obama aterrice en Cuba y Juan Montes hace
fila para ingresar a Coppelia, la heladería más famosa de La Habana.
Lo
más llamativo de él es que lleva una bandera de Estados Unidos en la mano y la
extiende a todo el que lo saluda. Este no fue un domingo normal para Juan ni
para el resto de La Habana.
En
taxis, restaurantes y calles habaneras casi todos hablan de la visita de Barack
Obama, el primer presidente de Estados Unidos en pisar suelo cubano en 88 años.
La
mayoría de las reacciones son de optimismo con algo de incertidumbre ante la
nueva relación entre los dos países después de décadas de distanciamiento,
fricciones y embargo.
"Es
un domingo inolvidable. Debemos llegar a un acuerdo con ellos (EE. UU.) y que
quiten el bloqueo. Eso mejoraría. El pueblo mejoraría", le dice Juan
Montes a BBC Mundo.
Jubilado
y optimista
Cuando
la Revolución Cubana triunfó en 1959, Montes todavía iba a la escuela, pero
recuerda bien cómo fue el ingreso de Fidel Castro y los "barbudos"
guerrilleros a la capital cubana.
Juan
trabajó toda su vida en fábricas de La Habana. Durante casi 50 años fue obrero.
Todo un proletario en la Cuba socialista.
Como
muchos cubanos, en la década de los 70 pudo recibir un refrigerador y un auto
gracias a la cooperación que el bloque socialista de Europa del Este brindaba a
la isla.
Y
cuando cayó el Muro de Berlín y la Unión Soviética se desintegró, conoció las
privaciones y dificultades que en Cuba todavía se recuerdan como el
"periodo especial".
Ahora
contempla los cambios que de a poco se comienzan a sentir en la isla y cree que
hay que girar el rumbo.
Por
eso celebra la llegada de Barack Obama a la capital cubana con unos helados y
la bandera de un país que durante décadas fue considerado el enemigo
"imperialista".
"Debemos
mejorar nuestro sistema de vida", dice sonriente.
Aterrizaje
con wifi
En
el momento en el que el avión Air Force One tocó suelo cubano, Omar seguía la
transmisión desde su teléfono inteligente en una céntrica calle habanera.
Omar
terminó la escuela secundaria el año pasado y ahora estudia para ingresar a la
Universidad de La Habana.
A
diferencia de Juan Montes, él no conoció la época de cooperación soviética y
cuando Alemania se reunificó ni siquiera había nacido.
Y
como muchos jóvenes de la isla, pasa varias tardes de la semana conectado a
internet en los puntos de wifi públicos que se instalaron en más de 30 lugares
de Cuba desde mediados del año pasado.
Hay
algo que este joven sí comparte con Montes.
Omar
celebra que la nueva relación de Cuba con Estados Unidos permita cambios
visibles como la lenta pero significativa apertura de las telecomunicaciones en
la isla.
La
llegada del internet a Cuba fue uno de los temas en los que Obama hizo mayor
énfasis en sus declaraciones públicas.
"La
visita más importante"
En
la misma calle donde Omar mira las fotos de la llegada de Obama se encuentra
Roxana Rodríguez, de 20 años y con estudios en música.
Acaba
de realizar una videollamada a sus familiares de Miami para avisarles que el
viernes 25 irá a visitarlos.
Se
perderá el concierto de los Rolling Stones que será justo ese día, pero para
ella la visita más importante es la que se produjo este fin de semana.
"En
primer lugar está la llegada de Obama", le responde a BBC Mundo ante la
consulta de cuál considera que es la visita más importante en la historia de la
isla.
En
1999 los reyes españoles Juan Carlos y Sofía junto a 21 jefes de gobierno
fueron recibidos por Fidel Castro en la IX Cumbre Iberoamericana.
Pero
los cubanos afirman que ni la monarquía de España ni todos los presidentes que
llegaron aquella vez generaron tanta repercusión como la visita que Obama
realizará hasta el martes.
No
sólo hay afiches con el rostro de Obama en las calles de La Habana, también
banderas estadounidenses flamean como nunca antes en casas y espacios públicos.
Y
no es raro ver a muchachas cubanas con trajes que están inspirados en la
insignia de EE. UU.
Este
lunes el mandatario de Estados Unidos se encontrará con el presidente cubano,
Raúl Castro, en la Plaza de la Revolución, justo frente a dos gigantes murales
con los rostros de Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos, que en
la isla son considerados héroes.
Además,
toda la familia Obama está invitada a una cena en el mismo lugar desde donde
Fidel Castro emitió algunos de sus más enardecidos discursos contra "el
imperialismo yanqui".
La
tormenta
Claro
que no todo es entusiasmo y esperanza en las calles de La Habana.
En
una muy soleada mañana, activistas contrarios al gobierno cubano y miembros del
grupo Damas de blanco fueron reprimidos por efectivos policiales en el barrio
de Miramar y se reportaron alrededor de 50 detenciones.
Como
se repite cada domingo desde el año pasado, mujeres y hombres realizan una
caminata con carteles contrarios al castrismo.
Esta
vez las pancartas llevaban mensajes para el presidente estadounidense.
"Obama,
viajar a Cuba no es divertido. No más violaciones de derechos humanos", se
leía en uno de ellos.
Además
grupos afines al gobierno vistiendo camisetas rojas se instalaron en las mismas
calles por las que las Damas de blanco hacen sus recorridos dominicales.
A
pesar de los pronósticos de tiempo que señalaban lo contrario, una torrencial
lluvia cayó sobre La Habana después de las 17:00 (hora local).
Obama
llegó media hora antes, cuando la tormenta apenas se insinuaba y resolvió el
imprevisto con un paraguas con el que protegió a su esposa Michelle.
Hace
varios días que no sucedía una lluvia caribeña como la del domingo y tomó por
sorpresa a muchos que tuvieron que correr a buscar refugio por el aguacero.
Quizás
era lo único que faltaba para cerrar este domingo inusual, tan inusual que era
totalmente impensable hace apenas un par de años.
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