Hitler

Columna TOLVANERA/ Roberto Zamarripa

Hitler,

Reforma, 23 Ago. 10

Cuando aparecía en los pasillos del Seminario los muchachos susurraban: "ahí viene Hitler". Era el apodo, "Hitler". Puntadas de seminaristas.

Ya después, hecho un cardenal, los políticos pasaban lista ante él. A los candidatos solía recibirlos en su oficina del Seminario, por Chapalita. Cuentan que una vez a un aspirante a gobernador le sacó un expediente del cajón de un enorme escritorio y lo desempolvó cuando el legajo golpeó la mesa. Recorrió con su índice flamígero el contenido señalando oficios de autorización de construcción de moteles y fotos de los mismos junto con las fichas de los regidores que avalaron esas obras. Tenía fichas de ellos y otros políticos; vida y obra o dicho del modo suyo, santo y seña. La Gestapo tapatía.

Es de su gusto palomear y tachar gobernantes, diputados, senadores y hasta regidores. De diente fino, comelón como pocos, de costillas de puerco que desayuna con el chocolate que le hacen las monjas que tiene a su servicio, El Cardenal disfruta también de la birria. Tanto que a su birriero favorito, apodado "El Chololo", lo hizo hace unos años regidor en Tlaquepaque.

Acusó a Marcelo Ebrard de "maicear" a los ministros de la Corte y escupió a los periodistas que le oían: "¿les gustaría que los adoptaran una pareja de maricones?".

Lo dijo en el Obispado de Aguascalientes en una conferencia con motivo del día de la Virgen de la Asunción. Cuando salió, un grupo de personas lanzó consignas contra su boca de fuego. El Obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, que le acompañaba, encaró a los manifestantes, en su mayoría mujeres: "¿y ustedes ya tienen marido?", espetó. Alguien le regresó, "¿y usted ya tiene el suyo?".

Votado el punto en la Corte, El Cardenal calificó en un boletín que el hecho era una "traición a México, a la familia y a la ley natural".

Otra ley, la de Asociaciones Religiosas y Culto Público, dice en su artículo 29 que constituyen infracciones "oponerse a las leyes del país o a sus instituciones en reuniones públicas" y el artículo 31 cita que las infracciones procederán considerando: 1) naturaleza y gravedad de la falta o infracción; 2) la posible alteración de la tranquilidad social y el orden público que suscite la infracción; 3) situación económica y grado de instrucción del infractor; y, 4) la reincidencia, si la hubiere.

La falta, la gravedad de la misma y alteración están más que acreditadas: una provocación que ya está en barandilla. La situación económica del infractor se acredita con el ejemplar de la Revista Quién donde aparecen las fotos de la casa de interés social de El Cardenal con alberca techada, gimnasio particular, pavo reales danzando en el jardín, changos, loros y pajarracos (no le hacen falta guacamayas).

Dice la ley que si hay reincidencia no hay más que actuar en consecuencia. Si algo faltara que llamen a La Chona (Encarnación de Díaz, Jalisco) donde el alcalde priista, Raúl Fermín Gutiérrez, destrozó el mural del pintor Francisco Pérez acatando una orden del obediente Obispo De la Torre, quien impidió que cuando El Cardenal llegara al pueblo, para las fiestas de los 250 años de la localidad, hubiera unos desnudos femeninos pintados en la bóveda del auditorio municipal. El boceto del mural "Evolución del factor femenino" había sido aprobado por el cabildo -no era un capricho sino una decisión del ayuntamiento- y representaba una reinterpretación que hizo el artista de "La creación de Adán" que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina, donde en vez de un Dios masculino dándole vida a Adán, Pérez trazó a una Diosa tocando a Eva. Para el Obispo resultaron "pinturas obscenas" y avalado por El Cardenal, las mandó borrar pasando por encima de la autoridad gubernamental electa. Algo así como si "El Chololo" hiciera una birria del Estado laico.

Edilberto Aldán (La Jornada de Aguascalientes, 15/08/10) acuñó el poema del ilustre hidrocálido Víctor Sandoval -"Lección de historia patria ante un mural revolucionario", escrito en 1964- para reparar sobre los sotanazos de Los Altos:

"Pero los privilegios, las casacas / las altas dignidades eclesiásticas, / con sus capas pluviales, sus hisopos, / surgieron de lo amargo de la noche, / corrompieron el agua al bendecirla, / esparcieron el humo del incienso, / administraron las excomuniones / y nos trajeron una fauna extraña".

La Ley de Asociaciones Religiosas, invocada ya por la Secretaría de Gobernación para abrir una investigación sobre el escándalo, establece desde multas hasta suspensión de derechos de la asociación religiosa a la que pertenezca el violador de la norma.

El violador, El Cardenal, acreditó con creces las faltas. Su procacidad lo define. Querrá la impunidad y que la fauna extraña nos inunde. Ya no estamos para eso.

tolvanera06@yahoo.com.mx