El caso Unefon,
“vendetta” de Lozano/JENARO VILLAMIL
Revista Proceso
# 1908,
26 de mayo de 2013;
Aunque
el caso del pago de 550 millones de pesos a Unefon por parte de la
administración pública ya había sido resuelto en 2008, la Secretaría de la
Función Pública (SFP) determinó en octubre de 2012 que Jorge Álvarez Hoth,
subsecretario de Comunicaciones en el gobierno de Fox, debía devolver dicha cifra.
Ahora, el 13 de mayo, la misma SFP absolvió al exfuncionario al considerar la
acusación “indebidamente fundada y motivada”. Álvarez dice a Proceso: el
verdadero responsable de las anomalías del caso fue Javier Lozano, quien
emprendió contra él una vendetta política por haber apoyado a Santiago Creel en
su precampaña presidencial.
Un
nuevo caso de “justicia” al estilo calderonista, más cercano a la venganza y a
la persecución política, fue enmendado por la Secretaría de la Función Pública
(SFP) del gobierno peñista. La dependencia revocó el pasado 13 de mayo, por
“notoriamente improcedente”, la sanción que la misma secretaría ordenó el 26 de
octubre de 2012, 35 días antes de que terminara el sexenio de Felipe Calderón,
en contra de Jorge Álvarez Hoth, subsecretario de Comunicaciones en el gobierno
de Vicente Fox.
La
resolución original de la SFP dictaminó que el exfuncionario foxista debía
pagar 550 millones de pesos y lo inhabilitó para ocupar cualquier cargo durante
10 años, al considerarlo responsable del “pago indebido” por la misma cantidad
a la empresa telefónica Unefon, en noviembre de 2006.
Álvarez
Hoth, excoordinador de la precampaña presidencial de Santiago Creel en 2012,
decidió solicitar la revocación de la resolución el 16 de noviembre de 2012.
Seis meses después, la SFP revocó la resolución emitida por el entonces
director general de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la SFP,
Alfonso Víctor Sáenz.
Lo
paradójico es que el caso de Unefon, único en la historia de las
telecomunicaciones del país, ya había sido resuelto mucho antes por la propia
Auditoría Superior de la Federación (ASF), en 2008. En su informe sobre la
cuenta pública, la ASF estableció que no hubo irregularidad en el pago de 550
millones de pesos a la empresa de telefonía inalámbrica, entonces propiedad de
Ricardo Salinas Pliego, y que el origen de la disputa con Unefon radicó en el
otorgamiento “indebido y sin facultad para ello” de dos prórrogas autorizadas
en 1998 y 1999 por el presidente de la Cofetel, Javier Lozano Alarcón, y por el
titular de la SCT, Carlos Ruiz Sacristán, quienes permitieron a la empresa diferir el pago de
80% de una contraprestación de 2 mil 620 millones de pesos en el otorgamiento
de 18 títulos de concesión (ver Proceso 1639 y 1642).
Salinas
Pliego, en ese año, había insistido en el pago de los restantes 46 millones de
pesos de un total de 596 millones, según la resolución emitida por el Tribunal
Superior de Justicia Fiscal y Administrativa, así como de otros 3 mil 57
millones de pesos por “actualizaciones”, intereses acumulados y recargos.
En
noviembre de 2009, la propia SFP absolvió al entonces secretario del Trabajo,
Javier Lozano, y también a Jorge Álvarez Hoth, por el pago de los 550 millones
de pesos a Unefon.
Sin
embargo, el 2 de agosto de 2011 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
promovió un “juicio de lesividad” en contra de Álvarez Hoth. La Primera Sala
Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa
desechó en marzo de 2012 esa demanda.
No
contentos con dicha determinación, en octubre de 2012 el consejero jurídico de
la Presidencia de la República, Miguel Alessio, y el entonces precandidato
presidencial del PAN, Javier Lozano, promovieron ante la SFP otro procedimiento
sancionador en contra de Álvarez Hoth argumentando “nuevas irregularidades” en
el caso de Unefon.
Entrevistado
por Proceso, Álvarez Hoth no dudó en considerar su caso como “un claro ejemplo
del abuso de autoridad por parte de todos los integrantes del grupo
calderonista”, y específicamente responsabilizó a Javier Lozano Alarcón, actual
senador en rebeldía en contra del dirigente nacional panista Gustavo Madero, de
esta “persecución y vendetta política”.
“Les
gusté como chivo expiatorio. Lozano violó la ley y usó el poder como lo usa
ahora para perseguir y condenar a todos los que no formen parte del núcleo
claderonista”, advirtió Álvarez Hoth.
“Los
voy a demandar penalmente y evalúo otras acciones legales correspondientes por
daño moral, así como por daños y perjuicios. ¿Creen que me pasé seis años
perseguido por los calderonistas y voy a dejarlos pasar así nomás?”, reviró el
exsubsecretario foxista.
–¿Por
qué revivieron el caso en octubre de 2012, a unos meses de que terminara el
sexenio calderonista?
–La
gota que derramó el vaso fue que ayudé a Santiago Creel en su campaña interna
por la candidatura presidencial. Los calderonistas son excluyentes, mesiánicos.
Creyeron que yo buscaba llegar al Congreso a través de una candidatura, y
Lozano los convenció de detonar de nuevo el caso.
La
“doble cara” de Lozano
Álvarez
Hoth aún recuerda cuando Javier Lozano, en 2001, le pidió que lo ayudara ante
la SFP por presuntas irregularidades en las licitaciones de unas bandas de 12
Mhz otorgadas en el sexenio de Ernesto Zedillo a favor del Grupo MVS.
“Fui
a la Función Pública en 2001. Les expliqué que no hubo ninguna irregularidad.
El trámite duró alrededor de tres años. Y Lozano hacía antesala en mi oficina
para pedirme el favor”, rememoró.
La
actitud de Lozano cambió cuando la ASF investigó y fue en contra de lo que la
SCT había auditado en 2007. La ASF encontró que sí hubo irregularidades, pero
no en el pago de 550 millones de pesos a Unefon, sino en el otorgamiento de las
prórrogas al pago de contraprestaciones que debió hacer la empresa.
“Lozano
pertenece al mismo grupo político y de interés que viene desde el sexenio
zedillista y que se alió con los calderonistas. Ahí estaban el entonces titular
de la SCT, Luis Téllez; el oficial mayor de la dependencia, Fernando Casanueva;
el subsecretario de Comunicaciones, Rafael del Villar, y el responsable
jurídico de la SCT, Gonzalo Martínez Pous”, actual comisionado de la Cofetel.
Álvarez
Hoth reseñó que Lozano Alarcón también se alió con el Grupo Televisa para
iniciar una persecución jurídica en contra de los funcionarios de la SCT en el
sexenio foxista. A principios del calderonismo, Unefon y Ricardo Salinas Pliego
medían la posibilidad de una alianza con Carlos Slim, el accionista de Telmex y
Telcel, a la sazón enfrentado con el grupo de Emilio Azcárraga Jean en
Televisa.
El
origen del litigio con Unefon estuvo en las licitaciones de 1998, las primeras
que entregó la Cofetel para telefonía móvil y fija inalámbricas para explotar
durante 20 años. La Cofetel era presidida en aquel tiempo por Javier Lozano.
En
octubre de 1998 y en marzo de 1999 Javier Lozano y Gonzalo Martínez Pous, en
esa época director general adjunto de la SCT, autorizaron dos prórrogas
irregulares a Unefon, en contra de las mismas bases de licitación que la
Cofetel emitió en junio de 1997 para explotar estas frecuencias (ver Proceso
1626). Las bases establecieron que las compañías ganadoras debían cubrir cuando
menos 20% de la contraprestación, como pago inicial, y posteriormente el 80%
restante.
El
31 de agosto de 1998, Javier Sarro Cortina, representante de Unefon, solicitó a
Lozano la prórroga de 180 días para pagar el 80% restante. El pleno de Cofetel,
sin facultades para ello, aprobó la primera prórroga el 1 de octubre, a cambio
de que Unefon pagara una serie de intereses, como si se tratara de un crédito
fiscal.
Unefon,
entonces propiedad de Moisés Saba, no alcanzó a cubrir esa primera prórroga y
solicitó otra. Aceptó que tenía pendiente de pagar 2 mil 96 millones de pesos,
más 453 millones 681 mil pesos, en un oficio dirigido al titular de la SCT, Carlos Ruiz Sacristán.
Lozano
Alarcón emitió su opinión favorable y le otorgó una segunda prórroga a Unefon
el 29 de marzo de 1999, algo inédito en la historia de las telecomunicaciones,
según la propia Auditoría Superior de la Federación. El acta de notificación
estuvo firmada por Jorge Antonio Miranda, notificador; por Javier Sarro
Cortina, a nombre de la empresa, y por Gonzalo Martínez Pous y Alfonso Varela
González, quienes aparecen como testigos.
La
ASF estableció en su dictamen de 2008:
“Se
comprobó que la empresa Sistemas Profesionales de Comunicación, S.A. de C.V.,
ahora Operadora Unefon, S.A. de C.V., resultó ganadora de 18 títulos de
concesión que amparan 27 bandas de frecuencias, al ofrecer 2 mil 620 millones
905 mil pesos por las concesiones, habiendo pagado, conforme a las bases de
licitación, 602 millones 808 mil pesos, correspondientes al 20% de la contraprestación.
“Para
el pago del 80% restante, Unefon solicitó una prórroga de 180 días; al
respecto, y sin tener facultades para ello, el pleno de la Comisión Federal de
Telecomunicaciones (Cofetel) autorizó indebidamente dicha prórroga, pero
condicionándola al pago de intereses. Las tasas de dichos intereses fueron
sometidas por Cofetel a la consideración de la Secretaría de Hacienda,
dependencia que, sin tener tampoco facultades, señaló que las mismas eran
adecuadas y que no encontraba objeción alguna para su aplicación.”
Durante
el sexenio de Vicente Fox, Unefon emprendió una serie de demandas en tribunales
y ejerció presiones políticas para reclamar el pago de 596 millones de pesos
por la presunta irregularidad en los intereses establecidos en las dos
prórrogas. En septiembre de 2006, el Sistema de Administración Tributaria
ordenó al subsecretario de Comunicaciones, Jorge Álvarez Hoth, que pagara a
Unefon “con sus recursos” el monto litigado. El 30 de noviembre de 2006, último
día del sexenio, la SCT pagó 550 millones de pesos a Unefon y quedaron 46
millones de pesos pendientes.
En
junio de 2007, Unefon, ahora propiedad de Ricardo Salinas Pliego, inició un
juicio contencioso administrativo en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa para reclamar el pago de los 46 millones de pesos restantes, así
como de otros 3 mil 57 millones de pesos por “actualizaciones”, intereses
acumulados y recargos”.
Las
dos caras de la SFP
Con
seis meses de diferencia, la Secretaría de la Función Pública sancionó por 550
millones de pesos a Jorge Álvarez Hoth en octubre de 2012, y en mayo de 2013
revocó esta misma sanción considerando “motivadas y fundadas” los alegatos del
exsubsecretario de Comunicaciones.
La
última estrategia jurídica del gobierno calderonista contra Álvarez Hoth fue
acusar al exfuncionario de violar el artículo 72 del Código Fiscal de la
Federación, en el que se asienta:
“Los
funcionarios y empleados públicos que, en ejercicio de sus funciones, conozcan
de hechos y omisiones que entrañen o puedan entrañar infracción a las
disposiciones fiscales, lo comunicarán a la autoridad fiscal competente, para
no incurrir en responsabilidad, dentro de los 15 días siguientes a la fecha en
que tengan conocimiento de tales hechos u omisiones.”
En
su primera resolución, las autoridades de la SFP consideraron que Álvarez Hoth
omitió informar al SAT del pago de los 550 millones de pesos a Unefon.
En
su resolución del 13 de mayo, en los apartados cuarto y quinto, la SFP concluyó
que fue “indebidamente fundada y motivada” la acusación de la presunta
violación al artículo 72 del Código Fiscal de la Federación y que Álvarez Hoth
sí comunicó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) el pago de los 550
millones de pesos a Unefon, a finales del sexenio foxista.
Álvarez
Hoth concluyó que este caso es “el ejemplo de una persecución y vendetta
política documentada” en el área de telecomunicaciones, durante el gobierno de
Calderón.
–¿Por
qué Lozano estaba interesado en emprender esta persecución?
–Porque
él está implicado. Fue el responsable de otorgar dos prórrogas irregulares,
violando las bases de licitación. Es evidente que eso fue amañado y que la
empresa Unefon logró la devolución del dinero gracias a las decisiones de
Lozano.
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