Cuatro
personas murieron y ocho quedaron heridos a causa del atentado de este jueves 27 de junio contra la catedral ortodoxa de Damasco (Siria), una de las más antiguas del
mundo, y que fue perpetrado por un terrorista suicida.
La catedral es una de las más antiguas del mundo y es la sede de la Iglesia griega ortodoxa de Antioquía y se encuentra en el casco antiguo de Damasco, que tiene unos cuatro mil años de historia.
Según
informó la agencia árabe siria de noticias, el templo se encuentra en uno de
los pocos barrios de mayoría cristiana en la capital del país. El hecho ocurrió
cuando un grupo de personas estaban recibiendo servicios médicos de caridad,
quedando destruida la oficina de la organización caritativa al-Ihsan y causando
graves daños materiales en la zona.
Según
las primeras informaciones, el atacante suicida sería una mujer que se infiltró
entre las personas que hacían una cola para recibir víveres y bienes de primera
necesidad distribuidos por los religiosos.
Sólo
cuatro días antes de este atentado, el sacerdote sirio François Murad fue
muerto en el convento de la Custodia de Tierra Santa, en Gassanieh, en el norte
de Siria, donde se había refugiado.
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