México-Estados Unidos: intercambio de reclamos/J.
JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso No. 1923, 7 de Septiembre de 2013
WASHINGTON.- Por primera vez en poco más de 12 años, la presencia en la capital de Estados Unidos de un procurador general de México, en este caso de Jesús Murillo Karam, refleja más tensión que cordialidad en el vínculo bilateral.
“La relación con México no está pasando por su mejor momento y no creemos que con esta visita del procurador mexicano puedan resolverse las diferencias que tenemos y que persisten”, confía a Proceso un funcionario del Departamento de Justicia.
Según la PGR, Murillo Karam acudirá a Washington –el lunes 9 y el martes 10– como un acto de “cortesía” en reciprocidad a la visita que en abril último le hizo Eric Holder, procurador general estadunidense. No obstante, para el gobierno de Obama el viaje tiene una connotación muy distinta.
“Vamos a exigirle una explicación muy precisa por la liberación del narcotraficante Rafael Caro Quintero y tiene que haber respuestas convincentes a esto. Creo que no será una reunión muy amigable”, adelanta el funcionario del Departamento de Justicia, quien aceptó la entrevista a condición de no revelar su identidad.
“No es por temor a represalias o reacciones –aclara–, lo hago así porque sabemos que el procurador mexicano tampoco viene con una actitud muy amigable”.
La liberación de Caro el pasado 9 de agosto es en estos momentos el tema más candente en la relación bilateral, pues el gobierno de Estados Unidos lo considera un acto irracional.
“Simplemente no lo creemos; es una prueba más de que el sistema judicial mexicano sigue enfermo de corrupción por narcotráfico y está obligado a corregir el error”, puntualiza.
El gobierno de Estados Unidos, y en especial su agencia antidrogas (DEA), acusan a Caro de ordenar en 1985 el secuestro, tortura y asesinato de su agente Enrique Kiki Camarena.
“Por supuesto que el procurador Holder hablará con el procurador mexicano de la urgencia de arrestar (nuevamente) a Caro, y de que nos lo entreguen –por medio de una extradición– lo antes posible. En la agenda de la cooperación bilateral en materia de seguridad por ahora no hay nada más urgente e importante que esto”, detalla el funcionario.
A destiempo
El pasado 10 de agosto el gobierno de Obama entregó a la PGR una petición de “detención provisional” con fines de extradición contra Caro.
El Departamento de Justicia confirma que en estos momentos elabora una nueva solicitud de extradición para Caro. “Estamos trabajando en ello; queremos que los cargos sean irrefutables por parte de la justicia mexicana para que no haya objeciones al respecto y de eso hablarán los dos procuradores”, expone el funcionario.
El gobierno de Obama se concentra en formular acusaciones contra Caro por delitos relacionados con lavado de dinero procedente de la venta de drogas en Estados Unidos.
A Caro se le sentenció originalmente a 40 años de cárcel, pero se le puso en libertad cuando aún faltaban 12 años para cumplir su sentencia.
En entrevista telefónica desde la Ciudad de México, y a condición de no revelar su identidad ni la dependencia federal en que trabaja, un funcionario mexicano reconoce que la visita a Washington de Murillo Karam no se da en el mejor momento de la relación bilateral.
“El procurador –sostiene la misma fuente– no va a Washington a escuchar quejas. El gobierno mexicano tiene asuntos muy importantes que tratar con el procurador Holder que no son muy agradables”.
Y añade: “Está preparado para responder a las quejas en torno a Caro. Si según ellos son tan estrictos en los castigos a los narcotraficantes más violentos, habría que preguntarles por qué entonces solamente sentenciaron a Osiel Cárdenas Guillén a 25 años. Este narcotraficante gozaba asesinando a la gente, según lo describió la misma DEA, y si esto es así, su caso no le hace sombra al de Caro. A éste lo sentenciaron en México a 40 años de cárcel. La sentencia de Osiel no es tan severa”.
Afinando reclamos
El viernes 6 de septiembre, en conferencia de prensa en San Petersburgo, Rusia, al cierre de la reunión del G-20, Obama minimizó el asunto del espionaje realizado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) a Peña Nieto. Es más: ni siquiera se disculpó por ello.
En su visita, Murillo Karam no sólo se enfrentará a la andanada de quejas del gobierno de Obama, sino que abordará el escándalo suscitado por el espionaje al que Washington sometió a Peña Nieto en 2012, cuando era candidato a la Presidencia.
“Queremos una respuesta clara a este asunto del espionaje y el procurador no aceptará respuestas ambiguas. Pedirá por otro lado explicaciones a los incidentes de violencia contra ciudadanos mexicanos en la frontera con México por parte de la Patrulla Fronteriza. Específicamente por la decisión del Departamento de Justicia de no presentar cargos penales contra el agente que el 5 de enero de 2011 asesinó al niño Ramsés Barrón Torres, en la línea fronteriza entre Nogales, Sonora, y Nogales, Arizona”, enfatiza el funcionario mexicano.
Respecto a la decisión del gobierno de Peña Nieto de cerrarle las puertas a las agencias federales de Estados Unidos con presencia en México, supuestamente para cooperar en la lucha contra el narcotráfico –DEA, FBI y CIA, entre otras–, la misma fuente lo plantea de la siguiente manera:
Revista Proceso No. 1923, 7 de Septiembre de 2013
WASHINGTON.- Por primera vez en poco más de 12 años, la presencia en la capital de Estados Unidos de un procurador general de México, en este caso de Jesús Murillo Karam, refleja más tensión que cordialidad en el vínculo bilateral.
“La relación con México no está pasando por su mejor momento y no creemos que con esta visita del procurador mexicano puedan resolverse las diferencias que tenemos y que persisten”, confía a Proceso un funcionario del Departamento de Justicia.
Según la PGR, Murillo Karam acudirá a Washington –el lunes 9 y el martes 10– como un acto de “cortesía” en reciprocidad a la visita que en abril último le hizo Eric Holder, procurador general estadunidense. No obstante, para el gobierno de Obama el viaje tiene una connotación muy distinta.
“Vamos a exigirle una explicación muy precisa por la liberación del narcotraficante Rafael Caro Quintero y tiene que haber respuestas convincentes a esto. Creo que no será una reunión muy amigable”, adelanta el funcionario del Departamento de Justicia, quien aceptó la entrevista a condición de no revelar su identidad.
“No es por temor a represalias o reacciones –aclara–, lo hago así porque sabemos que el procurador mexicano tampoco viene con una actitud muy amigable”.
La liberación de Caro el pasado 9 de agosto es en estos momentos el tema más candente en la relación bilateral, pues el gobierno de Estados Unidos lo considera un acto irracional.
“Simplemente no lo creemos; es una prueba más de que el sistema judicial mexicano sigue enfermo de corrupción por narcotráfico y está obligado a corregir el error”, puntualiza.
El gobierno de Estados Unidos, y en especial su agencia antidrogas (DEA), acusan a Caro de ordenar en 1985 el secuestro, tortura y asesinato de su agente Enrique Kiki Camarena.
“Por supuesto que el procurador Holder hablará con el procurador mexicano de la urgencia de arrestar (nuevamente) a Caro, y de que nos lo entreguen –por medio de una extradición– lo antes posible. En la agenda de la cooperación bilateral en materia de seguridad por ahora no hay nada más urgente e importante que esto”, detalla el funcionario.
A destiempo
El pasado 10 de agosto el gobierno de Obama entregó a la PGR una petición de “detención provisional” con fines de extradición contra Caro.
El Departamento de Justicia confirma que en estos momentos elabora una nueva solicitud de extradición para Caro. “Estamos trabajando en ello; queremos que los cargos sean irrefutables por parte de la justicia mexicana para que no haya objeciones al respecto y de eso hablarán los dos procuradores”, expone el funcionario.
El gobierno de Obama se concentra en formular acusaciones contra Caro por delitos relacionados con lavado de dinero procedente de la venta de drogas en Estados Unidos.
A Caro se le sentenció originalmente a 40 años de cárcel, pero se le puso en libertad cuando aún faltaban 12 años para cumplir su sentencia.
En entrevista telefónica desde la Ciudad de México, y a condición de no revelar su identidad ni la dependencia federal en que trabaja, un funcionario mexicano reconoce que la visita a Washington de Murillo Karam no se da en el mejor momento de la relación bilateral.
“El procurador –sostiene la misma fuente– no va a Washington a escuchar quejas. El gobierno mexicano tiene asuntos muy importantes que tratar con el procurador Holder que no son muy agradables”.
Y añade: “Está preparado para responder a las quejas en torno a Caro. Si según ellos son tan estrictos en los castigos a los narcotraficantes más violentos, habría que preguntarles por qué entonces solamente sentenciaron a Osiel Cárdenas Guillén a 25 años. Este narcotraficante gozaba asesinando a la gente, según lo describió la misma DEA, y si esto es así, su caso no le hace sombra al de Caro. A éste lo sentenciaron en México a 40 años de cárcel. La sentencia de Osiel no es tan severa”.
Afinando reclamos
El viernes 6 de septiembre, en conferencia de prensa en San Petersburgo, Rusia, al cierre de la reunión del G-20, Obama minimizó el asunto del espionaje realizado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) a Peña Nieto. Es más: ni siquiera se disculpó por ello.
En su visita, Murillo Karam no sólo se enfrentará a la andanada de quejas del gobierno de Obama, sino que abordará el escándalo suscitado por el espionaje al que Washington sometió a Peña Nieto en 2012, cuando era candidato a la Presidencia.
“Queremos una respuesta clara a este asunto del espionaje y el procurador no aceptará respuestas ambiguas. Pedirá por otro lado explicaciones a los incidentes de violencia contra ciudadanos mexicanos en la frontera con México por parte de la Patrulla Fronteriza. Específicamente por la decisión del Departamento de Justicia de no presentar cargos penales contra el agente que el 5 de enero de 2011 asesinó al niño Ramsés Barrón Torres, en la línea fronteriza entre Nogales, Sonora, y Nogales, Arizona”, enfatiza el funcionario mexicano.
Respecto a la decisión del gobierno de Peña Nieto de cerrarle las puertas a las agencias federales de Estados Unidos con presencia en México, supuestamente para cooperar en la lucha contra el narcotráfico –DEA, FBI y CIA, entre otras–, la misma fuente lo plantea de la siguiente manera:
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