Ataques no pueden amedrentar a la Iglesia al denunciar “matrimonio” gay
Nota de David Ramos
REDACCIÓN
CENTRAL, 02 Ago. 16 / 06:09 pm (ACI).- Los constantes ataques que recibe la
Iglesia Católica por criticar el mal llamado “matrimonio” gay no pueden
inhibirla o amedrentarla, señaló el vocero de la Arquidiócesis de México y
director del semanario católico Desde la Fe, P. Hugo Valdemar.
“No
nos amedrenta ni nos da miedo ni nos preocupa lo que podrán decir, porque
tenemos muy claro que la Iglesia debe ser profética, debe ser valiente sin
importar los costos que tengamos que pagar”, aseguró.
Enrique
Peña Nieto, Presidente de México, anunció a mediados de mayo de este año que
promoverá una reforma constitucional para que se reconozca el matrimonio gay en
todo el país, así como modificaciones al Código Civil Federal para legalizar la
adopción homosexual.
El
anuncio de Peña Nieto motivó el rechazo ciudadano, con multitudinarias marchas
en diversas partes de México, así como el de los obispos católicos.
La
decisión del Presidente mexicano también habría influido en la derrota
electoral que sufrió su grupo político, el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), en las elecciones a gobernador en 12 estados, el 5 de junio.
Obispos,
sacerdotes y laicos mexicanos también criticaron la propuesta de Peña Nieto,
recibiendo el ataque de activistas y diversos medios de comunicación.
Entre
los atacados figuran el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera,
y el vocero de la arquidiócesis, P. Hugo Valdemar.
Para
el P. Valdemar, estos ataques responden a “una especie de fundamentalismo
laicista muy presente en el país”.
En
declaraciones a ACI Prensa, el también director del semanario Desde la Fe, en
el que se han criticado repetidamente las propuestas de Peña Nieto, advirtió
que hay “mucho enojo, mucha irracionalidad y sobre todo una terrible
intolerancia” entre quienes atacan a la Iglesia por defender a la familia.
“Incluso
piden al gobierno que nos reprima. Han pedido que se cierre el semanario Desde
la Fe, que se multe a los obispos, que se les castigue a los sacerdotes que
hablen de este tema”, indicó.
El
sacerdote mexicano lamentó que “prácticamente todos los medios de comunicación
son partidarios de este tipo de legislación, de apertura a falsos derechos
humanos”.
“Entonces,
claro, cuando la Iglesia se opone a esto o hay críticas a este tipo de
propuestas viene una especie de linchamiento mediático, como hemos sufrido en
la Arquidiócesis de México, el Cardenal Rivera”.
Sin
embargo, precisó, estos ataques mediáticos “no nos espantan, no nos preocupa en
lo más mínimo. Un lunes yo conté 42 columnas en contra, de una manera
verdaderamente visceral, ellos sí groseros, ellos sí faltando el respeto en el
lenguaje”.
Quienes
atacan a la Iglesia, señaló el P. Valdemar, “usan una estrategia muy simplista:
todo aquel que se opone a esta mentalidad a estas propuestas son homófobos,
punto”.
“Sea
la Iglesia, sean los obispos, sean los padres de familia, es una manera muy
mañosa de descalificar a aquellos que se oponen y que argumentan. Ellos no
argumentan, sino que descalifican o incluso insultan”.
“La
Iglesia simplemente defiende su doctrina, sus principios”, subrayó el vocero de
la Arquidiócesis de México, y precisó que obrar así “por supuesto que no la
hace homófoba”.
“Esta
ha sido una especie de chantaje de esas personas: Decir ‘si tú te opones, yo te
voy a poner el sanbenito de homófobo, homófoba’”.
El
P. Valdemar señaló que “eso no nos puede inhibir, no podemos caer en el chantaje
de no hablar con claridad por temor a que nos pongan un mote peyorativo. No por
ello la Iglesia tiene que dejar de cumplir su misión”.
El
Catecismo de la Iglesia Católica, referente de toda la Iglesia, “condena por
supuesto las prácticas homosexuales”, a las que califica de “intrínsecamente
desordenadas”, pero al mismo tiempo “alienta a los pastores a dar un trato
caritativo compasivo, dedicado, a estas personas y la manera de integrarlas a
la Iglesia”.
Traición
y desconcierto
El
sacerdote mexicano recordó luego que Peña Nieto, durante la visita del Papa
Francisco a México, en febrero de este año, “comulgó en la Basílica (de la
Virgen de Guadalupe), siempre se ha dicho católico”.
En
su discurso de bienvenida, el Presidente mexicano le dijo al Santo Padre que
“las causas del Papa son, también, las causas de México”.
Por
este comportamiento, la decisión de Peña Nieto de promover la agenda gay
desconcertó a la Iglesia en México. “Yo he platicado con muchos obispos -yo no
soy vocero de los obispos, evidentemente-, pero platicando con muchos de ellos,
la sensación es no solo de desconcierto sino de haber sido traicionados”.
“No
es que haya habido un trato previo, un acuerdo firmado, pero se sobrentendía
una relación adecuada donde el presidente junto con su partido venían
salvaguardando valores familiares”, dijo.
Temas
como el matrimonio y la adopción gay, continuó el P. Valdemar, “son temas que
dividen a la sociedad, dividen al país, en un momento en que el país ya está
muy dividido, muy lastimado por el narcotráfico, la violencia, la corrupción”.
“Hay
situaciones que ameritan verdadera atención del gobierno y los legisladores
como todos estos azotes que tienen postrado al país”, en vez de abordar “este
tipo de iniciativas que responden a grupos pequeñísimos, a lobbies
internacionales”.
“¿Quién
soy yo para juzgar?”
El
P. Valdemar se refirió también a frases del Papa Francisco que, sacadas de
contexto, son usadas para dibujar una separación entre el Santo Padre y los
obispos que defienden la familia.
“Ellos
han encontrado dos declaraciones, esta que hizo de ‘quién soy yo para juzgar, y
la otra de que había que pedir perdón a las personas homosexuales. Las usan
como bandera de ataque a los obispos que hablan con verdad, con fuerza, sobre
este tipo de situaciones que son inaceptables para la Iglesia, pero por
supuesto son declaraciones del Papa sacadas de contexto, que se usan de manera
tramposa”.
El
director de Desde la Fe cuestionó “por qué no citan lo que el Papa (entonces
Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio) escribió a las
religiosas de clausura cuando se aprobó esta iniciativa en Argentina y él decía
que no nos equivoquemos, que no se trata solamente de un proyecto legislativo,
sino de una movida del padre de la mentira, es decir era una obra del demonio”.
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