El presidente mostró buena sintonía con May: "El Brexit es maravilloso"

El presidente mostró buena sintonía con May: "El Brexit es maravilloso"

La premier británica fue la primera líder extranjera en ser recibida por Trump

La Nación, (AR) SÁBADO 28 DE ENERO DE 2017

May y Trump, ayer, en su encuentro en el salón oval junto al busto de Churchill. Foto: Reuters / Kevin Lamarque

WASHINGTON.- Después de enemistarse durante la semana con las autoridades mexicanas por el polémico muro fronterizo, Donald Trump recibió ayer la primera visita de un jefe de gobierno extranjero desde su llegada a la Casa Blanca, la premier británica Theresa May , con quien subrayó la solidez de los vínculos entre los dos aliados.

"Las relaciones entre Estados Unidos y Gran Bretaña jamás fueron tan fuertes", dijo Trump, que elogió el Brexit, en una conferencia de prensa conjunta luego de la reunión. May asumió la dirección del país el año pasado en reemplazo de David Cameron tras la sorpresiva derrota en el referéndum del Brexit.

Tras la reunión oficial, Trump le hizo ver el busto de Winston Churchill, el estadista que condujo a las islas británicas a través de la tormenta que significó la Segunda Guerra Mundial. "Es un gran honor tenerlo en mi estudio", dijo el magnate republicano. "Es un honor estar en la Casa Blanca", respondió May.

Luego de la lluvia de críticas a Gran Bretaña de parte de sus socios de la Unión Europea (UE) por salirse del bloque, May escuchó una canción muy distinta de Trump, cuyo discurso proteccionista y nacionalista coincide con el aislamiento que votaron los británicos. "Es algo maravilloso. Creo que cuando se lleve a cabo, tendrán su propia identidad y tendrán la gente que quieran en su país", dijo, en referencia al rechazo a los inmigrantes. "Van a poder hacer acuerdos de libre comercio sin tener a nadie vigilando lo que hagan."

La reunión tocó además el delicado tema de Rusia, una amenaza constante para los europeos, en particular los europeos del Este, pero objeto de elogios de Trump, que durante la campaña no ocultó su admiración por el presidente Vladimir Putin y prometió estrechar vínculos con un país con el que Estados Unidos tiene tensiones diplomáticas.

Trump insistió ayer que quiere una buena relación con Moscú y no quiso referirse a si piensa promover el levantamiento de las sanciones económicas por la anexión de Crimea, la intervención en Ucrania y otras amenazas expansionistas rusas, mientras que May sostuvo claramente que las medidas deben mantenerse.

Cualquier decisión de la Casa Blanca de levantar las sanciones a Rusia por su accionar en Ucrania causaría consternación entre los aliados de Washington en Europa, una reacción que de todos modos no parece quitarle el sueño al nuevo presidente republicano.

Las preocupaciones son compartidas dentro del país, donde varios legisladores se oponen con vehemencia a la política de Putin en Ucrania y Siria. Además, las agencias de inteligencia concluyeron que Rusia tuvo injerencia en la campaña presidencial del año pasado, una brecha de seguridad nacional que favoreció la candidatura de Trump sobre la de Hillary Clinton, que se mostraba mucho más crítica de Moscú.

Según aclaró May, Trump le confirmó que apoya "100 por ciento" a la OTAN, la alianza militar que el presidente republicano puso en cuestión por considerarla un gasto excesivo para los bolsillos de los contribuyentes norteamericanos.

La agenda internacional de Trump continuará hoy mismo en sucesivos diálogos telefónicos con Putin; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

Las flores que prodigó el magnate en su reunión de la Casa Blanca tuvieron su contracara en la sede de la ONU, en Nueva York, donde la nueva embajadora adelantó un giro radical de la política norteamericana en la arena internacional, con un plan que pasa por demostrar su fuerza como máxima potencia, actuar contra quienes no respalden sus posturas y recortar todo aquello que no consideren necesario en la organización.

"Hay un nuevo Estados Unidos en la ONU [...] Habrá cambios en la forma en la que trabajamos", dijo Nikki Haley en sus primeras declaraciones públicas. "Es el momento de la fuerza, el momento de la acción, el momento de hacer cosas", agregó la embajadora, que no dudó en lanzar una amenaza explícita a quienes se opongan a las políticas de Estados Unidos.

"Para aquellos que no nos apoyen, vamos a anotar nombres. Nos aseguraremos de responder a eso adecuadamente", advirtió.