Columna Observatorio/ Alejandro Sicairos
Noroeste, 05/09/2018
Acusa tratos ilegales del Rector
En mayo de 2018, Alfonso Carlos Ontiveros Salas demandó a la Universidad Autónoma de Sinaloa, institución de la cual era defensor legal desde junio de 2005. Le exige indemnización por prestaciones incumplidas, aunque no de la manera más cordial porque acusa también que su destitución obedece a que no se prestó a operaciones irregulares del Rector Juan Eulogio Guerra Liera.
Su ascenso a la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la UAS ocurrió en aquella coyuntura cuando quien ocupaba dicho puesto, Enrique Ávila Castro, fue asesinado y su cadáver lanzado desde lo alto del puente Piaxtla. Paradójicamente, fue expulsado del primer círculo de la conducción universitaria cuando todas las lupas se posan sobre la casa de estudios.
Trabajó como abogado general para los Rectorados de Héctor Melesio Cuén Ojeda, Víctor Antonio Corrales Burgueño y el actual. Lo fue, según narra en la demanda 5/33/2018, hasta que en el primer periodo de Guerra Liera estuvo en desacuerdo con los términos en que se negoció la disolución de los fideicomisos para los trabajadores activos y jubilados de la UAS.
Ese primer diferendo ocurrió cuando Guerra Liera aprobó que la Universidad pagara 110 millones de pesos a abogados externos que defenderían a los trabajadores que exigían la devolución de las aportaciones a los fideicomisos, a pesar de que el Sindicato de Trabajadores de la UAS tiene abogados propios que la institución paga al tratarse de trabajadores comisionados.
También denuncia que Guerra Liera le ordenaba celebrar contratos de arrendamiento de locales que se encontraban solos y con letreros que indicaban que estaban en venta, dando como ejemplo uno ubicado en Las Quintas y otro en La Campiña, irregularidad que le notificó al Rector pero este le instruyó no entrometerse “al parecer porque los propietarios de dichos inmuebles son amigos cercanos de la familia de él”.
Otro ejemplo de arrendamiento irregular lo da con el contrato en beneficio de un estudio de fotografía ubicado por la Avenida Álvaro Obregón, que tenía alrededor de tres años en posesión de la UAS y que en noviembre de 2017 Guerra Liera le ordenó que “sin comentario de ningún tipo celebrara el contrato por un año más y conforme a las condiciones que fijara el arrendador, que era su amigo”.
El pasado 15 de marzo, agrega, el Rector lo citó en su oficina para comentarle que haría cambios en su administración “y que solo quería informarme de ello para que estuviera al pendiente”, repitiéndose el llamado cuatro días después con la invitación de Guerra Liera para que lo acompañara el día 20 a un evento oficial, el cual resultó ser su destitución del cargo para designar en su lugar a Lázaro Gambino Espinoza.
Esa es, en resumen, la relatoría de hechos en los que Ontiveros Salas sustenta la demanda contra la UAS, en la transición súbita de defensor a acusador del centro educativo. En el pliego presentado ante la Junta Especial Número Uno de Conciliación y Arbitraje reclama el pago de alrededor de 165 mil pesos, aunque más allá del litigio laboral inmiscuye al Rector en uso indebido de los recursos públicos que ejerce la Universidad.
La pregunta pertinente es por qué en su momento Ontiveros Salas no denunció aquello que hoy expone al declararse inconforme por ser removido de un cargo cuyo salario mensual supera los 50 mil pesos. ¿En caso de continuar en el aparato de gobierno de la UAS seguiría dejando pasar lo que ahora califica de irregularidades? ¿Es acusador y coacusado al mismo tiempo?
Aunque la demanda fue presentada el 7 de mayo, a los Senadores y Diputados del Movimiento Regeneración Nacional les cae como lluvia en el desierto en la estrategia para lograr que a la UAS se le realicen auditorías financieras y académicas. Y ahora del lado de los agraviados, Ontiveros Salas les puede servir de testigo.
Re-verso
Yo acuso al capataz,
Que mi porvenir ha roto,
Al despojarme del coto,
Que tenía en la UAS.
Tiempos de cambios
Con Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, pero también con Jorge Medina Viedas, David Moreno Lizárraga, Jorge Luis Guevara Reynaga, Audómar Ahumada Quintero, Gómer Monárrez González y Víctor Antonio Corrales Burgueño podría integrarse el Consejo de Ex rectores que guíe los cambios estructurales que deberá implementar la UAS para estar a tono con los nuevos tiempos de transparencia, combate a la corrupción y academia por encima de la política.
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