"Acepto todo lo que hubo...debes perdonarme.."
El ofrecer disculpas basta!, habla bien del que lo hace.
Ciro sabe que el Trabajo periodístico conlleva una enorme responsabilidad social.
La pregunta es obligada -y el se reserverá la fuente-
¿Quién será ese dirigente del PRI que te lo dijo jugando, Ciro?
El ofrecer disculpas basta!, habla bien del que lo hace.
Ciro sabe que el Trabajo periodístico conlleva una enorme responsabilidad social.
La pregunta es obligada -y el se reserverá la fuente-
¿Quién será ese dirigente del PRI que te lo dijo jugando, Ciro?
Columna La Historia en breve/Ciro
Gómez Leyva
La virgen María, una disculpa
En Milenio diario, 14 de noviembre de 2013
Recibí
reclamaciones por el texto publicado aquí el lunes, “Querrían acostarse con la
virgen María”. No busqué ofender a nadie. Recuperé una frase expresada por un líder
del PRI, quien, en su rechazo a la eventual segunda vuelta electoral, pedía
imaginar el poder agigantado que tendría un Presidente de la República con 51
por ciento de los votos en la bolsa. Le quedaría chico el mundo, querría
acostarse con la virgen María, me dijo jugando.
Pero
como la ofensa es de quien la recibe, no quiero dejar pasar más tiempo sin
ofrecer una disculpa a las personas que se sintieron mortificadas. Don Germán
Ballesteros, entre ellos. Me escribió que no había necesidad de comparar la
“manipulación de un sistema político con mi madre, la virgen María (…) Me duele
que se le mencione de esa forma. Quiero pensar que no ha sido su intención
ofender a una figura maternal de millones de mexicanos, y ojalá no sea
necesario en un futuro referirse a ella en esa forma”.
Una
disculpa a quienes, como don Francisco Gamas, consideran que traté de manera
irrespetuosa y de muy mal gusto a la “santísima madre de Dios, de nuestro
salvador Jesucristo y madre nuestra (…) La dignidad de las personas es algo muy
valioso y merece todo nuestro respeto. No debería permitirse ese tipo de
ofensas ni a la santísima virgen María, ni a ningún otro hombre y mujer”.
Soy
de los que piensan que es mejor sufrir una ofensa que producirla, así sea de
manera involuntaria. Me duele haberlos ofendido. Prometo no reincidir. Gracias
por el tiempo para hacerme llegar su parecer.
Las
creencias son sagradas.
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La columna disculpada...
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La columna disculpada...
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