El
Gobierno mexicano tiende la mano a las autodefensas
El
secretario de Gobernación reconoce que existen negociaciones con los representantes
de grupos civiles armados del Estado de Michoacán
Nota de VERÓNICA
CALDERÓN
El País, sección México 8 ENE 2014
El
secretario de Gobernación de México [ministro de Interior], Miguel Ángel Osorio
Chong reconoció esta mañana que el Gobierno de Enrique Peña Nieto mantiene
conversaciones con representantes de las autodefensas —grupos de civiles
armados— que operan en Michoacán, al suroeste del país.
Osorio
Chong afirmó que los miembros de las autodefensas están “hartos de la
inseguridad” pero insistió en que el Gobierno de Peña Nieto ha establecido un
diálogo para evitar que continúen actuando “al margen de la ley”. El secretario
de Gobernación subrayó que el líder de las milicias, José Manuel Mireles, que
sufrió un accidente de avioneta el sábado pasado y está ingresado en un
hospital de la capital mexicana, no es perseguido por la ley.
El
accidente de Mireles levantó más de una ceja en un país acostumbrado a recelar
de cualquier información oficial. Osorio Chong, no obstante, comentó que no hay
pruebas para pensar que la avioneta en la que viajaba Mireles, que tuvo un
aterrizaje forzoso, sufrió algún tipo de atentado. “Fue falta de pericia del
piloto”, aseguró en una entrevista radiofónica transmitida esta mañana. Mireles
sufrió un golpe en la cabeza y la dislocación de la mandíbula, pero su estado
de salud es estable.
Dos
soldados murieron durante una emboscada. Las clases en la región han sido
suspendidas
Michoacán
es uno de los Estados más violentos de México. El año pasado registró cerca de
990 homicidios, la cifra más alta en 15 años. Es también una de las regiones
del país con mayor producción de marihuana y metanfetamina, y una parada
estratégica para el tráfico de droga hacia Estados Unidos. El cartel de Los
Caballeros Templarios, aparecido en 2010 tras la aparente disolución de La
Familia Michoacana, domina la zona —que hasta 2006 había sido un territorio en
disputa entre el cartel de Sinaloa y Los Zetas—.
Las
guardias comunitarias, que en febrero pasado declararon la guerra al cartel de
Los Caballeros Templarios (que domina la zona), asumieron el sábado pasado el
control de Parácuaro, una ciudad de 25.000 habitantes y el décimo municipio que
dominan en la región. Los civiles armados expulsan a los alcaldes de las
comunidades y patrullan sus calles.
La
reacción de los Caballeros Templarios al avance de las autodefensas tardó menos
de 24 horas. Un grupo de encapuchados bloqueó el domingo pasado una de las
carreteras más importantes de la zona con dos buses, una patrulla y tres
coches. Después les prendieron fuego. Horas más tarde, dos soldados murieron en
una emboscada en Apatzingán, a 20 kilómetros de Parácuaro y uno de los
municipios más importantes de la región.
El
lunes, unas decenas de personas participaron en una protesta en contra de las
autodefensas. Las guardias comunitarias afirman que los manifestantes acudieron
porque habían sido obligados por los Caballeros Templarios.
Cientos
de jóvenes de los municipios en conflicto no pudieron regresar ayer a clases.
Las salidas de buses hacia la región estuvieron suspendidas desde el sábado y
se reanudaron hasta esta tarde. Las escuelas de al menos dos municipios
permanecen cerradas “hasta nuevo aviso”, según ha reconocido el propio Gobierno
local. Más de 4.000 niños y 243 profesores han sido afectados. En contraste, el
gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, dijo ayer lunes que el hecho
de que las autodefensas controlen más territorio no significa su consolidación.
“Entre más avanzan más se debilitan”, declaró.
Las
autodefensas avanzan en México
Grupos
de civiles armados que han declarado la guerra a los carteles del ‘narco’
controlan ya una quinta parte del territorio del Estado de Michoacán
EVERÓNICA
CALDERÓN México 5 ENE 2014
Unos
200 hombres y mujeres armados entraron el sábado en Parácuaro, una ciudad de
25.000 habitantes en el Estado de Michoacán, al suroeste de México. Los
recibieron a tiros desde los tejados. Uno de ellos cayó muerto por un disparo.
Consiguieron llegar a la alcaldía, detuvieron a los 11 policías locales y los
encerraron en la cárcel. Parácuaro es el décimo municipio que los grupos de
autodefensa controlan en la región, uno de los principales puntos de producción
de drogas del país. Se levantaron en armas porque estaban hartos, según dicen,
de los crímenes del cartel del narco que controla la zona. Si lo que ocurre en
Michoacán no es una guerra, se le parece mucho.
En
Michoacán, uno de los Estados más violentos de México, murieron violentamente
990 personas en 2013, la mayor cifra en 15 años. En España, en 2012, hubo 78
homicidios. El año pasado falleció ahí, en una emboscada, el vicealmirante de
la Marina Carlos Miguel Salazar, el rango militar más alto asesinado en el país
desde que iniciara la ofensiva contra el narcotráfico hace siete años.
La
guardia expulsa a los alcaldes de las comunidades y patrulla sus calles
Fue
ahí también donde un comando de encapuchados arrojó cinco cabezas decapitadas
en un bar en septiembre de 2006, en uno de los primeros (y más recordados)
episodios de la sangrienta guerra contra el crimen organizado. La costumbre no
se ha perdido, pero ya no sorprende. En la capital, Morelia, aparecieron cinco
cuerpos degollados hace solo unos días.
La
región es una de las principales productoras de marihuana y metanfetamina de
México, y parada estratégica del tráfico de cocaína. Con la toma de Parácuaro,
ya son 10 los municipios que controlan los autodefensas (una quinta parte del
territorio de Michoacán). La inestabilidad obligó al Gobierno federal a enviar
al Ejército en noviembre pasado al puerto de Lázaro Cárdenas, en la costa del
Pacífico, y el mayor punto de entrada de carga del país. Tras 11 meses de
avance los autodefensas están a un paso de rodear Apatzingán, la ciudad con más
peso político y económico, donde ya intentaron entrar en octubre. “La toma del
poder en varios municipios michoacanos por grupos de autodefensa civil es el
equivalente político y jurídico a un golpe de Estado en un microsistema de
gobierno. No hay alcaldes que administren presupuestos, ni den servicios a la
comunidad o tomen las decisiones que les competen”, afirma el periodista
Raymundo Riva Palacio, especialista en temas de seguridad.
Michoacán
había sido territorio en disputa de los mayores carteles del país (el cartel de
Sinaloa y los Zetas) hasta que en 2006 apareció La Familia Michoacana, una mafia
con una ideología seudoreligiosa —su fundador, Nazario Moreno, El Chayo,
escribió un libro que sirve de doctrina para sus miembros—. Después de que el
Gobierno de Felipe Calderón anunciara la muerte de El Chayo en diciembre de
2010, apareció un nuevo cartel: Los Caballeros Templarios. Cambió el nombre,
pero se mantuvo el culto al líder. Los autodefensas destruyeron este sábado en
Parácuaro un altar dedicado a Moreno y en la región circulan rezos en su honor.
“Oh, Señor Todopoderoso / Líbrame de todo pecado / Dame protección bendita a
través de San Nazario”, dice una hoja repartida en los pueblos michoacanos, con
una imagen del capo, vestido con una túnica y empuñando dos pistolas.
Los
autodefensas aparecieron en febrero del año pasado. Su jefe, José Manuel
Mireles, explicó en un vídeo difundido en junio sus razones: los Caballeros
Templarios cobraban extorsiones, cometían asesinatos y violaban a las mujeres.
Mireles acusó a las autoridades locales de proteger a las mafias. Las guardias
comunitarias expulsan a los alcaldes de las comunidades que controlan y
patrullan sus calles. Tepalcatepec, uno de sus principales bastiones, tiene un
letrero a la entrada que reza: “Zona libre de Templarios”.
Los
enfrentamientos son habituales. La violencia ha ocasionado la huida de algunos
habitantes de la zona. En solo un mes, 200 personas pidieron asilo en San Diego
(California). Una investigación periodística reveló que al menos 44 eran de
Michoacán. Las peticiones de refugio de mexicanos en EE UU han aumentado un
400% en los últimos seis años.
El
Gobierno de Enrique Peña Nieto ha optado por rebajar el discurso mediático
sobre la guerra contra el narco, a diferencia de Felipe Calderón, que difundía
las operaciones en horario de máxima audiencia. “No hay transparencia sobre el
operativo. El secretario [de Gobierno, Miguel Ángel] Osorio Chong afirmó que se
tienen objetivos, pero no dijo cuáles. Resulta por tanto imposible saber si se
están alcanzando”, escribió el analista Alejandro Hope en mayo pasado. Hope
afirma ahora que, si los autodefensas deciden intentar de nuevo la toma de
Apatzingán “puede sobrevenir una batalla de dimensiones no triviales”.
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