Guerrilla
“mueve” a grupos de autodefensa y maestros
Ligan
a líder de la CETEG con promotores de EPR, APPO y movimiento bolivariano de
Venezuela.
Milenio, 07/01/2014:
Reportaje sin firma.
De
acuerdo con informes de inteligencia del Estado mexicano (documentos de los
gobiernos federal y de Guerrero), a los cuales tuvo acceso MILENIO, los grupos
sociales que durante 2013 estuvieron muy activos en esa entidad (como el
movimiento magisterial y las policías comunitarias) fueron asesorados y
penetrados por grupos guerrilleros o por miembros de diversos grupos
insurgentes que operan en la entidad. Y no solo eso: pueden estarse armando
(algunos con fusiles tipo AK-47) para, de considerarlo necesario, seguir sus
luchas por la vía armada.
Marcados
con la leyenda “CONFIDENCIAL”, los formatos y redacciones de los diagnósticos
de estos casos se asemejan a los que elaboraban los cuerpos de seguridad
política del régimen priista en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando se
utilizaban para descalificar o perseguir a los opositores de izquierda, a
quienes etiquetaban de “comunistas” y “subversivos”, aunque no lo fueran.
De
entrada los informes analizan las actividades que durante los primeros meses
del año pasado llevaron a cabo los maestros guerrerenses en la Coordinadora
Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), el papel de
algunos de sus líderes más visibles y quienes los asesoran.
Por
ejemplo, Minervino Morán Hernández, vocero de la agrupación de profesores, es
catalogado como líder del “sector duro o ultra radical (sic)” de la CETEG.
De
él se asienta que es “activista” del Partido Comunista de México Marxista-Leninista
(PCMML), que es asesorado por Omar Garibay Guerra, quien es miembro de la
dirección nacional del PCMML y promotor del llamado Frente Amplio por la
Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN) —que “sirvió de
brazo político del Ejército Popular Revolucionario (EPR)”—, del Frente Popular
Revolucionario (FPR) y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO).
Minervino
Morán, según estos expedientes, también es asesorado por Bertoldo Martínez
Cruz, personaje identificado como un hombre de “marcada ideología
marxista-leninista”, “preparador de la lucha armada del EPR en Guerrero” y
“enlace principal entre el movimiento subversivo estatal y el nacional”.
Martínez
Cruz es actualmente presidente de la organización civil Colectivo Contra la
Tortura y la Impunidad (CCTI), se asienta en uno de los documentos, en el cual
se afirma que trabaja “exclusivamente a favor de personas y familias vinculadas
con células de otro grupo guerrillero escindido del EPR, el Ejército Revolucionario
del Pueblo Insurgente (ERPI)”, en las zonas donde éste tiene presencia, como
“las sierras de Coyuca de Catalán y Petatlán”, así como “en las zonas indígenas
de la Costa Chica y La Montaña”. Martínez Cruz también formó parte de las
direcciones estatal y nacional del ERPI, se afirma.
A
él se le une en el documento el nombre de Raymundo Sánchez Taboada, también del
CCTI. A ambos se les ubica “de manera escurridiza” en Oaxaca, Chiapas,
Michoacán, Estado de México y Distrito Federal, “donde hacen contacto con otros
activistas del movimiento subversivo nacional e internacional”, en especial con
el “bolivariano” de Venezuela.
Uno
de los expedientes dentro de los documentos tiene un subtítulo elocuente:
“LIGAS SUBVERSIVAS EN EL MPG”.
Se
refiere al Movimiento Popular de Guerrero (MPG), el cual surgió a principios de
2013 por la suma de fuerzas de los maestros y los normalistas, como fue el caso
de la Normal de Ayotzinapa, que protestaba junto con la CETEG contra la reforma
educativa en la carretera de Chilpancingo hacia Acapulco, de donde sus miembros
fueron desalojados por la Policía Federal.
En
ese apartado, el de los supuestos nexos subversivos, se afirma que el MPG se
concentró, en una segunda etapa de sus actividades, en sitios en los cuales
existen “células armadas subversivas diseminadas en puntos estratégicos y
localidades donde tienen presencia e influencia las policías comunitarias
afines a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC)”. Y fue en
esas áreas de influencia guerrillera, se asienta, donde el MPG “concentra
bastiones sociales de mayor apoyo”.
La
conjunción de esfuerzos entre los maestros de la CETEG y las policías
comunitarias de la CRAC se originó por el trabajo de otro hombre que también es
analizado minuciosamente, Eliseo Villar Castillo, coordinador de la Casa de la
Justicia en San Luis Acatlán.
De
él se afirma que tiene “preparación política e ideológica recibida por cuadros
del ERPI” en la Costa Chica. Villar Castillo y el asesor jurídico de la CRAC,
Valentín Hernández Chapa, así como otro sujeto a quien se identifica como David
Bracamontes Chona, se han dedicado, según se afirma, a crear policías
comunitarias en 23 poblados de cuatro municipios: Ometepec, Cuajinicuilapa,
Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca.
Otro
líder de la CRAC, organizador de 10 grupos de policías comunitarias en sendos
poblados del municipio de Ayutla, es Arturo Campos Herrera, de quien se afirma
que es “promotor del ERPI desde 1998”. También se menciona a Gonzalo Molina
González como reclutador de policías comunitarias en cuatro localidades de
Tixtla. De él se asienta que también es “promotor del ERPI” en dicho municipio.
La
estrategia final, a decir de quienes redactaron los diagnósticos, es “dar la
apariencia” de que tanto los maestros como los normalistas y las policías
comunitarias “tienen el poder de las armas” para, de ser necesario, continuar
sus luchas por esa vía, una vez que han sido asesorados por guerrilleros, ex
guerrilleros o cuadros políticos de las guerrillas.
“Cabe
citar que por fuentes de inteligencia se sabe que en puntos estratégicos se
están diseminando células armadas del ERPI en el corredor del cuadrilátero de
la subversión (sic) entre la Costa Chica-Montaña, zona de mayor presencia de la
CRAC, donde han estado recibiendo fusiles AK-47”.
En
el expediente se cita un caso, el de la Casa de Justicia en El Paraíso,
municipio de Ayutla, donde uno de sus coordinadores es “el erpista Bernardino
García Francisco, sobreviviente de los hechos de El Charco en 1988”.
El
7 de junio de 1998 tropas del Ejército protagonizaron un enfrentamiento con erpistas en la comunidad
de El Charco, en Ayutla. En la escuela primaria del lugar pernoctaban tanto
guerrilleros como civiles desarmados y las balas alcanzaron a ambos grupos. El
saldo fue de 11 muertos, cinco heridos y 22 detenidos.
MÁS
INVOLUCRADOS
Una
organización adicional señalada como parte del MPG y que puede tener tendencias
insurgentes, es el Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), cuyo director,
Francisco Monroy Hernández, es identificado como “parte de la estructura del
ERPI en Guerrero”, encargado “de la célula en Chilpancingo”.
A
él lo une “un vínculo subversivo muy marcado” con Manuel Olivares Hernández,
quien a decir de quienes realizaron los análisis, formaba parte del EPR en 2006
cuando pasó a la clandestinidad para “reaparecer posteriormente como defensor
de los derechos humanos en Chilapa”, en calidad de coordinador estatal de la
Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos.
Se
le etiqueta como “de marcada ideología marxista-leninista”, ex militante del
Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP, grupo
guerrillero en los años 70).
El
diagnóstico menciona a varios activistas más con aparentes vínculos
guerrilleros y “notable poder de dirección” en la CRAC, como el ya mencionado
Gonzalo Molina González, “erpista” de Tixtla, tutor de Pastor Coctecón
Plateado, comandante de la policía de Acatempa.
Finalmente,
en los documentos se hace un balance de la cantidad de policías comunitarias
armadas afines a la CRAC. Tienen presencia en al menos 14 municipios, en 86
comunidades, y cuentan con más de 800 elementos armados con escopetas, rifles y
pistolas de bajo calibre, salvo algunos elementos que ya cuentan con fusiles de
alto poder.
Las
policías comunitarias cercanas a la Unión de Pueblos y Organizaciones del
Estado de Guerrero (UPOEG) tienen presencia en nueve municipios, 166
localidades, y cuentan con 3 mil elementos armados.
Cabe
mencionar que MILENIO no pudo revisar las 18 hojas finales de uno de los
documentos, ya que, por razones de “seguridad del Estado”, fueron extraídas.
Sin embargo, fue posible constatar que en algunos casos se trataba de fotografías
de activistas armados y vestidos con ropas bélicas, otras de síntesis de
expedientes ministeriales, unas más de fotos de comandantes guerrilleros vivos
y muertos, y finalmente carpetas de supuestas relaciones estrechas entre
guerrilleros activos, ex guerrilleros y activistas.
Otros
asesinados, aprehendidos y exiliados...
De
todos los nombres mencionados en dos expedientes, uno elaborado en abril de
2013 y otro en mayo del mismo año, cuatro activistas fueron asesinados:
Arturo
Hernández Cardona, de la Unidad Popular de Iguala, ultimado a balazos el 31 de
mayo.
Raymundo
Velázquez Flores, dirigente de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano
Zapata (LARSEZ), organización fundada por el difunto guerrillero Genaro
Vázquez, ejecutado a balazos el 6 de agosto.
Rocío
Mesino Mesino, dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur
(OCSS), asesinada a tiros el 19 de octubre.
José
Luis Olivares Enríquez, dirigente de la Organización Popular de Productores de
la Costa Grande (OPPCG), ultimado a tiros el 10 de noviembre pasado.
De
los nombres mencionados en los mismos informes, cuatro han sido detenidos:
Gonzalo
Molina González, coordinador de la Casa de Justicia de El Paraíso, Tixtla,
parte de la CRAC, detenido el 6 de noviembre pasado, acusado de secuestro,
portación de armas de uso exclusivo del Ejército y terrorismo.
Bernardino
García Francisco, coordinador de Autoridades Comunitarias de la Casa de
Justicia de El Paraíso, de la CRAC, en Ayutla de Los Libres, detenido el 21 de
agosto y acusado de secuestro.
Arturo
Campos Herrera, líder indígena na'ssavi (mixteco), uno de los principales
artífices de las policías comun itarias en Guerrero, pues desde la Casa de
Justicia de El Paraíso llevó los grupos de apoyo de la Policía Comunitaria hacia
Tixtla, Olinalá, Huamuxtitlán, Cualac y Atlixtac. También es coordinador de la
CRAC en Ayutla; fue detenido por secuestro agravado el 1 de diciembre pasado.
Arturo
Campos Hernández, dirigente de la CRAC en la comunidad de El Paraíso, municipio
de Ayutla, detenido también el 1 de diciembre, acusado por el delito de
secuestro agravado.
Además
de los cuatro dirigentes ejecutados y citados en los informes, el Movimiento
Popular de Guerrero (MPG) ha denunciado el asesinato de otros 10 miembros.
Además de la detención de los cuatro dirigentes mencionados en los documentos,
el MPG ha denunciado la detención de otros nueve de sus activistas.
Otro
mencionado es Vidulfo Rosales Sierra, defensor de derechos humanos, abandonó el
país en mayo pasado por "falta de garantías para desarrollar su trabajo en
condiciones de seguridad", según el Centro de Derechos Humanos de la
Montaña Tlachinollan.
También
citado, Cirino Plácido Valero, presidente del comisariado ejidal del ejido de
Buena Vista y fundador de la CRAC, ha denunciado "amenazas de
muerte", aunque ha tenido pleitos con dirigencia de esa organización.
Claves
Otro
grupo armado
-El
pasado 2 de diciembre hizo su aparición pública en las montañas de Guerrero el
grupo autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias Liberación del Pueblo
(FARP-LP).
-Ante
un grupo de reporteros de medios nacionales e internacionales, que fueron
trasladados durante cuatro horas hasta
la sierra guerrense, una veintena de hombres embozados con capuchas, paliacates
y pasamontañas leyeron un comunicado.
-En
el mensaje, integrantes de las FARP-LP exigían la liberación de líderes de la
CRAC y el esclarecimiento de asesinatos de distintos dirigentes sociales.
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