Palabras del Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en la promulgación de las Leyes del Sistema Nacional
Anticorrupción
Palacio Naconal, 18 de julio de 2016..
Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de
los Estados Unidos Mexicanos.
Senador
Roberto Gil Zuarth, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República;
Diputado José de Jesús Zambrano Grijalva, Presidente de la Mesa Directiva de la
Cámara de Diputados.
Distinguidos
miembros del presídium.
Señoras
y señores.
Es
un honor para mí participar en este evento, en representación de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y del Poder Judicial de la Federación, con el
fin de atestiguar la promulgación formal de las leyes que conforman el Sistema
Nacional Anticorrupción.
Éste
es un día importante en la vida de la Nación, porque se da un paso firme hacia
un país en el que los valores de la integridad, la transparencia, la
honestidad, la responsabilidad y la rendición de cuentas sean una realidad, a
partir de la cual podamos avanzar en la consolidación en un auténtico Estado
constitucional y democrático de derecho.
Este
acto solemne representa, además, la culminación de un notable esfuerzo conjunto
entre la sociedad civil y los Poderes públicos, bajo el objetivo común de
transformar a fondo los mecanismos de prevención y combate a la corrupción, a
fin de erradicar la amenaza que ésta representa.
Ante
los múltiples desafíos a los que hoy se enfrenta nuestro país, no me cabe duda
de que la única manera de avanzar y salir adelante es mediante una alianza
cercana, un diálogo constante y una cooperación estrecha entre los órganos
estatales y la ciudadanía en la formulación de las políticas públicas.
Los
jueces no podemos ser ajenos a esta dinámica. Y en este sentido, las leyes que
hoy se promulgan nos obligan a actuar en tres ejes fundamentales:
i) El
primero de ellos es reafirmar el compromiso absoluto del Poder Judicial Federal
en el combate a la corrupción y a la impunidad.
No
hay justicia que funcione si hay corrupción. No hay derechos efectivos si hay
corrupción. Y en esta medida, la honorabilidad, la honestidad, la imparcialidad
y la independencia son valores fundamentales que los Jueces tenemos que
preservar todos los días y que como institución nos comprometemos hacer
avanzar.
ii) El
segundo deber que nos impone este conjunto de leyes, es el de interpretarlas y
aplicarlas de tal manera que sean plenamente efectivas.
En
los conflictos de los cuales conoceremos con motivo de su implementación la
labor de los órganos del Poder Judicial Federal, deberá estar orientada por la
finalidad de la Reforma Constitucional que da origen a estos ordenamientos.
Será
fundamental generar los criterios que maximicen los valores, los principios y
la teleología del Sistema Nacional Anticorrupción a fin de preservar su
operatividad.
Ninguna
reforma legal o constitucional por sí sola es capaz de transformar la realidad,
ello depende de las personas llamadas a implementar los nuevos sistemas y de
que su actuación sea reflejo de los valores consignados en la Constitución.
Por
ello, es necesario que, en el ejercicio de sus competencias, el Poder Judicial
Federal abone a la construcción de criterios que den unidad y coherencia en la
aplicación de estas leyes.
iii) Por
último. El tercer compromiso que debemos asumir, es el de sumarnos a esta
alianza con la sociedad, debemos reconocer la necesidad de fortalecer los lazos
con la ciudadanía, acercarnos a ella, escuchar sus demandas y construir juntos
las soluciones.
Esta
es la principal lección que debe dejarnos el proceso legislativo que hoy
culmina.
Por
todo lo anterior, como parte del Estado mexicano, el Poder Judicial Federal
celebra este acontecimiento y reafirma su compromiso para avanzar en estos
valores de la mano de la sociedad.
La
corrupción es un mal que afecta a todos los ámbitos de la vida pública, frena
el desarrollo social y económico, debilita las instituciones, exacerba las
desigualdades y la injusticia, por ello luchar contra la corrupción es tarea de
todos.
Por
ello, la Promulgación de este conjunto de leyes debe marcar el inicio de una
nueva etapa en la que sea tangible que las cosas están cambiando, que las cosas
se están haciendo de un modo diferente.
Hago
votos, porque este esfuerzo conjunto entre los poderes públicos y la sociedad
rinda frutos y logre su cometido de satisfacer la exigencia inaplazable de
acabar con este flagelo.
Muchas
gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario