Mejoras
en Notimex/ERNESTO VILLANUEVA
Revista
Proceso.
No. 1924, 14 de septiembre de 2013:
Por
razones que todavía no me explico, el único medio que tiene carta de
naturalización jurídica lo más cercana a un medio público como existe en las
democracias, Notimex –que en realidad es un generador de contenidos para los
medios, de ahí su importancia–, sufrió un proceso de regresión democrática en
los hechos al tiempo que tenía una consolidación jurídica como medio de Estado.
Hoy las cosas apuntan en el sentido que debieron tener desde su recreación
legal el 2 de junio del 2006, cuando se publicó en el Diario Oficial de la
Federación la Ley que Crea la Agencia de Noticias del Estado Mexicano. Veamos.
Primero.
Por muchos años Notimex fue la agencia de noticias de propaganda del gobierno
federal en turno. Así se sabía. Y nadie discutía si estaba mal o no. Era sólo
un hecho que se entendía como parte de las reglas del juego político. La salida
del PRI de la Presidencia de la República generó condiciones, a partir del año 2000,
para ir creando instituciones que en un esquema de partido dominante era
imposible. El PAN llegó, pero no con las cómodas mayorías en los espacios de
poder que tenía el PRI. Sólo en esa circunstancia se explican, por ejemplo, la
aprobación de la Ley de Transparencia, el nacimiento de los canales televisivos
del Poder Legislativo y Judicial, y, particularmente, el rediseño institucional
de Notimex.
La
ley correspondiente del 2006 es plausible en su articulado. Generó expectativas
de que ese medio, ahora convertido en la agencia de noticias del Estado
mexicano, tuviera un cambio cualitativo para honrar el derecho a saber, la
calidad informativa, la pluralidad y la imparcialidad, como lo establece su
artículo 6. Nada de eso ocurrió, sino todo lo contrario. Los dos directores más
recientes salieron por la puerta de atrás. El primero de ellos, Sergio Uzeta
Murcio, tiene cinco sanciones impuestas por la Secretaría de la Función
Pública, según consta en el Registro Público de Funcionarios Sancionados (http://rsps.gob.mx/Sancionados/publica/buscapublicas.jsp).
De
acuerdo con el expediente RE-003/2009, Uzeta Murcio fue inhabilitado para
prestar servicios en el sector público federal hasta el 2 de diciembre del 2021
por ser violador de leyes de la normatividad presupuestal. En el mismo se
ordena su destitución y la imposición de una sanción de poco menos de 4
millones de pesos.
Segundo.
El otro director, Héctor Villarreal, cercano colaborador del expresidente
Felipe Calderón, entró con una política de confrontación con el sindicato de
Notimex que fue escalando y que coadyuvó a su renuncia con mucho tiempo de
anticipación al plazo para el que había sido designado. En ambos casos hubo,
además, un mínimo común denominador: el propósito de minimizar las instancias de
participación ciudadana que estaban diseñadas para ser un contrapeso de la
dirección general con el fin de que ésta no se apartara del camino marcado por
la ley.
El
Consejo Editorial, por ejemplo, fue integrado por personas que, en su mayoría,
no cumplían los requisitos legales pero cabían como mudos testigos para que se
hiciera y se deshiciera en Notimex. La lógica era: A menor perfil de
consejeros, mayor fortaleza de la dirección general para hacer política
partidista o gubernamental sin miradas incómodas.
Tercero.
En mayo de 2013, el arribo de Alejandro Ramos Esquivel a la dirección general
de Notimex reabrió la esperanza de que la ley pudiera ser observada como
debiese haber sido siempre. Ramos Esquivel es un maduro periodista y directivo
de medios con un gran prestigio a cuestas y, por ello, con muchos impedimentos
morales y éticos para moverse hacia el lado oscuro de la ley. Y hasta ahora las
cosas están cambiando de manera cualitativa, en virtud de que:
a)
Se verificaron los requisitos de los integrantes del Consejo Editorial, y éste
fue renovado de manera sustantiva subiendo el perfil de los consejeros en una
amplia consulta abierta ajustada a la ley; b) se presentó y sometió a la
consideración del Consejo Editorial un programa de trabajo y el compromiso
claro de que Notimex sería una agencia de Estado y no de gobierno; c) el
director se sumó a la iniciativa congelada de un grupo de consejeros que habían
planteado la propuesta de hacer públicas las minutas de las sesiones del
Consejo Editorial; d) fue designada la defensora de la audiencia por
unanimidad, cargo que recayó en Sophie Anaya, una académica comprometida y
acuciosa en los temas de la ética informativa; y e) se distendieron las
relaciones con el sindicato, que tenía prohibido asistir a las sesiones del
consejo y que ahora tiene un lugar sin problema alguno.
Cada
vez estoy más convencido de que para que las instituciones funcionen se
requieren buenas leyes y buenas personas, pero si es preciso escoger, prefiero
buenas personas con malas leyes que al contrario. El caso de Notimex lo
confirma. Después de siete años de ser independiente por ley empieza en los
hechos a comportarse como tal para bien del país.
evillanueva99@yahoo.com
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