La represión
como reality show/JENARO VILLAMIL
Revista
Proceso. Portada No. 1924, 14 de
septiembre de 2013:
A
partir de las 16:10 horas del viernes 13, en vivo y en directo, comenzó el
reality show del “Zócalo liberado”. La mayoría de los noticiarios de televisión
abierta y restringida unificaron sus mensajes a través de los conductores para
minimizar los enfrentamientos, destacar los heridos de la policía –no los de
los manifestantes–, responsabilizar a supuestos “anarquistas” e insistir en que
la Plaza de la Constitución ya estaba lista para que el presidente Enrique Peña
Nieto encabezara las “fiestas patrias”.
A
las 21:50 horas, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,
concluyó su mensaje televisado con la frase: “La celebración más importante de
los mexicanos se realizará en la Plaza de la Constitución”.
El
político hidalguense reiteró: “no encontramos voluntad” por parte de los
maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a
las alternativas planteadas. “Nuestra voluntad de diálogo tuvo un límite”,
expuso.
Sin
embargo, según dijo el político hidalguense en una conferencia de prensa con
preguntas a modo, “el desalojo se realizó con pleno respeto a los derechos
humanos”.
La
larga jornada del reality televisivo inició desde el mediodía de un viernes
nublado. En sintonía con la cobertura claramente adversa a las demandas de los
maestros de la CNTE que acamparon en el Zócalo desde hace 25 días, las cadenas
de Foro TV, de Televisa; Canal 40, de TV Azteca, ambos con imágenes desde helicópteros, así como Milenio
TV, Cadena 3, Efekto TV y decenas de noticiarios radiofónicos unificaron su
línea editorial para expresar que el “Zócalo liberado” quedaba “limpio” de los
maestros.
Para
los medios electrónicos no se trató de una acción represiva sino de una
operación policiaca de “limpieza”, como si los maestros y sus campamentos
fueran suciedad, como si sus campamentos fueran basura, y su estancia en el
Zócalo no fuera una protesta social, sino una alteración permanente de la vida
capitalina.
Aun
cuando las propias imágenes y la narración de los reporteros ilustraban la
destrucción y violencia en la esquina de 20 de Noviembre, desde los sets de
transmisión los comentaristas parecían ver otra situación. Momentos de
esquizofrenia.
“Se
puede decir que la plancha del Zócalo ha sido recuperada para que se
desarrollen los festejos del 15 y del 16 de septiembre”, sintetizó el conductor
de Foro TV, a las 16:55 horas. En ese momento se unificaron las coberturas.
Horas después, la propia Presidencia de la República distribuyó la invitación a
las fiestas patrias.
A
Milenio TV no le fue nada bien cuando intentó transmitir en vivo desde la Plaza
de la Constitución con la leyenda “Zócalo liberado”, a las 18:30 horas. Las
personas que circulaban gritaban “¡Fuera Peña, Fuera Peña!”. La transmisión se
interrumpió.
Cobertura
controlada
La
mayoría de los maestros fue sorprendida, al igual que muchos reporteros que
estaban en la zona. Esperaban el ingreso de la Policía Federal por la avenida
20 de Noviembre, donde tres horas antes fracasó la negociación con el Gobierno
del Distrito Federal y con el comisionado general de esa corporación, Enrique
Galindo Ceballos.
“Se
ve el peor enfrentamiento en estos momentos”, exclamó agitado el reportero
Rodolfo Montes, de Milenio TV, ubicado en la mencionada avenida. Se refirió a
los “grupos de encapuchados” convocados por “integrantes radicales” de la CNTE.
No volvió a tener un enlace.
“Parece
un auténtico campo de guerra. Los maestros quemaron sus propios campamentos”,
afirmó un reportero de Canal 40 desde un helicóptero que sobrevoló el Zócalo.
Los
reportes en vivo cambiaron a partir de las 16:45 horas. De las imágenes se pasó
a la editorialización para “calmar” a las audiencias.
La
línea discursiva de los conductores de Foro TV, Canal 40, Milenio TV, Efekto
TV, Excélsior TV y Cadena Tres comenzó a uniformarse, como si formara parte de
un mismo guión: el Zócalo se recuperó “con incidentes menores”, la violencia
vino de los otros, los “encapuchados”, y los heridos más mencionados fueron los
de las fuerzas policiacas.
“La
impresión que tenemos desde acá… fue una operación muy bien planeada y muy bien
ejecutada”, editorializó un conductor de Canal 40 desde un helicóptero.
En
Milenio TV, Carlos Zúñiga no relataba los hechos: corregía a los reporteros
cuando relataban la violencia, editorializaba; incluso calificó de
“inflexibles” a los maestros de la CNTE. Matizó un poco la insistencia
periodística de July García, que trató de privilegiar los hechos.
En
Foro TV, Paola Rojas insistió en que la violencia “provino” de los maestros. En Efekto TV se insistía: el desalojo de los
maestros se realizó “para que podamos festejar el Grito de Independencia”.
Manuel
Mondragón y Kalb, responsable de la Policía Federal, emprendió un road show en
todas las estaciones de radio y de televisión para autoalabar el operativo bajo
su cargo. No se le hicieron preguntas incómodas. Sólo el largo recuento
optimista y festivo del funcionario.
“No
hubo una sola arma de fuego. Las acciones fueron perfectamente coincidentes con
los protocolos del uso de la fuerza. En 15 minutos tomamos la plancha del
Zócalo. Y no hubo ningún enfrentamiento”, presumió en entrevista con Adela
Micha, en Canal 9, a las 20 horas.
#CNTESeQueda, la
contraparte en Twitter
Frente
a la cobertura unificada de los medios electrónicos, en redes sociales,
especialmente en Twitter, el hashtag #CNTESeQueda se convirtió en trending
topic mundial desde el momento en que el secretario de Gobierno capitalino,
Héctor Serrano, dio el ultimátum para desalojar el Zócalo: a las 17 horas ya
tenía 145 mil menciones, con más de 26 mil referencias por hora en los momentos
más álgidos del desalojo de los profesores del Zócalo. Imágenes y videos
alternativos fueron subidos en los hashtags #CNTESeQueda Streaming y
#CNTESeQueda Livestream.
Sitios
como Revolución3.0 mostraron las imágenes de los chorros de agua que las
tanquetas de la Policía Federal lanzó contra jóvenes y maestros en Isabel La
Católica e Izazaga, cerca del Claustro de Sor Juana. Esas imágenes no se vieron
en la televisión, concentrada en la “limpieza” y la “liberación” del Zócalo.
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