Cumplir
los propios sueños/FRANCESC MIRARES
- Recuperar los deseos más profundos de nuestra infancia es una poderosa motivación y un acto de justicia hacia nosotros mismos
El País Semanal, 6 de octubre de 2013
En
el paso de la infancia enterramos bajo las obligaciones muchos sueños. La
madurez viene acompañada casi siempre del temido “baño de realidad”. El futuro,
que para el niño tenía un horizonte casi infinito de posibilidades, se puede
estrechar hasta convertirse en una vía de sentido único. Frases como “qué le
vas a hacer” o “la vida es así” certifican el fin de las ilusiones para pasar a
un mundo de certezas totalmente previsible.
Sin embargo, ¿es esa la clase de existencia que queremos vivir?
Sin embargo, ¿es esa la clase de existencia que queremos vivir?
Este
artículo es una invitación a rescatar los sueños que dejamos atrás, algunos de
los cuales están reclamando un sitio en nuestra vida adulta para volver a
sentirnos nosotros mismos.
La
sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes para no perderlos de
vista mientras se persiguen”
William
Faulkner
Cuando
se habla de sueños casi inalcanzables, a menudo se cita el caso de Lou Holtz,
quien a mediados de la década de los sesenta se encontró en una situación
crítica. Tenía 28 años, acababa de perder su empleo, no tenía un céntimo y su
mujer estaba embarazada de ocho meses. En
lugar de venirse abajo y lamentar su mala suerte, este estadounidense se sentó
a la mesa del comedor para redactar una lista con sus deseos más desmesurados e
improbables. Ni corto ni perezoso, llegó a anotar 107 metas tan ambiciosas como
cenar en la Casa Blanca, conocer al Papa, ser el entrenador de su equipo
favorito de fútbol americano, aparecer en el magacín televisivo The tonight
show...
Tras
completar una lista que parecía un catálogo de locuras, Lou Holtz pasó a la
siguiente fase y se propuso lo siguiente: “Una vez has escrito todo lo que
quieres conseguir en la vida, asegúrate de que cada día haces algo concreto
para cumplir al menos uno de esos sueños”.
Para
asombro de muchos, los cuatro propósitos “casi imposibles” que hemos enumerado
los llegó a cumplir, junto con muchos más.
Él alcanzó su sueño americano gracias a un hecho evidente y, al mismo tiempo, obviado: muchas cosas nunca llegan a suceder porque nadie se atreve a intentarlas.
Él alcanzó su sueño americano gracias a un hecho evidente y, al mismo tiempo, obviado: muchas cosas nunca llegan a suceder porque nadie se atreve a intentarlas.
Algo
así sucede con las grandes metas que pudimos tener de niños y que de adultos
nos parecen ingenuas. Son de tal envergadura, que les asignamos la etiqueta de
“imposibles”. Sin embargo, alguien acabará siendo astronauta o dirigiendo la
Filarmónica de Berlín.
Tanto
en la época de la pluma y el bolígrafo como en la era digital, las palabras
escritas tienen una fuerza superior al pensamiento, que nos seduce por unos
instantes y luego se va diluyendo. El solo hecho de anotar un propósito en un
papel o en un archivo de Word hace que nuestro inconsciente sepa en todo
momento que el objetivo sigue ahí.
La
mejor manera de hacer realidad tus sueños es despertar” Paul
Valéry
En
su libro ¡Escríbalo y hágalo realidad!, Henriette Anne Klauser propone que
escribamos nuestro propio guion vital a partir de las metas que queremos
conquistar. Según esta autora, no se trata de hacer una lista que nos haga
sentir culpables si no cumplimos ninguno de los puntos. Lo esencial al escribir
los propios sueños es que podemos identificarlos y empezamos a verlos posibles.
Estos
son algunos de los consejos que brinda en su manual:
Escribir
nuestros objetivos sin temer que sean demasiados, ni excesivamente grandes. El
solo hecho de haberlos plasmado en el papel hará que estemos más atentos a las
oportunidades y posibilidades.
Fijar
prioridades. Klauser recomienda ordenar las metas por importancia, a la vez que
nos preguntamos por qué el deseo que ocupa el primer lugar está allí. Entender
nuestros deseos también nos ayuda a materializarlos.
Soñar
cerca del agua. Por extraño que parezca, se ha comprobado que la creatividad
“fluye” mejor cuando estamos al aire libre, así que la autora recomienda abandonar
la silla y airearnos.
Escalonar
los logros. Alcanzar una meta, por pequeña que sea, nos dará impulso para la
siguiente.
Hay
hábitos negativos que desactivan nuestros propósitos más profundos. Sin duda,
el más poderoso es el miedo al fracaso. Muchos proyectos que podrían realizarse
se quedan en estado embrionario por temor al batacazo que sufriríamos si las
cosas no saliesen bien. A su vez, este miedo está fundamentado en varios
prejuicios e ideas preconcebidas:
Fracasar
en el pasado nos autoconvence de que lo mismo nos espera en próximos intentos.
Nos
preocupa la opinión de los demás si nos atrevemos a llevar adelante un gran
proyecto.
¿Pensarán que somos demasiado ambiciosos?
¿Pensarán que somos demasiado ambiciosos?
Creemos
que los grandes sueños son patrimonio de personas mucho más capacitadas que
nosotros.
En
ese sentido, a veces la mejor manera de cumplir un sueño es detectar y eliminar
los cortafuegos que ponemos para que pueda desplegarse.
En
uno de los vídeos más célebres de la era YouTube, el profesor universitario
Randy Pausch anunciaba ante sus alumnos que a sus 46 años estaba sentenciado de
muerte debido a un cáncer incurable.
Llena
el papel con cada latido de tu corazón” William
Wordsworth
Sobre
esta charla en la Universidad Carnegie Mellon, que dio la vuelta al mundo y se
convertiría en el libro La última lección, Pausch aseguró que la había
pronunciado sobre todo para sus tres hijos pequeños, a los que no vería crecer.
Y en ella dio las siguientes claves:
- Debemos creer que todo es posible, nunca hay que perder esa visión.
- Si no puedes alcanzar tus sueños, lograrás ya mucho intentando alcanzarlos. Los muros que nos frenan en nuestro camino están allí por una razón: sirven para saber cuánto queremos lograr nuestros sueños.
- Nunca permitas que la diversión y el asombro te abandonen.
- Antes de llevar a cabo cualquier sueño debes decidir entre ser una persona positiva o negativa.
- Jamás subestimes la importancia de hacer las cosas de forma divertida.
- Muestra gratitud a los demás.
- No te quejes, eso nunca ayuda a hacer realidad tus sueños.
- Trabaja duro para alcanzar todo lo que quieres.
- La experiencia es aquello que te queda cuando no obtienes lo que deseabas.
- Tenemos la misión de poner en nuestro horizonte aquello que un día iluminó nuestro corazón y entregarnos a la tarea de lograrlo. La vida pondrá lo demás.
Vida
en estado puro
JAVIER
OLIVARES
UN
LIBRO
–
La última lección, de Randy Pausch (DeBolsillo). En Estados Unidos existe la
tradición de que los profesores den una “última lección” explicando qué harían
si supieran que pronto van a morir. El autor de esta charla padecía cáncer terminal
en el momento de hablar sobre cómo alcanzar los sueños de la infancia. No es
una conferencia sobre la muerte, sino sobre la vida en estado puro.
UNA PELÍCULA
–
Billy Elliot, de Stephen Daldry. Esta emotiva historia tiene como protagonista
al hijo de un minero que, con solo 11 años, decide ser bailarín en un entorno
hostil. Curiosamente, esta película logró que muchos adolescentes británicos
cambiaran el fútbol por la danza.
UN DISCO
–
This
silence kills, de Dillon (BPitch Control). Esta joven estrella radicada en
Berlín emigró de Brasil con su madre a la edad de cuatro años. En 2011 cumplió
el sueño de grabar su único disco hasta la fecha.
http://elpais.com/elpais/2013/10/04/eps/1380900663_333275.html
http://elpais.com/elpais/2013/10/04/eps/1380900663_333275.html
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