Arely (Gómez) teme comer en PGR/Juan Bustillos.

Arely (Gómez) teme comer en PGR/Juan Bustillos.

™Arely está de paso en la PGR; su etapa es de transición mientras el consejero jurídico presidencial, Humberto Castillejos…“

Impacto, 27 de mayo de 2015

Sufre la osadía de meterse, por decisión propia, en un mundo subterráneo para el que no cualquiera está preparado

Hay puestos gubernamentales en los que el peligro es compañero inseparable.

Quizás Marisela Morales no ha olvidado la mañana en la que el general Guillermo Galván Galván le mostró el plan de un malandrín para asesinar a la Procuradora General de la República y al Secretario de la Defensa Nacional nada más, pero nada menos. Lo desactivaron, pero no fue casual que la ahora cónsul general en Milán viviese dentro del perímetro habitacional militar.

La procuradora Morales vivió en permanente peligro; su lucha para desmantelar la mafia que explotaba el área de transporte aéreo de la PGR casi le costó la vida en un viaje a Colombia; poco faltó para que el avión no llegara a su destino. Ante el aviso del piloto de lo que ocurría a la nave, la procuradora ordenó seguir, se reacomodó en su asiento, rogó por sus hijos, por sus compañeros de viaje, por ella misma y durmió.

 En otra ocasión debió posponer un viaje a Costa Rica porque entre la Ciudad de México y el aeropuerto de Toluca por poco y pierde la vida.

 Estos antecedentes sólo sirven de marco a lo que parece estar ocurriendo ahora en la Procuraduría General de la República, en la gestión de Arely Gómez.

 La procuradora trabaja día y noche; en la mayoría de las ocasiones no abandona el edificio de Reforma ni siquiera para dormir en su propio hogar; se sabe rodeada por muchos de los antiguos que no la quieren, de otros encumbrados que ya estaban y no la soportan, y de algunos que llegaron con ella y que, aprovechando la ocasión, se sirven con la cuchara grande.

 Quienes la observan muy de cerca saben de su preocupación por su seguridad; hace bien, porque en esa dependencia, la traición está en cada cubículo.

 La preocupación de Arely es tanta que llega al extremo de utilizar una práctica antiquísima que algunos datan en la Edad Media, pero que se pierde en los tiempos: Cuando se sienta a consumir los alimentos que le preparan en la dependencia, invita a sus cocineros a probarlos antes que ella.

 Los reyes, los altos dignatarios de la Iglesia Católica, el Papa y sus antecesores en el poder, griegos, romanos y de otros imperios, lo hacían. Era la única manera de garantizar que no serían envenenados con alimentos y bebidas.

 Es una práctica sabia, pero daña la salud mental; digamos que garantiza la supervivencia, pero eso no es vida.

 Arely está de paso en la PGR; su etapa es de transición mientras el consejero jurídico presidencial, Humberto Castillejos, se convierte en el primer fiscal Nacional, según versión del subprocurador de la SEIDO, Humberto Muñoz, el ex procurador de Aguascalientes a quien la dirigencia nacional panista de aquella entidad odia.

 De hecho, adelantados de Castillejos son Muñoz y el experto en telefonía, criptografía, etcétera, Tomás Zerón de Lucio, quien funge como Director de la Agencia de Investigación Criminal, pero mientras el momento llega, Arely sufre la osadía de meterse, por decisión propia, en un mundo subterráneo para el que no cualquiera está preparado.