¡Caray con MCS!
Columna Jaque Mate/Sergio Sarmiento
El insignificante
La historia política de México ya está escrita. Lo único que cambia es el casting". Luis de Llano Palmer
En julio del 2006 Gilberto Rincón Gallardo participó en el programa de televisión Quinto poder que yo conducía. La conversación giró en torno a la elección del 2 de julio que acababa de llevarse a cabo. Rincón Gallardo, quien fue parte del equipo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y que luchó denodadamente contra el fraude electoral de 1988, me expresó que no veía pruebas de que hubiera existido un fraude en el 2006.
Ya fuera del aire Rincón Gallardo me dijo que Manuel Camacho Solís, quien en 1988 era uno de los principales operadores políticos de Carlos Salinas de Gortari, lo había amenazado entonces con encarcelarlo por la labor que hacía para demostrar el fraude cometido contra la candidatura del ingeniero Cárdenas. Una persona más, quien colaboró también con Cárdenas en la campaña de ese año y que participó en la posterior lucha contra el fraude, me confirmó la aseveración de Rincón Gallardo. Yo la publiqué en esta columna el 27 de julio de 2006.
Unos días después entrevisté telefónicamente a Camacho para mi programa La Red de Radio Red. El tema era otro, pero aproveché para preguntarle al ya colaborador de Andrés Manuel López Obrador si había amenazado a Rincón Gallardo en 1988 con encarcelarlo por su trabajo a favor de Cárdenas. Camacho me respondió con esa arrogancia que sólo los políticos mexicanos pueden prodigar: yo sólo hablaba, dijo, "con gente importante, como Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier y Porfirio Muñoz Ledo", y no "con gente insignificante como Gilberto Calderón (sic)". Así lo publiqué aquí el 16 de agosto de 2006.
Yo no sé realmente si Camacho amenazó a Rincón Gallardo. Eso sólo lo sabían a ciencia cierta ellos dos... y ya Gilberto ha muerto. Lo que me molestó en aquel entonces, y lo sigue haciendo hasta la fecha, es la reacción de desprecio de Camacho hacia Rincón Gallardo: no tengo siquiera que molestarme en desmentirlo -parecía decir- porque él es insignificante y yo en cambio soy muy importante. Me ha dado gusto ver, sin embargo, que cuando menos algunos políticos han sido muy generosos ante la muerte de quien yo considero uno de los estadistas más honestos, comprometidos e importantes que ha tenido nuestro país. Este 1o. de septiembre, en la sesión inaugural del periodo ordinario del Congreso (lo que antes se llamaba la ceremonia del Informe presidencial), el primero que habló de Rincón Gallardo fue el diputado del PRI Adolfo Mota, quien pidió un minuto de silencio por este "mexicano ejemplar". Juan N. Guerra del PRD demostró que no todos los militantes de su partido continúan considerando traidor al miembro fundador que se convirtió en apóstata al dejar la agrupación en 1997; él se refirió a Rincón Gallardo como "un hombre que le dio su vida a este país". Héctor Larios del PAN habló, a su vez, de la congruencia política de Gilberto.
En los últimos días he tenido oportunidad de leer varios artículos en la prensa que nos han pintado diversos fragmentos de la obra y personalidad de Rincón Gallardo, ese hombre que transitó del catolicismo al Partido Comunista y de ahí a esa izquierda democrática y moderna que tanta falta le hace a nuestro país.Para mí, Rincón Gallardo fue una bocanada de aire fresco en la campaña electoral del 2000, dominada por un Vicente Fox que hacía promesas populistas al por mayor. Introdujo entonces al debate temas como la discriminación en contra de las minorías que eran inusitados en nuestra vida política. Su posterior trabajo como presidente del Conapred, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, permitió el inicio de un trabajo sistemático e institucional en este campo.
La muerte de Rincón Gallardo este 30 de agosto me entristeció profundamente. No sabía yo que estuviera enfermo. A los 69 años de edad, parecía tener todavía varios años por delante en su lucha social. Al final, sin embargo, todos los que lo admiramos podemos estar tranquilos. Rincón Gallardo es y será recordado como un importante guía moral y político para los mexicanos en un tiempo de cambio e incertidumbre. Serán políticos como Manuel Camacho Solís quienes queden reducidos a un papel insignificante en nuestra historia.
Gilberto Rincón Gallardo -el activista encarcelado decenas de veces, el estadista que creía en el diálogo, el hombre de férrea honestidad personal, el pensador apegado a principios y el político considerado insignificante por los "importantes"- nos demostró a los mexicanos que la lucha por la equidad no está reñida con el diálogo o con la democracia. Su insistencia en mostrarnos las virtudes de la democracia social no quedará en el olvido en nuestro país.
Candidatos prohibidos
Si bien Jorge Castañeda ha obtenido un triunfo parcial ante el gobierno federal en su queja ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los ciudadanos mexicanos hemos salido perdedores. El tribunal ha ratificado el derecho de la clase política a prohibir las candidaturas independientes a cargos de elección popular. La ley mexicana, que limita las candidaturas a quienes sean postulados por partidos políticos, ha sido considerada legítima por todas las instancias. La inmensa mayoría de los mexicanos, que no militamos en partidos, seguiremos siendo discriminados. Los ciudadanos mexicanos, en opinión de los políticos profesionales, todavía no estamos listos para la democracia.
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