Tomás
Ángeles: la PGR quiso ponernos unos contra otros
En
la Procuraduría General de la República (PGR) presionaron de manera ruin y
cobarde a los generales Roberto Dawe y Ricardo Escorcia, así como al mayor Iván
Reyna, para que firmaran declaraciones que el Ministerio Público ya tenía
elaboradas. Querían que nos acusáramos unos a otros, afirmó Tomás Ángeles Dauahare,
exsubsecretario de la Defensa Nacional. Y sostuvo: siempre pensé: mi problema
es político, no criminal, y ahora lo demuestra la realidad. El general reveló
que durante los 79 días que pasó en las instalaciones de la PGR sólo en dos
ocasiones compareció ante el Ministerio Público Federal (MPF), una de ellas
cuando escuchó las imputaciones en su contra y se le notificó que estaba
detenido.
Mi
detención causó daños a la imagen del Ejército, afirma
Gustavo
Castillo García, reportero.
Periódico
La Jornada, Viernes
19 de abril de 2013, p. 2
En
la Procuraduría General de la República (PGR) presionaron de manera ruin y
cobarde a los generales Roberto Dawe y Ricardo Escorcia, así como al mayor Iván
Reyna, para que firmaran declaraciones que el Ministerio Público ya tenía
elaboradas. Querían que nos acusáramos unos a otros, afirmó Tomás Ángeles
Dauahare, ex subsecretario de la Defensa Nacional. Y sostuvo: siempre pensé: mi
problema es político, no criminal, y ahora lo demuestra la realidad.
En
entrevista con La Jornada, realizada horas después de su liberación, reveló que
durante los 79 días que pasó en instalaciones de la PGR sólo en dos ocasiones
compareció ante el Ministerio Público Federal (MPF), una de ellas cuando
escuchó las imputaciones en su contra y se le notificó que estaba detenido.
Ángeles
Dauahare afirmó que su detención dañó la imagen del Ejército y causó
inseguridad en los mandos que tienen la responsabilidad de combatir a la
delincuencia organizada.
–¿Cómo
ve usted el panorama nacional?
–Bien,
en cuanto a la aplicación del estado de derecho, como lo anunció el presidente
Enrique Peña Nieto. Hay pruebas de ello: lo que sucedió con (Noé) Ramírez
Mandujano (ex titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada, hoy conocida como Seido), y mi propio caso.
“Se
está cumpliendo con esa parte primordial, fundamental, que es el apego a la
ley, porque constituye uno de los factores que más seguridad da a los
ciudadanos.
En
la administración pasada se cambiaron las reglas; el ciudadano era responsable
de demostrar su inocencia. Así ocurrió en mi caso, con infamias ruines, tan
poco bien armadas y con estos testigos protegidos.
–¿Qué
significa para usted que el general Salvador Cienfuegos sea el secretario de la
Defensa Nacional y no el general Guillermo Galván Galván?
–De
mucha esperanza. Lo conozco desde hace unos buenos años. Es otro tipo de
persona, más profesional, con más esencia y reciedumbre castrense. Tiene una
experiencia fabulosa y un currículo estupendo.
Prácticamente
no hay cargo importante que no haya desempeñado. Tiene experiencia y
sensibilidad. Y en nuestro caso (como integrantes de las fuerzas armadas), el
secretario no solamente debe ser sino parecerlo también, y él tiene la
presencia necesaria.
–¿Considera
que su caso se resolvió rápido?
–Cinco
meses (estuvimos) prácticamente en el limbo. En un tribunal unitario en Toluca,
el expediente durmió dos meses. Después lo turnaron a León, desde luego, de
manera tendenciosa. Así pasaron otros tres meses para que se confirmara la
formal prisión. Fue hasta enero de este año cuando comenzó prácticamente la
lucha jurídica.
–Ahora,
ya libre, ¿piensa que su detención fue un ardid político para evitar que
llegara a ser secretario de la Defensa Nacional?
–Yo
no iba a ser secretario de la Defensa Nacional ni de Seguridad Pública como se
rumoraba.
–Usted
era uno de los aspirantes más fuertes, ¿eso provocó que lo bloquearan por
intereses políticos?
–Sí,
algo hay de eso. No quiero recordar porque daña mi salud. La infamia me generó
mucho coraje. No quiero revivirlo. Por otro lado, la vida sigue adelante,
olvidando lo que pasó y las personas que lo motivaron.
En
todas las circunstancias negué lo que me atribuían, lo que me imputaban.
Siempre dije: esto es político, no criminal; mi problema es político, no
criminal, y en esta tesis me mantuve siempre y ahora lo demuestra la realidad.
–¿Las
acusaciones en su contra mancharon la imagen del Ejército Mexicano, que es la
principal fuerza contra la delincuencia organizada?
–Desde
luego que se daña la imagen del Ejército. Se generó inseguridad en los militares
en activo que tenían la responsabilidad de los mandos territoriales, de región,
de zona o de guarnición.
–¿Cómo
fueron las primeras horas de su detención?
–Mi
familia y yo veníamos de Cuernavaca. Cuando llegamos a la entrada del conjunto
habitacional, se nos acercaron unas personas, se identificaron como policías
judiciales federales militares, y me dijeron a qué iban. Subí a su coche. Me
llevaron a las instalaciones de la Policía Judicial Militar, me hicieron un
examen médico y luego me trasladaron a la Seido.
“Allí,
me condujeron a la declaración prácticamente de inmediato. Me dio mucha
tranquilidad escuchar las tonterías que leyó como acusaciones el agente del
Ministerio Público Federal.
“Después
me dijo que estaba detenido y ahí estuve casi 48 horas. Luego pasé 77 días en
el centro de arraigo, con el general Roberto Dawe de compañero. De allí nos
enviaron al penal del Altiplano.
–¿Cuándo
estuvo en la Seido o bajo arraigo, Marisela Morales y Cuitláhuac Salinas
platicaron con usted?
–Solamente
tuve contacto con el agente del Ministerio Público Francisco Jorge Rubio
Salgado, y sólo comparecí dos veces ante él. La primera, el 15 de mayo; la
otra, el 20 de junio (de 2012).
–¿No
hubo más, nunca le informaron de más pruebas ni le pidieron que aclarara algo
ante el Ministerio Público?
–Así
es. En la Siedo solamente leyeron las imputaciones que me hizo el superhombre,
Jennifer, quien tenía una memoria privilegiada. Su testigo se acordaba de
cientos de detalles, de las personas a las que inculpaba, decía fechas y todo.
“Jennifer
tenía el fabuloso don de la ubicuidad. Casi al mismo tiempo, con pocas horas de
diferencia, declaraba haber estado en el estado de Guerrero y luego en Morelos,
y un poco más tarde en Cancún.
“Las
acusaciones que me hacían eran del superhéroe, del delincuente beneficiado, de
nombre Roberto López Nájera, con clave Jennifer. También había supuestos señalamientos
que había hecho el mayor Iván Reyna Muñoz, a quien de manera ruin, de lo más
cobarde, de lo más infame, presionaron para que firmara la declaración que el
Ministerio Púbico ya tenía elaborada. Lo coaccionaban con su familia. Fue una
cosa que no tiene nombre”.
–¿Torturaron
al mayor?
–Lo
presionaron para que firmara las declaraciones que eran en contra mía. Para
imputarme.
“Platiqué
varias veces con el mayor Iván, estábamos en la misma causa penal y
prácticamente juntos en una estancia en el penal del Altiplano. Nuestras celdas
eran contiguas.
“Pero
no fue sólo una vez, fue víctima de una infamia. En una visita que le hicieron
también lo presionaron para que firmara la declaración que prepararon
inculpándome.
Lo
mismo le sucedió al general Ricardo Escorcia Vargas. También lo presionaron
para que firmara su declaración, amenazando a la familia. De esa manera
obligaron a los dos.
–¿Qué
les decían?
–Que
detendrían y consignarían a su familia. En el caso del general Escorcia, a sus
hijos; con el mayor Iván, a su esposa.
–¿Con
el general Roberto Dawe no ocurrió eso?
–Al
general Dawe lo coaccionaron para que declarara contra el teniente coronel
Isidro de Jesús Hernández Soto.
–Unos
contra otros...
–Sí.
Pero debo decir que yo no fui presionado de ninguna manera.
¿En
el penal del Altiplano ocurrió algo?
–Tengo
entendido que a los generales Escorcia y Dawe los golpearon cuando llegamos al
penal. No me consta; yo iba adelante y enseguida ellos. Son comentarios que me
hacen.
–¿Qué
hacía en el Altiplano?
–A
las cinco y media nos levantaban; a las 6, dos custodios pasaban lista; uno nos
nombraba y otro confrontaba nuestra cara con las fotografías que tenían en un
listado. A las 8, pasaban con un carrito y nos daban el desayuno. Después
teníamos tiempo libre para leer textos de una biblioteca ambulante. Cada libro
te lo prestaban durante una semana.
Escribía,
hacía ejercicio, caminaba o corría en el patio. Al principio sólo con el
general Dawe; luego nos dejaron salir a los seis militares, y jugábamos futbol
o basquetbol.
–Ahora
que se encuentra libre de las acusaciones de delincuencia organizada y delitos
contra la salud, ¿ya platicó con el secretario Cienfuegos?
–Todavía
no. Lo haré en unos momentos, mediante una llamada telefónica, para informarle
que ya estoy en casa, lo que tengo planeado. Luego pediré una audiencia con él.
–¿Buscará
al presidente Enrique Peña Nieto?
–A
ver qué instrucciones me da el secretario de la Defensa. Como todo buen
soldado, debo reportarme con mi mando, y le plantearé que quiero solicitar una
audiencia al Presidente para agradecerle todas sus atenciones y gentilezas.
–¿Cree
que pueda abrirse la vía de la participación política para usted; podremos
verlo como senador o diputado?
–El
mecanismo que se ha seguido es que los partidos le digan al secretario que un
militar tuviera representación en la Cámara, de Diputados o de Senadores. Una
vez que le plantean la necesidad, él consulta a quien debe hacerlo, y entonces
propone algún nombre.
–¿Le
disgusta la idea de hacer política?
–No
me disgustaría. La verdad, con el único deseo de ser útil.
*
Se
indagará la fabricación de pruebas contra el militar: Murillo
La
Procuraduría General de la República (PGR) iniciará una investigación formal
por el uso de declaraciones falsas de testigos protegidos y la posible
fabricación de pruebas, informó el titular de la dependencia, Jesús Murillo
Karam.Estoy obligado a hacerlo porque lo indicó un juez en una de las
sentencias. La pesquisa está relacionada con la Operación Limpieza y el caso
del general Tomás Ángeles Dauahare.Les repito: una de las sentencias en el caso
anterior le pide al Ministerio Público que inicie una investigación al
respecto, expresó Karam.
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Busca
general demandar a exprocuradora
El
daño 'está hecho y es irreversible'. El general Tomás Ángeles Dauahare quiere
dejar atrás los 11 meses de arraigo y prisión que enfrentó, acusado de nexos
con el narcotráfico. La decisión de presentar una demanda penal o civil contra
la extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), Marisela Morales
Ibañez, y los funcionarios que integraron el expediente en su contra, la dejará
en manos del secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, su
jefe; acatará lo que él disponga.
MILENIO
Va
la PGR contra su extestigo favorito
La
Procuraduría General de la República (PGR) abrió una averiguación previa contra
funcionarios de esa dependencia y el testigo protegido, Jennifer, cuyas
acusaciones dieron origen a la pesquisa que llevó a la cárcel al general Tomás
Ángeles Dauahare. Entre los servidores públicos investigados hay agentes del
Ministerio Público federal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación
de Delincuencia Organizada (SEIDO). El mismo testigo fue soporte en el caso de
Noé Ramírez Mandujano, ex titular de la SIEDO, preso desde 2008 y que el lunes
pasado recobró su libertad.
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