La
“bodega” del Cártel de Sinaloa/J. Jesus Esquivel
Revista Proceso # 1966, 5 de julio de 2014
La
agencia antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA, ha corroborado de sobra que
la demanda de su país es un irresistible incentivo para las grandes
organizaciones del narcotráfico. Un funcionario de la dependencia en Phoenix,
Arizona, comparte con este semanario una radiografía del auge del contrabando
de heroína y metanfetaminas en esa ciudad, el cual constituye una inmensa fuente
de ingresos para la organización de Ismael Zambada, El Mayo.
PHOENIX,
ARIZONA.- La incontenible demanda de drogas por los estadunidenses contribuye a
consolidar al Cártel de Sinaloa como el mayor proveedor de metanfetaminas y
heroína en ese mercado y, de paso, como la organización criminal más poderosa
de México.
“Estados
Unidos sigue teniendo un gran apetito por los estimulantes, por eso los
mexicanos han incrementado sus sistemas de distribución y transporte de
metanfetaminas y heroína”, dice un alto funcionario de la oficina regional de
la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, en Phoenix, Arizona.
Con
el respaldo de las estadísticas oficiales de incautaciones de drogas sintéticas
y heroína que ha realizado la agencia en años recientes, el entrevistado
admite, sin titubear, que su gobierno carece de capacidad para vigilar toda la
frontera sur de Arizona, la franja de la cual prácticamente se adueñó el Cártel
de Sinaloa, comandado por Ismael Zambada García, El Mayo.
“La
frontera de Arizona (con México) es una vasta y difícil área de patrullar y de
vigilar: mide 626.03 kilómetros –apunta, tras advertir que aceptó hablar a
condición de no identificarlo por su nombre ni por su cargo–. No importa a
cuántos agentes de la Patrulla Fronteriza pongas a vigilar esa frontera; por su
orografía es imposible tener un control absoluto y el Cártel de Sinaloa siempre
ha controlado este corredor fronterizo.”
Con
un desierto que es una trampa mortal para quienes se atreven a cruzarlo sin
agua ni alimentos y sin conocer el terreno, la franja limítrofe es un inmenso
terreno montañoso que sólo El Mayo Zambada y su gente cruzan impunemente para
cubrir la demanda de narcóticos en Estados Unidos.
También
por ese tramo de frontera se intercambia 70% de los productos legales en ambas
direcciones, sobre todo por el puerto de Nogales, Arizona, y el de Nogales,
Sonora. No obstante, la orografía impide desarrollar infraestructura para que
también transiten por ahí mercancías legales y personas con documentos en
regla.
La
principal dificultad para las autoridades de Estados Unidos es la mayor ventaja
de los narcotraficantes: a unos 257 kilómetros al norte del límite entre las
dos Nogales se encuentra Phoenix. Explica el funcionario de la DEA:
“Mucha
gente no entiende la importancia que tiene para el narcotráfico Phoenix y en
general el estado de Arizona, desconocen lo que realmente pasa aquí. Phoenix es
el centro de distribución de drogas del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos.
Aquí es a donde mandan primero sus productos.”
Con
aproximadamente 5 millones de pobladores, Phoenix es la quinta ciudad de su
país, y la primera parada de los narcóticos que mete el Cártel de Sinaloa para
después distribuirla.
A
la caza de la “chiva”
La
oficina de la DEA en Phoenix mide el nivel del contrabando de drogas procedente
de México por las incautaciones que sus agentes llevan a cabo, las cuales se
han disparado en forma notable.
No
hay duda –enfatiza el entrevistado–, nuestras confiscaciones de metanfetaminas
han subido en 300% o 400% en los últimos tres o cuatro anos. Las de heroína
también están subiendo, y esto es por el aumento en la adicción a ella en
Estados Unidos.”
Explica
que la explosión de la demanda de heroína y metanfetaminas en su país se debe
en gran medida a que el consumo de cocaína se desplomó, ya que a los cárteles
mexicanos les sale más caro importarla de Colombia para después introducirla a
Estados Unidos. Ese mercado, afirma, dejó de ser el preferente para la cocaína.
De acuerdo con los informes de inteligencia, las organizaciones mexicanas y
colombianas ahora venden el polvo blanco en Europa y el oeste de África.
Para
apoyar su afirmación, revela los decomisos de esa droga sintética conseguidos
por los agentes de la DEA en Phoenix: mil 12 kilos en 2010, mil 865 en 2011, 2
mil 38 en 2012 y 2 mil 264 kilos de metanfetaminas en 2013.
De
ello se desprende, según la agencia, que “los narcotraficantes mexicanos
obviamente están cubriendo la demanda y, por ende, se da un incremento en el
tráfico de metanfetaminas. Adicionalmente, ellos han creado un sistema robusto
para manufacturarla en México”.
También
en esta franja fronteriza, el pasado 17 de junio la DEA capturó en la ciudad de
Tucson a siete personas que ocultaban en el clóset de una casa de seguridad
40.8 kilos de heroína blanca perteneciente al Cártel de Sinaloa (conocida en el
mercado negro estadunidense como smack, big h, hell dust o chiva).
Este
golpe fue resultado de la Operación Smack Talk, una investigación de 11 meses
que realizó la oficina regional de la DEA y uno de los mayores decomisos de
heroína en Estados Unidos.
Los
paquetes de heroína blanca fueron contrabandeados en compartimentos ocultos de
varios vehículos hasta una zona residencial de Tucson. Junto con la droga, la
DEA confiscó siete vehículos y 300 mil dólares en efectivo.
De
acuerdo con investigaciones de la agencia estadunidense, el Cártel de Sinaloa
utiliza métodos tradicionales para introducir las drogas por Arizona. El
funcionario entrevistado explica que la mayor parte entra en compartimentos de
vehículos particulares, cada uno de los cuales lleva desde 10 hasta 20 onzas
para no perder mucha mercancía en caso de que las autoridades descubran el
contrabando.
De
todas formas, agrega, “siguen cruzando droga en camiones de carga de 18
llantas, en las mochilas que se ponen los migrantes o traficantes en la
espalda…Cuando intentan meter las drogas duras en camiones comerciales, las
ocultan en los tubos de PVC. Llenan los tubos de droga y los meten en
tráileres”.
Y
aclara que si bien los “burros” son el mecanismo de carga tradicional para el
trasiego de mariguana, el Cártel de Sinaloa ocasionalmente mezcla en esas
cargas pequeñas cantidades de heroína o metanfetaminas.
Tradición
e innovación delictiva
Por
la función que le da el Cártel de Sinaloa a Phoenix, también establece ahí
narcobodegas y casas de seguridad.
“¿Sabemos
quiénes son o dónde están? No. Si lo supiéramos, ya los habríamos detenido”,
admite el funcionario de la DEA, y describe su labor como el juego del gato y
el ratón: “Habrá lugares donde estén tal vez debajo de nuestra nariz y no
tengamos la menor idea de quiénes son ni qué están haciendo”. El colmo es que
en esta ciudad “se cierran y se abren casas de seguridad todo el tiempo”.
Para
detener a los operadores de la organización mexicana, desmantelar sus casas de
seguridad y narcobodegas, la DEA necesita recursos adicionales que no han sido
autorizados por el Congreso de Estados Unidos ni solicitados por la Casa Blanca
en los últimos años.
Lo
peor es que la DEA no es la única dependencia federal que no tiene éxitos
definitivos en el combate a las operaciones del Cártel de Sinaloa. Pese al
escándalo de la operación Rápido y Furioso, señala el entrevistado, el tráfico
de armas de Arizona a México sigue siendo un negocio común y lucrativo. “Está
al nivel al que estuvo hace varios años y sigue siendo un método por medio del
cual los narcotraficantes mexicanos siguen armándose”, apunta, si bien
establece que es un asunto del que se encarga el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas
de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).
Lo
que sí ha modificado el Cártel de Sinaloa son los métodos para lavar el dinero
procedente de la venta de las drogas en Arizona y para introducirlo a México.
La DEA atribuye esa modificación a las nuevas leyes hacendarias para limitar
los montos de dinero que se pueden depositar en efectivo en los bancos.
El
funcionario de la DEA recuerda que “hace cuatro o cinco años veíamos montos
gigantes de dinero que transportaban en camiones. Llevaban 3 o 4 millones de
dólares en efectivo. No vemos mucho de eso ya, porque si logran cruzar la
frontera no pueden depositarlo con facilidad en un banco mexicano”.
En
cambio, una de las nuevas tácticas para lavar el dinero en Estados Unidos y
enviarlo a México es reclutar a muchas personas que depositan en bancos
estadunidenses menos de 10 mil dólares en efectivo, y posteriormente hacer
transferencias interbancarias a bancos mexicanos con ese dinero ya convertido
en pesos.
La
organización del Mayo Zambada también pretende variar sus rutas de tráfico en
la frontera de Arizona. De acuerdo con la DEA, desde hace un par de años no
envían todos sus cargamentos a Phoenix: “La droga que entra por Arizona,
regularmente se dirige al Medio Este, a ciudades como Chicago, Detroit o
Minneapolis”.
Para
enviar metanfetaminas a la Costa Este, específicamente a ciudades como Atlanta,
Nueva York, Washington, D.C., Filadelfia y Boston, el Cártel de Sinaloa envía
cargamentos que entran por Arizona pero se llevan a El Paso, Texas, y a Los
Ángeles, California.
El
funcionario de la DEA señala que las drogas destinadas a Los Ángeles suelen
pasar por la zona de San Luis Río Colorado, Sonora.
“Los
narcotraficantes mexicanos pretenden ampliar el número de rutas para meter las
drogas. Una vez que logran hacerlo por Arizona, en lugar de enviarla a Phoenix,
como tradicionalmente lo hacían, ahora giran a la derecha y la mandan a El Paso
porque están alimentando con más narcóticos las rutas que cubren el mercado de
la Costa Este”, concluye el entrevistado.
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