Y
la UNAM le abrió las puertas/MARÍA
LUISA VIVAS
Revista Proceso # 1966, 5 de julio de 2014
Con
un costo de 7 mil pesos y una duración de 120 horas, el pasado 1 de marzo se
inició en el Centro de Educación Continua de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCPyS) de la UNAM el diplomado “Creadores de contenidos: Un viaje
al proceso televisivo”, producto de un convenio entre la FCPyS y el Sindicato
Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio Similares y Conexos
de la República Mexicana (Sitatyr).
La
primera parte del curso concluyó el pasado el 28 de junio y está pendiente el
módulo Transmedia, que se impartirá en línea.
Este
programa desató una ola de inconformidad entre maestros y alumnos, que repudian
el modo en que se aceptó esta colaboración y el propio contenido del curso.
Dos
días después de iniciado el diplomado, el 3 de marzo, profesores de la carrera
de ciencias de la comunicación –encabezados por Felipe López Veneroni,
consejero técnico representante de maestros de dicha licenciatura– entregaron
una carta al director de la FCPyS, Fernando Castañeda Sabido, en la que
manifestaban su “consternación y rechazo” a la propuesta de incluir el
diplomado como parte de la modalidad de titulación “Profundización del
conocimiento”.
Los
académicos solicitaron al director de la FCPyS revocar el convenio con el
Sitatyr, entre otras razones porque el diplomado “no es impartido por una
institución de educación superior ni tiene vínculo en el ámbito de la formación
académica”. Además, “se ignora si quienes aparecen como docentes en los módulos
tienen la formación teórico-metodológica y pedagógica, así como los requisitos
académicos y la experiencia docente para impartir clases a nivel licenciatura”.
Criticaron
también que algunos de los módulos que se estudian en el diplomado, como
géneros periodísticos y el modelo piramidal de la información, se imparten
desde la licenciatura, por lo que “no se advierte ninguna contribución
novedosa”.
En
contraparte, subrayan, “la organización de concursos de belleza y las
ceremonias de premiación no guardan vínculo discernible alguno con el ámbito
teórico, metodológico o empírico de la comunicación, ni reflejan el carácter
ético, profesional o académico que nuestra carrera busca delinear como perfil
de los egresados universitarios”.
En
una reunión con Castañeda Sabido –que fue “tensa”, según maestros de la carrera
consultados por Proceso– se debatió sobre el programa. De acuerdo con el
director, el Consejo Técnico de la FCPyS avaló los diplomados como una opción
para titularse. Fue en ese marco, expresó, que un grupo de egresados afiliados
al Sitatyr se acercó para proponer el curso.
El
problema, le refutaron los docentes, no es la aprobación de nuevas modalidades
de titulación, sino el diplomado particular impartido por empleados de
Televisa. Hicieron hincapié en la “pobre calidad” de los contenidos. Sin
embargo, el director cambió el tema y, aunque los profesores le solicitaron
responder por escrito a su carta, no lo hizo.
La
inconformidad entre los catedráticos llegó a tal grado que la dirección removió
de la Coordinación de Ciencias de la Comunicación a Arturo Guillemaud Rodríguez
Vázquez por “no haber frenado a tiempo el diplomado”. Empero, no estaba entre
sus facultades aprobarlo. Esa responsabilidad le corresponde a Alma Iglesias,
jefa de la División de Educación Continua y Vinculación de la FCPyS.
En
lugar de Rodríguez Vázquez fue designada Carola García Calderón, quien también
firmó la carta dirigida a Castañeda Sabido.
La
forma y el fondo
Adriana
Solórzano y Marcos Márquez, profesores de asignatura en la carrera de ciencias
de la comunicación en la FCPyS, aseguran que el convenio con el Sitatyr generó
descontento por el procedimiento que se siguió y por la falta de calidad del
curso.
El
trámite, señalan, no incluyó a la comunidad académica y se pasó por alto la
normatividad para que un diplomado pudiera ser considerado una forma de
titulación.
La
potestad de revisar, valorar y autorizar esa modalidad le corresponde al Comité
de Titulación del Centro de Estudios de Ciencias de la Comunicación. “En este
caso el Comité fue consultado una vez que el diplomado ya se había iniciado y
existía el compromiso de la FCPyS ante los inscritos, y sólo porque la comunidad
académica cuestionó esta grave falta”, afirma Solórzano.
El
asunto más relevante, añade Márquez, son los contenidos. “Nosotros no formamos
técnicos en producción televisiva, no enseñamos a iluminar un foro ni el
movimiento de las cámaras. No enseñamos a realizar telenovelas, programas de
concursos o pasarelas.
“Nosotros
formamos científicos sociales capaces de analizar el proceso de producción
mediática, no solamente desde la perspectiva de la realización, sino también de
su difusión y consumo. Este es el motivo fundamental que me ha llevado a estar
en desacuerdo con el diplomado en cuestión, pues contradice las bases que
sustentan la carrera y de ninguna manera ‘actualiza’ a los egresados de ella”,
sostiene.
Agrega
Solórzano: “Es grave que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se
imparta un diplomado que incluye el módulo ‘certamen de belleza’. No se trata,
como algunos se atreven a decir, que en la facultad se deje de lado lo que
realmente ocurre en el mercado laboral, pero es tanto como justificar que a un
estudiante de medicina se le enseñara una mala praxis sólo porque en algunos
hospitales ocurre. La universidad no forma profesionales que repitan esquemas
para conseguir rating; los profesionales de la UNAM son seres reflexivos que
están preparados para contribuir a mejorar la comunicación social y pública”.
Con
ellos coinciden decenas de estudiantes y egresados que se unieron a la página
de Facebook “UNAM sin Televisa”, que surgió el martes 1 y ya supera los 3 mil
600 “me gusta”.
Los
inconformes también lanzaron una campaña mediante la organización civil
Change.org, cuyo objetivo es “empoderar a todas las personas en donde estén
para crear el cambio que quieren realizar”. La petición “Fuera Televisa de la
UNAM” ha sido respaldada por 757 personas.
Que
sí, que no
El
diplomado pasó inadvertido hasta el martes 1 de julio, cuando Milenio publicó
la nota “Televisa ofrece cátedra a la UNAM”, en la que Jorge Eduardo Murguía,
vicepresidente de producción de Televisa, afirmó que aquel planea tener “una
larga vida” gracias a la demanda que tuvo.
Alma
Iglesias González, jefa de la División de Educación Continua y Vinculación de
la FCPyS, difundió una nota aclaratoria: “Respecto de todas las empresas
televisivas, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales aclara que no tiene
convenio con ninguna de estas compañías y, en particular, con Televisa”, se lee
en la carta, publicada en el sitio web de dicho plantel.
Consultada
al respecto, Iglesias asevera que el diplomado tuvo como objetivo “combinar conocimientos
prácticos y teóricos en un programa que buscara actualizar, profundizar o
profesionalizar sus conocimientos (de los estudiantes) en materia televisiva”.
Puntualiza,
eso sí, que el Consejo Universitario aprobó la titulación mediante diplomados
de 240 horas. Por tal motivo, continúa, “este curso no cumple con este
requisito, así que (quienes lo tomaron) no podrán titularse sólo con él”.
Pese
al rechazo de académicos y estudiantes, Iglesias refiere que “programar una
nueva generación de este diplomado posiblemente dependerá de la demanda que
exista”.
Asimismo
defiende a los profesores que impartieron clases, a quienes califica como
“personas altamente calificadas y ampliamente reconocidas en la materia que les
correspondió desarrollar”.
Según
el plan de estudios del diplomado, la plantilla de maestros incluyó a la
productora de telenovelas Carla Estrada, quien además es la madrina de la
generación; Roberto Gómez Fernández, hijo de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito;
Luis de Llano, productor de programas y grupos musicales; Pedro Damián, uno de
los fundadores del grupo Timbiriche; Enrique Segoviano, director de El Chavo
del Ocho; Miguel Ángel Fox, productor del reality show La Voz… México, y los
periodistas Santos Bris, Carla Iberia Sánchez y Saúl Sánchez Lemus.
Iglesias
afirma, no obstante, que Carla Estrada, Pedro Damián y Miguel Ángel Fox no
impartieron clase.
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