Tamaulipas:
“limpia” de narcos tolerada por el gobierno/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso
# 1962, 7 de junio de 2014
Según
las agencias de inteligencia de Estados Unidos, la violencia en Tamaulipas –que
se recrudeció tras el anuncio de la estrategia federal para el estado– no se
debe a la lucha territorial entre narcos, sino a que el Cártel del Golfo, con
el apoyo del Cártel de Sinaloa, está “limpiando” la entidad de Los Zetas, a
quienes culpan de aterrorizar a la población con extorsiones y secuestros.
Conscientes de esto –se dice en reportes de dichas agencias–, la Marina y el
Ejército han permitido enfrentamientos entre esos grupos delictivos. Y el paso
de la droga hacia el país del norte está garantizado.
WASHINGTON.-
La causa principal de la violencia que predomina en Tamaulipas ya no es la
pugna entre el Cártel del Golfo y Los Zetas por esa plaza fronteriza, sino que
refleja el reacomodo de los cárteles a las nuevas condiciones que se le
plantean en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El
diagnóstico está contenido en reportes de inteligencia estadunidenses, uno de
los cuales destaca: “En Nuevo Laredo, Reynosa y Tampico, la eliminación de
elementos de Los Zetas a cargo del Cártel del Golfo y de otras organizaciones
que están fuera de la entidad, está generando esa fuerte ola de violencia en
todo el estado”.
Funcionarios
de Estados Unidos accedieron a hablar y mostraron a Proceso dichos informes
sobre Tamaulipas, a condición de no publicar su identidad ni las dependencias
federales en que trabajan. Uno de ellos afirma:
“Los
reportes de inteligencia que hemos recolectado de lo que pasa en Tamaulipas,
especialmente en Nuevo Laredo, revelan que más que una lucha por la plaza (para
contrabandear drogas a Estados Unidos), la que libra el Cártel del Golfo contra
Los Zetas es para acabar con el terror al que estos últimos han sometido a la
población.”
En
vista de lo sensible que está el intercambio de información de inteligencia
entre las agencias de seguridad de Estados Unidos y de México en la
administración priista, los funcionarios estadunidenses eligen con cuidado sus
palabras.
“Después
de esta tormenta vendrá la calma –comenta uno de los tres entrevistados–. Es la
limpia, como dicen en México, de todos los criminales desalmados y
extorsionadores que dicen tener filiación con Los Zetas. La intención es
contener la violencia contra la población civil, eso es lo que pretende hacer
el Cártel del Golfo y quienes lo apoyan en esto”, añade.
–¿Quiénes
apoyan al Cártel del Golfo en los enfrentamientos contra Los Zetas? –se le
plantea.
–El
Cártel de Sinaloa principalmente, y hasta algunos elementos de grupos que
llegaron desde Chihuahua para apoyarlo.
El
control de la plaza de Tamaulipas y sus corredores para el tráfico de droga
hacia Estados Unidos preocupa al gobierno de Barack Obama. Los entrevistados
reconocen que, una vez controlado el estado, aumentará el flujo de drogas
procedentes de México y Sudamérica, y la mercancía pasará sobre todo por Texas.
De hecho, admiten que ya se reportan un mayor movimiento de metanfetaminas y
heroína que entraron por Tamaulipas a Houston, Dallas y San Antonio.
“No
es una violencia generalizada como la que se destacaba hace dos o tres años en
Tamaulipas. Los ataques parecen orquestarse muy bien contra blancos previamente
elegidos, porque incluso el Ejército y la Marina de México han permitido los
enfrentamientos entre criminales; optan por no intervenir”, se lee en otro de
los documentos elaborados por distintas agencias estadunidenses desde México.
Al
consultarles si lo que sucede en Tamaulipas se puede interpretar como un
acuerdo entre el gobierno y grupos del crimen organizado para acabar con la
extrema violencia en el país, los funcionarios intercambian miradas como para
ver quién se atreve a responder. Tras una breve pausa uno dice:
“La
intención que tienen es acabar con toda la criminalidad que aterroriza a la
sociedad civil y que no está ligada al narcotráfico. Las consecuencias de esto
serán otras, y son las que nos preocupan, pero es algo que ya veníamos
prediciendo porque así pasó en Colombia hace algunos años.”
La
“buena noticia”
El
pasado 14 de mayo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el
gabinete de seguridad dieron a conocer la nueva estrategia contra la violencia
en Tamaulipas (Proceso 1960).
El
plan del gobierno de Peña Nieto frente a la oleada de asesinatos –que se
acrecentó horas después de que Osorio Chong hiciera el mencionado anuncio en
Reynosa– consiste en dividir el territorio tamaulipeco en cuatro zonas para que
las supervise un fiscal de la Marina o de la Secretaría de la Defensa Nacional.
La
estrategia tiene tres vertientes: desarticular a las organizaciones
criminales, cancelar las rutas del tráfico de drogas, armas y personas, y
garantizar la seguridad civil con el funcionamiento pleno de las instituciones
gubernamentales.
Para
los funcionarios estadunidenses, el objetivo del gobierno mexicano es viable
pero está condicionado a la eliminación de uno de los dos cárteles que
controlan esa plaza: el del Golfo o Los Zetas.
“Es
muy difícil que puedan eliminar al narcotráfico de Tamaulipas. Sería lo ideal,
pero es muy complicado. Con base en los informes que nos llegan desde allá,
creemos que la intención es que el tráfico de las drogas continúe como antes
(del sexenio de Felipe Calderón), sin representar una amenaza para la
estabilidad de la población”, explica uno de los estadunidenses.
El
concepto de “Estado fallido” que utilizó el gobierno estadunidense durante el
sexenio de Calderón para describir entidades como Tamaulipas, donde el crimen
organizado impuso su ley, quedó proscrito en la nueva relación de Washington
con la administración de Enrique Peña Nieto.
De
forma discreta, los integrantes de agencias de inteligencia indican que en
México no se desarrolla ahora una lucha por el poder ni por el control de
plazas, sino una cruzada para eliminar los “malos elementos”, que
diversificaron el negocio hacia el secuestro y la extorsión, entre otros
delitos. Uno de ellos puntualiza:
“A
toda la gente de Tamaulipas y a la población de México les convendría la
eliminación de Los Zetas, aunque esto no tendría un efecto real en una
disminución del tráfico de drogas a Estados Unidos. Más bien sería la
consolidación de un solo grupo como líder del negocio en un lugar o estado
específico, como Tamaulipas.”
–¿Le
preocupa al gobierno de Obama que sus reportes de inteligencia indiquen, como
en el caso de Tamaulipas, que los militares dejen enfrentarse a los
narcotraficantes entre ellos?
–Es
una negligencia intencionada que tiene efectos positivos, suponemos, para los
objetivos de seguridad que se ha marcado el gobierno de México. La verdad, en
la historia del narcotráfico mexicano Los Zetas han sido un factor de terror y
de muerte. Le aseguro que su eliminación es tan buena noticia para los
mexicanos como para los estadunidenses.
Los
estados que siguen
La
información de inteligencia recopilada por las agencias federales de Estados
Unidos en Tamaulipas establece un escenario caótico para Los Zetas. “En los
últimos 12 meses”, aunque dividido, el Cártel del Golfo se ha revitalizado en
número de integrantes como en arsenal y equipo táctico, por el apoyo que –según
los reportes estadunidenses– está recibiendo de la organización de Ismael El
Mayo Zambada desde Sinaloa.
En
la pirámide del liderazgo de Los Zetas, que posee el gobierno de Estados Unidos
y elaborada con base en sus datos de inteligencia (informantes e intercambio de
información con el gobierno mexicano), el líder de esta agrupación criminal es
Omar Treviño Morales, El Zeta 42.
Al
presunto líder de Los Zetas y hermano de Miguel Treviño Morales –El Z 40, quien
fue capturado en julio de 2013 por la Marina–, las agencias de inteligencia lo
perciben “diezmado y acorralado”, que permanece oculto en Nuevo Laredo ante la
cacería que desató el Cártel del Golfo.
Esta
organización, dicen los reportes, está buscando al Z 42 minuciosamente en las
casas de seguridad de Los Zetas en Nuevo Laredo, y por eso se percibe que la
narcoviolencia sigue extendida por toda la entidad.
Contraria
a la información de la prensa mexicana, la cual ha publicado que el Cártel del
Golfo está muy dividido, los mencionados documentos sostiene que esa
organización criminal se está consolidando con el respaldo interesado que le
llega de Sinaloa.
Uno
de los funcionarios entrevistados observa: “Recordará que hace algunos años,
cuando irrumpieron Los Zetas como grupo criminal desalmado, sanguinario e
independiente, se les llegó a calificar, dentro del mismo crimen organizado,
como ‘la chusma’. Por la información que tenemos, creemos que cárteles
‘tradicionales’, como los de Sinaloa, del Golfo y de Juárez, llegaron a un
acuerdo entre ellos: quien estorbe a esos intereses tendrá que ser eliminado
por el bien de todos ellos”.
El
escenario que conforman los reportes de inteligencia, que los entrevistados
facilitaron al reportero para una revisión ocular, no descarta la posibilidad
de que la eventual eliminación de Los Zetas le deje lugar a otros criminales:
“El tráfico de indocumentados
centroamericanos, las extorsiones a personas y negocios, así como la piratería,
son negocios muy redituables para Los Zetas y los muchos criminales comunes que
trabajan para ellos sin pertenecer en ciento por ciento a la organización. Si
se extermina a Los Zetas, el riesgo será la formación de escisiones pequeñas
que quieran darle continuidad a esos actos ilícitos, aunque saben que tendrían
que enfrentarse a los cárteles y a las autoridades federales.”
La
cacería de zetas por el Cártel del Golfo y el de Sinaloa asienta como primer
objetivo limpiar a Tamaulipas, pero la información en poder de las agencias
estadunidenses tiene un pronóstico de narcoviolencia para otras entidades.
“La
limpia es generalizada y Los Zetas tienen presencia en otros estados, como
Veracruz, Estado de México, Nayarit, Coahuila, Querétaro y Jalisco, en los
cuales, una vez terminada la misión de Tamaulipas, podrían registrarse
enfrentamientos muy violentos. Creemos que grupos como el Cártel de Sinaloa han
tomado la decisión de acabar también con los delincuentes que han aprovechado
el narcotráfico para diversificar los objetivos de este negocio con la
ejecución de otros crímenes. De manera paulatina, esto también obligaría a
replantear la cooperación antidrogas con México, porque posiblemente aumentará
el tráfico de drogas a Estados Unidos”, concluye uno de los reportes.
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