Revista Proceso 1985, 15 de noviembre de 2014
Confirmado, el maridaje
Televisa-Presidencia/
ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
Para explicar que una residencia en el
exclusivo sector de Las Lomas, en la Ciudad de México, no era del presidente
Enrique Peña Nieto sino de Angélica Rivera Hurtado, el vocero presidencial
Eduardo Sánchez acudió a Televisa, donde confirmó al aire que un contratista
del gobierno es financiero de la esposa del mandatario.
La investigación realizada por el
portal Aristegui Noticias –publicada de manera simultánea en la edición 1984 de
Proceso– demostró que el inmueble está registrado a nombre de Ingeniería
Inmobiliaria del Centro, una razón social cuyo accionista mayoritario es Juan
Armando Hinojosa Cantú, contratista de obra y proveedor de servicios al
gobierno mexiquense cuando Peña Nieto lo encabezó y aun durante la gestión de
éste en Los Pinos.
El domingo 9, la Presidencia de la República
emitió una “nota informativa” en la que indicó que la casa, ubicada en Sierra
Gorda 150, es de Angélica Rivera, quien supuestamente la compró con sus propios
recursos y aún sigue pagándola.
Un día después, en el programa Primero
Noticias de Canal 2 de Televisa, conducido por Carlos Loret de Mola, Sánchez
insistió en que el inmueble es de Angélica Rivera, quien había pagado 30% del
total pactado con Ingeniería Inmobiliaria, por lo que se le dio la posesión.
–Es decir, ella sacó un crédito, y en
lugar de pagárselo al banco se lo paga a la empresa –planteó Loret de Mola al
vocero.
–Es una compra a plazos, efectivamente.
Es una compraventa con reserva de dominio y la casa se escriturará a la señora
Angélica Rivera una vez que haya pagado sus abonos.
Aunque Sánchez mencionó que la
operación se había efectuado un año antes de que Peña Nieto tomara posesión
como presidente, su declaración ofreció un dato revelador: la continuidad de
una relación de negocios entre la familia presidencial y un contratista que en
dos años de gobierno acumula contratos por miles de millones de pesos, así como
concesiones y otras prebendas en la administración federal.
En esa entrevista, la única concedida
por el vocero hasta el cierre de esta edición, se aludió también a la residencia
de Paseo de Las Palmas 1325, que colinda con la de Sierra Gorda 150 por la
parte posterior, pues, según él, “en la perspectiva de su matrimonio” con quien
fuera gobernador del Estado de México, Rivera decidió ampliarse “de manera
lógica” hacia los predios de su vecino.
El asunto fue reseñado en los
principales diarios internacionales y había sido motivo de burla en las redes
sociales. Mientras tanto, el presidente Peña Nieto llegaba a China para
participar en una cumbre internacional y una visita de Estado donde se le
reclamó la cancelación de la licitación del tren rápido México-Querétaro, en la
que precisamente iba en asociación el propietario original de la residencia de
Sierra Gorda.
Al finalizar la entrevista, Loret de
Mola hizo un extraño planteamiento. Preguntó a Eduardo Sánchez qué veía detrás
de la publicación: “moros con tranchetes o…”: “Hay un interés periodístico en
ello que nosotros debemos cubrir con información tal cual es nuestra
obligación”, respondió el vocero.
La “transferencia”
Las explicaciones de la Presidencia y
nuevas revelaciones llevan a una conclusión: Angélica Rivera tiene una casa a
nombre de un contratista del gobierno que encabeza su esposo, el presidente
Peña Nieto, y otra, colindante, que le “transfirió” Televisa.
Con una operación registrada en 27.6
millones de pesos, la casa ubicada en Paseo de las Palmas 1325, en Lomas de
Chapultepec, se suma a los 86 millones de pesos en que está valuada la mansión
de Sierra Gorda 150; es decir, 113 millones de pesos, unos 8.3 millones de
dólares al tipo de cambio actual.
El 14 de diciembre de 2010, Televisa
Talento, filial del consorcio de Emilio Azcárraga Jean, realizó la
“transferencia” a favor de Angélica Rivera. Ese mismo día, Ingeniería
Inmobiliaria del Centro adquirió el terreno de Sierra Gorda 160, que luego
fusionó con la propiedad marcada con el número 150 de la misma calle y que
colinda en su parte posterior con la residencia de Paseo de Las Palmas 1325.
La “transferencia” se realizó a través
de un fideicomiso de Banamex.
Las operaciones mencionadas se
efectuaron apenas 17 días después de que Peña Nieto y Rivera Hurtado
contrajeran nupcias.
En la publicación digital, el equipo de
investigación de Carmen Aristegui hizo notar que el vocero presidencial aceptó
que el Estado Mayor Presidencial custodia la propiedad, y no desmintió que la
pareja hubiera participado en el diseño, entre otros aspectos que prácticamente
confirmaron la totalidad de la información del reportaje intitulado La Casa
Blanca de Peña Nieto.
El martes 11, el portal CNN Noticias
informó que, de acuerdo con fuentes de Televisa, se había confirmado que la
“transferencia” se llevó a cabo como parte de un esquema de incentivos que la
televisora ofrece a sus artistas a fin de retenerlos a partir de un contrato de
exclusividad. Según dicha información, Rivera habría tenido una casa en 2004 y
eligió la segunda –la de Paseo de las Palmas– en 2008.
Dos días después, The Wall Street
Journal aportó más detalles sobre la primera propiedad, donada en 2004, que no
se habían revelado. En cuanto a la segunda, la de Paseo de las Palmas 1325, la
“transferencia” se formalizó en 2013, cuando Peña Nieto ya era presidente de
México.
La cercanía de Peña Nieto con Televisa
ha sido ampliamente documentada y fue en buena medida uno de los factores que
incidieron en el proceso electoral y en las demandas del movimiento #YoSoy132.
La televisora, como en el caso de Grupo
Higa, es también proveedora gubernamental. En 2013 percibió de manera directa
732 millones de pesos por concepto de publicidad del gobierno federal y una
cantidad desconocida contratada a través de agencias publicitarias. Esos
ingresos fueron obtenidos el mismo año en que Televisa “transfirió” la casa de
Paseo de las Palmas, por lo que, en cualquier caso, las propiedades de Angélica
Rivera han sido aportadas por proveedores gubernamentales.
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