Quiénes y cómo gobiernan
realmente en Michoacán/Anabel Hernández
Revista
Proceso # 1931, 2 de noviembre de 2013
Un
informe de la PGR desmenuza las historias y organigramas de las mafias de
Michoacán, entidad azotada por una creciente y demencial violencia. El reporte,
elaborado con informes del Cisen y del Cenapi, menciona
una peculiar junta ocurrida en 2007: en ella La Familia reunió a 14 alcaldes
electos y les pasó la factura por el dinero que había inyectado a sus campañas.
Muchos de esos personajes ahora tienen cargos en el gobierno estatal o están
enquistados en los congresos local y federal. La conclusión es que quienes
realmente controlan la política (y la economía) en aquella entidad tienen
nombres: La Familia, Los Caballeros Templarios, La Resistencia, el Cártel
Jalisco Nueva Generación…
Una
reunión tuvo lugar en noviembre de 2007 en la Tierra Caliente de Michoacán: la
organización criminal La Familia convocó a 14 alcaldes electos para el periodo
2008-2011 –muchos de ellos ahora ocupan cargos en el gobierno del priista
Fausto Vallejo o son diputados locales o federales– y les cobró el apoyo
económico brindado durante las campañas electorales.
Esto lo
revela un informe inédito de la Procuraduría General de la República (PGR)
sobre las mafias que operan en Michoacán, elaborado el año pasado a partir de
investigaciones del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para
el Combate a la Delincuencia, reportes del Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen) y declaraciones ministeriales, documentos a los cuales tuvo
acceso este semanario.
Según el
informe de la PGR, 11 de los alcaldes electos eran priistas: Armando Medina
Torres, del municipio de Múgica; Román Nava Ortiz, de Carácuaro; Francisco
Villa Guerrero, de Nocupétaro; Reynaldo Cortés Sandoval, de Tzitzio; Francisco
Gómez Olivos, de Acuitzio; Salvador Bastida García, de Tacámbaro; Everardo Cruz
García, de Turicato; Rodimiro Barrera Estrada, de Churumuco; Miroslava Meza
Virrueta, del municipio de Gabriel Zamora; Fernando Salomón Rosales Reyes, de
La Huacana, y Marcelo Ibarra Villa, de Madero.
También
asistieron tres presidentes municipales electos no priistas: por Ario, Jorge
Moreno Martínez, de la alianza PAN-PVEM; por Nuevo Urecho, el panista Francisco
Estrada García, y por Tumbiscatío, Adán Tafolla Ortiz, de la alianza
PAN-PRI-PVEM.
Proceso
revisó el historial de los 14 alcaldes. De ellos sólo Medina Torres fue
detenido en mayo de 2009 en el michoacanazo (el operativo federal que
aprehendió a 11 ediles y a funcionarios del gobierno perredista, acusados de
colaborar con el crimen organizado). En abril de 2011 fue liberado y desde 2012
forma parte del equipo del mandatario estatal Fausto Vallejo: es director de
Relación con Organizaciones de la Secretaría de Gobierno.
De los 14
alcaldes mencionados en el documento uno murió: Ibarra Villa, ejecutado en
2008. Nava Ortiz, Villa Guerrero y Cortés Sandoval actualmente no tienen
actividad política pública.
En 2012
Gómez Olivos rindió protesta como dirigente de la filial michoacana del Grupo
Político del Estado de México y hace alarde (según la prensa local) de su
amistad con Vallejo.
Bastida
García ha tenido una carrera política ascendente: en abril de 2012 fue enlace
municipal en Tacámbaro de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y en
septiembre de ese año lo nombraron subdirector estatal del Trabajo.
De Cruz
García se sabe que fue candidato a diputado local en 2011, pero perdió. Barrera
Estrada corrió con mejor suerte, actualmente es diputado federal (su hermano
Gildardo es alcalde de Churumuco).
En
septiembre de 2011 la expresidenta municipal de Gabriel Zamora, Miroslava Meza,
denunció haber sufrido varios intentos de extorsión de un grupo delictivo: “Me
hablaban para exigirme dinero, pero les di pura madre y después de varias
llamadas ya no me molestaron”, dijo a medios locales. En julio de 2012 fue
electa diputada federal suplente.
Rosales
Reyes y Moreno Martínez son ahora diputados locales plurinominales.
Durante
el michoacanazo de mayo de 2009 se corrió el rumor de que Estrada García era
uno de los detenidos, lo cual él mismo desmintió horas después. En enero de
2010 dimitió a la alcaldía por “motivos de salud”.
Génesis
criminal
Las
organizaciones criminales en Michoacán se desarrollaron en cinco etapas a
partir de la segunda mitad de los noventa, según el informe de la PGR.
En la
primera etapa Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, cohesionó a pequeños grupos
delictivos para operaciones regionales. En la segunda se alió con Cornelio
Valencia, del Cártel de los Valencia o Cártel del Milenio, entonces dominante
en el estado, con operaciones en Estados Unidos vía Nuevo Laredo, por lo cual
tenía nexos con el Cártel del Golfo.
En 2002
se inició la tercera etapa. El Tísico se separó de Los Valencia y Cornelio fue
detenido. Eso llevó a Rosales a aliarse con Osiel Cárdenas Guillén, líder del
Cártel del Golfo. Con El Tísico estaban Dionisio Loya Plancarte, El Tío;
Nicandro Barrera Medrano; José de Jesús Méndez Vargas, El Chango Méndez, y
Nazario Moreno, El Chayo, cuya esposa, María Elena Loya, es sobrina de Loya
Plancarte.
“La
incorporación de Nazario Moreno González introdujo el elemento fundamentalista
en la organización”, señala el documento.
La
alianza con el Cártel del Golfo tenía como fin “expulsar de territorio
michoacano a la organización de Los Valencia, la cual tenía entre sus
principales actividades el cultivo de mariguana y amapola”.
En el
documento se señala que El Chayo y El Chango Méndez operaban un grupo de
seguridad al servicio del Cártel del Golfo, conocido como Los Doce Apóstoles
–encabezado por Barrera Medrano–, antecedente de La Empresa, de donde surgió La
Familia.
Detalla:
en 2002 surgió La Empresa, formada por El Tísico, El Chango Méndez, El Tío,
Barrera Medrano y El Chayo, además de Arnoldo Rueda Medina, La Minsa. “Sus
integrantes se encontraban relacionados con delitos contra la salud y cometían
en paralelo ilícitos coyunturales, como homicidios, extorsión, privaciones
ilegales de la libertad en las modalidades de secuestro y levantón”, señala.
Cárdenas
Guillén fue detenido en 2003. En el documento de la PGR se asegura que El
Tísico era el candidato más viable para sustituirlo.
La cuarta
etapa se inició con la detención del Tísico en octubre de 2004, cuando planeaba
un asalto al penal de Almoloya para rescatar a Cárdenas.
“En 2006
se presentaron diferencias entre La Empresa y la organización Golfo-Zetas,
posiblemente por desacuerdos en la repartición de plazas que Los Zetas tenían
en su poder, por lo que la alianza de conveniencia se vio severamente
afectada”, agrega el reporte.
La
Empresa se independizó y dio pie a la nueva organización: La Familia. El
documento afirma que su estructura “nace de un proyecto de concentración de
negocios delictivos (robo de autotransportes, secuestro, trasiego de drogas y
armas, etcétera) a escala local y regional en el estado de Michoacán”.
La
primera “incursión de alto impacto” de esta organización ocurrió en septiembre
de 2006 en Uruapan, cuando sicarios tiraron cinco cabezas en la pista de baile
del club nocturno Sol y Sombra con un mensaje: “La Familia no mata por dinero,
no asesina mujeres, no mata inocentes sólo muere quien debe morir, sépanlo toda
la gente esto es justicia divina”.
En esa
etapa se unió a la organización Servando Gómez Martínez, La Tuta, un profesor
radicado en Apatzingán.
La quinta
etapa ocurrió tras la ausencia del Chayo, quien supuestamente murió en un
enfrentamiento con la Policía Federal en diciembre de 2009. “Aunque existen
indicios de que ocurrió un poco antes, por diferencias entre Moreno González y
Jesús Méndez Vargas”, indica el reporte de la PGR.
Los
Caballeros Templarios se dieron a conocer el 10 de marzo de 2011 con mantas y
volantes distribuidos en distintos municipios de Michoacán y Guerrero. En ellos
comunicaban que a partir de esa fecha continuarían con las actividades
“altruistas” que habían sido el estandarte de La Familia.
“Dicho
grupo delictivo imita el fundamentalismo religioso evangélico que había
empleado Moreno González para controlar a sus integrantes y proyectarse
socialmente; asimismo, se rige a través del documento denominado Código de Los
Caballeros Templarios de Michoacán”, indica el documento de la Procuraduría.
Pese a
que el grupo delictivo ha manifestado brindar una supuesta protección a los
michoacanos, “ha continuado con la línea operativa de sus antecesores: (…)
ejecuciones, extorsiones y secuestros, así como el fomento a la incorporación
de menores al mercado de las drogas”, afirma el documento.
Desde
2011 Los Caballeros Templarios mantienen una disputa con los remanentes de La
Familia por dirigir a las bases, controlar los suministros para la producción
de drogas sintéticas y el tráfico de droga hacia Estados Unidos.
“Tienen
fuerte presencia en Michoacán y en menor medida en los estados de Guanajuato y
Guerrero, ello a través de diversas actividades delincuenciales: extorsiones a
empresarios y comerciantes; ejecuciones, detenciones y activación de
movimientos sociales de apoyo para encarar a las fuerzas federales”. Se señala
que también tienen presencia en el Estado de México, Jalisco, Baja California y
Colima.
El
enfrentamiento con Los Caballeros Templarios hizo que La Familia pactara
primero una alianza con Los Zetas y recientemente con el Cártel Jalisco Nueva
Generación (CJNG), vertiente del Cártel de Sinaloa.
Según el
documento, los grupos que hoy se disputan Michoacán son La Familia, Los
Caballeros Templarios, La Resistencia y el CJNG.
El
recrudecimiento de la violencia en la entidad deriva de que el CJNG comenzó a
atacar a Los Caballeros Templarios en Tancítaro, Zinapécuaro y Lázaro Cárdenas,
en un intento por desplazarlos.
Se afirma
que “la fractura y detención del líder de La Familia también incidió en el
desarrollo de las actividades de La Resistencia, la cual (…) estaba integrada por
cuadros de El Golfo, La Familia y Milenio”. Se añade que ahora La Resistencia
pactó una alianza con Los Zetas.
De
acuerdo con la PGR, antes de la aprehensión del Chango Méndez (el 21 de junio
de 2011), La Familia parecía llevar la delantera a Los Caballeros Templarios.
“Ahora se percibe más sólida la organización” de éstos, se indica.
En el
documento elaborado en 2012 se asegura que “mientras esta confrontación se
mantenga, los índices de violencia y extorsión aumentarán, debido a que ambos
bandos requerirán recursos para financiarse”.
Cooptación
del Estado
Según los
documentos consultados, La Familia “se ha caracterizado por establecer redes de
protección institucional, principalmente elementos de la Policía Estatal a
través de sobornos, presiones, amenazas e incluso agresiones físicas a
elementos policiales para obligarlos a participar con ellos, con la finalidad
de afianzarse en el control territorial y de todas las actividades delictivas
en la zona, como mecanismo para socavar las estructuras institucionales y
mantener su penetración en la sociedad”.
Se afirma
que para penetrar las estructuras institucionales La Familia aplicó dos
acciones. La primera “se orientaba inicialmente a cooptar a los secretarios o
jefes de la Policía Municipal, como medio para disponer de una red que
permitiera el libre tránsito y comisión impune de actividades delincuenciales
o, en casos extremos, incluso a establecer mecanismos de seguridad paralelos a
la institucional y cobros por ese servicio”.
La
segunda “consistió en aspirar a controlar el poder municipal por varios
mecanismos, principalmente la intimidación de las autoridades locales, y
utilizaron desde extorsión hasta agresiones directas que provocaron la muerte
de algunos regidores u otros integrantes de los cabildos”.
Se
asegura que un antecedente de “los esquemas de cooptación” fue justamente la
reunión de Tierra Caliente convocada por La Familia, en la que participaron los
14 alcaldes mencionados y a quienes se les pasó la factura por el dinero
recibido en sus campañas electorales.
“Actualmente
este grupo se ha convertido en una estructura delictiva que actúa como un
Estado paralelo en gran parte del territorio michoacano y realiza, entre otras
actividades: extorsión a empresas financieras, diversos ataques a corporaciones
policiales y directamente hacia la figura de la autoridad, control de grupos
delictivos menores (…) y desarrollo de proyectos comunitarios.”
Además de
cooptar a la autoridad de Michoacán, La Familia y Los Caballeros Templarios
necesitan tropa nueva. Ambas mafias tienen “una invitación abierta y permanente
a cualquier ciudadano que desee pertenecer al grupo”. La mayor parte de los
candidatos son jóvenes adictos, alcohólicos o sin hogar. Se les engaña
inculcando primero “valores éticos y sociales a través del espíritu de
sacrificio y el mesianismo”, y después se les obliga a delinquir.
“En
febrero de 2010 se tuvo conocimiento de que La Familia había creado sus propias
clínicas de rehabilitación de adictos en más de seis poblaciones localizadas en
la costa de Michoacán y sus albergues llamados Gratitud, donde atraían a los
drogadictos mediante programas religiosos. Una vez que dejaban las drogas se
les encomendaba trabajar como narcotraficantes o de lo contrario serían
asesinados”, afirma el documento.
“Los
pacientes eran llevados a retiros donde recibían lecciones de moral; sin
embargo, en la medida en que avanzaban en el tratamiento, esas prácticas se
transformaban en sesiones de lavado de cerebro para futuros delincuentes”, se
añade.
El reporte
revela que Rafael Cedeño Hernández, El Cede, detenido en Morelia el 18 de abril
de 2009 –era director del Centro de Rehabilitación de Alcoholismo y
Drogadicción Gratitud y se le acusó de ser brazo derecho del Chayo–,
presuntamente en 2008 “reclutó a más de 9 mil jóvenes, aunque no se sabe con
exactitud cuántos de ellos procedieron de las clínicas de rehabilitación”.
La
diferencia entre La Familia y Los Caballeros Templarios y otras organizaciones
criminales es que aquellas inculcan a sus miembros supuestos preceptos
evangelistas y de autoayuda. Nazario Moreno fungía como “líder espiritual,
predicaba el derecho divino para eliminar a sus enemigos, llevaba una biblia de
sus propios pensamientos o razonamientos”.
Recientemente
se ha detectado que La Familia y Los Caballeros Templarios han comenzado a
acudir a escuelas para cooptar estudiantes.
La
Familia y Los Caballeros Templarios “han asentado su presencia en los
municipios de Acuitzio, Aguililla, Angamacutiro, Álvaro Obregón, Apatzingán,
Aquila, Ario de Rosales, Arteaga, Briseñas, Buenavista Tomatlán, Carácuaro,
Charo, Churumuco, Coahuayana, Cuitzeo, Gabriel Zamora, Huandacareo, Huetamo, La
Huacana, La Piedad, Lázaro Cárdenas, Maravatío, Madero, Morelia, Múgica,
Nocupétaro, Nuevo Urecho, Parácuaro, Pátzcuaro, San Lucas, Tacámbaro, Taretán,
Tzitzio, Tumbiscatío, Uruapan, Zamora, Zitácuaro”.
También
en Puruándiro, Villa Morelos, José Sixto Verduzco, Panindícuaro, Penjamillo,
Turicato, Nueva Italia, Tancítaro, Paracho, Nahuatzen, Cherán, Charapan y Tanhuato.
El CJNG
tiene presencia en Tepalcatepec, Marcos Castellanos, Jiquilpan y Ecuandureo.
Es decir,
el crimen organizado tiene presencia en al menos 54 de los 113 municipios de
Michoacán. Pero el mismo documento señala que, según las declaraciones de Alberto
López Barrón, El Gordo –detenido el 22 de julio de 2009 en Arteaga–, La Familia
y Los Caballeros Templarios “tienen presencia en todas las plazas o municipios
del estado”.
Se afirma
que estas dos organizaciones participan también “en algunas otras conductas
ilícitas, como extorsiones, cobro de derecho de piso, privación ilegal de la
libertad en su modalidad de secuestro, trata de personas, homicidios y
levantones”, así como en la “venta de recursos naturales (minerales) explotados
ilegalmente en la región sur del territorio michoacano”.
“Recientemente
se tuvo conocimiento de que han incursionado en la trata de personas,
particularmente en Zitácuaro (…) en donde a los estudiantes, en su intento de
integrarlos a sus filas delincuenciales, los obligan a participar en diversas
actividades ilícitas y a prostituirse.”
Quién es
quién
El
reporte de la PGR menciona a los presuntos líderes de la delincuencia
organizada en Michoacán.
Tras la
detención de Méndez Vargas quedaron al frente de La Familia sus hermanos
Godofredo y Luis Antonio, en alianza con el CJNG.
“Difícilmente
la organización de La Familia mantendrá la cohesión, en virtud de que los
hermanos Méndez Vargas aún no maduraban su liderazgo”, se afirma.
Sus
operadores en Morelia son Juan Manuel Rangel Chávez, El Chuky, y dos grupos
conocidos como Los Champis y Brown Side Family. En Maravatío es Prócoro
Martínez Martínez. En Tancítaro, Alonso Gerardo Guerrero Quezada; Leocadio
Guerrero Quezada; Miguel Ángel Quezada, El Chino; y Ezequiel Esquivel, El Seco,
del grupo Los Guerrero. En Puruándiro es El Pacas, líder de una célula que
opera en Angamacutiro, Villa Morelos, José Sixto Verduzco, Panindícuaro y
Penjamillo.
En
Zitácuaro opera Enrique Montaudón Ortega, director de la Policía Municipal entre
2010 y 2011 y coordinador regional de la Policía Federal Preventiva en Jalisco
en 2006. Fuentes michoacanas lo ubican como quien maneja a trasmano a la
policía zitacuarense. El reporte oficial lo acusa de proporcionar “información
a los integrantes de La Familia sobre operaciones en su contra”.
Respecto
a Los Caballeros Templarios llama la atención que en todas las referencias a
Nazario Moreno González el documento de la PGR siempre habla de “presunta
muerte”. Esto significa que el gobierno federal no da por confirmado su deceso,
como en su momento sí lo afirmó el gobierno de Calderón.
Según
información publicada en los medios el 27 de noviembre de 2012, luego de un
operativo en Apatzingán la Secretaría de la Defensa habría descubierto
evidencias de que El Chayo está vivo.
Respecto
a los actuales y visibles dirigentes de Los Caballeros Templarios se señala a
Enrique Plancarte Solís, El Kike; La Tuta, y Nicandro Barrera Medrano, El Nica.
Un
hermano del Nica, el perredista Salvador Barrera Medrano, es alcalde de
Turicato, municipio no exento de violencia: el pasado 26 de octubre ahí hubo un
enfrentamiento entre militares y un comando con saldo de dos civiles muertos y
un soldado herido.
Como
coordinadores operativos de Los Caballeros Templarios se menciona a José Luis
Valencia Arzate, El Chuki; Saúl Soliz Soliz, exdirector de Seguridad Pública de
Turicato y en 2009 candidato a diputado federal por el PVEM en Apatzingán (fue
detenido en septiembre de 2011), y El Tío.
Se
menciona a Samer José Servín Juárez como “responsable del suministro de armas”
a Los Caballeros Templarios. A su hermano, Marco Antonio Servín Juárez, se le
ubica como “operador financiero”.
Como
jefes de plaza de la organización criminal se enlista a Juan Carlos Arreguín,
“enlace con el Golfo”; Gregorio Abeja Linares, encargado de Huetamo (detenido
en agosto de 2013); Julio Omar Tafolla Sánchez, Osito o Gori, jefe en Lázaro
Cárdenas. A Pablo Magaña Serrato, La Morsa o El Señor Jack, se le señala como
encargado de la plaza de Zitácuaro y se menciona a Alfredo Contreras Espinoza y
a Gabriel Mejía Flores como sus operadores.
Ignacio
Andrade Rentería, El Cenizo, es jefe de plaza en Uruapan y Nueva Italia.
Silvestre Fernández Valencia, El Chivo, jefe de plaza en Tancítaro “y lugares
aledaños”. Neri Salgado Harrison, El Yupo, jefe en Apatzingán (detenido en
agosto de 2011); Alfredo Contreras Espinoza, El Mauri, jefe en Zitácuaro;
Rafael Luis Carbajal, Baby, operador “administrativo” y Félix Pérez Avilés,
“relaciones públicas”.
En
Paracho se identifica a Rafael Godínez López como responsable de cobrar
extorsiones y secuestros: “Tiene a su cargo el traslado de drogas y madera en
los municipios de Nahuatzen, Cherán y Charapan”, se afirma. En Uruapan se
señala a Gabriel o Gumildo Madrigal Fuentes como operador financiero, y en
Tanhuato, Javier Guerrero Martínez es identificado como líder de una célula.
El Cártel
de Sinaloa, aliado al CJNG, tiene presencia en Tepalcatepec por conducto de
Juan José Farías, El Abuelo, y Uriel Farías Álvarez, El Paisa, alcalde en el
periodo 2008-2011, “quienes de manera directa están vinculados con el grupo de
Los Valencia-Milenio”, se afirma en el documento.
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