7 nov 2021

La huella sefardí en los Altos de Jalisco

La huella sefardí en los Altos de Jalisco

Miguel Padres Samaniego, tatarabuelo de la artista Laura Garza y quien murió de 39 años. Foto: Especial

 Nota de Alejandra Carrillo

Reforma, Cd. de México (07 noviembre 2021).- Pese a no tener investigaciones formales sobre la herencia judía en esa zona, la búsqueda de dos tapatíos sobre sus orígenes los llevó a una nueva nacionalidad... y a un debate.

Al comenzar a indagar en sus raíces familiares, la tapatía Laura Garza nunca creyó que su herencia la llevaría a uno de los capítulos más oscuros de España: la Inquisición.

Después de varias investigaciones detrás de documentos que le dieran pistas sobre su árbol genealógico, tanto del lado materno como del paterno, ella descubrió una veta que se extendía más allá de Los Altos de Jalisco o del norte de México y llegaba a una comunidad perseguida por la Santa Inquisición desde tiempos de la Colonia.

Según estudios del historiador español Julio Valdeón, cerca de 20 mil judíos habrían sido expulsados de la Península Ibérica en el siglo 15 por profesar una religión distinta a la católica, ahora conocidos como sefardíes.

Aunque el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue abolido en 1834, apenas en 2015 el Gobierno de España anunció que otorgaría la ciudadanía a los descendientes de judíos expulsados durante la Inquisición a manera de reparación histórica.

A partir de ese momento, Garza, quien es artista visual, y el arquitecto Carlo Baroccio, ambos tapatíos con familia en Los Altos de Jalisco, persiguieron el linaje de su ancestros y rastrearon su origen sefardí a través de un trabajo casi detectivesco.

"Creo recordar que mi papá alguna vez dijo que veníamos de judíos, aunque yo no lo creía. Resultó ser cierto", recuerda Garza.

Ella cuenta que en este proceso, la persona que quiera la nacionalidad española en esta modalidad tiene que demostrar las 16 generaciones que le separan del judío converso que emigró por ser perseguido por la institución fundada por los Reyes Católicos.

Según descubrieron Laura y Carlo, gran parte de los judíos conversos que migraron a México llegaron sobre todo al norte de México, en zonas como Nuevo León y, algunos también, a Los Altos de Jalisco.

Otros, según documentaron, emigraron al norte de África, a Holanda o a los países de los Balcanes.

Con ayuda de varios foros y páginas en Internet como familysearch.org, a través de miles de documentos que mantiene registros históricos de la Iglesia Católica en sitios de todo el mundo, así como datos de instituciones como el Inegi, Carlo comenzó a buscar sus raíces italianas.

En esa pesquisa dio, sin quererlo, con su raíz sefardí.

Negación histórica

Actualmente no existen investigaciones académicas serias que describan sobre asentamientos judíos en Los Altos de Jalisco, y es algo que, al menos en las familias de Carlo y de Laura, no se hablaba.

"En los Altos de Jalisco la gente es muy católica, muy religiosa y hasta cierto punto hay mucha negación de que los alteños tengan sangre judía, incluso los grupos de Facebook donde interactúo más hay gente que se sigue molestando y ofendiendo si les dices que algunos alteños tienen sangre judía.

"En mi familia fue un poco el caso. De los pocos viejos que me quedan en mi familia, hubo algunos que no quisieron ni saberlo y también, por parte de un primo, su padre le prohibió moverle a esas cosas", lamenta Carlo.

Para él es una inquietud natural inherente a cualquier persona: saber de dónde provienen todos.

Por su parte, Garza recibió la concesión de la nacionalidad en mayo.

"En el proceso, sin querer, también desenterré secretos familiares y conocí incluso la historia de un bisabuelo, al que fusilaron en la Guerra Cristera. Es apasionante la genealogía: es tu historia familiar al final de cuentas", expresa.

Entre esas averiguaciones han vinculado platos y tradiciones en Los Altos que podrían estar relacionadas con la cultura sefardí: cocinar carnitas en los exteriores para demostrar que se come cerdo, algo contrario a la tradición judía.

Arraigar otras raíces

Garza sintió recuperar algo que le habían robado y que le dio explicación a muchas cosas del pasado, cuestiones culturales y del pensamiento familiar que no encajaban en lo tradicional de Los Altos o de Jalisco, ni del norte del País, de donde viene parte de su núcleo materno.

"Marcos Alonso de la Garza vino a México porque buena parte de su familia fue ajusticiada en las Islas Canarias y aparecen en las listas de quemados por la Inquisición. Era una lista de puros De la Garza".

Para ella es una lástima que esta historia siga enterrada, que no esté en los libros de texto y que los historiadores lo nieguen.

"Muchas personas en Los Altos prefieren pensar que vienen de franceses, eso me llama mucho la atención, un aspecto de nuestras raíces que ha sido negado. Venir de judíos les da mucha vergüenza cuando debería de rescatarse y reivindicarse, volverse motivo de orgullo saber de dónde vienes y darle sentido a su origen para legitimar lo que tienes y no vivir de historias inventadas", apunta.

¿Si es un mito por qué el gobierno español está dándole nacionalidades a esta gente y por qué sí lo pueden comprobar con documentos?, se cuestiona.

Baroccio, por su parte, dice que en esta investigación se encontró con muy buenos genealogistas en Los Altos de Jalisco y en personas que han dedicado su vida a estudiar la historia de los Altos de Jalisco, un cronista en Encarnación de Díaz y un historiador en España.

Para él la negación de esta parte de su origen en Los Altos es algo cultural y religioso y no un rechazo discriminatorio hacia la comunidad judía.

"No me siento judío, soy católico y si tuve antepasados judíos como mucha gente, desde mi punto de vista es más un tesoro, pero no cambia mi vida ni mis creencias, es una forma de reconocer que esa raíz existe en Los Altos, como tenemos la raíz castellana, la raíz afrodescendiente y la raíz indígena. Simplemente se trata de respetar y reconocer esas raíces", asevera.

Para la artista, este documento que ahora la reconoce como parte de dos nacionalidades es la prueba de la enorme diversidad que habita México.

De manera paralela a sus trabajos y ocupaciones, tanto Laura como Carlo han ayudado a otras muchas personas de los Altos y de otras partes del País y del mundo a encontrar sus orígenes sefardíes para reclamar su nacionalidad española o portuguesa a través del correo misraicesgenealogia@gmail.com.

Documentación pendiente

Para la doctora Celina Guadalupe Becerra, profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, hay varios motivos para no tener documentos sobre judíos en esta zona de Jalisco.

"He encontrado, como era de esperarse, cero noticias de habitantes o personajes que tuvieran ese tipo de herencia, creencia o práctica religiosa: los judíos no tenían permitido pasar a América", explica la autora de Indios, españoles y africanos en los Altos de Jalisco, investigación editada por el Centro Universitario de los Lagos.

Becerra, quien se ha documentado sobre la zona de Los Altos de Jalisco desde el municipio San Miguel el Alto y Jalostotitlán hasta Lagos de Moreno y Ojuelos, detalla que desde el principio del proceso de Colonización en el que los españoles denominaban Las Indias, Isabel la Católica y sus sucesores en el trono se preocuparon por dejar en claro quiénes podían pasar a América.

Dado que la justificación de su Conquista era la evangelización a la fe cristiana, otras prácticas religiosas como las musulmanas, gitanas o las judías tenían prohibido ingresar a América.

Sin embargo, la doctora no descarta que pudieron haber familias de judíos conversos al cristianismo en Los Altos, en algún punto, pero ya que para sobrevivir en los territorios de la Nueva España era necesario que se probara la fe cristiana o católica, los documentos o archivos que podrían comprobarlo de manera seria no han sido encontrados hasta ahora.

"Si pasaron tuvieron que hacerlo ocultando esa condición, cambiando sus apellidos, muchos de ellos ya los habían cambiado desde España y desde que fue la expulsión de los judíos por la Santa Inquisición, para ocultar ese pasado que los dejaba al margen de puestos importantes", narra.

Si lo hicieron, la frontera norte de los asentamientos de españoles, a partir de 1563, en lo que ahora es Lagos de Moreno, Aguascalientes o León, por ser poblaciones menos numerosas, era preferible para tener distancia con la zona centro del territorio, cerca de la autoridad donde se puede conocer el pasado de alguien de manera más fácil.

En la documentación de ese tiempo, actas de bautismo, matrimonios y entierros, que expedía la misma Iglesia, la gente se denominaba siempre como cristiana.

Otros documentos que podrían servir para confirmar o negar los asentamientos judíos en Los Altos son los documentos de la Inquisición, las denuncias a personas por judaísantes, hechicería o prácticas religiosas poco ortodoxas que se hacían desde la Nueva España pero quienes lo estudian no han encontrado estas denuncias en Los Altos.

"Los testigos o huellas de sus prácticas habrían sido conductas clandestinas y tendrían que haberlo hecho en su casa, a puertas cerradas, aunque hay cronistas y familias que tienen sospechas de esta herencia, seguimos sin tener opiniones y evidencias documentales", concluye Becerra. 

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