15 ene 2011

EL FUTURO DEL PERIODISMO DIGITAL

ENTREVISTA: EL FUTURO DEL PERIODISMO DIGITAL Jim Vandehei Director de 'Politico'

"Hemos nutrido a los 'yonquis' de la política"

JOSEBA ELOLA El País, 18/07/2010;
Jim Vandehei llevaba 15 años haciendo periodismo político en Washington. En la Cámara de Representantes, en el Senado, en la Casa Blanca. Para The Wall Street Journal, para The Washington Post. Su sueño ya se había cumplido. El chico ambicioso del medio Oeste americano que un día de San Valentín de 1995 dejó su Oshkosh natal, Wisconsin, para convertirse en reportero político ya era un valor sólido. "¿Por qué los reporteros políticos son mucho más divertidos de escuchar que de leer?": fue una de las primeras preguntas que se hizo junto a su colega, su jefe en The Washington Post, John Harris.

¿Quién necesita a los periodistas?

EL FUTURO DEL PERIODISMO DIGITAL

A pagar por leer!

"No existe la información gratuita"

El diario suizo 'Le Temps', de Ginebra, es el primero de su país en adoptar el modelo de pago en su sitio web.- Los suizos siguen así una tendencia creciente entre la prensa de calidad, que existe ya en el Reino Unido, Francia o Estados Unidos

RODRIGO CARRIZO COUTO - Ginebra - El País, 15/01/2011;
Es el diario en francófono más influyente de Suiza, sólo comparable a sus colegas de lengua alemana NZZ y Tages Anzeiger. Pero el miércoles pasado, el diario de referencia suizo dio el temido paso hacia un modelo de pago. Le Temps, con una tirada de 50.000 ejemplares diarios y 210.000 visitantes únicos en su página web, se integra así en una familia entre la que se cuentan periódicos como The Times, Le Monde, Financial Times, The Economist o Le Figaro.
Según explica a este diario Valérie Boagno, directora general de Le Temps, el cambio de modelo surge al notar la "falta de coherencia" entre vender noticias en papel y "regalar" la misma información en la Red. "Una incoherencia que hubiera podido terminar provocando una incomprensión legítima por parte de nuestros clientes, y dañando de paso nuestra marca e imagen. No podemos categorizar la información y decir: esta entrevista exclusiva vale dinero, mientras que este resultado deportivo lo damos gratis", explica Boagno.
¿Pero por qué pagar información que se puede obtener gratis en Internet? "Muy sencillo", responde la editora suiza, "porque lo que posee valor tiene un costo, y creemos que no corresponde a los lectores de la edición en papel "subvencionar" a los amantes de la lectura digital. En los comienzos de internet la gratuidad estaba justificada pues era una fase experimental, pero ha llegado el tiempo de reconciliar la oferta y su costo real, dado que no existe la información gratuita".
Valérie Boagno se muestra optimista ante el futuro de su propuesta de pago. Y es que Suiza cuenta con el raro privilegio de ser el país con más cantidad de diarios y revistas a nivel mundial. Y con mayor número de abonados, comorecuerda la directora de Le Temps. "Efectivamente, superamos incluso a Japón, pues solo en la Suiza francesa existen 20 diarios para 1,7 millones de lectores, ¡lo que equivale a un barrio grande de París!", observa con humor. Esta larga tradición de abonados a la prensa escrita es la que hace que el diario de Ginebra no espere conflictos a la hora de cobrar a sus potenciales lectores "on line". "En Suiza no hay reticencia alguna cuando toca usar la tarjeta de crédito en internet", aclara.
El modelo de negocio al que aspira Le Temps no se basa en la cantidad de visitas y el número de codiciados clicks, sino en la calidad de los lectores y su fidelidad. "Buscamos un público compuesto de personas integradas en el mundo laboral y gozando de un cierto poder adquisitivo. Escribimos para gente que cree que nuestro trabajo tiene un valor. No nos interesan 20 millones de visitas de gente anónima y oportunista que hace zapping y mañana va a otro sitio web", sentencia Boagno.
¿Y los jóvenes, santo grial de la prensa actual, en todo esto? "Los jóvenes no van a leer Le Temps por muchos esfuerzos que hagamos y por mucha gratuidad que propongamos. Ellos se sienten más cómodos con la prensa gratuita, redes sociales o los blogs. De hecho, a los 20 años yo no hubiera leído mi propio producto", afirma Boagno, de 45 años, riendo.
La propuesta de Le Temps permitirá al lector esporádico la lectura mensual de un número limitado de artículos en una "cesta virtual" que vuelve a ponerse a cero el mes siguiente. ¿Cuántos artículos exactamente se podrán leer? "No comunicamos la cantidad, pues el concepto puede aún variar", puntualiza Boagno, quien continúa analizando: "Internet se interpretó desde el inicio como la cultura del gratis total. Lo importante era estar presentes, prolongar la experiencia papel. Pero durante 15 años los medios tradicionales han invertido mucho en la Red solo para ocupar un lugar, sin darse cuenta que "regalaban" demasiado pronto su preciosa producción".
Entre las ventajas propuestas a los abonados está la posibilidad de leer, a partir de las once de la noche, la misma edición que se publicará en papel al día siguiente. Los precios van desde los 230 euros anuales que cuesta el abono a la versión "on line", hasta los 380 euros de la edición papel y digital combinados.
La nota optimista final de Boagno es que, "los periódicos no desaparecerán mientras exista una necesidad de opiniones fiables".Según ladirectora del prestigioso diario suizo, "el oficio del periodista no cambia, solo evolucionan los soportes y el modelo económico. Los nuevos medios enriquecen y complementan a los tradicionales".

Tres tipos de lectores


Abonados a la edición en papel: gozan de todos los privilegios y disfrutan tanto de la versión impresa como la digital, con archivos y complementos multimedia. Por 380 ¤ anuales reciben también el diario a domicilio.
Abonados a la edición digital: tienen un acceso ilimitado a la web del diario y pueden leer los artículos de la edición papel del día siguiente a partir de las once de la noche. Se pagan unos 230 ¤ anuales.
No abonados: deberán registrarse para leer los artículos. Una vez inscritos, los visitantes pueden leer gratis una cantidad aún no determinada. El "contador" se vuelve a poner a cero a fin de mes. También existen abonos diarios a 4 euros. Todos los pagos se hacen por tarjeta de crédito o factura.

Los gueros reculan

EE UU cancela la construcción del muro virtual con México tras gastar 750 millones

El polémico proyecto, aprobado por Bush, se ha mostrado ineficaz y caro.- Ahora será sustituido por aviones no tripulados y otros sistemas

EL PAÍS 15/01/2011
Estados Unidos ha cancelado el controvertido proyecto de construcción de una valla virtual en la frontera con México que contaba con cámaras de vídeo, radares y sensores para capturar inmigrantes ilegales y traficantes y con la que se pretendía mejorar las medidas para evitar la inmigración ilegal a lo largo de la amplia frontera entre ambos países. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ha asegurado en un comunicado que el sistema será sustituido por otros métodos como los aviones no tripulados y ha añadido que el proyecto "no cumplía con los estándares de viabilidad y eficacia presupuestaria", según informa The New York Times. El Gobierno de Barack Obama toma esta decisión después de haber gastado cerca de 1.000 millones de dólares (unos 750 millones de euros) en un proyecto liderado por la empresa Boeing y firmado en 2005 durante la Administración Bush. El proyecto original completo tenía un presupuesto de 7.000 millones de dólares. La frontera entre EE UU y México se extiende de manera irregular por cerca de 3.000 kilómetros.
En Arizona, donde el desierto de Sonora ya funciona como eficaz método disuasorio en el que se dejan la vida miles de inmigrantes todos los años, el proyecto piloto puesto en marcha había demostrado su eneficacia y su alto coste. Para cubrir 53 millas de frontera se necesitaban 1.000 millones. Con el nuevo sistema aprobado se espera que no se pase de 750 millones para un total de 323 millas. "Esta nueva estrategia se adapta a las necesidades específicas de cada región fronteriza, dando una más rápida implementación de tecnología, mejor cobertura y una mayor efectividad entre costes y capacidades", ha afirmado Napolitano a través de un comunicado. La valla tradicional, con sus fallos, agujeros e irregularidades, sigue en pie.
Presiones, tropas y millones
La Administración Obama ha estado sometida a grandes presiones para aumentar la seguridad con el fin de frenar el flujo de inmigrantes ilegales que entran en el país a través de la frontera con el vecino del sur, así como para detener el tráfico de armas y drogas. El pasado año, Obama firmó un presupuesto de 600 millones de dólares (448 millones de euros) destinados a 1.500 nuevos agentes fronterizos, inspectores de aduanas y agentes del orden a lo largo de la frontera, además de para la compra de dos aviones no tripulados más. Asimismo, envió a cerca de 1.200 tropas de la Guardia Nacional a la frontera suroeste para ayudar en tareas de seguridad. "El sistema SBInet (propuesto por Boeing) no es el adecuado para todas las áreas de la frontera y no es la aproximación más efectiva desde el punto de vista de los costes para asegurar la frontera", ha agregado el Departamento de Seguridad Nacional en su evaluación del proyecto.
Boeing ha manifestado a través de un comunicado que está satisfecho de que el Departamento encabezado por Napolitano planee continuar con el uso de las torres de vigilancia construidas hasta el momento. Además, han asegurado que siguen comprometidos a ofrecer soluciones de valor y su apoyo del Departamento.
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Una valla con 500.000 agujeros

La policía de Arizona, los obstáculos físicos y la vigilancia electrónica no logran frenar el tráfico de personas

GUILLERMO ALTARES (ENVIADO ESPECIAL) - Nogales - 05/06/2010
A los dos lados se extiende un terreno baldío interminable y mítico, el desierto de Sonora, que, como el Sáhara, cada año se traga a cientos de seres humanos, inmigrantes dispuestos a arriesgar la vida para cruzar. Menos el paisaje que es idéntico, la valla lo cambia todo: a un lado, México; al otro, Estados Unidos.
A los dos lados se extiende un terreno baldío interminable y mítico, el desierto de Sonora, que, como el Sáhara, cada año se traga a cientos de seres humanos, inmigrantes dispuestos a arriesgar la vida para cruzar. Menos el paisaje que es idéntico, la valla lo cambia todo: a un lado, México; al otro, Estados Unidos. A un lado, los que tratan de cruzar; al otro, todos los sistemas de vigilancia posibles que, aun así, resultan insuficientes. "Aquí hay actividad 24 horas al día, siete días a la semana", dice el sargento Mathews, uno de los alguaciles del sheriff del condado de Santa Cruz, en un sector de la frontera bastante alejado de la población más cercana.
La valla no es uniforme en la frontera de 3.000 kilómetros que separa Estados Unidos y México. En algunos tramos tiene planchas de metal de varios metros de altura; en otros, es una alambrada que se salva de un salto. Cada año cruzan ilegalmente la frontera 500.000 personas, la mitad eligen hacerlo por Arizona.
Un polvoriento camino se extiende junto a la valla y es recorrido constantemente por la Border Patrol, la patrulla fronteriza, y por los agentes del sheriff que se dedican a frenar los tráficos ilegales que campan a sus anchas por este territorio. Por todas partes hay torres de observación, sensores de movimiento, focos...
Sin embargo, la llegada de sin papeles continúa (aunque es la más baja en 10 años), también la actividad de las mafias que trafican con drogas, armas, dinero y también con seres humanos. "Llevamos en este juego mucho tiempo", dice el sargento Mathews. "Cada año seguimos encontrando cuerpos [cerca de 300 en 2009], es una tragedia interminable", dice Tony Estrada, el sheriff del condado al que pertenece Nogales, el paso fronterizo más activo de Arizona, utilizado legalmente por 24 millones de personas al año.
Estrada, nacido en México aunque vino con dos años a EE UU, es el único sheriff de origen hispano del Estado y, junto al de Tucson, es también el único que se ha mostrado abiertamente en contra de la Ley SB 1070, que comenzará a aplicarse el 29 de julio y permitirá a las fuerzas de seguridad parar y pedir la documentación a cualquiera que pueda ser sospechoso de estar ilegalmente en el país. La ley, promovida por la gobernadora de Arizona, la republicana Jan Brewer, ha sido calificada de racista y ha provocado una enorme movilización en la comunidad hispana, sin precedentes desde el movimiento chicano de César Chávez de los sesenta.
"Es una legislación discriminatoria, basada en el perfil racial", asegura el sheriff Estrada. "No me importa cómo la disfracen o lo que digan, es una ley discriminatoria contra la población de origen mexicano. Y además no tenemos ni los medios ni el presupuesto para aplicarla. Esta ley es una auténtica pesadilla, que nos impedirá hacer nuestro verdadero trabajo: perseguir a los criminales. Es mala para la imagen del Estado, mala para la economía y, sobre todo, es mala porque no pretende perseguir a los auténticos criminales, a la gente que comete delitos, no faltas", asegura.
"¿Hay actividad?", pregunta el sargento Mathews a su colega de la Border Patrol, que acaba de bajarse de una torreta blindada que puede elevarse por encima de la valla fronteriza con un motor. "Hemos detectado a cuatro tratando de acercarse a la frontera, pero en cuanto se han dado cuenta de que les hemos visto han desaparecido", replica. Los posibles emigrantes fueron detectados desde bastante más lejos, desde un puesto de observación especial, instalado en una colina, que vigila con prismáticos muy potentes cualquier movimiento. El resto de las patrullas responde con secos "sin novedad", "demasiado calor", "demasiado pronto" a la misma pregunta.
En Nogales la frontera lo impregna todo. Es visible desde todas partes: unas colinas separan el Nogales estadounidense -unas pocas calles llenas de tiendas desperdigadas en la nada- del Nogales mexicano, una ciudad de verdad, que cuenta con 200.000 habitantes. La valla, porque allí es una valla real, es como una cicatriz gigante. En el lado mexicano, las casas crecen prácticamente apoyadas en ella. La frontera también está presente por los constantes cruces -los mexicanos del otro lado pueden cruzar con un permiso especial que les permite desplazarse sin visado hasta Tucson, unos 80 kilómetros al norte- pero sobre todo porque los agentes de la Border Patrol, en bicicleta o al volante de sus imponentes todoterrenos, están por todas partes. Incluso han instalado un control, en el que detienen a todos los coches, en la carretera que une Nogales y Tucson.
Todas las ciudades de frontera se parecen (como todos los alrededores de las estaciones de ferrocarril). Hay algo en el aire que las une, en el tipo de comercios, en el ambiente. Sin embargo, Nogales, del lado estadounidense por lo menos, resulta especialmente dura, y mucho más desde que flota en el aire la SB 1070, aprobada en abril y que, aunque no comience a aplicarse hasta el 29 de julio, ya ha lanzado un velo de temor y reducido mucho el movimiento.
Basta con pasar un rato hablando con unos y con otros junto al principal cruce fronterizo para que los parroquianos avisen de que dos autobuses que acaban de llegar al puesto de control son especiales. En ellos transportan a los emigrantes sin papeles que han sido capturados y que son llevados hasta la frontera (casi todos aceptan la deportación porque el plan B es quedarse en un centro de detención de EE UU a la espera de que se resuelvan sus recursos). Cada día se expulsa a 200. En cuestión de minutos, se les entregan sus escasas pertenencias y, con cara de circunstancias, son enviados al otro lado. Pero todos lo tienen claro, ellos y los agentes de frontera: los inmigrantes volverán a intentarlo.

Anthony Pagden

ENTREVISTA:Anthony Pagden Una guerra sin fin

El historiador Anthony Pagden da las claves de 2.500 años de encuentros y desencuentros entre Oriente y Occidente

FERNANDO GUALDONI
Babelia, 15/01/2011;
Cuando se cumplen diez años del 11-S, el historiador británico Anthony Pagden ilumina los orígenes y las claves de la confrontación entre Oriente y Occidente. Habla de su libro, Mundos en guerra, traza un mapa de la situación actual y asegura que parte de la clave para alcanzar la reconciliación y el entendimiento está en la secularización.
Todo empezó con un rapto, el de Helena, esposa del rey espartano Menelao, por parte de un lechuguino troyano, Paris. La famosa guerra de Troya que libraron "los aqueos, griegos del noreste del Peloponeso, y los troyanos, un pueblo casi mítico de Asia menor", es para Anthony Pagden, autor de Mundos en guerra (RBA), el inicio de la "enemistad perpetua" -como la llamó Herodoto- entre Oriente y Occidente. Con un buen ritmo narrativo, mezclando mitología, hechos y anécdotas, Pagden navega por los océanos del tiempo desde las Guerras Médicas, la invasión de Alejandro, la conquista de Roma y la entrada del sultán Mehmet II a Constantinopla hasta la expedición de Napoleón a Egipto -un intento de imponer la civilización occidental sin conquista y el origen de muchos conflictos posteriores-, la colonización europea, la caída del imperio otomano, las dos guerras mundiales, y el nacimiento del radicalismo musulmán. Nada menos que 2.500 años de historia que llegan justo a tiempo para echar luz sobre un episodio tan trágico como fue el 11-S en el décimo aniversario.
El profesor británico de historia y ciencias políticas de la Universidad de California (UCLA) mejora el estilo de su trabajo Peoples and Empires (Modern Library Chronicles, 2001), que en menos de 200 páginas recorre y analiza el auge, caída y herencia de los imperios europeos. Mundos en guerra. 2.500 años de conflictos entre Oriente y Occidente es dos veces más extenso, pero se disfruta dos veces más. El ensayo-novela de Pagden es sumamente útil como texto de divulgación general y no pretende competir con obras reconocidas como la Historia de los árabes (1991) del británico de origen libanés Albert Hourani. El libro juega en otra liga, la que intenta acercar la historia universal a la mayor cantidad de lectores posible. Pagden, que se confiesa partidario del Estado secular, busca con la misma franqueza analizar y explicar la batalla entre los valores de la Ilustración y la religión.
Una advertencia: para el autor, los países de Occidente y los de Oriente Próximo, como los griegos y los persas en la antigüedad, están avocados a una difícil coexistencia dado que el concepto de ciudadanía en ambos mundos es diametralmente opuesto. Esta entrevista, hecha a medias por correo electrónico y por teléfono entre Madrid y Los Ángeles, se produjo entre los días del brutal atentado contra una iglesia copta en Egipto y el asesinato del gobernador paquistaní de Punyab por su oposición a la ley de blasfemia impulsada por el islamismo radical.
PREGUNTA. Dice en el prefacio que la idea le surgió después de que su esposa observara una foto de unos musulmanes iraníes rezando, que imagino reflejaba su sumisión a Dios. ¿Es esta clase de foto la que mejor representa el significado del islam?RESPUESTA. Me temo que sí. La imagen era precisamente de sumisión. El argumento fundamental de mi libro no es, como algunos dan por sentado, un ataque al islam como tal, ni siquiera un ataque a la religión, aunque me disgustan profundamente las religiones monoteístas de cualquier tipo, ya sea musulmana, cristiana o judaica. El argumento era que lo que ha distinguido a "Occidente" de "Oriente" desde la Antigüedad hasta el primer tramo del siglo XX, es, en términos generales, una división entre esas sociedades donde la religión desempeña un papel reducido o nulo en la vida civil, donde la ley se concibe fundamentalmente como un objeto humano y, por tanto, está expuesta al cambio y la interpretación, y aquellas -el islam en particular- en las que no existe distinción alguna entre sociedad civil y religión y la ley se basa en los dictados de un dios. Puesto que el dios de todos los grandes monoteísmos solo ha hablado una vez a cada grupo -a Moisés, a Cristo o a Mahoma- y eso sucedió hace mucho tiempo, sus leyes son, en el mejor de los casos, extrañas y desfasadas. Lo que esa fotografía parece captar es esa obediencia que se espera que todos los musulmanes verdaderos muestren ante las palabras del dios como la base de toda vida humana, civil y religiosa. Por supuesto, es una visión monolítica de las realidades de la vida que se da en muchos estados musulmanes actuales, como digo en el último capítulo del libro, pero eso no era lo que me interesaba al principio. Lo que me interesaba era precisamente cómo había evolucionado una imagen particular de Oriente en la mente occidental desde la Antigüedad.

P. ¿Cree que la idea del islam como un movimiento libertario más que como una religión podría seducir a los musulmanes más moderados para que se unan a la lucha contra Occidente?R. Sí. Los indicios apuntan claramente a que muchos se han visto arrastrados al islam radical, al igual que los jóvenes furiosos y marginados de Europa se vieron atraídos en los años sesenta y setenta por el marxismo, no tanto por su contenido, sobre el que sabían muy poco, al igual que la mayoría de los yihadistas musulmanes parecen conocer muy poco sobre el islam, sino porque ofrecía un medio sencillo y violento para atacar a quienes consideraban por varias razones responsables de sus penurias. Gilles Keppel, el erudito islámico de origen francés, afirma con rotundidad que Al Qaeda se parece más a las Brigadas Rojas italianas o la Baader-Meinhof alemana que a una cruzada religiosa. Y, por supuesto, como ocurría con las Brigadas Rojas y la Baader Meinhof, los yihadistas islámicos son una minoría pequeña aunque muy peligrosa cuyas creencias no reflejan las de la mayoría de los musulmanes, ya sean moderados o de otra índole.

P. ¿Debería Occidente dejar de intentar imponer la democracia liberal en Oriente?R. En este momento, Occidente (es decir, Estados Unidos y unos pocos aliados reacios) solo intenta, al menos mediante una acción directa, imponer la "democracia liberal" en dos regiones de Oriente Próximo: Afganistán e Irak. En ninguno de esos tienen una mínima posibilidad de éxito. Los afganos derrotaron a británicos y soviéticos y sin duda derrotarán a los estadounidenses. Para mí, existe un fallo fundamental en el razonamiento que subyace tras gran parte de la política exterior estadounidense (y, por desgracia, incluso en la de su presidente Barack Obama): que mientras un país sea estable e interese a Estados Unidos, su forma de gobierno no constituye un problema. Aunque sea inestable, mientras se encuentre lejos de la costa estadounidense y no suponga una amenaza para sus intereses, puede ser acosado diplomáticamente, pero por lo demás se le deja en paz. No se ha producido una intervención estadounidense en Zimbabue y es poco probable que la haya en Costa de Marfil. Sin embargo, una vez que la inestabilidad de un Estado amenaza a Estados Unidos o sus aliados, la manera de lidiar con ello es "un cambio de régimen", instaurando la democracia por la fuerza, y una vez que se ha logrado (y esto generalmente significa, como ha ocurrido en Afganistán e Irak, unas elecciones amañadas) retirarse lo antes posible, dejando a menudo a varias empresas turbias como Halliburton para que cosechen los considerables beneficios que genera la "reconstrucción". En Afganistán esto está conduciendo a otro Vietnam; en Irak, probablemente se convierta en una guerra civil a gran escala, cuyos vencedores serán los chiíes, que luego formarán una teocracia como la de Irán. La suposición es que la democracia liberal es la forma predilecta de gobierno de todos los pueblos; que es, en la práctica, algo innato y que "imponerlo" solo significa eliminar los impedimentos que se han situado en su camino.

Asimismo, lo que nunca ha llegado a entender Estados Unidos es que, en muchos lugares, unos comicios pueden provocar la elección de un gobierno que sea cualquier cosa menos liberal o demócrata. Países como Egipto y Argelia no celebran elecciones porque, como ha demostrado sobradamente el ejemplo argelino, los ganadores con toda probabilidad no serían demócratas laicos y moderados occidentales, sino algún grupo musulmán extremista. Pero el motivo principal de enojo para los musulmanes y, por tanto, el máximo atractivo del islam radical, es el Estado de Israel. Hablando claro, los musulmanes odian a Estados Unidos porque Estados Unidos -y, por extensión, todo el mundo occidental no musulmán- está considerado, equivocadamente, un amigo incondicional de Israel. Hasta que se ofrezca alguna solución a ese conflicto, los radicales musulmanes seguirán atacando lo que ellos perciben como Occidente. Creo que, por ejemplo, a quienes colocaron las bombas en Madrid y Londres no les importa en absoluto el destino de los palestinos. Pero la lucha entre Palestina e Israel es un pretexto para dar rienda suelta a sus frustraciones contenidas por sentirse pobres y marginados en una cultura que les es ajena.
P. ¿Dónde están los límites de Oriente y Occidente? ¿Por dónde discurrirán las fronteras en el futuro? ¿Cómo podemos vivir juntos en un mundo globalizado y, al mismo tiempo, trazar una línea de respeto entre los Estados laicos y los religiosos?R. En el libro intento explicar que la demarcación entre Oriente y Occidente, si bien siempre ha tenido una forma geográfica (no muy precisa) es, a efectos prácticos, fruto de la imaginación occidental. Así que mi respuesta es que no existe frontera. La verdadera lucha es la que se libra entre la forma de pensar de los grupos religiosos del tipo que sean -en este momento, los musulmanes son los más alarmantes y peligrosos, pero puede que existan otros en el futuro- y el pensamiento del Occidente liberal laico. Es muy posible trazar lo que usted denomina una "línea respetuosa" entre Estados laicos y religiosos. Estados Unidos está encantado de hacer negocios con Arabia Saudí, el país árabe más agresivamente fundamentalista. De hecho, George Bush, que también es un fundamentalista, sin duda tenía más en común con los saudíes que, por ejemplo, con Zapatero, el presidente español.

La hostilidad de Estados Unidos hacia Irán, como ha reiterado Obama, y como Bush hizo antes que él, no tiene nada que ver con la división entre laicismo y religión, sino que obedece a la agresión abierta de Irán contra Israel y su aparente determinación de desarrollar armas nucleares. Ahora el problema es dónde y cómo trazar la línea en Londres, Madrid o París. Porque, aunque los Estados laicos y religiosos sean capaces de mantener unas relaciones respetuosas entre sí, los individuos dentro de ese mismo Estado no pueden. No pueden porque muchos musulmanes de Europa han insistido en que deberían tener derecho a hacerlo; afirman ser ciudadanos de España, pero también insisten, por ejemplo, en que tienen el derecho divino de decidir con quién debe casarse su hija, negarle una educación o, en los casos más extremos, matarla si al desafiarlos ha "deshonrado" supuestamente a su familia. En Occidente, la religión es una cuestión privada y no pública. Y el problema con el islam, a diferencia, por ejemplo, del hinduismo, el budismo o incluso el judaísmo, es que no reconoce que el Estado puramente laico tenga derecho a existir, y mucho menos dictar cómo deben vivir su vida los musulmanes.
P. ¿La preponderancia de Occidente o la idea de que Occidente se impondrá como civilización universal está en declive?R. Sí y no. Pero en realidad depende del significado que otorgue al término Occidente. Si equivale a un mundo basado en el Estado de derecho laico, en un Gobierno participativo en términos generales (aunque no una democracia liberal como nosotros la entendemos), en la creencia en el progreso tecnológico y la búsqueda de riqueza, todo apunta a que lo que ha dado en llamarse "Euroasia" sigue dominando y seguirá dominando el mundo durante un tiempo. Si, por el contrario, "civilización occidental" equivale a algo parecido a una democracia liberal que no es simplemente una sociedad laica gobernada por la ley, sino gobernada en gran medida por la mayoría de sus ciudadanos y regida por los intereses de estos; que sostiene que el Estado tiene la obligación de mantener a sus miembros más pobres; que ningún ciudadano debe morir porque no pueda permitirse una atención sanitaria adecuada; que debe existir igualdad entre sexos y las diversas razas de las que está compuesta la sociedad; que la religión, aunque nunca debe ser impuesta, ha de ser tolerada en todo momento, al igual que las preferencias sexuales, la libertad de expresión, etcétera, etcétera; si se refiere a eso, entonces, por desgracia, la idea de que esa civilización se impondrá fuera de Occidente fue abandonada hace mucho, pero cada vez se ve sometida a más ataques dentro del propio Occidente.

P. Tras leer su libro, resulta difícil no recordar la teoría del choque de civilizaciones de Samuel Huntington. ¿Cree sinceramente que se impondrá el radicalismo porque la idea de moderación solo impera en el bando occidental?R. No. Lo que yo he dicho es que para los musulmanes radicales, la moderación y la tolerancia -eso no conlleva la suposición de que cualquier forma de pensamiento o creencia sea acertada en ningún sentido, sino la voluntad de aceptar y vivir con quienes sabemos que están equivocados o engañados- son una virtud laica de Occidente, como también lo es para los fundamentalistas y literalistas de cualquier clase. Pero esto no significa que todos los musulmanes comulguen con esa idea. Y aunque lo hicieran, no están necesariamente obligados a hacer algo al respecto. Un radical que no ejerce su radicalismo no constituye una amenaza para nadie. Así que una alianza de civilizaciones es perfectamente posible.

P. El fundamentalismo musulmán ha crecido en Oriente Próximo, pero el radicalismo cristiano también es un fenómeno creciente en Estados Unidos. ¿Cree que el auge del radicalismo cristiano, vinculado al ala más dura del Partido Republicano y con capacidad para influir en la política estadounidense, es una amenaza tan a tener en cuenta como el integrismo?R. No. Más de la mitad de la población de Estados Unidos cree en algún tipo de dios y un número importante incluso afirma creer en ángeles y demonios. El país está inundado de sensibleras historias sobre el más allá, la intervención divina y cosas por el estilo. La mayoría de las personas que se tragan esas historias son pobres e ignorantes, pero un número alarmante no lo es. Los fundamentalistas cristianos ejercen una influencia política considerable sobre la derecha porque pueden proporcionar votos. Pero en su mayoría están obsesionados con cuestiones sexuales -sobre todo los derechos de los homosexuales y el aborto- y nunca han ejercido mucha influencia en alguna política real que no esté asociada con estos asuntos. La única excepción notable era la cuestión de la investigación con células madre. Pero la prohibición no sobrevivió a la desaparición de la administración de Bush.

Aun así, el auge de la sinrazón, con independencia de la forma que adopte, desde luego es preocupante. Si en los 60, cuando yo era estudiante, alguien me hubiera dicho que apenas 40 años después la religión sería crucial de la política internacional y nacional lo habría tomado por loco. Así pues, ¿quién sabe qué horrores nos depara el futuro? El candidato más probable del Partido Republicano para las presidenciales de 2012 es un hombre que, si es fiel a las doctrinas fundamentales de su iglesia, no solo cree que existe un dios, sino que ese dios es un hombre que en su día vivió en otro planeta, que puedes bautizar a toda la humanidad, a todos los seres que han vivido alguna vez, con carácter retroactivo, que las ideas vienen dictadas por los sentimientos, que nadie debería leer nada que no haya sido autorizado por su iglesia, y así sucesivamente. [Pagden se refiere al mormón Mitt Romney].
P. ¿Por qué decidió excluir del libro a China, Japón y en buena parte a India?R. Mi historia se centra en el conflicto entre Occidente y Oriente, y cómo en términos generales se ha concebido desde la Antigüedad. China no ha participado en este. Hasta el siglo XVIII, lo que ahora se conoce como Extremo Oriente apenas existía en la imaginación europea. Es cierto que, para Montesquieu, China era el principal ejemplo de "despotismo oriental". Otros, como por ejemplo el filósofo alemán Leibniz, aunque creía que China estaba atrasada en el plano científico, la ensalzaban como un modelo de rectitud moral, superior a cualquier cosa que se encontrara en la Europa cristiana. Occidente no se enfrentó a China o ningún otro país de Extremo Oriente hasta las Guerras del Opio del siglo XIX, y estas fueron comerciales y no ideológicas. El caso de India es bastante más complejo. Sin embargo, aunque los británicos y franceses libraron guerras prolongadas en India y por supuesto Gran Bretaña llegó a dominar todo el continente, tampoco fueron guerras motivadas o mantenidas por un sentimiento profundo de antagonismo cultural. De hecho, como intento explicar en el libro, existió un poderoso movimiento de erudición -que ha continuado hasta nuestros días- que veía a India como el hogar de todos los pueblos indoeuropeos y, por tanto, como el origen de toda la civilización occidental, y consideraba la aldea india el único ejemplo superviviente de la polis griega original.

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