22 dic 2006

¿Pena de muerte a Tigrillo?

Francisco Javier Arellano Félix, "El Tigrillo", y Manuel Arturo Villarreal Heredia, "El Nalgón", se declararon inocentes de los delitos que la justicia estadunidense les imputa -asesinato múltiple, tráfico de drogas y lavado de dinero.

En la audiencia judicial que se llevó a cabo en una corte federal de San Diego, California (20/12/2006), los abogados de los presuntos narcotraficantes presentaron la declaratoria de inocencia. Luego o de escuchar los alegatos de las partes, la jueza, Jan Adler, convocó a una nueva audiencia para el próximo 2 de enero del 2007.

Y a pesar de las pruebas aportadas, el jefe del cartel de Tijuana no las tiene todas consigo porque un gran jurado presentó ayer nuevos cargos, por asesinato y conspiración para cometer ilícitos, narcotráfico y lavado de dinero.La fiscalía estadounidense vinculó al Tigrillo y al Nalgón con los asesinatos de Jorge Bedolla y Fernando Gutiérrez, ocurridos en 2005 y 2006, respectivamente. Además, los acusó del secuestro, asesinato y decapitación de tres policías de Rosarito y un civil, en junio de 2006.
La procuradora federal para el sur de California, Carol Lam, informó que, de ser encontrados culpables de los cargos en su contra, podrían ser condenados a pena de muerte, doble cadena perpetua, 20 años adicionales de cárcel y multas millonarias.
Los inculpados fueron detenidos el pasado 14 de agosto a bordo del barco “Dock Holliday”, que navegaba presuntamente en aguas internacionales, a unas 15 millas náuticas de las costas de La Paz, Baja California Sur. Sin embargo, la defensa del jefe del cartel de Tijuana pretende probar en el juicio que su cliente fue aprehendido en aguas bajo jurisdicción mexicana. Con ello, evitaría que “El Tigrillo” fuera condenado a muerte por lo menos.

La duda sobre donde y como se dio la detención del Tigrillo, se dio desde un principio. El primero que la generó fue Paul McNulty, subprocurador de Justicia de EE UU quien aseguró- curándose en salud-, la intercepción se realizó “en aguas internacionales”. Y también el procurador Cabeza de Vaca en la conferencia de la tarde del jueves 17 de agosto se le hizo bolas el engrudo y no fue suficientemente contundente. Los reporteros de la fuente de PGR con mucha habilidad lo confrontaron.
La duda se incrementó en los reporteros y periodistas. Jesús Blancornelas del semanario Zeta fue contundente, dijo: ¡la aprehensión se dio en aguas nacionales! le siguió el periódico La Jornada, (con la nota de Gustavo Castillo y del corresponsal de la paz BC, citando al Procurador local) quien incluso dedico su editorial el viernes 18 de agosto y la denominó "captura dudosa" (http://www.jornada.unam.mx/2006/08/18/edito.php); siguió, con su especial característica mordaz, Eduardo Valle El Buho en El Universal (http://www.eluniversal.com.mx/columnas/59814.html) y el domingo 20 de agosto el semanario Proceso dice contundente que fue aprehendido en México. Las fuentes: "funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) y agentes antinarcóticos estadounidenses."

El más duro fue el reportaje de Proceso, 1556, 20 de agosto de 2006, Pág.- 36-38, firmada por Jesús Esquivel y Ricardo Ravelo, desde Washington DC: El Tigrillo", aprehendido "en México"
De las ultimas delaraciones sobre el tema fue la del procurador Cabeza de Vaca, cuando el 24 de noviembre del 2006, ofrecio una conferecnia de prensa en Tijuana BC:,
Juan Guízar de Televisa, le pregunta: Yo quisiera saber si en estos tres meses que tiene operando la SIEDO aquí en Tijuana se ha hecho una evaluación de los zarpazos que ha dado “El Tigrillo” aquí, entre otras cosas, pues la muerte de más de seis policías y varios crímenes ligados a la delincuencia organizada.
Procurador Cabeza de Vaca: Efectivamente, como ustedes recordarán, cuando fue la detención de “El Tigrillo”, nosotros anunciamos que esto podía provocar un recrudecimiento de la violencia como efectivamente sucedió. ¿Qué fue lo que pasó? “El Tigrillo” fue detenido gracias a una gran investigación de la AFI, una gran investigación de la SIEDO, coordinados con la DEA de los Estados Unidos. Habían encabezado principalmente la investigación la SIEDO.

Los grupos delictivos, las células, el grupo delictivo que conforma esta organización, se culparon entre sí y empezaron los ajustes de cuentas. Ellos no supieron, en pocas palabras, nos subestimaron.
Ellos pensaron que había sido, como tradicionalmente, detenido este señor por un soplón que lo había puesto, que lo había detenido, que había sido alguno de ellos mismos quien había traicionado, y lo que sucedió fue que los datos los obtuvimos a base de una gran información de inteligencia, un gran trabajo en conjunto con los norteamericanos y esto provocó un recrudecimiento de la violencia y un ajuste de cuentas que desgraciadamente tuvo que vivir, presenciar principalmente la sociedad de Tijuana.
Esa es la causa que nosotros vemos como principal, y la lucha por el poder, la lucha por el control de la plaza, por el control del grupo. Esos son los golpes que ha dado este señor.
Cuando se pierde un capo como ese, lo que pierde el grupo es mucha operatividad, porque por lo general el poder de estos delincuentes lo tienen porque son los contactos tanto con quien los provee de la droga, como con quien les entrega la droga.
Entonces eso es lo que hace que tengan que luchar, eso es lo que provoca las desarticulaciones de grupos delictivos, pero que al final del día, si no se continúa con el trabajo, el grupo se vuelve a recomponer y pasa este período de enfrentamiento, pasa este período de lucha y el grupo se vuelve a recomponer.
Por eso es muy importante el trabajo que estamos haciendo, por eso no hemos quitado el dedo del renglón, no hemos retirado los grupos de inteligencia sensible para trabajar realmente en la desarticulación de las bases del grupo delictivo. Y eso debe ser desde combatir el narcotráfico, desde combatir el narcomenudeo y el lavado de dinero.
Tenemos que entrar desde las bases, que son las que proveen los recursos para que el grupo delictivo siga operando. Lo que hemos visto nosotros estos hechos de violencia, la mayoría son las células enfrentándose entre sí y tratando de tener el control de la plaza y del mercado que tenía de alguna forma controlado este delincuente

Comunicado de la DEA, 20/12/2006: Death Penalty

Assistant U.S. Attorneys Laura E. Duffy (619) 557-6340 or Peter Ko (619) 557-6618

Ruthless Mexican Drug Kingpins Now Eligible for Death Penalty
Two members of Arellano-Felix Drug Trafficking Organization (AFO) face multiple charges
United States Attorney Carol C. Lam announced that an indictment was unsealed today charging Francisco Javier Arellano-Felix and Manuel Arturo Villarreal-Heredia with racketeering, drug trafficking, and money laundering offenses. Count six of the indictment charges Arellano and Villarreal with operating a continuing criminal enterprise, under which they are eligible for the death penalty. The decision whether to seek the death penalty will be made by the Attorney General of the United States at a later date. The defendants will be arraigned on the indictment on December 20, 2006, at 10:30 a.m. Pacific, before United States Magistrate Judge Jan M. Adler.
According to the indictment, Arellano and Villarreal are members of the Arellano-Felix Drug Trafficking Organization (AFO). The AFO is alleged to be an international criminal organization whose members and associates engage in the illegal trafficking of narcotics; the laundering of drug proceeds; the kidnapping, torture, and murder of informants, rival traffickers, uncooperative law enforcement, and other perceived enemies of the AFO; the kidnaping of individuals for money; the “taxing” of individuals conducting criminal offenses in the areas of Tijuana and Mexicali; and the systematic bribing of Mexican law enforcement and military personnel.
The indictment charges that Arellano has been an AFO member since 1991 and, since March 2002, the AFO’s principal organizer and top leader. Villarreal allegedly has been an AFO member since at least 1998 and, since March 2002, one of Arellano’s top six under bosses, in command of crews that carried out enforcement operations and drug trafficking activities on behalf of the AFO.
The indictment charges Arellano and/or Villarreal with several specific drug trafficking acts, including but not limited to: the possession with intent to distribute more than 4,000 kilograms of cocaine in 1991; the importation of about 240 kilograms of cocaine in 1995; and the importation of about 908 kilograms of marijuana in 2000.
The indictment also charges Arellano and/or Villarreal with several specific violent acts, including but not limited to: the murder of Fernando Gutierrez in 1996; the kidnaping of individuals in January 2002, in the spring of 2004, and in January 2005; the murder of Deputy Police Chief Hugo Gabrial Coronel Vargas in Tijuana in January 2005; the murder of Jorge Bedolla Ceron in Tijuana in February 2005; and the kidnaping, murder, and beheading of three Rosarito Beach police officers and one civilian in June 2006.
Arellano and Villarreal are currently in custody in San Diego. According to court documents, on August 14, 2006, the U.S. Coast Guard found them aboard a fishing vessel, the Dock Holiday, in international waters off the coast of Mexico. They were transported to San Diego and arrested. Francisco Javier Arellano-Felix was previously arraigned on charges in case number 97cr2520-LAB. It is anticipated that he will be dismissed from that indictment subsequent to his arraignment tomorrow.
DEFENDANTS Case Number: 06cr2646-LAB
Name: Francisco Javier Arellano-Felix Age: 37; Residence: Republic of Mexico
Name: Manuel Arturo Villarreal-Heredia; Age: 31; Residence: Republic of Mexico
SUMMARY OF CHARGES
Count 1 - Title 18, United States Code, Section 1962(c) – Conducting the Affairs of an Enterprise Through a Pattern of Racketeering Activity
Count 2 - Title 18, United States Code, Section (1962)(d) – Conspiracy to Conduct the Affairs of an Enterprise Through a Pattern of Racketeering Activity
Maximum Penalties: Life imprisonment $250,000 fine 5 years of supervised release
Count 3 - Title 21, United States Code, Sections 952, 960, 963 – Conspiracy to Import Controlled Substances
Count 4 - Title 21, United States Code, Sections 959, 960, 963 – Conspiracy to Distribute Controlled Substances with Intent to Import
Count 5 - Title 21, United States Code, Sections 841, 846 – Conspiracy to Distribute Controlled Substances
Maximum Penalties: Life imprisonment $4 million fine 5 years of supervised release
Count 6 - Title 21, United States Code, Section 848 – Continuing Criminal Enterprise
Maximum Penalty: Death
$2 million fine
5 years of supervised release
Count 7 - Title 18, United States Code, Section 1956
Conspiracy to Launder Monetary Instruments
Maximum Penalty: 20 years of imprisonment
$500,000 fine or twice the value of the property involved, whichever is greater 3 years of supervised release
INVESTIGATING AGENCIES
Drug Enforcement Administration; Federal Bureau of Investigation;
Internal Revenue Service, Criminal Investigations
California Department of Justice, Bureau of Narcotics Enforcement

Carta de Jerusalen

  • Carta de Jerusalen/Fred Halliday, profesor visitante del Cidob (Barcelona) y de la London School of Economics, autor de Islam, El mito de la confrontación.
Tomado de LA VANGUARDIA, 21/12/2006);
Traducción: José María Puig de la Bellacasa
Cuatro meses después de la guerra del verano entre Israel y Hizbulah, la más larga que el Estado judío ha librado desde la de 1948-1949 y la única que no se ha saldado sin una clara ventaja militar, parece que esta ciudad no anda sobrada de optimismo. En el lado israelí se aprecia un talante teñido por los reproches y la necesaria reorganización de la estrategia militar. Vivimos ahora un periodo carente de líderes y personalidades enérgicas y marcadas, sean militares o civiles. Los israelíes continúan debatiendo sobre quién se equivocó en la guerra tal como se planteó y ejecutó; siguen, por lo demás, teniendo a Olmert en baja estima. Como dice un amigo mío, “Olmert es un abogado que servía para decirte cómo podías evitar dar con tus huesos en la cárcel pero no es un líder militar”. Comisiones de investigación analizan actualmente los aspectos técnicos de esta guerra, mientras los líderes militares actúan como líderes de un clan, cada cual rodeado de un séquito de periodistas dóciles que les bailan el agua. Y Netanyahu aguarda entre bambalinas aunque él también carece de credibilidad.
La ausencia de una victoria militar ha tenido una inmediata consecuencia que no es otra que un endurecimiento de la postura israelí. Antes de esta guerra, Olmert, impulsando una versión supuestamente más abierta y avanzada del plan de Sharon de retiradas parciales, habló de retirarse de partes de Cisjordania.
Ahora se habla poco de ello pues las retiradas en cuestión - de Gaza en el 2005 o de Líbano en el 2000- sólo propician que Israel parezca débil a ojos de los árabes. En una iniciativa realmente impresentable, el político inmigrante ruso Avigdor Lieberman ha sido incorporado al gabinete de Olmert. Lieberman dice que quiere aplicar a los palestinos las tácticas que los rusos han utilizado en Chechenia expulsando a los ciudadanos árabes del propio territorio de Israel. Ocioso es decir que Lieberman está totalmente a favor de bombardear Teherán, factor de cierta relevancia ya que su cargo ministerial es competente en la cuestión de la planificación estratégica a largo plazo.

Todo este razonamiento e incertidumbre en el lado israelí disfraza, sin embargo, otras realidades de mayor alcance y duración. La primera, como me dice un viejo amigo de Haifa, es que la guerra demostró a las claras los puntos flacos israelíes como nunca lo había hecho: ningún sistema defensivo de misiles puede proteger cada pueblo y localidad del norte del país. La lluvia de miles de cohetes katiusha y similares sobre pueblos y ciudades israelíes durante un mes dejó una profunda cicatriz. No por el número de víctimas, que fue relativamente bajo, sino por la impotencia del Gobierno y de la población en general al respecto. Mi amigo de Haifa me contó que los refugios donde la gente debía permanecer horas y horas eran grises y faltos de todo atractivo aparte de mal dispuestos y aparejados (su familia tenía uno en la parte posterior de su apartamento pero hacía tiempo que lo utilizaban como almacén y no pudieron despejarlo a tiempo). La población que soportaba los bombardeos en el norte sentía que sus políticos en Jerusalén y en el sur habían perdido toda capacidad de identificación con su gente. Conducir menos de una hora cada día para ir a trabajar a Tel Aviv, sumido en la normalidad, no hacía más que acentuar su sensación de formar parte de dos pueblos distintos.
La segunda - y más seria- realidad es que la mayoría de la gente espera ahora otra guerra, si no en el 2007, en el 2008. La expresión tarea inacabada está en boca de todos, pero ya no está tan claro lo que quiere decir esto. Indudablemente, los israelíes pueden reequipar y actualizar sus carros de combate y blindados en general e instruir a sus unidades de elite en nuevas formas de contrainsurgencia pero, como demuestran los acontecimientos de Líbano, no van a destruir a Hizbulah en tanto que fuerza política y militar.
El principal objetivo de la guerra del verano,forzar una intervención internacional y del Estado libanés en el sur de ese país con el fin de controlar Hizbulah, no se ha alcanzado. Como muestra la actual crisis política en Beirut, todo ello obedece al problema a largo término consistente en que nadie, ni Siria, ni Israel ni antes Francia han sido capaces de componer y concertar mínimamente las múltiples facetas que dan cuenta de la fragilidad del Estado libanés. Tarde o temprano, todo intento de acabar la tarea acarreará un conflicto con Siria, tal vez con Irán. El dilema de Israel, como el de Estados Unidos, estriba en que si presionan a Siria demasiado pueden socavar el régimen de Bashar al Asad y favorecer a los Hermanos Musulmanes, principal fuerza de oposición al poder en el país. En cuanto a Irán, no se puede excluir un ataque aéreo israelí contra las instalaciones iraníes, aunque sólo sea para interrumpir transitoriamente (en lugar de impedir permanentemente) el desarrollo de la capacidad nuclear del país.

También debe darse por sentado, a una escala regional más amplia, que si Israel está extrayendo lecciones de la guerra del pasado verano, otros, sobre todo Irán y sus aliados, también lo hacen. Y aquí radica la tercera, y más importante, consecuencia de la guerra del verano:que el mapa estratégico de Oriente Medio, aquel en el que Israel, los estados árabes, los palestinos y el mundo exterior han vivido desde 1967, ha sido significativamente -algunos dirían esencialmente- alterado.
En primer lugar, ya no se trata de un conflicto entre los árabes e Israel, sino de un conflicto entre Israel e Irán, que impulsa actualmente una estrategia, de Iraq a Gaza, diseñada para debilitar a Estados Unidos y a sus aliados en toda la región. En segundo lugar, las premisas y perspectivas sobre el periodo post-1967 de compromisos territoriales, resoluciones de la ONU, intentos de reconocimiento mutuo y garantías internacionales ya no se sostienen. Tanto en Irán como entre sus aliados Hizbulah y Hamas, Israel tiene un enemigo más decidido, organizado e intransigente que cualquier otro con el cual se ha enfrentado desde que se fundó.

El debate público israelí muestra evidente preocupación con respecto a Irán, casi hasta el punto de excluir todo reconocimiento de la más cercana - y más explosiva- situación en Iraq, que afectará (por lo pronto y sin especificar más) directamente a los vecinos de Israel, Siria y Jordania, y dará aún más fuelle a la influencia regional de Irán. Sin embargo, quienes en el seno de las fuerzas armadas han entrado en contacto con los prisioneros y militantes de Hamas han cobrado conciencia de que están dispuestos a enfrentarse con un enemigo aún más seguro de sí mismo. En cualquier caso, una mirada al nuevo mapa estratégico muestra que Israel no tiene opciones fáciles, factor que pesa indudablemente en la dinámica interna del propio Israel. Los acuerdos de principios de los noventa dieron esperanzas al sector más laico de la sociedad israelí, a la parte de la sociedad más abierta y a los empresarios que han hecho de Israel una próspera potencia económica. Todas estas esperanzas han desaparecido y pocos parecen prestos a confiar nuevamente en los palestinos. Como me ha dicho un profesor israelí, “supongo que tendremos que esperar y seguir luchando 30 o 40 años más antes de que Oriente Medio se las arregle”. No me atreví a decirle a mi vez que me parecía un tanto optimista. Mientras tanto, una parte significativa de israelíes, tal vez el 20% o más, ha dejado el país, sin llegar a decir que ha emigrado de forma que, de un modo u otro, el caso es que no ha vuelto. Estos descendientes o yordim (emigrantes a otros países) según la terminología sionista son, junto a la alta tasa de natalidad palestina, los dos puntos más débiles de la sociedad israelí.

La opinión pública en el lado árabe ha endurecido aún más sus posiciones. La victoria electoral de Hamas y la exhibición de Hizbulah en la guerra del verano - la divina victoria,como la llaman- ha infundido en los palestinos militantes una nueva sensación de confianza, sumiendo a otros en el abatimiento y la decepción. Las voces de quienes, en el periodo post-1967 estaban a favor de un reconocimiento de un Estado israelí y de algún tipo de compromiso territorial son hoy más escasas: Hamas insiste en que toda la Palestina anterior a 1948 es un bien islámico o waqf. Arafat intentó abordar con diplomacia y sutileza la cuestión del “derecho de retorno de los refugiados” en Oslo, pero a finales de los noventa la cuestión volvió a asomar.

Un antiguo conocido mío - que había defendido los puntos de vista de Fatah- vino a verme acompañado de un joven que me presentó como especialista en pensamiento político islámico y, en especial, en la hudna,término clásico en árabe y en el Corán para designar tregua, muy empleado por Hamas para indicar un compromiso con Israel a falta de un reconocimiento. “Por qué - me preguntó- Hamas debería colaborar con lo que queda de la corrupta OLP?”. A su juicio, el presidente Mahmud Abas es sólo un títere en manos de los estadounidenses y los israelíes. En cuanto a Hamas y también según su perspectiva, no hace más que fortalecerse en el curso del tiempo: “Tiene a la gente detrás, tiene los votos, tiene las armas, tiene el dinero”, añadiendo que Irán, ciertos países árabes y la Organización de la Conferencia Islámica han prometido ayudar económicamente al Gobierno de Hamas. Como confirmando tal enfoque, el primer ministro Haniye salió de Gaza hace un mes para realizar una gira por Oriente Medio, visitando Teherán, una señal de la seriedad e importancia de su viaje de recogida de fondos y de la escasa prisa de Hamas por dar con una solución política a los problemas del propio liderazgo palestino.

Cuanto antecede parece apuntar en dirección de una desagradable conclusión: la de que el ámbito que resta para la mediación diplomática exterior y el impulso en favor de una solución es muy parco y reducido. Aparte del cese el fuego y de algún alivio de la losa económica que pesa sobre la población palestina, ninguna de ambas partes parece interesada (y en tal tesitura seguirán probablemente mucho tiempo) en alcanzar un compromiso serio. Así, si aspiran a disfrutar de un buen ánimo y una feliz Navidad, Tierra Santa no es el lugar apropiado para visitar este año, ni lo fue el anterior, ni acaso lo sea durante varios años en el porvenir.

¡Huntigton se equivoca!

  • Por qué se equivoca (Samuel) Huntington/Ulrich Beck, profesor de Sociología de la Universidad de Múnich.

Tomado de EL PAIS, 21/12/2006);

Traducción de Martí Sampons (EL PAÍS, 21/12/06):

No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, pero estoy seguro de que, aunque los acontecimientos de los últimos diez años tal vez no hayan cambiado tanto los modelos de conducta cotidianos, sí han modificado mi manera de ver el mundo. A todos nosotros el mundo se nos aparecía relativamente ordenado dentro de la confusión, como un paisaje de colinas y bosques, de continentes y personas cercanas y alejadas, familiares y exóticas, y en este mundo, después de todo, cada uno ocupaba su lugar. Entonces los chinos eran de China, los negros de África, los italianos de Italia, los daneses de Dinamarca, los franceses de Francia, los brasileños de Brasil y así sucesivamente. Entonces venían de un lugar, estaban arraigados y, si era necesario, se les podía devolver a sus países de origen. Aunque no se supiese mucho acerca de los “extranjeros”, se sabía, en cambio, que se les podía visitar en aquellos lugares geográficos. Bajo esta concepción de la cultura basada en el hermetismo territorial parecía que era fácil tanto viajar de una sociedad a la otra como comunicarse unos con otros por encima de todas las barreras lingüísticas.

Esta visión del mundo se ha vuelto muy dudosa. Por primera vez en la historia todas las personas, los grupos étnicos y religiosos y las poblaciones tienen un presente común: cada pueblo se ha convertido en vecino inmediato de otro, y las sacudidas en una parte del globo terrestre se propagan a gran velocidad al conjunto de la población del planeta. Pero este presente fáctico y común ni se basa en un pasado común, ni garantiza de ninguna manera un futuro común. Precisamente porque el mundo está “unido” aun sin quererlo, sin votarlo y sin aprobarlo, de repente las contradicciones entre las culturas, los pasados, las distintas posturas y las religiones se hacen patentes. El mundo en el que cada cultura, cada grupo étnico y su correspondiente jerarquía y creencia religiosa estaban encajados en un lugar geográfico exclusivo, ya no existe. Más bien, estas culturas y naciones aparecen indisolublemente entremezcladas unas con otras. Vivimos en una comunidad de vecinos, mezclados unos con otros, y esto se expresa también a través de una competencia dolorosa por encima de todas las fronteras.

Detrás de las redes de comunicación tecnológicas no sólo están los estados y los empresarios compitiendo entre ellos, sino también de manera directa los individuos. Cada día hay más ejemplos que lo ilustran: empresas de seguridad en países en desarrollo que se encargan de la videovigilancia de empresas occidentales; o escolares americanos que reciben clases de recuperación de un profesor indio al otro lado del planeta. O piensen en el llamado “debate de las caricaturas”. Los autores de las caricaturas pensaron al principio que se trataba de un asunto estrictamente danés. Pero unos meses más tarde ardían embajadas occidentales en el mundo árabe, y no sólo los daneses, sino también muchos europeos se vieron llamados a defender los valores de la libertad de prensa contra la censura religiosa.
Ni los sueños de los humanistas ni las ideas de los filósofos, ni aun la actividad política han llevado a esta “unión” de la humanidad. En esta comunidad de vecinos que compartimos todos mezclados, los vecinos se ven a sí mismos extraños, incomprendidos y amenazados.
Las personas que viven en un mundo con una concepción autoritaria del poder, como ocurre bajo algunas formas del islam, viven de manera distinta a aquellas que viven en un mundo en el que el poder se reparte democráticamente. Las personas que tienen un concepto del “honor” con un significado tan predominante, que pueden llegar a matar a sus hermanas convertidas en impuras porque han sido violadas, son distintas a las personas que viven en un mundo en el que los sujetos son juzgados según sus intenciones ysu rendimiento. Las personas que “saben” que la humanidad está amenazada con desaparecer por culpa de una catástrofe climática provocada por la sociedad industrial, viven en otro mundo que aquellas que todavía no han oído nada de todo esto o que piensan que estas previsiones son producto de una histeria seudocientífica. Y una parte esencial del problema es que todos estos mundos conviven mezclados unos con otros en la misma sociedad.
Samuel Huntington trata de explicar estas contradicciones con la imagen del “choque de civilizaciones”. Pero esta imagen es falsa. Aún es deudora precisamente del antiguo mundo de representaciones, en el que las culturas son construcciones cerradas herméticamente en una localización geográfica específica. Hoy se trata de lo siguiente: de mostrar, en contra de estos ideólogos tanto occidentales como orientales que militan a favor de la ilusión de la pureza, que la cultura es algo originariamente impuro, algo que se debe siempre a la mezcla de distintas “culturas” y, sobre todo y antes que nada, que se constituye como tal con esta mezcla. Por supuesto, Europa también ha recibido la herencia de los antiguos a través la cultura árabe e islámica. Y naturalmente el islam estaba estrechamente entrelazado en muchas partes con el Occidente cristiano y con el mundo judío. No hay nada más falso que decir que la herencia europea y el islam compiten el uno con el otro.
A la vez, esta idea hermética de la cultura ignora que las líneas de tensión, división y de conflicto no son permanentes. En realidad, las identidades de grupo son recreadas permanentemente.
Los dirigentes del islamismo militante han creado un movimiento terrorista que ha trastornado el orden mundial, a la vez que han fabricado un cóctel político explosivo basado en viejas enseñanzas, tradiciones inventadas, ideales de pureza ficticios y nuevas técnicas de comunicación y de organización, y lo han globalizado con éxito como antídoto al dolor por la dignidad herida. El mediador entre Occidente y el islam, el premio Nobel de Literatura de este año, Orhan Pamuk, ha escrito lo siguiente: “Occidente apenas tiene idea del sentimiento de humillación que una gran mayoría de la población se ve obligada a vivir y a superar, sin perder el juicio o convertirse en terrorista, en nacionalista radical o en fundamentalista religioso”. Tal como reveló una encuesta publicada hace poco en el mundo árabe, las personalidades más importantes para este mundo son los jefes de Hezbolá, de Irán, de Hamás y de Al Qaeda.
El motor central de los acontecimientos no será por mucho tiempo sólo la globalización, esto es la integración de contextos de actividades y experiencias más allá de las fronteras de los Estados nacionales. Se trata, sobre todo, de una competición en el seno de estas culturas que viven mezcladas y entre ellas mismas para imponer los preceptos del camino correcto, esto es el poder definir lo que es verdadero y lo que es falso, lo bueno y lo malo, lo arriesgado y lo seguro. Los aspirantes a convertirse en países hegemónicos como Irán -¡y Estados Unidos!- se ven a sí mismos no sólo como naciones, sino como modelos morales, que enseñan el buen camino a la humanidad. Y Europa: ¿qué hace, a favor de qué está y para qué lucha?
En realidad, bajo mi punto de vista, negar la verdad elemental de mi lugar de origen y del mundo conceptual europeo y occidental, según la cual todas las personas están provistas de derechos inalienables y que, debido a ello, la democracia es la única forma de ejercer el poder que garantiza la dignidad humana, sería lo equivalente a un suicidio cultural. Precisamente, en la vecindad tan enigmática y conflictiva en la que estamos mezclados unos con otros esta verdad es más importante que nunca. Es la clave de la supervivencia. ´

Dinero para la guerra

  • El dinero saudí/Said Aburish, escritor y biógrafo de Sadam Husein. Autor de Nasser, el último árabe.
Tomado de LA VANGUARDIA, 22/12/2006);
Traducción de José María Puig de la Bellacasa
Arabia Saudí intenta reproducir en el ámbito de la política lo que ya practicó en el mercado del petróleo, en el que se conduce como uno de los países denominados comodín, capaces de atender las necesidades del sector según los vaivenes de la coyuntura mundial y susceptibles de fijar el precio del crudo abriendo o cerrando el grifo de la producción del oro negro. La cuestión estriba en saber si la combinación del poder del rigorista islamismo wahabí y el dinero se demostrará tan eficaz como en el caso del petróleo.

El wahabismo es la religión oficial de Arabia Saudí, que practican tanto la familia real como el 20% de la población a cuyos ojos el chiismo es una herejía. El Gobierno saudí ha observado la caída de Iraq en manos chiíes (que son más del 60% de la población iraquí) con considerable preocupación y se opone abiertamente a las ambiciones del Irán chií.

Según fuentes de la oposición saudí en Londres, al menos cinco mil saudíes wahabíes luchan en las filas de Al Qaeda en Iraq y, además, desean asimismo derrocar a la familia real saudí. Se calcula que seis mil saudíes wahabíes se han entrenado en Iraq para regresar a continuación a Arabia Saudí, donde aguardan el momento propicio para prender la llama de la revolución. El Gobierno saudí ha decidido construir una valla de 600 kilómetros de longitud a lo largo de la frontera saudí-iraquí. Sin embargo, y aunque reduzca ese flujo, no lo detendrá. En realidad, el Gobierno saudí - y no por primera vez- adopta políticas contradictorias. No se opone a los ciudadanos saudíes que luchan contra los chiíes iraquíes e iraníes en Iraq, pero no quiere que vuelvan a Arabia Saudí para amenazar su estabilidad. El apoyo saudí a Al Qaeda en Iraq no es tampoco puramente pasivo: los grupos opositores tanto suníes como chiíes que he tenido ocasión de entrevistar -sin contacto entre sí- afirman que los miembros de la familia real saudí han proporcionado cuantiosas sumas de dinero a Al Qaeda. Se estima que el príncipe Sultán, príncipe heredero y ministro de Defensa, ha entregado a los combatientes desplazados a Iraq unos 25 millones de dólares. No es la primera vez que Arabia Saudí rivaliza por hacerse con el control de Oriente Medio. Bajo el rey Faisal, amparó y financió grupos islámicos que luchaban contra el nacionalismo árabe laico de Naser. Unió sus esfuerzos a los de Estados Unidos y, en último término, Naser fue derrotado en la guerra de 1967, perdió la guerra civil en Yemen y también el concurso sirio. Arabia Saudí afloró en calidad de líder del bando árabe conservador y pronorteamericano. Bando poseedor, por cierto, del poder y el dinero.

Bajo el reinado del rey Fahd - primero como hombre fuerte y heredero de su hermano Jalid y luego como rey- transcurrió la era dorada de la política estadounidense y el dinero saudí. Arabia Saudí financió la Irán-contra cuando el gobierno estadounidense no pudo obtener dinero del Congreso. Naturalmente, Arabia Saudí respaldó a Sadam durante la guerra entre Irán e Iraq. Se desconoce el montante de las sumas de dinero que Sadam recibió de Fahd, pero la mayoría de los observadores cita la cifra de unos 40.000 millones de dólares.
Durante la primera guerra del Golfo de 1990-1991, Arabia Saudí pagó 65.000 millones de dólares para financiar el coste de la operación Tormenta del Desierto para expulsar a Sadam de Kuwait. Arabia Saudí financió a los muyahidines (incluido ciertamente Osama bin Laden); luego, durante siete años y hasta el 2002 los saudíes dejaron de financiar movimientos y guerrillas insurgentes, dinámica que dio comienzo con la guerra de octubre de 1973 cuando respaldaron a Sadat. Hasta el 2004, el régimen saudí arrojó déficit presupuestario durante dieciocho años.

En tanto el precio del petróleo ha aumentado espectacularmente durante los últimos dos años, Arabia Saudí se halla en disposición de impulsar una activa y enérgica política regional e internacional, actitud que en su caso siempre equivalió a respaldar o financiar movimientos islámicos o gobiernos conservadores.
En la actualidad, las cartas presentan un aspecto diferente. Arabia Saudí se encara a un Irán herético a sus ojos (según parece, en pos de la bomba atómica) que aspira a convertirse en la potencia regional de Oriente Medio. He aquí, nuevamente, que Arabia Saudí no dispone de unas fuerzas armadas prestas para combatir a sus enemigos y ha de recurrir a la propaganda y la entrega de dinero a terceros. Y mientras tanto, el fracaso de Estados Unidos en Iraq coincide con un auge de la influencia de Irán en la propia región. De momento, Irán ejerce mayor influencia en Iraq que Estados Unidos.
Los saudíes no pueden apoyar a los suníes en Iraq de manera incondicional, pues se volverían contra Arabia Saudí y parecería entonces que los saudíes favorecen su propia caída… Sólo hay una vía susceptible de contrarrestar los grupos suníes en Iraq (como a Bin Laden, los kurdos y otros grupos) sin amenazar la posición saudí, y consiste en emplear las fuerzas armadas de los suníes Jordania y Egipto.

Sea como fuere, estamos entrando en una nueva era del respaldo saudí a las guerras e insurgencias. Sólo Alá conoce las consecuencias del enfrentamiento irano-saudí. Seguramente hay mejores maneras de gastar los ingresos procedentes del petróleo.


Dura crítica al PAN del profesor Segovia

  • Contra la cultura/ Rafael Segovia.

Tomado de Reforma, 22/12/2006

La base del poder es siempre la cultura, que puede ser tradicional o creada, nueva. En México la Revolución creó una cultura nueva, manifestada por la reorganización de la sociedad y de la política, sobre todo de una idea nueva de la educación capaz -o al menos eso se quiso lograr- de transformar las relaciones sociales. En eso se fracasó, pero la cultura, la nueva cultura apareció y creó una nueva serie de instituciones determinantes del México actual. Una de ellas, decisiva, fue la Universidad Nacional Autónoma. Real y mitificada a la par, es el epítome de la cultura mexicana, para desesperación de la derecha nacional, que jamás ha podido ni apoderarse de ella ni destruirla. Ahora se pretende sitiarla, vencerla por agotamiento y acoso de un enjambre de enanos que el poder pretende igualar con ayuda de una Cámara de representantes populares, o supuestos tales, muchos de ellos producto de esas instituciones comerciales que se pretenden universidades. Baste ver quiénes controlan las palancas de la educación oficial, donde en principio -sólo en principio- estudiaron y cómo comparten con el presidente de la República el rencor contra la Universidad Nacional. La ignorancia de los orígenes de la llamada, con un título seguramente desmesurado, la máxima casa de estudios, su aparición rodeada por los apelativos de real y pontificia, su vida azarosa, supervivencia pese a la antipatía de las clases pretendidamente superiores, todo ha hecho de ella la clave del pensamiento de México y eso es lo que no se perdona. La educación ha sido siempre el problema insuperable de México: nuestra burguesía, a diferencia de las europeas, no la han considerado la médula de la nación ni el componente indispensable de sus vidas.
Incluso en el mundo latinoamericano nuestra situación no es muy reluciente. Fuera de la UNAM, que produce el 70 por ciento de toda la investigación que se hace en el país, el resto semeja un páramo. No es culpa de los otros centros de estudios, sino de unas autoridades que las mantienen en una pobreza inadmisible, donde los sueldos son indignantes y por consiguiente llevan de la mano los mejores hombres de ciencia mexicanos al exilio para satisfacción del concanaco Padilla. Que un diputado mexicano se lance a decir las estupideces que este hombre ha dicho es sencillamente intolerable. Afirmar que la nota mínima para aprobar es cinco se debe a que quienes lo educaron no le enseñaron a contar, o que sólo conoce la aritmética indispensable para cobrar un sueldo que, desde luego, no merece.
Podría hablarle de mis estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, de la calidad de quienes cubrían las cátedras, de su devoción por la enseñanza, de su inverosímil cultura, incluso de su sentido del humor y, por encima de todo, de su generosidad. Como en toda universidad, había profesores mediocres, aunque no en la proporción que se da en la Cámara de Diputados actual, sobre todo en el partido al que pertenece el señor Padilla. Sus idioteces puede guardárselas para discutir en los cónclaves de su formación política o en la comercial, que no se queda atrás.
Ni la Cámara de Diputados ni el Senado han propuesto una ley de educación superior. A sus componentes no les conviene poner coto al desbarajuste de pseudouniversidades que pululan en el país: se abre una universidad como si fuera una miscelánea. Y muchas son eso, misceláneas donde se da a precios extraordinarios un barniz de cultura a Padillas y gente de su calidad para hacer de ellos empleados de comercio o bancarios obedientes, dispuestos a lo que sea con tal de agradar al jefe. Los países avanzados, capitalistas o socialistas, tienen Estados que vigilan con cuidado extremo la validez de los títulos expedidos por sus universidades y la calidad de sus egresados. Los colegios profesionales se encargan del resto. El comerciante Padilla haría bien en darse una vuelta por el mundo para enterarse de lo que es una universidad. También debería entrar en algún museo para ver si con ayuda de algún empleado, aunque no sea más, aprende a distinguir un Rubens de un Picasso, para presumir en sus reuniones profesionales -políticas y comerciales-. Incluso podría presumir en los pasillos de la Cámara.
El PAN llega al gobierno por segunda vez. Es sabido que su cabeza no es la directiva del partido sino que es un grupo desconocido donde no se pueden distinguir nombres y menos aun una corriente de pensamiento clara y definida, a menos de considerar a Manuel Espino el hombre de pensamiento y a los miembros del Yunque los encargados de tomar las decisiones en el terreno de la ideología y, más allá, de la cultura. Los reclutados personalmente por Felipe Calderón, como se ha podido ver después de haber asumido el poder, no cuentan. Se ha dado una sorpresa de la cual nadie ha encontrado una raíz o una explicación. Para hacerlo, hay que remontarse en la historia de las monarquías europeas, fundamentalmente la de los Habsburgos: el Presidente ha nombrado lo que en el siglo XVII se llamó un valido, un hombre que bajo títulos y cargos sin importancia, actuaba por encima de todos los cargos de gobierno, de políticos y militares, de gobernadores y virreyes, de consejos y órdenes militares. Por encima de un favorito, título popular, de hecho despectivo, era el valido, el encargado de las decisiones fundamentales, de las que en principio correspondían al rey. Vigilaba, conducía y sobre todo informaba de la actividad de los miembros del gobierno. De hecho, era todopoderoso, con lo que arriesgaba constantemente la cabeza. El actual se llama Mouriño -no confundir con el entrenador del club de fútbol inglés Chelsea.

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