26 ene 2007

Chiapas: añeja intriga


Más sobre el caso Chiapas 1993; Rosillo, y Manuel Camacho Solís.


Primero fue Leopoldo Mendivil, después Jorge Castañeda; hubo reacciones a finales de diciembre y todo había quedado ahí.


Hoy Bertrand de la Grange, publica un texto "Las añejas intrigas de Manuel Camacho", quien a decir verdad fue el primero que publico sobre el tema -junto con Maite Rico-, en su libro: Marcos, la genial impostura; Ed. El País Aguilar, Madrid, 1998, 472 páginas.

¡Seguramente habrá nuevas reacciones!


  • Las añejas intrigas de Manuel Camacho/Bertrand de la Grange
Publicado en La Crónica, 26/01/2007);
Me entero con retraso de que algunos medios, empezando por Crónica, han resucitado en estas últimas semanas una añeja intriga de Manuel Camacho. Leopoldo Mendívil señalaba, el 2 de enero en este periódico, la existencia de “cinco memorandos que podrían llegar a probar una trama desarrollada a lo largo del año 1993, desde el entonces Departamento del Distrito Federal, para recibir el año electoral de 1994 con el levantamiento del EZLN en Chiapas”.
El columnista explicaba que Camacho Solís y varios de sus colaboradores habrían apoyado, “con dinero, equipo y vestuario”, a la guerrilla zapatista a través del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz. El autor agregaba: “La historia alrededor de los famosos memorandos Martínez Rosillo que acaban de abandonar su condición de secretos de Estado, apenas comienza…”.
Lamento discrepar de mi colega, no tanto sobre el fondo del asunto —la ilimitada capacidad de intriga de Camacho— pero sí sobre la supuesta novedad de esos documentos. Publiqué esos memorandos hace casi diez años en el libro Marcos, la genial impostura, firmado también por Maite Rico. Y no fuimos los primeros, porque varios periódicos habían ya señalado la existencia de esos documentos, que habían sido filtrados a algunos medios y cuya factura nos había parecido sospechosa. El capítulo “Las intrigas del poder” molestó entonces muchísimo a Camacho, que nos reclamó airadamente por haber tomado en cuenta esas cartas. He aquí el análisis que hicimos entonces del asunto:
“¿Había tenido Camacho algo que ver con el levantamiento zapatista? ¿Había contribuido a la financiación del EZLN, bien directamente o a través de una ayuda entregada al obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz? Sin ser originario de Chiapas, Camacho mantenía una estrecha relación con un antiguo gobernador de ese estado, su suegro, quien, a diferencia de sus sucesores, estaba en buenos términos con algunas organizaciones de izquierda y con Samuel Ruiz. Disponía así de información de primera mano sobre el Ejército Zapatista y no podía ignorar lo que pasaba en la Selva Lacandona”.
“¿No había declarado Camacho que, de haber sido candidato a la presidencia, hubiera comenzado su campaña en Chiapas para desactivar una eventual revuelta? Desde octubre de 1993, es decir, tres meses antes del levantamiento, había preparado, como él mismo ha reconocido después, un blitz que consistía en ‘apoyar a Samuel Ruiz para resolver los problemas sociales, y quitar así al EZLN una buena parte de su base’. ¿Se debe inferir de esta confesión que Camacho contaba con la amenaza del levantamiento zapatista para aparecer ante los ojos de Salinas como el único candidato capaz de desactivar el problema? ¿Maquiavélico? Sin duda […]”.
“Una correspondencia confidencial atribuida al entorno de Camacho parecía, además, confirmar esta hipótesis. Los documentos demostraban que el ex regente financiaba en secreto al Ejército Zapatista a través del obispo de San Cristóbal, al que enviaba cada mes sumas considerables —¡más de 300 mil dólares a partir de marzo de 1993!— para cubrir ‘la compra de productos alimentarios, sistemas de radiocomunicaciones, botas’ y otros artículos. Estos fondos procedían de los beneficios obtenidos por la principal sociedad de estacionamientos de México, administrada por un amigo de Camacho, Jorge Rosillo, cuya vida parece sacada de una novela de aventuras: participó en la guerrilla de Fidel Castro en Sierra Maestra en los años cincuenta, estuvo encarcelado en Chiapas por contrabando de maderas preciosas y sirvió de intermediario, en varias ocasiones, entre el poder y la oposición de izquierda a partir de 1988”.
“En una carta dirigida a una tercera persona y fechada en noviembre de 1993, Jorge Rosillo anuncia crudamente que, ‘según el plan convenido, las reservas son suficientes para alimentar y equipar a alrededor de tres mil hombres por un periodo de seis meses, según los cálculos proporcionados por el grupo de Chiapas’. ‘Te informo’, añade, ‘que según el camarada Maya, todo está listo para el 1 de enero de 1994 [...] A la espera de nuevas instrucciones, te agradeceré que informes a Manuel Camacho...’. En el lenguaje codificado de esta correspondencia, el grupo era, evidentemente, el EZLN y el camarada Maya no era otro que el obispo Samuel Ruiz”.
“¿Cómo explicar semejante imprudencia por parte de los amigos de Camacho? ¿Por qué dejar huellas tan evidentes de su participación en la insurrección zapatista de Chiapas? En realidad, todos estos documentos son falsos, lo que no impidió que ciertos periódicos mexicanos los presentaran como auténticos. Las cartas pudieron haber sido fabricadas por los servicios de seguridad a petición expresa de algunos de los adversarios de Manuel Camacho en el interior del gobierno. ‘Me inventaron todas esas cosas en función de fines políticos’, protesta él. ‘Puede ser que estén convencidos de que tengo algo que ver con el EZLN, lo que revelaría el nivel de estupidez de los responsables de Gobernación. Soy hijo de militar, y me enseñaron que con la seguridad nacional no se juega. ¿Cómo me iba a poner yo en manos de un guerrillero?’”.
Después de tantos cambios de partido y de haberse puesto en manos de López Obrador, hoy resulta difícil creer a Camacho. El oportunismo político no parece compatible con unos principios muy sólidos. Quizás, al contrario de lo que dice el ex regente, la Secretaría de Gobernación no estaba tan desencaminada en 1994 cuando buscaba pruebas de sus vínculos con el EZLN. Y, al no encontrarlas, algún jefe del CISEN con pocas luces las pudo haber fabricado.
Me parece muy sano que salga de nuevo a la palestra este asunto. Sin embargo, sería mucho mejor si algún periodista o historiador, empezaran a investigar a fondo los vínculos que Camacho Solís, Fernando Gutiérrez Barrios —cuando era secretario de Gobernación, pero también después de haber sido despedido por Carlos Salinas— y algunos otros dirigentes del PRI tuvieron con la insurrección zapatista, o su entorno, antes del 1 de enero de 1994. Lo más probable es que ellos supieran lo que iba a ocurrir y decidieran no informar a Salinas. ¿Por qué? El ex secretario de Gobernación, porque tenía cuentas pendientes con el presidente y sus “neoliberales”; y Camacho, porque necesitaba crear un cierto nivel, controlable, de inestabilidad política, para convencer a Salinas de que él era el mejor candidato a la sucesión presidencial, dada su conocida capacidad negociadora. Son conjeturas y no hay pruebas, por el momento. Ahora, más de diez años después, ya es tiempo de exigir la apertura de algunos archivos, incluyendo los documentos ilegalmente “privatizados” por Gutiérrez Barrios y sus albaceas.
bdgmr@yahoo.com

El muro, discurso y redadas


Un día después del discurso que presentó el presidente Bush sobre el Estado de la Nación, comenzó la construcción del muro en la frontera con México.
La construcción comenzó este miércoles 24 de enero en Arizona; es parte de una iniciativa del gobierno del presidente George W. Bush, anunciada el año pasado.
Un vocero del Departamento de Seguridad Interna de EE UU, Russell Knocke, dijo que algunas partes la obra inicial podrían incluir también una cerca. La primera fase se ubicará a lo largo de una línea de 15 kilómetros, en el límite occidental de una franja desértica de 60 kilómetros (37 millas) en el suroeste de Arizona.
Además, la semana pasada fueron arrestados cientos de inmigrantes indocumentados durante una de las mayores operaciones policiales en la historia de EE UU; muchos de ellos han sido deportados; algunos están detenidos para que enfrenten posibles cargos penales.
Las redadas representan un operativo en gran escala dentro de la ''Operación Devolver al Remitente'', una serie de medidas enérgicas que han dado como resultado 13,192 arrestos en todo el país desde fines de mayo del 2006. Además, las autoridades migratorias también han identificado a 3,000 personas en cárceles estatales y locales que serán deportadas.
Empero, a pesar de los esfuerzos, las autoridades del ICE creen que aproximadamente 600,000 inmigrantes ilegales que han ignorado las órdenes de deportación siguen prófugos.
Por lo pronto el gobierno de EE UU alista ya cárceles para mexicanos. Una una nota de Víctor Fuentes en el periódico Reforma de este jueves 25 de enero, señala que "El gobierno de Estados Unidos gastará alrededor de 760 millones de dólares en los próximos cuatro años para financiar cinco cárceles privadas que albergarán a siete mil reos de baja peligrosidad, la gran mayoría de ellos mexicanos. "El monto involucrado -760 millones de dólares-, en este proceso es casi equivalente al presupuesto total para el periodo 2004-2007 del Órgano de Prevención y Readaptación Social del gobierno federal mexicano, que controla los cuatro penales de alta seguridad del país y ha dispuesto de 8 mil 236 millones de pesos."
Según la nota Víctor Fuentes en EE UU "hay casi 32 mil presos federales de nacionalidad mexicana, el 17 por ciento del total. La mayoría son inmigrantes ilegales reincidentes, que reciben condenas de entres 6 meses y 2 años de cárcel, o delincuentes involucrados en asuntos menores de drogas."
"El ritmo de los traslados será de aproximadamente 80 internos por semana, lo que resultará en un incremento de entre mil y tres mil reos durante un periodo de 12 a 36 semanas", explicó el Buró Federal de Prisiones.
Y bueno este es el posicionamiento oficial del presidente Bush al tema, son las líneas que dedico a México, por lo menos habla de la necesidad de ¡un debate serio, civilizado y concluyente!
Extender la esperanza y las oportunidades en nuestro país requiere de un sistema de inmigración digno de Estados Unidos, con leyes justas y fronteras seguras. Cuando no se respetan las leyes ni las fronteras rutinariamente, nuestro país se perjudica. Para proteger nuestra frontera aumentamos al doble el personal de la Patrulla Fronteriza y otorgamos fondos para infraestructura y tecnología.
Sin embargo, incluso con todas estas medidas, no podemos proteger nuestra frontera del todo a no ser que aligeremos la presión sobre la frontera, y eso requiere de un programa de trabajadores temporales. Debemos establecer una vía legal y ordenada para que los trabajadores extranjeros entren a nuestro país a trabajar por un periodo limitado de tiempo. El resultado será que no entrarán clandestinamente, lo que permitirá que los agentes fronterizos puedan encargarse de perseguir a narcotraficantes, criminales y terroristas. (Aplausos.)
Vamos a verificar el cumplimiento de nuestras leyes de inmigración en los centros de trabajo, y darles a los empleadores las herramientas para verificar el estatus legal de sus empleados, a fin de que no haya excusa para que no cumplan con la ley. (Aplausos.)
Necesitamos mantener la tradición del crisol de culturas que da la bienvenida a los recién llegados y los asimila. (Aplausos.)
Y necesitamos resolver el estatus de los inmigrantes ilegales que ya se encuentran en nuestro país, sin animosidad ni amnistía. (Aplausos.)
Con respecto a la inmigración, las convicciones en este capitolio son profundas. Tengamos un debate serio, civilizado y concluyente, para que puedan aprobar y yo promulgar una reforma integral de la inmigración que se convierta en ley. (Aplausos.)

Pero, soy yo quién toma las decisiones: Bush


¡Y tal y como se esperaba!

El presidente Bush, enfrentado con el Congreso -dominado por los demócratas- por el tema de Irak, dijo este viernes 26 de enero: "soy el que toma las decisiones" sobre el envío de refuerzos en caso de guerra y pidió a los legisladores que no condenen prematuramente el plan.
"He seleccionado el plan que creo tiene más posibilidades de éxito", dijo Bush, reunido en su oficina con los asesores militares.
El presidente desafió a los legisladores de ambos partidos que ofrezcan sus propias ideas a la alternativa de enviar 21,500 soldados de refuerzo a Irak. "Algunos han condenado el plan incluso antes de darle una oportunidad", agregó.
Bush indicó que los legisladores están de acuerdo en que un fracaso en Irak sería un desastre y agregó que eligió la estrategia que él y sus colaboradores creen ayudará a cambiar la situación en Irak.
El presidente se reunió con el teniente general del ejército David Petraeus, recién confirmado por el Senado para mandar las fuerzas estadounidenses en Irak.

En tanto, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi llegó hoy a Bagdad en una visita no anunciada para informarse sobre el la situación de Irak.

Pelosi fue recibida a su llegada por el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki. Según un comunicado de la oficina de Al Maliki, éste le expresó a Pelosi la determinación de su Gobierno de acabar con la violencia, algo que no sólo dependerá de "los medios militares", sino también de la "reactivación" de la vía política.
El primer ministro explicó algunos detalles de su nueva iniciativa de seguridad para la capital, que aplicarán conjuntamente el Ejército iraquí y el estadounidense a partir del 1 de febrero, y explicó a Pelosi los planes para la transferencia de competencias en materia de seguridad.
La legisladora que tiene previsto visitar a las tropas, encabeza una delegación de congresistas. Entre ellos se encuentra su correligionario John Murtha, crítico con la gestión de la guerra por parte George W. Bush.
El Senado norteamericano confirmó con 81 votos a favor y ninguno en contra al general David Petraeus, de 54 años, como nuevo comandante de las fuerzas del país en Irak.
Su designación por Bush no ha generado discordia debido a la buena reputación en las Fuerzas Armadas de Petraeus, que conoce de primera mano la situación en la zona. Durante la invasión, en marzo de 2003, comandó la 101ª División Aerotransportada y entre 2004 y 2005 dirigió el programa de formación del nuevo Ejército local.
Petraeus reemplazará en el cargo a George Casey, quien ha sido nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército

Informe de Bush


Por séptima vez desde su toma de posesión en 2001, el presidente George W. Bush cumplió con la exigencia constitucional de informar sobre el Estado de Nación; lo hizo la noche del martes 23 de enero.

La situación por cierto no era favorable. Enfrente de el un Congreso dominada por el partido Demócrata. Las encuestas lo ubicaron en su nivel más bajo; el sondeo de The New York Times con la cadena CBS le dio un 28% de aprobación; el de The Washington Post con la ABC, un 33%, y en The Wall Street Journal con la NBC, sólo un 22%.

Reproduzco sólo la parte del discurso dedicado a la política exterior, concretamente en su política sobre Irak:

"Han pasado cinco años desde que presenciamos las escenas y sentimos el dolor que los terroristas pueden causar. Hemos tenido tiempo de evaluar nuestra situación. Hemos puesto en práctica muchas medidas cruciales para proteger a nuestra patria. Sabemos con certeza que los horrores de esa mañana de septiembre fueron sólo una pequeña muestra de los planes que los terroristas tienen para nosotros, a menos que los detengamos.
Con el paso del tiempo nos encontramos debatiendo las causas del conflicto y el curso que tomamos. Esos debates son esenciales cuando una gran democracia enfrenta importantes asuntos. Pero un asunto está diáfanamente claro: Para ganar la guerra contra el terrorismo debemos llevar la lucha donde el enemigo. (Aplausos.)
Desde un inicio, Estados Unidos y nuestros aliados han protegido a nuestra gente permaneciendo a la ofensiva. El enemigo sabe que hace mucho tiempo se acabaron los días de santuario cómodo, movimiento fácil, financiamiento seguro y libre flujo de comunicaciones. Para los terroristas, la vida nunca ha sido igual desde el 11 de septiembre.
Nuestro éxito en esta guerra con frecuencia se mide por los eventos que no sucedieron. No podemos saber la dimensión total de los ataques que nosotros y nuestros aliados hemos evitado, pero les digo lo que sí sabemos: Desbaratamos un plan de al Qaida para secuestrar un avión y estrellarlo contra el edificio más alto en la Costa Oeste. Desmantelamos una célula terrorista en el sudeste de Asia que preparaba a agentes para ataques dentro de Estados Unidos. Descubrimos una célula de al Qaida que desarrollaba ántrax para usarlo en ataques contra Estados Unidos. Y en agosto pasado, las autoridades británicas desbarataron un plan para hacer estallar aviones de pasajeros con destino a Estados Unidos en la mitad del Océano Atlántico. Por cada vida salvada, tenemos una deuda de gratitud con los valientes servidores públicos que dedican su vida a encontrar a los terroristas y detenerlos. (Aplausos.)
Cada éxito contra los terroristas es un recordatorio de las descomunales ambiciones de este enemigo. La maldad que inspiró y celebró el 11 de septiembre todavía ronda por el mundo. Y mientras éste sea el caso, Estados Unidos es todavía una nación en guerra.
En la mente terrorista, esta guerra empezó mucho antes del 11 de septiembre y no terminará hasta que su visión radical se haga realidad. Y estos últimos cinco años nos han dado una idea mucho más clara de la naturaleza de este enemigo. Al Qaida y sus seguidores son extremistas suníes, poseídos por el odio y bajo las órdenes de una ideología estrecha y severa. Si tomamos cualquier principio civilizado, su meta es la opuesta. Predican con amenazas, enseñan con balas y bombas, y prometen el paraíso a cambio del asesinato de inocentes.
Nuestros enemigos son bastante explícitos en sus intenciones. Quieren derrocar a gobiernos moderados y establecer refugios desde donde planear y ejecutar nuevos ataques contra nuestro país. Creen que si matan y aterrorizan a estadounidenses forzarán a nuestro país a retirarse del mundo y abandonar la causa de la libertad. Entonces podrán imponer su voluntad y propagar su ideología totalitaria. Escuchen esta advertencia del fallecido terrorista Zarqawi: "Sacrificaremos nuestra sangre y cuerpo para poner fin a sus sueños, y lo peor está por venir". Osama bin Laden declaró: "La muerte es mejor que vivir en este planeta con infieles entre nosotros".
Estos hombres no acostumbran hablar por hablar, y son sólo una facción en el movimiento islámico radical. Recientemente, también hemos podido ver que enfrentamos peligros provenientes de extremistas chiítas, igualmente hostiles con Estados Unidos y decididos también a dominar el Oriente Medio. Se sabe que muchos reciben órdenes del régimen en Irán, que financia y arma a terroristas como Jezbolá, un grupo que ocupa el segundo lugar después de al Qaida como la causa de muertes estadounidenses.
Los extremistas chiítas y suníes son ángulos diferentes de la misma amenaza totalitaria. Sea cual sea el lema que repiten, cuando matan a inocentes, tienen los mismos propósitos malvados. Quieren matar estadounidenses, acabar con la democracia en el Oriente Medio y acceder a armamento para matar a una escala aun más horrenda.
En el sexto año desde que nuestra nación fue atacada, me gustaría poder informarles que el peligro ha pasado. Pero no es así. Por eso este gobierno mantiene la política de usar todos los instrumentos legales apropiados de inteligencia, diplomacia, orden público y acciones militares para cumplir con nuestro deber, encontrar a estos enemigos y proteger al pueblo estadounidense. (Aplausos).
Esta guerra es más que un conflicto; es una lucha ideológica decisiva, y la seguridad de nuestra nación está en juego. Para prevalecer debemos acabar con las condiciones que inspiran un odio ciego y llevaron a 19 hombres a abordar aviones y venir a matarnos. Lo que todos los terroristas temen es la libertad humana, sociedades donde hombres y mujeres toman sus propias decisiones, son fieles a su conciencia y viven inspirados por sus esperanzas y no por sus resentimientos. Las personas libres no se inclinan por ideologías violentas y llenas de odio, y la mayoría de la gente escoge una mejor opción si se le da la oportunidad. Nuestros intereses de seguridad se benefician cuando ayudamos a los moderados y reformistas, y a voces valientes a favor la democracia. La gran pregunta de nuestra época es si Estados Unidos ayudará a los hombres y mujeres del Oriente Medio a construir sociedades libres y gozar de los derechos intrínsecos de toda la humanidad. Y yo les digo que, por nuestra propia seguridad, lo debemos hacer. (Aplausos).
En los dos últimos años, hemos visto el deseo de libertad en el gran Oriente Medio, y la fiera reacción del enemigo nos dejó estupefactos. En el 2005, el mundo vio cómo los ciudadanos del Líbano ondearon la bandera de la Revolución del Cedro, forzaron el retiro de los invasores sirios y eligieron nuevos líderes en elecciones libres. En el 2005, el pueblo de Afganistán desafió a los terroristas y eligió una legislatura democrática. Y en el 2005, el pueblo iraquí llevó a cabo tres elecciones nacionales, votó por un gobierno transitorio, adoptó la constitución más progresista y democrática del mundo árabe, y luego eligió a un gobierno en el marco de esa constitución. A pesar de las innumerables amenazas de los asesinos en su entorno, casi 12 millones de ciudadanos iraquíes salieron a votar en una demostración de esperanza y solidaridad que no debemos olvidar jamás. (Aplausos).
Un enemigo pensante observó todas estas escenas, reajustó sus tácticas y en el 2006 volvió a atacar. En el Líbano, asesinaron a Pierre Gemayel, miembro prominente de la Revolución del Cedro. Terroristas del Jezbolá, con el apoyo de Siria e Irán, sembraron el conflicto en la región y tienen como meta socavar el gobierno legítimamente electo del Líbano. En Afganistán, combatientes del Talibán y al Qaida se reagruparon y atacaron a las fuerzas afganas y de la OTAN en un intento de retomar el poder. En Iraq, al Qaida y otros extremistas suníes bombardearon uno de los santuarios más sagrados para los musulmanes chiítas, la Mezquita Dorada de Samarra. Esta atrocidad, dirigida a un templo musulmán, tenía como propósito provocar las represalias de los chiítas iraquíes y esto se logró. Elementos radicales chiítas, algunos de los cuales reciben apoyo de Irán, formaron escuadrones de la muerte. El resultado fue una trágica escalada en la furia y represalias sectarias que ocurren hasta la fecha.
Ésta no es la batalla que queríamos luchar en Iraq, pero estamos inmersos en esta batalla. Todos nosotros quisiéramos que esta guerra ya se hubiera terminado y ganado. Pero nosotros no acostumbramos incumplir nuestras promesas ni abandonar a nuestros amigos, ni arriesgar nuestra propia seguridad. (Aplausos). Damas y caballeros, hoy, en este momento, todavía estamos a tiempo para decidir el resultado de esta batalla. Encontremos la voluntad para transformar estos sucesos en una victoria. (Aplausos).
Estamos poniendo en práctica una nueva estrategia en Iraq, un plan que exige más del gobierno electo de Iraq, y les da a nuestras fuerzas en Iraq los refuerzos que necesitan para concluir su misión. Nuestro objetivo es un Iraq democrático que defiende el imperio de la ley, respeta los derechos de su pueblo, le proporciona seguridad y es un aliado en la guerra contra el terrorismo.
Para avanzar hacia este objetivo, el gobierno de Iraq debe detener la violencia sectaria en su capital. Pero los iraquíes aún no están listos para hacer esto por sí solos. Por lo tanto, estamos movilizando refuerzos de más de 20,000 soldados e infantes de Marina adicionales a Iraq. La gran mayoría de ellos irán a Bagdad, donde ayudarán a las fuerzas iraquíes a despejar y afianzar vecindarios, y actuarán como asesores anexados a unidades del Ejército iraquí. Con los iraquíes a la cabeza, nuestras fuerzas ayudarán a proteger la ciudad persiguiendo a los terroristas, insurgentes y los escuadrones de la muerte que se desplazan libremente. Y estamos enviando a la provincia de Anbar -donde los terroristas de al Qaida se han congregado y las fuerzas locales han comenzado a demostrar que están dispuestos a combatirlos- a 4,000 infantes de Marina adicionales, con órdenes de encontrar a los terroristas y desalojarlos. (Aplausos). No echamos a al Qaida de su refugio en Afganistán para simplemente permitir que establezca un nuevo refugio en un Iraq libre.
El pueblo de Iraq quiere vivir en paz, y es hora de que su gobierno actúe. Los líderes de Iraq saben que nuestro compromiso no es ilimitado. Han prometido movilizar más de sus propios soldados para resguardar Bagdad, y deben hacerlo. Han prometido que se enfrentarán a los radicales violentos de cualquier facción o partido político, y es necesario que cumplan su promesa y eliminen las restricciones innecesarias para las fuerzas iraquíes y de la coalición, a fin de que estas tropas puedan lograr su misión de proporcionar seguridad a toda la gente de Bagdad. Los líderes de Iraq se han comprometido a una serie de parámetros para lograr la reconciliación: repartir los ingresos del petróleo entre los ciudadanos de Iraq, invertir la riqueza de Iraq en la reconstrucción de Iraq, permitir que más iraquíes se reincorporen a la vida política del país, llevar a cabo elecciones locales y asumir responsabilidad por la seguridad de todas las provincias de Iraq. Pero para que todo esto suceda, es necesario garantizar la seguridad de Bagdad. Y nuestro plan ayudará al gobierno de Iraq a recuperar su capital y cumplir con sus promesas.
Conciudadanos, nuestros comandantes militares y yo hemos sopesado las opciones detenidamente. Analizamos todas las estrategias posibles. Finalmente, escogí esta línea de acción porque ofrece las mejores probabilidades de éxito. Muchos en esta cámara comprenden que Estados Unidos no debe fracasar en Iraq, porque saben que las consecuencias del fracaso serían penosas y de gran repercusión.
Si las fuerzas estadounidense se retiran antes de que Bagdad esté seguro, el gobierno de Iraq será invadido por extremistas por todas partes. Podríamos esperar una batalla épica entre los extremistas chiítas respaldados por Irán y los extremistas suníes apoyados por al Qaida y los partidarios del antiguo régimen. Una epidemia de violencia se desbordaría por el país, y con el tiempo, podría arrastrar al conflicto a toda la región.
Para Estados Unidos, esto sería la peor pesadilla. Para el enemigo, éste es el objetivo. El caos es su mejor aliado en esta lucha. Y del caos en Iraq, surgiría un enemigo envalentonado con nuevos refugios, nuevos reclutas, nuevos recursos e incluso más decidido a causarle daño a Estados Unidos. Permitir que esto suceda sería ignorar las lecciones del 11 de septiembre y arriesgarse a una tragedia. Damas y caballeros, nada es más importante en este momento de nuestra historia que el éxito de Estados Unidos en el Oriente Medio: la victoria en Iraq y evitarle este peligro al pueblo estadounidense. (Aplausos).
Ésta es la situación esta noche, aquí y ahora. He hablado con muchos de ustedes personalmente. Los respeto y respeto los argumentos que han presentado. Entramos en esto mayormente unidos, en nuestras suposiciones y en nuestras convicciones. Y no importa si votaron a favor o en contra, no votaron por el fracaso. Nuestro país sigue una nueva estrategia en Iraq, y les pido que le den la oportunidad de funcionar. Y les pido que respalden a nuestras tropas en el terreno y a las que están en camino. (Aplausos).
La guerra contra el terrorismo que libramos hoy es una lucha generacional que continuará mucho después de que ustedes y yo hayamos delegado nuestros deberes a otros. Por eso es importante trabajar juntos para que nuestra nación pueda ver los logros de este esfuerzo. Ambos partidos y ambos poderes deben trabajar en estrecha consulta. Por eso propongo crear un consejo extraordinario de asesores sobre la guerra contra el terrorismo compuesto por líderes del Congreso de ambos partidos políticos. Intercambiaremos ideas para encontrar la mejor posición desde la cual Estados Unidos le haga frente a cada desafío que enfrentemos. Les mostraremos a nuestros enemigos en el extranjero que estamos unidos en el objetivo de la victoria.
Y uno de los primeros pasos que podemos dar juntos es engrosar las filas de nuestras Fuerzas Armadas, para que estén listas para todos los futuros desafíos. (Aplausos). Esta noche le pido al Congreso que autorice un aumento de 92,000 soldados en nuestro Ejército e Infantería de Marina durante los próximos cinco años. (Aplausos). Una segunda tarea que podemos emprender juntos es planear y crear un cuerpo voluntario de reservas civiles. Dicho cuerpo funcionaría de manera parecida a nuestra reserva militar. Aliviaría la carga de las Fuerzas Armadas al permitirnos contratar a civiles con destrezas fundamentales para que trabajen en misiones en el extranjero cuando Estados Unidos los necesite. Les daría a personas en todo Estados Unidos que no llevan el uniforme la oportunidad de servir en la lucha decisiva de nuestros tiempos.
Los estadounidenses pueden confiar en el resultado de esta pugna, porque no nos encontramos solos en esta lucha. Tenemos una estrategia diplomática que está procurando el apoyo del mundo en la lucha contra el extremismo. En Iraq, las fuerzas multinacionales están operando bajo órdenes de las Naciones Unidas. Estamos trabajando con Jordania y Arabia Saudita y Egipto y los Estados del Golfo para aumentar el apoyo al gobierno de Iraq.
Naciones Unidas ha impuesto sanciones contra Irán y dejado en claro que el mundo no permitirá que el régimen de Teherán adquiera armas nucleares. (Aplausos). Con los demás miembros del Cuarteto -la ONU, la Unión Europea y Rusia- estamos en negociaciones diplomáticas para contribuir a lograr la paz en Tierra Santa y el establecimiento de un Estado Palestino democrático que viva lado a lado con Israel en paz y seguridad. (Aplausos). En Afganistán, la OTAN ha asumido la delantera para revertir la ofensiva del Talibán y al Qaida, la primera vez que la Alianza ha movilizado tropas fuera de la región del Atlántico Norte. Junto con nuestros aliados en China, Japón, Rusia y Corea del Sur, estamos llevando a cabo intensivas negociaciones diplomáticas para lograr una Península Coreana libre de armas nucleares. (Aplausos).
Continuaremos pronunciándonos a favor de la causa de la libertad en lugares como Cuba, Bielorrusia y Myanmar, y continuaremos despertando la conciencia del mundo para salvar al pueblo de Darfur. (Aplausos).
La política exterior de Estados Unidos es más que un asunto de guerra y diplomacia. Nuestro trabajo en el mundo también se basa en una verdad ancestral: A quien mucho se da, mucho se le exige.(Punto)

Fuente: Casa Blanca

Funeral de Hrant Dink


"El drama que constituye su muerte, aparte de sus dimensiones personales y familiares, concierne efectivamente a Turquía, pero no de forma exclusiva: atañe e interesa a la conciencia universal y, de modo especial, a Europa": Michel Wieviorka, presidente de la Asociación Internacional de Sociología.

La sociedad turca envió un mensaje de rabia y unidad en memoria Hrant Dink; más de 100,000 personas se congregaron el martes 23 de enero en una de las mayores concentraciones de los últimos años, para dar el último adiós a la voz de la comunidad armenia en Turquía.
El funeral se convirtió en una inmensa manifestación que recorrió ocho kilómetros; la ceremonia religiosa fue celebrada por Su Beatitud el patriarca armenio apostólico Mesrob II Mutafyan.
Estuvieron presentes, el viceprimer ministro Mehmet Alí Sahín y el ministro de Interior, Abdulkadir Aksu; junto a ellos en primera fila el viceministro de Exteriores armenio, Arman Kirakosian, invitado por Ankara a pesar de que los dos países no mantienen relaciones diplomáticas y la frontera permanece cerrada.
Mesrob II les instó a todos al diálogo, además de solicitar la eliminación de las referencias explícitas al "enemigo" armenio en los libros de texto turcos.
Y dijo que nadie debe sentirse autorizado a penalizar las opiniones diferentes.

Cosas que ocurren en Culiacán/ Fred Alvarez

Cosas que ocurren en Culiacán, y en otras partes también/  Fred Álvarez Palafox ¡En Sinaloa manda el crimen! ellos sí están organizados; hoy...