Carta de pésame/Guadalupe Loaeza
Reforma, 20 septiembre 2011
Querida Antonieta:
Esta es la segunda vez que te escribo; la primera fue en octubre de 1995, con motivo de la presentación del libro A la sombra del Ángel, el cual en realidad se trata de una novela histórica de más de 600 páginas, cuyo enorme mérito radica, como sabes, en haber sido escrita por tu nuera, Kathryn Blair, esposa de tu único hijo, Donald. En esta obra, perfectamente bien documentada, con más de 200 mil ejemplares vendidos y traducida en varios idiomas, se abordan, una vez más, muchos episodios de tu vida, de tu trayectoria, de tu personalidad, de todo lo que hiciste por la cultura en México y una de las etapas históricas más importantes de nuestro país, como fue la Revolución. Con una prosa ágil, sensible y muy amorosa, Kathryn se refiere igualmente a tus amores, como fueron Manuel Rodríguez Lozano, Albert Blair, y en especial al que creo fue el amor de tu vida, José Vasconcelos.
En esta ocasión, desafortunadamente, el motivo de mi carta, nada tiene que ver con el anuncio de una buena noticia, sino todo lo contrario. El viernes pasado recibí un correo de tu bisnieta Mariana que decía: "A nombre de mi familia les escribo para compartirles que Tato, mi abuelo, Donald Antonio Blair Rivas Mercado, acaba de fallecer y ahora descansa en paz". No te puedes imaginar la tristeza que sentí en esos momentos, pensé en el dolor de sus tres hijos que tuvo con su primera esposa, Janet Roberts: Vivien, Monty y Marian, el de sus nietos, pero sobre todo, en el de ahora su viuda. Créeme, Antonieta, hacía mucho tiempo, no conocía una pareja de enamorados como eran Kathryn y Donald. Siempre, siempre estaban juntos, pero lo más evidente de todo es que se veían felices de ir en pareja a todos lados. Donald era un incondicional de su mujer, convertida a los 75 años en una escritora súper exitosa. A lo largo de más de dos décadas, Donald acompañó a Kathryn en las investigaciones acerca de tu vida. No te olvides que hablar acerca de tu suicidio en la familia Rivas Mercado era un tema totalmente tabú. No se hablaba de ello bajo ningún motivo. Incluso, Donald creyó durante muchos años que su madre se había muerto en un hospital en Francia. Eso fue lo que le contaron su padre y tus hermanas: Alicia y Amelia. Pobre de Donald Antonio, como se llamaba, porque siendo él muy niño ya había sufrido enormemente tu divorcio y todos tus desencuentros con tu ex marido. Acaso, a raíz de tu muerte, estuvo tu hijo de 11 años viajando de un país a otro, sin entender por qué nunca más había vuelto a ver a su madre, qué fue lo que había pasado realmente, por qué ni siquiera había recibido una carta tuya de despedida. ¿Por qué nunca habías ido a buscarlo a Burdeos donde lo habías dejado en una casa de huéspedes, bajo la promesa de que irías solamente unos días a París a ver a Vasconcelos? ¿Por qué cada vez que se pronunciaba tu nombre en la familia se limitaban a decir, en un tono de voz muy quedito, que se había tratado de una niña muy inteligente, sensible, que hablaba tres idiomas, que bailaba ballet y que tocaba el piano muy bonito? ¿Por qué en la familia cambiaban invariablemente de tema de conversación, cuando tu hijo preguntaba acerca del cuadro de Angelina Beloff, en donde apareces peinada de chongo, a su lado en 1923? Así, en medio de todos estos misterios pasaron muchos años. Era tal su mala estrella, que incluso tu hijo llegó a Francia, como piloto del ejército de Estados Unidos, nada menos que durante la Segunda Guerra Mundial, exactamente el día del desembarco de las playas de Normandía.
No hay duda que el destino es algo sumamente extraño e incomprensible, si no hubiera sido por su encuentro y por la tenacidad de su segunda mujer, Kathryn, seguramente Donald jamás hubiera sabido quién fue realmente Antonieta Rivas Mercado. Jamás hubiera sabido todo lo bueno e importante que hiciste a lo largo de tu corta vida. Y jamás hubiera estado tan orgulloso de su madre como lo estuvo realmente. Varias veces platiqué con él a propósito de mi heroína, Antonieta; él fue el que me regaló una de tus fotos más bonitas tomada de perfil. No te puedes imaginar la cara de satisfacción que tenía cada vez que tu nuera presentaba su libro, es decir, varias veces desde que se publicó. En esos momentos, Donald era un hijo y un marido plenamente feliz. ¿Te das cuenta que vivió más de 90 años amando, comprendiendo y perdonando a su madre? Por todo esto, quiero pensar que ya están juntos los dos, allá arriba. Quiero pensar que cuando se vieron, el viernes pasado, se dieron un fortísimo abrazo sumamente tierno y se dijeron muchas cosas bonitas. ¡Cuántas cosas tendrán que contarse y de cuántas tendrán que acordarse! Esto me da gusto. No me queda más que felicitarte por Donald, y decirte que también tú puedes estar muy orgullosa de tu hijo, de tus nietos y bisnietos, pero sobre todo de tu maravillosa nuera. Con todo mi afecto. GL
En esta ocasión, desafortunadamente, el motivo de mi carta, nada tiene que ver con el anuncio de una buena noticia, sino todo lo contrario. El viernes pasado recibí un correo de tu bisnieta Mariana que decía: "A nombre de mi familia les escribo para compartirles que Tato, mi abuelo, Donald Antonio Blair Rivas Mercado, acaba de fallecer y ahora descansa en paz". No te puedes imaginar la tristeza que sentí en esos momentos, pensé en el dolor de sus tres hijos que tuvo con su primera esposa, Janet Roberts: Vivien, Monty y Marian, el de sus nietos, pero sobre todo, en el de ahora su viuda. Créeme, Antonieta, hacía mucho tiempo, no conocía una pareja de enamorados como eran Kathryn y Donald. Siempre, siempre estaban juntos, pero lo más evidente de todo es que se veían felices de ir en pareja a todos lados. Donald era un incondicional de su mujer, convertida a los 75 años en una escritora súper exitosa. A lo largo de más de dos décadas, Donald acompañó a Kathryn en las investigaciones acerca de tu vida. No te olvides que hablar acerca de tu suicidio en la familia Rivas Mercado era un tema totalmente tabú. No se hablaba de ello bajo ningún motivo. Incluso, Donald creyó durante muchos años que su madre se había muerto en un hospital en Francia. Eso fue lo que le contaron su padre y tus hermanas: Alicia y Amelia. Pobre de Donald Antonio, como se llamaba, porque siendo él muy niño ya había sufrido enormemente tu divorcio y todos tus desencuentros con tu ex marido. Acaso, a raíz de tu muerte, estuvo tu hijo de 11 años viajando de un país a otro, sin entender por qué nunca más había vuelto a ver a su madre, qué fue lo que había pasado realmente, por qué ni siquiera había recibido una carta tuya de despedida. ¿Por qué nunca habías ido a buscarlo a Burdeos donde lo habías dejado en una casa de huéspedes, bajo la promesa de que irías solamente unos días a París a ver a Vasconcelos? ¿Por qué cada vez que se pronunciaba tu nombre en la familia se limitaban a decir, en un tono de voz muy quedito, que se había tratado de una niña muy inteligente, sensible, que hablaba tres idiomas, que bailaba ballet y que tocaba el piano muy bonito? ¿Por qué en la familia cambiaban invariablemente de tema de conversación, cuando tu hijo preguntaba acerca del cuadro de Angelina Beloff, en donde apareces peinada de chongo, a su lado en 1923? Así, en medio de todos estos misterios pasaron muchos años. Era tal su mala estrella, que incluso tu hijo llegó a Francia, como piloto del ejército de Estados Unidos, nada menos que durante la Segunda Guerra Mundial, exactamente el día del desembarco de las playas de Normandía.
No hay duda que el destino es algo sumamente extraño e incomprensible, si no hubiera sido por su encuentro y por la tenacidad de su segunda mujer, Kathryn, seguramente Donald jamás hubiera sabido quién fue realmente Antonieta Rivas Mercado. Jamás hubiera sabido todo lo bueno e importante que hiciste a lo largo de tu corta vida. Y jamás hubiera estado tan orgulloso de su madre como lo estuvo realmente. Varias veces platiqué con él a propósito de mi heroína, Antonieta; él fue el que me regaló una de tus fotos más bonitas tomada de perfil. No te puedes imaginar la cara de satisfacción que tenía cada vez que tu nuera presentaba su libro, es decir, varias veces desde que se publicó. En esos momentos, Donald era un hijo y un marido plenamente feliz. ¿Te das cuenta que vivió más de 90 años amando, comprendiendo y perdonando a su madre? Por todo esto, quiero pensar que ya están juntos los dos, allá arriba. Quiero pensar que cuando se vieron, el viernes pasado, se dieron un fortísimo abrazo sumamente tierno y se dijeron muchas cosas bonitas. ¡Cuántas cosas tendrán que contarse y de cuántas tendrán que acordarse! Esto me da gusto. No me queda más que felicitarte por Donald, y decirte que también tú puedes estar muy orgullosa de tu hijo, de tus nietos y bisnietos, pero sobre todo de tu maravillosa nuera. Con todo mi afecto. GL
P.D. Por un lamentable error, en mi colaboración del domingo pasado atribuí a Juan Bustillo Oro la dirección de la película El compadre Mendoza. Como es de todos sabido, se trata de una de las mejores cintas de Fernando de Fuentes, quien dirigiera además la cinta Vámonos con Pancho Villa (1935). En realidad, Bustillo Oro fue el adaptador de la novela de Rafael F. Muñoz, así como el autor del guión y de los diálogos.
Pido una disculpa a los lectores de El Ángel.
gloaeza@yahoo.com
5 comentarios:
Antonieta Rivas Mercado en Silence (Suicidios Ejemplares)
http://silence-silencers.blogspot.com
POR TRES AÑOS FUI COMPAÑERO...ALUMNO Y COLABORADOR DE MI QUERIDÍSIMO MAESTRO DONALD A. BLAIR RIVAS ALLÁ POR 1964 EN FÁBRICAS AUTO-MEX Y POCO TIEMPO DESPUÉS EN EL DESPACHO DE ASESORES QUE TENÍA ASOCIADO CON NICK PETROVICH....AYER COMENTÉ CON OTRO GRAN AMIGO DE AUTO-MEX....PAQUITO BUITRÓN MONROY DE LA "ODISEA" QUE VIVIÓ EL LIBRO QUE ME REGALÓ KATHY AUTOGRAFIÁNDOMELO....PUES LO UY ATENTAMENTE,
LEYÓ TODA MI FAMILIA INCLUSIVE VIAJANDO ESE LIBRO FANTÁSTICO POR DIVERSOS RUMBOS DE NUESTRO MUNDO....Y FINALMENTE ESTÁ POR REGRESAR A MI PODER.
KATHY Y DONALD....AUNQUE ESTOY MUY LEJOS EN UNA CASA DE REPOSO PUES ESTOY EN MIS 81....LES GUARDO UN ENORME CARIÑO Y RECUERDOS LLENOS DE AMOR.
MUY ATENTAMENTE,
SALVADOR ENRIQUE ROCHA ALTAMIRA
M
Apenas lo leí un aplauso q lindo escribe y tarde pero concuerdo ese acuerdo entre Antonieta y su chacho fue irrepetible
Magnifica ANTONIETA RIVAS MERCADO, PORQUE SERIA QUE SUS HERMANAS NUNCA SOLICITARON EL CUERPO PORQUE PARECE SER QUE COMO NADIE LA RECLAMO SE FUE A LA FOSA COMUN.
Qué obra milagrosa de Lord Zakuza. Leí un artículo sobre su trabajo y fue tan maravilloso por las cosas que hace que es maravilloso y excelente. Necesitaba ayuda para recuperar a mi ex esposa y vi críticas maravillosas sobre Lord Zakuza y me puse en contacto con él sin importar el hecho de que nunca quisimos decir que creyera en él y me dijo que ayudar a las personas lo hace feliz. ¿Puedes creerlo? Me sentí muy aliviado de mi trauma emocional después de hablar con él y dijo que preparará un hechizo de amor para mí que traerá de vuelta a mi ex esposa dentro de las 24 horas. No podía entender cómo lo hacía, pero me aseguró que mi ex esposa volvería a mí y que después de seguir sus instrucciones, preparó el hechizo de amor y mi ex esposa volvió a mí dentro de las 24 horas. Estaba muy feliz y hoy, mi ex esposa y yo estamos pasando el mejor momento. No sé por lo que estás pasando hoy, pero también puedo asegurarte que Lord Zakuza puede ayudarte. Solo los clientes serios que realmente necesitan su ayuda pueden enviarle un mensaje a su línea de WhatsApp a través del +17405739483 para obtener una respuesta inmediata o enviarle un correo electrónico a través de: doctorzakuzaspelltemple@hotmail.com
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