26 may 2008

Los golpes a las FARC

Cronología de los golpes más recientes a las Farc, que viven el peor momento de su historia
Se rindió la más temida guerrillera: 'Karina'
El 18 de mayo se entregó en el oriente de Antioquia la ex jefe del frente 47. Es el más reciente episodio de fracasos en la mala época que viven las Farc y que empeora con la muerte de su máximo jefe, 'Manuel Marulanda'.
Guerrillero traicionó y mató a 'Iván Ríos'
El 7 de marzo pasado las Farc perdieron a este miembro del secretariado. Un hombre de su guardia personal, alias 'Rojas', lo mató, le cortó la mano y la entregó como prueba por una recompensa.
El segundo, 'Raúl Reyes', murió en bombardeo.
El primero de marzo del 2008 las Fuerzas Armadas colombianas dieron el más contundente golpe a las Farc al dar de baja a 'Reyes' con un bombardeo. El guerrillero se refugiaba en territorio ecuatoriano.
Capturaron al veterano 'Martín Sombra'
En febrero del 2008 fue detenido Helí Mejía, 'Martín Sombra', en Boyacá. Era el carcelero de los secuestra- dos canjeables y uno de los hombres más cercanos a 'Tirofijo'. Hizo parte del Estado Mayor de las Farc.
Fue abatido el 'duro' de los secuestros en la Costa
En octubre 25 del 2007 cayó en Carmen de Bolívar Gustavo Rueda, 'Martín Caballero', jefe del bloque Caribe. Era uno de los hombres más efectivos a la hora de ejecutar secuestros y asesinatos.
Murió el llamado 'guerrillero inmortal'
En septiembre 2 del 2007, Tomás Medina Caracas, el 'Negro Acacio', murió en un ataque a su campamento, en el Guaviare. Las Farc perdieron así a uno de los que engordaba sus finanzas con narcotráfico.
Perdieron al ideólogo de las milicias urbanas
El 18 de julio del 2007, en la Julia (Meta), murió 'Diego Cristóbal', quien comandaba en Bogotá el Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3). Era considerado el ideólogo de las milicias urbanas.
Cayó el que controlaba el litoral pacífico
El 6 de junio del 2007 Milton Sierra Gómez, alias 'JJ', murió en una operación de la Armada en zona rural de Buenaventura. Fue señalado como el responsable del secuestro de los 12 diputados del Valle.
Revés por asesinato de 11 diputados secuestrados
El 18 de junio del 2007 anunciaron la muerte en cautiverio de 11 de los 12 diputados que habían secuestrado en la Asamblea del Valle. Según el DAS, ocurrió en medio del fuego de 2 grupos de las Farc.
'Sonia' fue condenada en E.U. por narcotráfico
En julio del 2007 un juez de E.U. sentenció a 16 años a Nayibe Rojas, 'Sonia', por narcotráfico. Fue la primera guerrillera en ser condenada por ese delito en E.U. 'Sonia' fue detenida en febrero del 2004.
A 'Simón Trinidad' lo sentenciaron a 60 años
En enero del 2008 la justicia de Estados Unidos condenó a la máxima pena a 'Simón Trinidad' por el secuestro de los tres estado- unidenses. Fue capturado en Ecuador en el 2004 y un año después extraditado.
Capturaron a 'Santiago', otro jefe de frente.
En mayo 8 del 2008 capturaron a 'Santiago', Gustavo Arbeláez, el jefe del frente 'Manuel Cepeda'. Las autoridades llegaron a él por una mujer que con brujería le 'garantizaba' seguridad.
Fuente: El Tiempo

El fin de un mito

El fin de un mito/ Editorial El País, 26/05/2008;
La muerte de Tirofijo descabeza las FARC, pero cualquier optimismo sería prematuro
La muerte, a causa de un infarto y "en brazos de su compañera", según un portavoz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de Pedro Antonio Marín Marín, alias Manuel Marulanda Vélez, alias del alias Tirofijo, próximo a los 80 años y jefe de una guerrilla que lleva más de 40 luchando contra el Estado colombiano, plantea un interrogante sobre el futuro. Habida cuenta de que hacía años que el líder no tenía control directo sobre sus fuerzas, por lo que éstas funcionaban como confederación de frentes, su desaparición no tendría por qué cambiar las cosas. Bogotá añade que ya hay sucesor, Alfonso Cano, de 52 años, nacido Guillermo León Sáenz, que es la presunta caución ideológica de una guerrilla que se dice comunista pero practica el crimen atroz y vive del narcotráfico, y el jefe militar sigue siendo Jorge Briceño, Mono Jojoy, con lo que la continuidad del poder parecería asegurada.
La realidad podría ser, sin embargo, muy otra. La política de seguridad democrática del presidente Uribe, criticada por su relente autoritario, y a cuyo amparo más de 60 legisladores uribistas están en la cárcel o sometidos a investigación por sus relaciones con los paramilitares -mercenarios, igual de criminales que las FARC-, ha dado golpes decisivos a los insurgentes. El 1 de marzo pasado un comando mató al segundo jefe de la fuerza, Raúl Reyes, en territorio ecuatoriano; otro miembro de la cúpula dirigente, Iván Ríos, caía poco después; y en los últimos meses varios jefes guerrilleros han sido apresados o se han entregado. Hoy, las FARC no cuentan seguramente con más de 10.000 u 11.000 hombres, cuando eran casi 20.000 en los años noventa e infligían durísimos golpes al Ejército.
El clima de optimismo que reina en Bogotá podría, sin embargo, ser prematuro, porque, aun en caída libre, la liquidación de las FARC será muy problemática, en especial si se cede a la tentación de la victoria a sangre y fuego. Hoy, sin Marulanda, como ayer con el viejo bandolero, la solución negociada debería seguir siendo contemplada para devolver la salud política a una Colombia en la que la reinserción -ahora detenida- de los paras ha hecho muchísimo daño.
Una cosa, con todo, parece clara. Si Uribe abrigara la idea de un tercer mandato en 2010, la muerte de Pedro Antonio Marín Marín, con todos sus alias, le encarrilaría formidablemente las cosas.
La Muerte de Tirofijo/Edtorial
El Tiempo, 26/05/2008;
Marzo del 2008 puede catalogarse, sin duda, como el mes más negro de los 44 años de la historia de las Farc. En 26 días perdieron a casi la mitad de su dirección histórica -tres de siete integrantes del Secretariado-, entre ellos su máximo líder, Pedro Antonio Marín, más conocido como 'Manuel Marulanda Vélez' o 'Tirofijo', además de 'Raúl Reyes' e 'Iván Ríos'. Si la muerte de los dos últimos representó golpes sin antecedentes para esa guerrilla, la salida del escenario de 'Tirofijo' marca con certeza el fin de toda una época. Y abre no pocas incertidumbres sobre el futuro de este movimiento armado.
En una sorpresiva declaración, ratificada en un comunicado, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que el legendario líder de las Farc había muerto el 26 de marzo, bien por un bombardeo en el Meta, donde lo tenían ubicado, bien por un infarto. Para quien dudara del fin de un hombre declarado muerto tantas veces que hasta generó un libro llamado Las muertes de 'Tirofijo', un video aún más sorprendente -por lo veloz- de otro miembro del secretariado, 'Timochenko', enviado a la cadena Telesur, afirmó que 'Marulanda' murió de un infarto en la fecha mencionada. Corroboración que habría tardado mucho (o quizá no habría llegado nunca) si no hubiera sido por el anuncio oficial.
Una muerte que no podía llegar en un momento más crítico para las Farc, asediadas por problemas internos de insospechado calibre y una ofensiva militar de una envergadura y efectividad que nunca habían enfrentado. La muerte de 'Reyes', el primero de marzo, mostró la inmensa ventaja lograda por los militares y la inteligencia colombianos; la de 'Ríos', el 7, a manos de uno de sus lugartenientes, evidenció una dramática corrosión interna; a lo que la deserción de 'Karina' -la primera comandante de un frente en renunciar a la guerrilla-, el día 19, añadió un golpe que evidencia una desmoralización profunda.
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Sin contar las operaciones que cobraron la vida de comandantes como el 'Negro Acacio' y 'Martín Caballero', el repliegue profundo de las Farc, con sus bloques aislados unos de otros, sus comunicaciones intervenidas y sin haber realizado acciones militares importantes en mucho tiempo, es evidente que el fin de 'Tirofijo' puede representar un golpe del cual esa guerrilla quizá jamás se recupere.
'Timochenko' informó que 'Alfonso Cano', el tradicional ideólogo, toma la jefatura máxima de las Farc. Al secretariado entran 'Pablo Catatumbo' y, como suplentes, 'Bertulfo Álvarez' y 'Pastor Alape'. Decisiones con las que la vapuleada organización intenta cerrar filas y dar hacia afuera y hacia su huestes una impresión de centralización y control. Pero que difícilmente pueden ocultar la encrucijada en la que quedan las Farc, puestas por primera vez de rodillas por la ofensiva oficial y por pérdidas irreparables de su dirección histórica. Y que arrojan varios interrogantes de fondo hacia el inmediato futuro.
Para empezar, hay que preguntar qué tan enterados están los combatientes rasos de las Farc de lo sucedido. A juzgar por una interceptación hecha pública por los militares, la instrucción sería informarles. No deja de ser sintomático que los colombianos se enteren de la muerte de 'Tirofijo', no por la organización que dirigía, sino por un comunicado del Ministerio de Defensa.
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'Tirofijo', además, no sale de escena dejando un movimiento rebelde en armas contra un opresor odiado, sino un grupo campesino profundamente narcotizado y criminal, que terminó adoptando las formas de violencia y degradación horrendas de su enemigo paramilitar -masacres, homicidios y ejecuciones sumarias se volvieron moneda corriente en el trato de las Farc a la población civil- y que, en lugar de simbolizar a una insurgencia que lucha por la justicia social, se convirtió en emblema de uno de los crímenes modernos más horrendos y humillantes: el secuestro de seres inocentes para trocarlos por dinero o para el chantaje político.
De allí las cuestiones de fondo que plantea la muerte del jefe. ¿Acerca el deceso del líder el fin de las Farc o del conflicto armado? Difícil decirlo. Sin duda, hará aún más severa la desmoralización de esa guerrilla. Pero, ante la ofensiva militar que enfrentan y los niveles de descomposición política y corrupción interna a los que han llegado (el asesinato de 'Ríos' es más propio de vendettas de traficantes que de una guerrilla) y sin su líder histórico, no es descabellado pensar que las Farc puedan disgregarse entre partidarios, al menos de palabra, de la ortodoxia armada, y frentes o grupos dedicados puramente al narcotráfico, el bandidismo y el terror contra la población civil, aliados a las bandas rearmadas con desmovilizados de los paramilitares, en torno al negocio. Una perspectiva nada tranquilizadora. 'Tirofijo' era un indudable elemento de cohesión interna; desaparecido él, la implosión de las Farc no es de descartar.
¿O será que esta acumulación de golpes y la estocada de la muerte de 'Marulanda' inclinan a las Farc a buscar una negociación? No se ve factible, al menos a corto plazo, que su actual debilidad las conduzca a abandonar su terca postura de no negociar; ni que el nuevo Secretariado decida abrir de pronto una puerta a una negociación de paz, a la que esa guerrilla no solo se ha resistido sistemáticamente, sino que, además, puede ser vista por sus sectores más militaristas como una indeseable muestra de debilidad.
¿Y los secuestrados? Cuál no será la incertidumbre sobre la suerte de Íngrid Betancourt y sus compañeros de cautiverio en estos momentos, en manos de jefes de frente que se han quedado sin norte ni mando.
Aún es mucho lo que queda por analizar. Sin embargo, es claro que con la muerte de 'Tirofijo' llega a su término toda una era de la lucha armada marxista en el país. Y la vida de un hombre que será recordado por la inmensa mayoría de los colombianos menos como el Che Guevara que como un caudillo dogmático y sanguinario, responsable de la muerte de miles de compatriotas.
editorial@eltiempo.com.co
Prudentes reacciones sobre su muerte:
El presidente de Nicaragua Danie Ortega lo calificó como "un luchador extraordinario que viene batallando desde hace largos años". "Me siento honrado de haberle entregado la orden Sandino", añadió Ortega, quien dijo que "lo escuché (a Marulanda) hablar con entereza, sencillez, de sus propuestas de paz en el campo político, económico y social".
"Le digo a los hermanos de las Farc que tenemos que seguir batallando para que se alcance la paz en Colombia", agregó.
Prudencia pidió el presidente francés Nicolas Sarkoz. El mandatario no calificó el efecto de la muerte del jefe de las Farc, en las gestiones para lograr la liberación de los secuestrados en poder de las Farc. "Sigo la situación minuto a minuto. Quisiera pedir a cada uno que haga el menor número de declaraciones posibles, hay rehenes y la situación es cambiante", agregó el jefe del Estado, recordando que estaba "muy apegado" a la liberación de la colombo-francesa Ingrid Betancourt.
"Están pasando cosas, hay que mirar esto con mucha calma, mucha prudencia y mucha concentración", agregó el mandatario francés.
Hugo Chávez, evitó referirse al asunto
La noticia le dio la vuelta al mundo
La BBC señaló, en su página de Internet, que la muerte de 'Tirofijo' ocurre en el peor período de las Farc.
"La moral nunca estuvo más baja y la pérdida de una figura como Marulanda podría provocar más deserciones y llevar a una fractura del grupo", escribió el corresponsal.
"Manuel 'Tirofijo' Marulanda, un hijo de campesinos que fundó la guerrilla más fuerte de Latinoamérica pero falló en medio siglo de lucha por desencadenar una revolución comunista en Colombia, está muerto", señaló el periódico estadounidense 'USA Today'.
'El Universal' de México destacó la esperanza del gobierno de Francia de que la muerte de Manuel Marulanda Vélez facilite la liberación de los secuestrados que están en poder de la guerrilla, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
El diario español 'El País' reportó: "Las FARC vuelven a perder a otro de sus máximos líderes tras la entrega voluntaria de Nelly Ávila Moreno, alias 'Karina', y la muerte de Raúl Reyes". El rotativo aclaró que, a pesar de eso, "el gobierno colombiano ha pedido prudencia".

En menos de tres semanas

¿Cómo queda el poder en las Farc?
No está claro que Alfonso
Cano tenga el suficiente liderazgo para mantener cohesionada a la guerrilla más antigua del continente.
Tomado de la revista SEMANA On line,
05/24/2008 - Durante muchos años las Farc se estuvieron preparando para la muerte de Manuel Marulanda 'Tirofijo'. Aun así, la sucesión del poder en el Secretariado será mucho más traumática de lo que ellos mismos esperaban.
Primero, porque con Marulanda se va en parte el mito fundacional de la guerrilla, que todavía le daba un polo a tierra con el mundo campesino y agrario. Segundo, porque hasta el momento de su muerte, y según lo revela el computador de Raúl Reyes, él seguía siendo la columna vertebral de la dirección política y estratégica de esa guerrilla. Y tercero, porque su muerte se habría producido en el peor momento que ha vivido esta organización en toda su historia.
A los problemas de comunicación, finanzas, políticos y militares, se les sumarán las tensiones propias de una competencia por el mando, pues aunque para todos esté claro que el sucesor de Marulanda es Alfonso Cano, en la práctica este no tiene ni el ascendente, ni la malicia, ni el peso histórico que hacían de 'Tirofijo' un personaje tan especial.
La muerte del mito fundacional, de ser confirmada, genera desconcierto. Primero, es un golpe moral para todas las generaciones de combatientes y mandos de las Farc que se formaron a la sombra de Marulanda, como imagen de terca resistencia, de indoblegable decisión de mantenerse en la guerra, del ánimo reivindicativo de los campesinos y como prueba viviente de "la traición de las elites", que representó en el mundo agrario el ataque hace 50 años a Marquetalia.
Con su desaparición también se debilita la cohesión que su sola existencia representaba. De las tres generaciones que hay en las Farc: la campesina, la de quienes se formaron en el Partido Comunista, y la de la era cocalera, la primera está desapareciendo, la segunda aún tiene incidencia, pero a medida que la organización envejece, el relevo lo hace la tercera generación, mucho más movida por los intereses y la codicia, y menos por una ideología que con los años es más anacrónica.
Por otro lado, aunque muchos en el gobierno, en los medios y en la academia pensaban que hace años 'Tirofijo' no era más que una figura simbólica en las Farc, los computadores de Raúl Reyes demuestran lo contrario.
Una de las sorpresas que se llevaron los analistas de inteligencia era ver que J.E., que era el seudónimo de Marulanda, aparecía como el más informado de todos los del Secretariado, al que todos le rendían cuentas, y quien hacía las anotaciones más pausadas y estratégicas.
En los últimos meses Marulanda dirigía en persona los pasos que se daban en la relación con Hugo Chávez, explicaba con claridad meridiana la necesidad de internacionalizar a las Farc, y expresaba con frecuencia dudas y reparos a las actuaciones emotivas o demasiado confiadas de sus camaradas. En el computador el cálculo político y la defensa del Plan Estratégico corrían siempre por cuenta de Marulanda.
Pero quizá el mayor problema es que de todas las muertes de 'Tirofijo', esta es la más inoportuna. Si efectivamente murió en marzo, como se cree, habría sido el tercer miembro del Secretariado que esa organización perdió en el mismo mes. Los otros dos murieron, el uno en un acto de guerra de su enemigo, y el otro, en un acto de traición de su guardia personal. Ambos casos demuestran debilidad y vulnerabilidad excesivas. Con los golpes recientes las Farc están desconcertadas y tratando de reorganizar su estrategia de supervivencia y reacción. Sin Marulanda esta reorganización es más difícil porque él era una persona que permitía construir consensos y equilibrios entre las opiniones más militaristas y las más políticas dentro de las Farc.
Ahora no está claro quién puede jugar un papel de líder carismático que unifique las posiciones en el Secretariado. Alfonso Cano, así sea el sucesor elegido y tenga una gran formación, no tiene ni el carisma ni el ascendente de Marulanda. En realidad, está lejos de tenerlo. Aunque muchos de quienes le conocen lo valoran como alguien mucho más político que, por ejemplo, el 'Mono Jojoy', eso está por verse. El hecho de que él sea el cerebro del Movimiento Bolivariano habla más mal que bien de él, pues para una organización como las Farc éste representó una involución. Mientras en el pasado las Farc operaban como el brazo armado del Partido Comunista, que al fin y al cabo estaba en la legalidad, esta suerte de partido clandestino que se inventó Cano hace lo contrario: poner a todos al servicio de la guerra y de la guerrilla.
Por otro lado Cano, que había logrado despuntar en lo militar, ha tenido tremendos reveses en poco tiempo: el asesinato por una de sus estructuras de los 11 diputados del Valle, la muerte de Iván Ríos, las deserciones de Rojas y 'Karina', y frentes como los del Tolima, Antioquia y el viejo Caldas, que han sido desarticulados completamente. En conclusión, si adentro de las Farc se espera que alguien le dé un timonazo a la conducción militar y política, para sacar adelante el plan estratégico, le va a quedar bastante difícil a Cano. En estas circunstancias, la sucesión no será tranquila. Habrá diferencias, pugnas y, muy seguramente, si las Farc no logran en corto tiempo hacer una conferencia en serio -no por Internet-, existe el riesgo de que se empiecen a resquebrajar. Algo que en el pasado era impensable. Tan impensable como que Reyes muriera bombardeado, que a Iván Ríos lo mataran a traición y que 'Tirofijo' se muriera de viejo, finalmente. Todo ello, en menos de tres semanas.
Las muertes de "Tirofijo"
A Manuel Marulanda lo han matado muchas veces desde 1964. El primer rumor falso sobre su muerte data de ese año, cuando fue bombardeado por el Ejército en Marquetalia y sobrevivió junto a un puñado de hombres en armas con los que fundó a las Farc. Después vinieron diversos episodios en los que se anunció su muerte, algunas veces caído en combate, enfermo por heridas gangrenadas y hasta víctima de hormigas venenosas.
En noviembre de 1970 el periódico El Espacio publicó una serie de crónicas donde se decía que ‘Tirofijo’ se había enfrentado a tropas del Ejército que le propinaron una herida mortal en el pecho. Según el periódico, Marulanda se arrastraba por la selva como un animal herido y las tropas seguían su rastro de sangre. Aunque era sólo cuestión de tiempo dar con su cuerpo, la verdad es que eso nunca sucedió. Este y otros tantos relatos perdieron toda credibilidad cuando Marulanda se tomó la foto con Víctor G. Ricardo en junio de 1998, y un mes más tarde, con el candidato presidencial Andrés Pastrana. El más reciente rumor sobre la muerte de ‘Tirofijo’ corrió por cuenta de la periodista Patricia Lara, que en febrero de 2004 afirmó en la revista Diners que al mítico guerrillero lo aquejaba un cáncer de páncreas y no le restaban más de seis meses de vida. La afirmación nunca fue desmentida. Sin embargo, las autoridades encontraron en el computador de Raúl Reyes decenas de comunicaciones dirigidas y escritas por el comandante máximo, con lo que quedó claro que por lo menos hasta finales de 2007, ‘Tirofijo’ aún estaba vivo.

Un campesino en armas

Un campesino en armas
Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’ causó muerte y destrucción por 60 años, pero nunca logró su objetivo de tomarse el poder.
Revista SEMANA ON LINE 05/24/2008 -
Pedro Antonio Marín falleció, según el Ministro de Defensa, tras 60 años de huirle a la muerte, de eludir balas y bombazos, de haber sido enterrado y resucitado una y otra vez, de haberse convertido, gracias a su astucia y la incapacidad de las Fuerzas Armadas, en el guerrillero más viejo del mundo. Y habría muerto, paradójicamente, como su abuelo, un combatiente de la Guerra de los Mil Días, de viejo y de muerte natural. Como todo en su vida, hasta la fecha de nacimiento fue un misterio. Al periodista y escritor Arturo Alape, en el libro Tirofijo, le confesó: “Yo nací, no sé cuándo propiamente la fecha, el mes sí lo sé, en mayo de 1930. En ese mes, yo nací”. Sin embargo, su padre, Pedro Pablo Marín Quiceno, afirmó que nació el 12 de mayo de 1932 en Génova (Quindío). Su abuelo, Ángel Marín, como el resto de su familia, fue muy importante en sus primeros años. Era un antioqueño corpulento, simpático y amable, que le enseñó desde consignas de asalto hasta asestar un machetazo. Sus relatos le permitieron crear en su mente un imaginario negativo hacia el Partido Conservador y las estrategias de resistencia contra el agresor.
Tácticas que le ayudarían a encarar desde muy temprano la vida, que estaría signada por la violencia. No en vano, este buen estudiante de escuela, que sólo cursó hasta quinto de primaria por la pobreza de su familia, aprendió, a la par con los números y las letras, principios de esgrima y tiro al blanco, de la mano de sus tíos. Apenas a los 13 años se fue de la casa a buscarse la vida, sin poder compartir mucho con su madre, Rosa Delia Marín, y sus hermanos, Rosa Helena, Jesús Antonio, Obdulia y Rosa María, que vivían en una finca de no más de 20 hectáreas cerca de Ceilán (Valle). Salió tras una suma de dinero que le permitiera tener su casa, su finca y sus animales. Lo intentó de distintas maneras: fue expendedor de carne, panadero, vendedor de dulces, constructor, tendero y comerciante. “Cosas así que le daban a uno para pasar el día y sobrevivir, pero digamos no para conseguir un patrimonio estable, aunque uno fuera un muchacho con ideas de ganador”, le dijo a Alape. Su vida daría un dramático giro a partir del 9 de abril de 1948, cuando se encendió la chispa de la violencia que él, con sus crecientes guerrilleros, ayudó a esparcir por todo el país. “Alzarse en armas era la única manera de sobrevivir”, admitiría. Se convirtió en guerrillero liberal, más por herencia que por convicción. “Toda la familia de nosotros era liberal y los que iban naciendo, pues también eran liberales, porque mi papá, mi mamá, mis tíos y una interminable cadena de la cual nadie escapa, era liberal. Era como un nudo de pura tradición. Era como la señal de la cruz que siempre se lleva en la frente. La familia de nosotros era gaitanista”. Cuando los ‘pájaros’ y los ‘chulavitas’ llegaron a Ceilán, la familia Marín fue uno de los blancos de sus acciones y fueron acusados de ‘nueveabrileños’. Pedro Antonio se refugió de la arremetida en la finca de uno de sus tíos. Allí pasó seis meses, hasta cuando regresó a Génova, donde se dio a la tarea de armar una guerrilla con familiares y amigos, con la que comenzaron a atacar a los conservadores de la región. Porque después de los hechos de Ceilán, ‘Tirofijo’ concluyó: “Ya ahí sí me puse a pensar distinto. Esta situación está muy complicada, parece que todo cambió. Entonces hay que buscar una solución. ¿A quién recurrimos? ¿Dónde están las armas? ¿Cómo se consiguen? El cuerpo ya no resiste más humillaciones, si seguimos así, si nos quedamos así, nos van a matar”. En su lucha contra los ‘godos’, se alió con Jacobo Prías Álape, alias ‘Charronegro’; Jesús María Oviedo, ‘Mariachi’, e Isauro Yosa, alias ‘Lister’. Ese encuentro cambió la historia de Marín y del país, pues empezó a acercarse a las ideas marxistas-leninistas y a recibir entrenamiento militar, apoyado por el Partido Comunista. Cuando las amnistías de la dictadura llegaron, había dejado de ser un guerrillero liberal y estaba en camino de ser un revolucionario. En 1953, gracias a la buena puntería, uno de sus compañeros le dijo: “Este es un verdadero tiro fijo”. Y así se quedó. Dos años después, por la molestia del apodo que no era bien visto en la organización, y por sugerencia de varios de sus compañeros, adoptó el nombre de ‘Manuel Marulanda Vélez’, en honor a un líder sindical comunista asesinado en Bogotá, en enero de 1951. Pero Pedro Antonio Marín siempre sería ‘Tirofijo’. Así nació el mito popular y la leyenda. “Todo el mundo aseguraba haberlo visto aquí y allá al mismo tiempo; surgían relatos de combates inverosímiles del hombre solo contra batallones enteros, se componían canciones sobre su vida y se especulaba de pactos con el diablo. Incluso la prensa llegó a dar cuenta de su entierro, con fotos y todo, en 1951”, dice el historiador Orlando Villanueva, en su libro Guerrilleros y bandidos. En 1960, se alió con Ciro Trujillo, quien comandaba una columna guerrillera en Riochiquito (Cauca) y se fue al mando de la Columna Sur del Tolima. ‘Tirofijo’ fundó una zona de resistencia campesina, que el entonces congresista Álvaro Gómez llamaría “Repúblicas independientes”. El 27 de mayo de 1964 comenzó la Operación Marquetalia del presidente Guillermo León Valencia una semana antes, cuando había ordenado al Ejército recuperar para el Estado esa remota región ubicada entre el sur del Tolima y el norte del Huila. Ese sitio, que ni siquiera salía en los mapas de la época, era considerado el último reducto de La Violencia y del bandolerismo. Según el mito, tan sólo un puñado de 48 combatientes, dirigidos por ‘Manuel Marulanda Vélez’, logró resistir a los bombardeos y al cerco militar. Esos serían para las Farc los indestructibles ‘héroes marquetalianos’. Y el 27 de mayo sería considerado el día del nacimiento de ese grupo guerrillero. Después, con 250 hombres, comenzó un plan de expansión del grupo armado que cobijó Huila, Caldas, el norte de Tolima y Marquetalia, luego entrarían a Caquetá, donde crearían uno de sus fortines. Como lo advierte el historiador Gonzalo Sánchez, Marquetalia, además de ser un mito fundacional, trasciende en el tiempo en una guerrilla que no olvida los agravios cometidos desde más de 40 años. Un poco después de los bombardeos, Marulanda conoció a ‘Jacobo Arenas’, quien sería su amigo, confidente y orientador político. Los dos abrazaron definitivamente el marxismo y se lanzaron a la lucha por el poder. Sin embargo, entre 1974 y 1982, el grupo tuvo un crecimiento lento que se centró en zonas campesinas distantes de los grandes centros urbanos. El 27 de mayo de 1982, en la séptima conferencia, las Farc tomaron la decisión de pasar de ser una guerrilla móvil a un ejército popular, un grupo revolucionario. Crearon las bases de lo que sería su expansión y su fortalecimiento militar, al diseñar un plan estratégico donde se crearon 48 frentes en todo el territorio nacional. Y un plan internacional que buscaría, según el grupo, desenmascarar la política oficial de represión y violencia. El 28 de mayo de 1984, ya 20 años después de Marquetalia, el presidente Belisario Betancur y ‘Manuel Marulanda’ firmaron el primer cese al fuego bilateral y la creación de la Unión Patriótica. Con estas discusiones, el país volvió a verle la cara a ‘Tirofijo’, en la famosa Casa Verde, y comprobó que el líder guerrillero no estaba muerto. Pero este acercamiento hacia la paz fracasó. El viejo guerrillero continuó en las armas y el grupo se consolidó con una expansión de frentes guerrilleros con gran poder bélico, financiados con dineros del narcotráfico y del secuestro. Y en medio de esa irrupción de hombres, de cuadrillas, de bloques y de frentes, brotó la figura monolítica de ‘Tirofijo’ como padre fundador, aquel que orientaba la dirección del grupo y el que cohesionaba la lucha, el dueño de la última palabra. Comenzaron los golpes militares de gran impacto, como la toma de Mitú, capital de Vaupés, en 1998; Patascoy y los ataques a Miraflores, en el Guaviare. Esta guerrilla sumó 400 soldados y policías secuestrados. ‘Marulanda’ esperaba que el Congreso aprobara una ley permanente de canje para que en el curso de la confrontación se pudieran intercambiar los prisioneros de lado y lado, lo que le implicaría al Estado poner en libertad a más de 400 guerrilleros presos. Él fue el artífice de este planteamiento que consistía en convertir en prisioneros de guerra a los combatientes retenidos en el conflicto y que hasta su muerte, sería su obsesión. En las elecciones de 1998 reapareció el comandante guerrillero, más viejo, quien con su toalla en el hombro accedió a tomarse una foto con un reloj de la campaña conservadora al lado de Víctor G. Ricardo, un político conservador que fungió de enviado del entonces candidato Andrés Pastrana, y que después sería el alto comisionado para la Paz en el proceso de diálogo en la zona desmilitarizada que el gobierno les concedió a las Farc, y que tenía como epicentro San Vicente del Caguán, en Caquetá. Después, como presidente electo, Andrés Pastrana viajó a entrevistarse con ‘Marulanda’. La imagen de un Presidente de Colombia caminando por una carretera destapada al lado del legendario guerrillero consiguió que el país empezara a vivir la ilusión de la paz que tres años más tarde se convertiría en frustración. Era la primera vez que un Jefe de Estado le otorgaba al jefe de las Farc un tratamiento como contraparte válida en una negociación, que entonces se veía como el único camino para apaciguar la tormenta de las tomas a poblaciones y los cilindros de gas que mataban a civiles y a militares por igual. El 7 de enero de 1999 era la cita prevista para que Marulanda, de cara al país y al lado de Pastrana en un mismo escenario, diera rienda suelta a las conversaciones. Pero nunca llegó. Las Farc argumentaron razones de seguridad, pero con el tiempo se han conocido versiones que indican que ‘Tirofijo’ no llegó a la cita por considerar que su presencia allí enviaría el mensaje equivocado de que la paz estaba cerca. Sea cual fuere la razón, la famosa silla vacía fue un vaticinio de lo que vendría más adelante para el proceso. Un desplante de las Farc al país entero. También causó curiosidad el discurso del abuelo guerrillero ese día –leído por Joaquín Gómez– en el que volvió a reclamar por las vacas, las gallinas y los marranos que, según él, el Estado les había arrebatado en Marquetalia y Casa Verde. Aun así, las conversaciones siguieron y el Caguán se convirtió en el escenario más importante que han tenido las Farc en sus últimos años, y que quizá nunca más tendrán. Los 42.000 kilómetros, sin presencia de la Fuerza Pública fueron el escenario propicio para que el país se acercara a una guerrilla que, por la naturaleza de su clandestinidad, nunca había estado tan expuesta al escrutinio público. En los primeros meses del proceso, Marulanda no aparecía con frecuencia en público. Pero con el paso de los meses y a medida que las Farc tomaron confianza con el control que ejercían en la zona y el proceso seguía su marcha, el rostro del viejo guerrillero se hizo familiar. En especial, a finales de 2000, cuando la voces de los familiares de los secuestrados se empezaron a oír con más fuerza y el llamado acuerdo humanitario se volvió protagonista del proceso. Las Farc habían elaborado la estrategia del ‘canje’ como un paso más de su consolidación como ‘ejercito del pueblo’, una acción propuesta en la novena conferencia y con la que buscaban el reconocimiento como fuerza beligerante. Marulanda le hizo saber al gobierno que de ese tema se encargaría él directamente. Asumió el mando de la negociación de ese acuerdo y en decenas de reuniones con el alto comisionado para la Paz, que para entonces ya era Camilo Gómez, accedió a firmar, el 2 de junio de 2001, el documento que sacó de las garras de la guerrilla a más de 250 soldados y policías, y obtuvo a cambio la libertad de 14 guerrilleros de las Farc que se encontraban presos. El ‘Tirofijo’ que aparecía en el Caguán era un campesino con camisa de cuadros azules y blancos que siempre estaba acompañado de Sandra, su mujer, bastantes años más joven que él, y quien era la única a la que le recibía la comida y manejaba el campero en el que se movilizaba por la zona. Por esos tiempos, ‘Marulanda’ se volvió asequible a las reuniones con dirigentes políticos, empresarios, congresistas extranjeros que llegaban con la ilusión de ver de cerca el proceso, pero también de tomarse la foto con quien para muchos era ya una leyenda de la lucha guerrillera en el mundo. el ‘Viejo’, como se le decía coloquialmente, sostenía largas conversaciones sobre el origen del conflicto, su distanciamiento del Partido Liberal y sobre el problema agrario del cual nunca se desprendió. Con el fracaso de los diálogos y con la retoma del Caguán, siguió perdurando en la imagen de los colombianos como el jefe de un grupo que convirtió a secuestrados civiles en un valiosa joya para el anhelado canje humanitario. A la vez, llegaban noticias desde la montañas de Colombia en las que se anunciaba una nueva muerte, esta vez víctima del cáncer. Pero, al parecer, como lo reveló el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, a ‘Tirofijo’, el hombre que amó a los tangos en la voz de Gardel y de Julio Sosa, el poseedor de una memoria prodigiosa, murió de un infarto. Un fin común para un hombre complejo.

Muere Tirofijo



El guerrillero conocido como Timoleón Jiménez confirma la muerte de Marulanda por un paro cardiaco; anuncia, además, quiénes serán los nuevos integrantes del secretariado de las Farc. Este es el comunicado del Secretariado anunciando muerte de Marulanda-
COMANDANTE MANUEL MARULANDA VÉLEZ: JURAMOS VENCER!
Cuando hace 60 años, la oligarquía desató la guerra fratricida en nuestro país a través del terrorismo oficial y los odios partidistas buscando cambios en la tenencia de la tierra y la recomposición del poder político, desestimó la enorme capacidad de resistencia de nuestro pueblo y las colosales dimensiones de sudignidad.
Al igual que centenares de miles de campesinos, Pedro Antonio Marín fue perseguido desde entonces por el gobierno y los sicarios paramilitares de la época, obligado a abandonar su sosiego, trabajo y pertenencias y luego, a defenderse para sobrevivir a la barbarie oficial en aciago episodio de nuestra historia nacional que costó la vida a cerca de 300 mil compatriotas y propició el despojo impune de millones de hectáreas de tierras fértiles que pasaron a manos de poderosos jefes liberales y conservadores de todo el país.
Desde entonces, merced a su liderazgo y enormes capacidades político-militares, quien luego se llamaría Manuel Marulanda Vélez en homenaje a un líder sindical asesinado, fue asimilando su experiencia militar y desarrollando una visión del mundo revolucionaria y comunista que le permitió comprender cabalmente las profundas causas económicas, sociales y políticas no solo de su propia situación personal sino de los profundos desequilibrios, violencias e injusticias de nuestra sociedad.
Cuando en 1964, la oligarquía lanza en el sur del Tolima una nueva y criminal ofensiva militar contra el campesinado denominada Plan Laso, bajo la abierta dirección del Pentágono norteamericano, Manuel Marulanda Vélez junto a 47 campesinos, luego de innumerables gestiones políticas por la paz que no fueron atendidas, se levanta en armas para enfrentar la agresión e ir al fondo de la solución: luchar por el poder político y sentar las bases de una sociedad con justicia social en marcha al socialismo.
Si Washington y la oligarquía no permiten la lucha revolucionaria por las vías democráticas entonces optamos por esa única opción posible y ¡nacen las FARC!
Inigualable estratega, conductor genial, guerrero invencible, líder invicto de mil batallas políticas y militares libradas durante 60 años de brega reivindicando los derechos de los pobres y enfrentando las violencias de los poderosos, revolucionario integral que asimiló la teoría de los grandes pensadores fundiéndola con las verdades que extrajo a la vida en su práctica diaria, forjándose como uno de los más destacados dirigentes revolucionarios de todos tiempos.
La humanidad no tiene antecedentes de un líder de las condiciones de Manuel Marulanda Vélez que haya luchado ininterrumpidamente 60 años, desde la oposición armada, y salido indemne y fortalecido luego de inmensos operativos militares de arrasamiento como el Plan Laso en Marquetalia, la Operación Sonora en la cordillera Central, la operación Casa Verde, operación Destructor 1 y Destructor 2, Plan Patriota, Plan Colombia.
E indemne y fortalecido también, luego de confrontaciones políticas de carácter estratégico como las desarrolladas en los procesos de conversaciones con el Estado colombiano en Casa Verde, Caracas, México y en el Yarí que pretendieron el sometimiento de la voluntad política y de lucha de las FARC sin ningún cambio en las estructuras de la sociedad ni en las correlaciones del poder político.
En unas y en otras confrontaciones nuestro comandante evidenció su sabiduría y su capacidad para salir siempre airoso por muy adversas y difíciles que fuesen las tormentas y los peligros y nos señalizó la ruta.
Con inmenso pesar informamos que nuestro comandante en jefe Manuel Marulanda Vélez, murió el pasado 26 de marzo como consecuencia de un infarto cardíaco, en brazos de su compañera y rodeado de su guardia personal y de todas las unidades que conformaban su seguridad, luego de una breve enfermedad.
Le hemos rendido los honores que merece un conductor de su dimensión y dado honrosa sepultura. Lo despedimos físicamente en nombre de los miles y miles de guerrilleros farianos y milicianos bolivarianos y de los millones de colombianos y ciudadanos del mundo que lo valoran, admiran y aman por encima de la asquerosa campaña mediática contra las FARC.
A todos ellos y a sus familiares les hacemos llegar nuestra solidaridad y nuestra voz de condolencia.
Se ha marchado el gran líder y de sus inagotables enseñanzas que nos maduraron en todos estos años a su lado, hoy, en medio de nuestro dolor, queremos resaltar por su vigencia y gran valor su profunda confianza en nuestros principios revolucionarios planes, propuestas y en la victoria de la causa popular; la templanza para enfrentar las dificultades; y la esencial importancia que significa la sólida unidad interna que nos ha permitido desarrollarnos con vigor en todos los momentos de nuestra existencia.
En medio de la más grande ofensiva reaccionaria contra organización revolucionaria alguna en la historia de Latinoamérica, continuaremos nuestras tareas acorde con los planes aprobados, sólidamente unidos y profundamente optimistas de salir avantes pese a la adversidad.
Con las banderas de Bolívar, de Jacobo y de Manuel muy en alto, proseguiremos sin descanso nuestra lucha hasta lograr el objetivo de la nueva Colombia, la Patria Grande Latinoamericana y el Socialismo. ¡Lo juramos ante la tumba de nuestro comandante!
La confrontación ni da respiro y la lucha prosigue. Acordamos unánimemente que a la cabeza del secretariado y como nuevo comandante del EMC esté el camarada Alfonso Cano. Como integrante pleno del secretariado ingrese el camarada Pablo Catatumbo y suplentes los camaradas Bertulfo Álvarez y Pastor Alape.
Continuaremos alentando la lucha popular, la conformación del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y del Partido Comunista Clandestino, así como la convergencia con todos aquellos que luchen por la justicia social, la soberanía nacional y la democracia verdadera.
Toda la fuerza fariana continuará profundamente comprometida en cada área y en todo el país a sacar adelante los planes, estrechamente vinculada a la población civil como garantía del éxito.
Nuestras propuestas alrededor de los acuerdos humanitarios y las salidas políticas continúan vigentes tal cual lo hemos reiterado en múltiples ocasiones así como aquellas expuestas tanto en el Manifiesto como en la Plataforma Bolivariana lanzadas desde estas cordilleras serán confluencia y generaran esfuerzo mancomunado por lograr la paz democrática y el sosiego que nos robó la oligarquía desde hace 60 años.
Al conmemorar el 44 aniversario de las FARC, le rendimos sentido homenaje a nuestro comandante Manuel Marulanda Vélez, a Jacobo, a Raúl, a Iván Ríos, a Efraín Guzmán y a todos aquellos que generosamente dedicaron y ofrendaron su vida a la causa de los pobres, sin pedir nada a cambio, tan solo por su intima convicción de buscar el bien común como característica de su compromiso revolucionario.
Comandante Manuel Marulanda Vélez: Morir por el pueblo ¡es vivir para siempre!
Ante el altar de la patria: Juramos vencer!
Secretariado del Estado Mayor Central.
FARC-EP
Mayo del 2008.
Montañas de Colombia
Para de la entrevista del ministro Juan Manuel Santos a María Isabel Rueda:
"Tirofijo está muerto"
M.I.R.: -¿Y 'Tirofijo' en qué anda?
J.M.S.: -Debe estar en el infierno
M.I.R.: -¿En cuál infierno?
J.M.S.: Al que se van todos los criminales muertos.
M.I.R.: -A donde 'Tirofijo' se va a ir...
J.M.S.: -La información que tenemos es que ya se fue.
M.I.R.: -¿Cómo así, 'Tirofijo' se murió?
J.M.S.: Es lo que nos dice una fuente que nunca nos ha fallado.
M.I.R.: -¿'Tirofijo' está muerto?
J.M.S.: Esa es la última información que tenemos y que estamos corroborando.
M.I.R.: -¿Puedo titular esta entrevista, ''Tirofijo' está muerto'?
J.M.S.: El riesgo es suyo.
M.I.R.: -¿Y cuándo murió?
J.M.S.: La inteligencia nos dice que el 26 de marzo de este año.
M.I.R.: -¿Y cómo murió?
J.M.S.: No sabemos. En esas fechas hubo tres bombardeos fuertes en donde se pensaba que estaba 'Tirofijo'. La guerrilla dice que de paro cardíaco. No tenemos pruebas ni de lo uno ni de lo otro.
M.I.R.: -¿Y qué más información tiene sobre su muerte?
J.M.S.: Hasta ahora sólo tengo esos datos.
M.I.R.: -¿Y sabe quién va a reemplazarlo?
J.M.S.: Todo nos indica que Alfonso Cano

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