27 nov 2006

PDPR-EPR de Hidalgo


Comunicado del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario
TEXTUAL
AL PUEBLO DE MEXICO
AL PUEBLO DE HIDALGO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS ¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
Hermanos oaxaqueños, el auge y algidez de su digna lucha que mantienen por medio año, es parte del proceso de transformación revolucionaria a la que nos encaminamos y empujamos los oprimidos y explotados por construir una patria sin desigualdades.
En las distintas regiones de nuestro estado, campesinos-indígenas, trabajadores del campo y la ciudad, al igual que ustedes, enfrentamos en un pasado reciente principalmente en el campo los embates frontales del ejército federal y bandas paramilitares que protegían y servían a sanguinarios caciques, estos subhumanos de la horca y cuchillo que despojaban de sus tierras a sus legítimos dueños, acasillaban a familias enteras para explotarlas hasta la muerte, torturaban y asesinaban a todo aquel que levantara la vista y la voz ante sus verdugos, ellos eran la autoridad, la ley, la opresión política y la barbarie era su justicia.
En las colonias populares de las principales ciudades y en los centros de trabajo se repetía lo mismo, marginación, sobreexplotación y represión como el proceso de usufructuar y apropiamiento de la riqueza producida por todo un pueblo para beneficio de la elite gobernante, una burguesía de carácter caciquil que ha detentado el poder desde siempre, es por eso que el ejecutivo estatal y principales círculos del poder han estado sólo en manos de unas cuantas familias de origen priísta fundamentalmente.
Por ello en Hidalgo, como en Oaxaca y a todo la ancho y largo del país y en sus distintas etapas históricas, la lucha de clases siempre ha estado viva de manera real, aunque conceptualmente pretenda tergiversarla y formalmente anularla del contexto sociopolítico actual, pero sus manifestaciones son de lo más diverso y desigual, que cruza por momentos de “calma” hasta su agudización como la etapa que hoy vivimos, que al pueblo se le pretende vencer con violencia y el pueblo responde con la violencia en uso legítimo de la autodefensa.
Muestra de que la lucha de clases no puede dejar de existir en el capitalismo por decreto del imperialismo, ni con los más “variados” relevos de las diferentes raleas del gobierno burgués, como tampoco puede ser sustituida con la limitada y elitista actividad de los políticos de oficio en su lucha del poder por el poder, menos aun por acomodaticias conclusiones de algunos intelectuales, estudiosos y periodistas que se indignan y ofenden cada vez que el movimiento popular o revolucionario hace valer sus derechos y defiende sus intereses.
La lucha de clases se concretiza por una parte en la implementación de las distintas formas de lucha, organización, movilización y acción de los distintos sectores del pueblo en la conquista por sus demandas inmediatas e históricas, en los ámbitos legal y clandestino; la otra parte se compone de la burguesía que mediante sus diferentes formas antipopulares y represivas siempre estará empeñada en negarse a resolver satisfactoriamente nuestras legítimas demandas e imponer sus mezquinos intereses.
Como elemento engendrado por el injusto sistema capitalista, por su probada capacidad de justicia popular y transformador social, la lucha de clases siempre ha estado ahí -en Oaxaca- al igual que se encuentra viva en las distintas regiones del país, con dinámicas y desarrollo propio. Su notoriedad masiva y trascendencia histórica depende de la relevancia política, económica y social que tengan las demandas enarboladas con respecto al régimen imperante, pero sobre todo, si las reivindicaciones y las formas de lucha impulsadas están trastocando las corruptas, espurias y por tanto caducas instituciones del poder burgués, porque de ello depende con la rabia y saña con que responda éste al pueblo en lucha.
Contrario a la “optimista” opinión de líderes neoportunistas, la parte gubernamental y la prensa comprometida con la oligarquía: el regreso a la “normalidad”, la “distensión”, “reconciliación” e “instauración del estado de derecho”, son sólo autojustificaciones para imponer un estado de sitio militar-policíaco, falsas declaraciones que utilizan como coartada para encubrir la etapa más crítica y riesgosa para el movimiento popular.
Porque bajo el supuesto “estado de derecho” y que las “aguas vuelven a su nivel” comunmente el movimiento en un exceso de confianza se desmovilizan de manera relajada; bajan la guardia en las medidas esenciales de protección personal y colectiva; la atención nacional e internacional de la prensa, de los diferentes organismos gubernamentales y no gubernamentales disminuye notablemente, creándose con ello el momento idóneo para que los distintos cuerpos policíacos, militares y paramilitares, abiertos y clandestinos del Estado intensifiquen de manera selectiva, sistemática y jerárquica la guerra sucia contra el pueblo, mediante la desaparición forzada y asesinato en base a lista proporcionada por los infiltrados del movimiento, visores y orejas que merodean a los distintos núcleos de activistas de la APPO y organismos solidarios, que no necesariamente serán quienes figuraron como voceros y la dirección colectiva del movimiento, el objetivo es destruir a los más consecuentes y avanzado del movimiento, es decir a los que no se corrompan ni claudiquen.
La alerta es para todos quienes se mantienen movilizados en resistencia activa, cumpliendo las nuevas tareas y comisiones que la actual etapa exige, deben conservar la unidad orgánica y funcionalidad como organización popular, actualizar y revisar la lista de brigadistas y comisionados corroborando que estén en sus lugres de origen, que llegaron a la tarea encomendada, hay que proceder ya de manera acorde con los infiltrados y delatores; continuar con la exigencia de cancelación definitiva de las órdenes de aprehensión, libertad a los presos políticos y presentación con vida a los detenidos desaparecidos. A proteger a los hombres y mujeres de avanzada, a revolucionarios y manteniendo estricto control en nuestras comunidades.
A los distintos medios de comunicación masiva y organismos defensores de los derechos humanos, les decimos que es este el peor momento para retirarse de Oaxaca, pues deja brecha libre para la guerra sorda y que imperen a sus anchas la impunidad; las corresponsalías de la prensa deben mantenerse y las misiones de ONG tiene que intensificarse, ambas por ética y solidaridad, los llamamos a seguir brindando la solidaridad, la venta de la nota debe quedar rebasada al igual que los protagonismos es la hora de la verdad.
Retomando el punto de la situación local de nuestra entidad federativa, nos enfrentamos a un demagogo gobernador que se proclama junto con de su gabinete partidario por una reforma de Estado, pero en realidad es una actitud oportunista secundado a la línea del PRI de darle un espaldarazo a Felipe Calderón para obtener prebendas económicas, sobre todas las cosas, y políticas para su partido y administración.
De esta manera es que la fiebre de “demócratas de discurso” exigidos por la crisis política actual, llega hasta nuestras tierras, pero que se evidencía que es sólo una política mediática. ¿Un paladín de la “democracia y justicia”? no debería tener a la gran mayoría de sus “gobernados” con grandes e irreversibles rezagos en los aspectos económicos y sociales, resultado de la continuidad de una administración que ya duró más de siete años cuyo carácter caciquil-empresarial podría obtener otros resultados que puras injusticias.
Hidalgo, de manera acelerada y continua se encuentra entre los principales estados de la República con más emigración, cambiando radicalmente los destinos de nuestros hermanos que normalmente eran Nuevo León, Tamaulipas, DF y Coahuila, por los Estados Unidos profundizando aun más el drama social que representa la emigración de un miembro de la familia y varios del núcleo de población.
Como consecuencia de la marginación y miseria que prevalece en el campo, en un estado donde el más del 60 por ciento de sus poblaciones son rurales y de éstas casi la mitad pertenecen a una etnia, la mayoría de las poblaciones en la actualidad son caseríos en los que la desolación y la miseria cunden por doquier resultado de falta de oportunidades o despojos. En estos pueblos hay coraje e indignación, que no cabe en los estudios de politólogos posmodernista y molesta a políticos coyunturales.
Reproduciendo a calca las políticas neoliberales instalan maquiladoras como solución a la grandes carencias de empleo, que en sí, son medidas que sólo benefician a la oligarquía nacional y extranjera, y a los trabajadores les impone como única alternativa, inhumanas e injustas condiciones de trabajo por salarios de hambre y por su puesto sin seguridad ni garantía de empleo permanente. Eso sí cada maquiladora que se instala es motivo de encendidos discursos por políticos de toda laya en donde se “combate” al desempleo, discursos que la misma realidad se encarga de mandarlos al basurero porque esos empleos que dicen generar son remunerados con salarios miserables y jornadas de explotación sobrehumana.
Que decir de la educación como en el resto del país se aplican políticas neoliberales tendientes a la privatización de ella, con la característica de sumar formas caciquiles-empresariales de gobernar que se amalgaman para allanar el camino de la privatización de la educación, en donde ésta cada vez es más un privilegio y no un derecho, para los hijos de los oligarcas y de los caciques-empresarios las instituciones que los capaciten para que el día de mañana asuman el poder y administren las riquezas mal habidas, para el pueblo instituciones educativas de mala calidad, es decir patito como dice el pueblo, que producen año con año un ejército de desempleados porque ya ni en el nivel técnico se encuentra trabajo, a lo sumo producen mano de obra semicalificada para las maquiladoras.
El atraso cultural, educativo y económico se acentúa en la medida de la aplicación de las políticas neoliberales a las que recurren los diferentes grupos de poder caciquil, independientemente del color partidista con el que envuelvan, sus pugnas son conciliables y qué importa entre ellos si ayer Guadarrama era priista y hoy es perredista, por lo que hace sigue siendo priista sólo que con camiseta amarilla, caso que condensa la verdadera esencia de los diferentes grupos caciquiles-empresariales que hoy detentan la administración pública y el poder económico como siempre.
La pobreza y la miseria en nuestro estado cada vez son más inocultables que hipócritamente reconocen funcionarios y políticos que de siempre han vivido del erario público, rasgándose las vestiduras pero que en cada medida política de este gobierno no hacen más que reproducir el régimen neoliberal que engendra a diario miseria y pobreza que se expresa en la voz del pueblo cuando dice que “no tenemos ni qué comer”.
A estos políticos de derecha y centro de diferentes matices es a quien les preocupa y aterroriza que el pueblo se organice, que pida y exija sus derechos por la vía de la organización y la movilización, a todos ellos les asusta el cuestionamiento de estas instituciones, sus instituciones que sólo sirven para legitimar el régimen de opresión política que vivimos, por eso condenan toda manifestación popular que atente contra sus mezquinos intereses y exigen “todo el peso de la ley”, que no es otra cosa que la aplicación de más medidas fascistas.
Sólo así se puede explicar el secuestro del zócalo de Oaxaca por la PFP y su actuar mancomunado con los grupos de paramilitares formados con funcionarios priistas; sólo así se puede comprender el cerco policíaco-militar en torno al congreso del estado para que el 1º de diciembre se pueda realizar la ceremonia de imposición de Felipe Calderón quien sólo podrá permanecer en el anhelado puesto con los puntales del aparato represivo constituido precisamente por esas instituciones que destilan podredumbre y los cuerpos policíaco-militares.
La polarización de nuestra sociedad es inocultable y Oaxaca es uno más de los síntomas del estallido social que se gesta en el país, ¡A prepararse conscientemente!, ¡A buscar contacto con los revolucionarios del PDPR-EPR!, ¡A leer y distribuir la propaganda revolucionaria!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ ESTATAL DEL PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIOPDPRCOMANDANCIA MILITAR DE ZONA DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO EPR
Año 42 Hidalgo, a 27 de noviembre de 2006

Amenaza Grupo Armado en Oaxaca

Comunicado número DOS del Comando Magonista de Liberación
¡TEXTUAL!
A la memoria de Ricardo Flores Magón, revolucionario oaxaqueño asesinado el 20 de noviembre de 1922, en la penitenciaría federal de Leavenworth, en Kansas, EUA.
Al pueblo de Oaxaca.
Al pueblo de México.
A los pueblos latinoamericanos y del mundo.
De nueva cuenta, la vileza y la cobardía de la clase en el poder se hizo presente para cobrar nuevas víctimas y avivar la inextinguible llama de la indignación en el rostro iracundo, y el corazón dolorido, de nuestro pueblo oaxaqueño.
Este 25 de noviembre, las fuerzas federales de ocupación arremetieron, una vez más, contra los miembros y simpatizantes de la Asamblea Popular de lo Pueblos de Oaxaca y su Consejo Estatal, en el marco de la Séptima Mega-marcha por la destitución del asesino Ulises Ruíz Ortiz y el retiro de las fuerzas federales; instalando un estado de sitio y de excepción en la capital del estado, a fin de catear domicilios, detener ciudadanos, intimidar a la población y aplastar la resistencia de nuestro pueblo.
Se desconoce aún cuántos ciudadanos y militantes del movimiento social oaxaqueño cayeron muertos al pelear valientemente y resistir la feroz embestida neoliberal, y se desconoce también el número exacto de los heridos, los desaparecidos, los torturados y los encarcelados que se han sumado a la interminable lista de crímenes del dictador priista y del gobierno federal panista que lo sostiene.

No obstante, el mensaje político de este acto represivo no puede ser más claro. La élite neoliberal ha decidido imponer a toda costa y sin ningún tapujo la dictadura del gran capital, a fin de profundizar su estrategia neoliberal-fascista y seguir depredando a la nación. La violencia reaccionaria de los poderosos se ha convertido así, en la comadrona del engendro gubernamental -espurio y sangriento- que este primero de diciembre saldrá de las entrañas de la derecha yunquista, extraído con los forceps del fraude, el cinismo y la imposición estatal.
Pese a todo, la heroica resistencia del pueblo oaxaqueño ha despertado la conciencia, el respeto y la simpatía de miles de personas en distintas partes del país y del mundo, al poner de manifiesto, a lo largo de estos seis meses de lucha, la indeclinable voluntad, la inagotable capacidad y la inmensa creatividad social y humana con que han sabido responder los pueblos indígenas, las clases sociales subalternas y sus representantes democráticos a la criminal ofensiva y guerra sucia neoliberal que ha lanzado, en santa cruzada, la élite en el poder, mediante el uso faccioso de las instituciones estatales, el bombardeo ideológico de los medios de comunicación privatizados y la acción desenfrenada y criminal de las mafias de cuello blanco y del bajo mundo (con bandas paramilitares a su servicio), a fin de mantener y reforzar, corruptora y represivamente, el cada vez más desacreditado régimen neoliberal de dominación y apropiación capitalista.
Pero el conflicto social oaxaqueño, y el estado policíaco y de excepción que se ha instalado en nuestra entidad, es sólo un botón de muestra del grave conflicto social y político que se está gestando en el plano nacional. Y aunque la élite neoliberal aparenta no darse cuenta, está tomando serias medidas represivas y preparando condiciones para sofocar a sangre y fuego los diversos movimientos sociales y políticos de protesta a lo largo y ancho del país.

Queda más claro ahora que las acciones represivas en Sicartsa, Atenco y Oaxaca sólo fueron una muestra de la criminal ofensiva que la oligarquía neoliberal y fascista ha venido ensayando contra el pueblo para imponer la dictadura del gran capital; pero también queda claro que la lucha de resistencia y de autodefensa popular, ha venido a constituir una muestra del grado de organización y conciencia de algunos sectores sociales, así como del surgimiento de un poder paralelo, de naturaleza muy distinta al poder neoliberal y fascista que nos oprime.
El EZLN y las organizaciones adherentes a La Otra Campaña, la Convención Nacional Democrática y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, pese a todas sus diferencias, son expresiones concretas del poder popular en proceso de construcción y articulación política, a las que hoy se suman nuevas asambleas estatales y regionales en distintos puntos del país, para dar lugar a una de las más importantes instancias de coordinación política de los últimos tiempos: la Asamblea Popular de los Pueblos de México (APPM), potenciando la voluntad y la organización popular, a partir de las formas comunitarias de los pueblos indígenas y comunidades obreras, sindicales y populares, así como de la construcción de nuevas formas de relación social y humana fundadas en el reconocimiento, la solidaridad, el respeto y el servicio mutuo.
La gesta revolucionaria que se inicio hace 96 años le enseño al pueblo de México, entre otras cosas, que la clave de la defensa de su derecho a existir y ser reconocido como sujeto libre, autónomo y soberano, reside en el grado de organización y conciencia de sí mismo; que los pueblos tienen en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, siendo ésta una conquista que se ganó a sangre y fuego en una guerra revolucionaria que sacudió a nuestra nación desde los cimientos. Actualmente hay condiciones históricas que se repiten, de distinta forma y en distinta intensidad, pero que sientan las bases para un cambio social que no puede ni debe esperar más, pues no hay mal que dure cien años, ni pueblo digno que lo aguante.

El Comando Magonista de Liberación de la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo es una estructura respetuosa del movimiento popular y de la gesta libertaria pacifica y democrática que se esta dando en nuestras tierras, pero no puede permanecer ajena a los hechos de represión que el gobierno federal y estatal están instrumentando en contra del pueblo de Oaxaca. Hasta ahora, nos habíamos mantenido a la expectativa y en estado de alerta para evitar que el movimiento popular aglutinado entorno de la APPO fuese reprimido so pretexto de la acción revolucionaria armada, pero la brutalidad con que está actuando el gobierno neoliberal federal y estatal nos obliga a elevar nuestra voz y hacer uso de las armas para tratar de contener y disuadir la ofensiva neoliberal que no debe ni puede ser tolerada por ninguna organización revolucionaria.

Deslindamos a todas las organizaciones del movimiento social oaxaqueño de las actividades político-militares que nuestro Comando Magonista de Liberación realizará en esta entidad, hasta que URO y su gabinete salgan del gobierno y sean castigados por sus crímenes de lesa humanidad. Y hacemos un llamado a las distintas fuerzas revolucionarias para que dirijan su protesta y sus fusiles en contra del enemigo común.

Apoyamos incondicionalmente el esfuerzo que hace el pueblo oaxaqueño por alcanzar de manera pacífica sus objetivos. Llamamos a los medios de comunicación y líderes de opinión a no seguir ocultando de manera cómplice, y maquillando tendenciosamente, la feroz represión gubernamental contra el pueblo oaxaqueño. Y advertimos a la élite en el poder que al estar cancelando las vías legales y pacíficas de lucha en nuestro país, será la única responsable del escalamiento del conflicto social y político en curso, así como de la réplica revolucionaria armada.
¡¡Fuera Ulises Ruiz Ortiz y la Policía Federal Preventiva de Oaxaca!!
¡Exigimos la inmediata presentación y libertad de los desaparecidos y detenidos políticos!
COMANDO MAGONISTA DE LIBERACIÓN
CML
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA – EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP
¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!
¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR VENCER!!
¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!
Oaxaca de Juárez, Oaxaca 27 de noviembre 2006

Dura delaración del Senador Joe Biden


El democráta Joe Biden, que presidirá la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado a partir de enero, desea endurecer la postura contra México; el legislador por Delaware apoya una mayor vigilancia fronteriza mediante la instalación de bardas.

Durante una sesión de preguntas y respuestas ante un grupo de más de 230 integrantes del Club de Rotarios, en Columbia, Carolina del Sur, el legislador fue interrogado sobre los problemas provocados por la inmigración.

Dijo: "México es un país que fue una antigua democracia y donde tienen la mayor disparidad en el reparto de la riqueza. Es uno de los países más ricos del hemisferio y debido al sistema corrupto que existe en México, el uno por ciento de la población vive en la opulencia, hay una muy pequeña clase media y el resto vive en una pobreza repugnante", indicó.

Incluso si EE UU erigiera bardas de 40 pisos de altura, la inmigración ilegal no se detendrá a menos que cambie la dinámica política en México y se sancione a los patrones estadounidenses que contratan a inmigrantes ilegales, en opinión del legislador. "A menos que se lleven a cabo ambas cosas, las cosas no cambiarán", señaló.
Además, agrego, lo que resulta ser un problema mayor al de los trabajadores ilegales es el traslado de drogas ilegales a través de la frontera. "Hay gente que cruza la frontera con toneladas, toneladas, escucharon bien, de productos que van desde metanfetaminas hasta cocaína y heroína, y todas ellas vienen a través del corrupto México".
Subrayó que EE UU debe portarse duro con sus vecinos del sur. "Que no me digan que México espera el mismo tipo de tratamiento que les damos a otras democracias y que ellos no actúen de manera democrática. Eso no ocurrirá bajo mi vigilancia", indicó.
Dura declaración del demócrata.

La Familia ataca de nuevo


Un nuevo mensaje de LA FAMILIA, con este son 31 personas ejecutadas, de las cuales 16 son decapitadas; ¡Y las que se sumen!
El de hoy tenía cercenado el dedo meñique izquierdo y cortaduras a la altura del pecho, donde los sicarios formaron la siguiente marca: 1N13.
Esta es la nota de Reforma On line hoy 27 de noviembre

Ataca 'La Familia' en Michoacán

El cadáver presentaba cuatro lesiones con arma punzocortante en la cabeza y el rostro
Adán García, reportero.

Morelia, México (27 noviembre 2006).- La Procuraduría de Justicia en Michoacán reportó esta tarde el hallazgo de un hombre asesinado con visibles huellas de tortura y un mensaje en el cual se lee "Por la Familia".
La leyenda tiene la firma que presuntos sicarios han dejado en otras ejecuciones y decapitaciones ocurridas en Michoacán en los últimos meses.
La semana pasada una agrupación denominada "La Familia Michoacana" se dio a conocer públicamente mediante un desplegado, adjudicándose actos violentos mediante los cuales presuntamente busca regresar el orden a la entidad.
Sobre el descubrimiento de este día, se informó que la víctima fue encontrada en el lugar conocido como La Curva del Platanillo, municipio de Aguililla.
El cadáver presentaba cuatro lesiones con arma punzocortante en la cabeza y el rostro.
Además, según los reportes disponibles, tenía amputado el dedo meñique de la mano izquierda y cortaduras a la altura del pecho, donde los sicarios formaron la siguiente marca: 1N13.
Hasta el momento las autoridades no han podido determinar la identidad de la víctima ni el móvil del homicidio.
Hora de publicación: 15:53

Darfur el reto de la nueva ONU

El nuevo rostro de la Naciones Unidas/Jeffrey D. Sachs, profesor de Economía y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia.
Traducción de Jesús Cuéllar

Tomado de El País; 26/11/2006):

El 1 de enero de 2007, Ban Ki-Moon, ex ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, se convertirá en secretario general de Naciones Unidas, después de que Kofi Annan haya ocupado el puesto durante diez años. Además de desafíos de larga duración como la pobreza, la proliferación nuclear y la reforma de la ONU, Ban heredará una larga lista de puntos conflictivos: Irak, Irán, Afganistán, Palestina, Líbano, Somalia, Myanmar, Sudán, Corea del Norte y otros. Las últimas iniciativas tomadas para influir en la evolución de esos países mediante amenazas y sanciones, y en ocasiones la guerra, han fracasado. La mayoría son menos estables hoy día que hace cinco años. Está claro que se necesita un nuevo enfoque.

Los principales países asiáticos, entre ellos la Corea del Sur de Ban, hace tiempo que son partidarios de combinar equilibradamente la diplomacia y los incentivos económicos para tratar de resolver desafíos complejos. En lugar de utilizar las sanciones y la amenaza del recurso a la fuerza, la idea es mantener la prosperidad a largo plazo en las regiones inestables del mundo de hoy. Este enfoque equilibrado es importante, porque los problemas de gran parte de las zonas conflictivas del mundo no sólo se deben a la política, ni siquiera principalmente, sino, como ocurre en Darfur, a desafíos subyacentes relacionados con el hambre, las enfermedades y las crisis medioambientales.

Desactivar la crisis de Darfur y las de otros lugares será uno de los principales desafíos de Ban. Sin embargo, es vital que la ONU no se limite a dar bandazos de un conflicto a otro. Las Naciones Unidas tienen un papel y una oportunidad únicos para liderar el desarrollo de un consenso global en torno a los vitales desafíos medioambientales y económicos de largo recorrido a los que se enfrenta el planeta.
De hecho, entre 1992 y 2002, los países miembros de la ONU firmaron varios tratados y acuerdos que pueden y deben constituir los cimientos de soluciones globales a largo plazo. Esos tratados surgieron en 1992 de la llamada Conferencia Medioambiental de Río, centrada en el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la desertificación. En 2000, los Estados miembros pactaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en 2002 el Consenso de Monterrey, comprometiéndose a realizar esfuerzos concretos para triplicar las ayudas a los países más pobres, con el fin de alcanzar el objetivo mundial de que los más ricos destinen a ese concepto el 0,7% de su PIB.

En consecuencia, la clave para la ONU de hoy día no es la creación de más objetivos, sino la puesta en práctica de los ya fijados. Ban ha dejado clara su intención de que las Naciones Unidas pongan en marcha los compromisos acordados por la comunidad mundial. Si no se aplican, todos los tratados del mundo no nos conducirán a nada.
Durante su mandato como secretario general, Ban se enfrentará al desafío de forjar un acuerdo global sobre el cambio climático para el periodo posterior a 2012, cuando deje de estar en vigor el Protocolo de Kioto. Del mismo modo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio siguen estando muy lejos de lo deseable en los países más pobres, y sólo quedan nueve años. A pesar de que el mundo se ha comprometido a reducir considerablemente la pérdida de diversidad biológica antes de 2010, se siguen destruyendo enormes extensiones de selva tropical y de océanos.
Si Estados Unidos se muestra más cooperante dentro del marco de la ONU, encontrará socios dispuestos entre las potencias asiáticas emergentes, que precisan de estabilidad mundial para sostener su desarrollo a largo plazo y que son muy conscientes de su creciente influencia mundial como inversores, socios comerciales y responsables, a la par que víctimas, del cambio climático. Entre bastidores, pueden ayudar a desactivar las crisis de Darfur, Corea del Norte, Myanmar y otros lugares. Y su participación será esencial para forjar nuevas formas de abordar el cambio climático, la escasez de agua y asuntos similares desde la cooperación.

Ban llega al cargo cuando el mundo anhela resolver problemas muy enquistados. Es importante que todavía exista un amplio consenso sobre los objetivos que compartimos. Se trata de objetivos factibles. El desafío consiste en aplicarlos.

La Rusia de Valdimir Putin

Corruption, violence and vice have triumphed in Putin’s Rusia/Max Hastings
Tomado del periódico The Gaurdian, 27/11/2006):

In Moscow shortly after 9/11 a clever Russian academic told me: “Don’t believe all that stuff Putin is dishing out about how sorry we all are about what has happened. A lot of people here are thrilled to see the Americans get a kicking.” A few months ago I heard a cluster of diplomats lament the difficulties of doing business with the Russians. “They still see negotiation in the old cold-war way, as a zero-sum game,” said one. “If the west wants something, it must be bad for Moscow.”
Few of us today want to see the Russians as enemies. We admire their music and literature, sympathise with their appalling history and, a few years ago, delighted in their emergence from the sour, brooding seclusion in which they languished for most of the 20th century.
It is precisely because we feel goodwill towards them that there is something of the bitterness of rejected courtship in our response to their recent behaviour, of which the apparent murder of Alexander Litvinenko is a bleak manifestation.
Why, having tasted freedom and democracy, should they wish to return to the murderous practices of Stalinism? How can they acquiesce in Putin’s restoration of tyranny? Here is a nation suddenly granted wealth which might enable its people to become prosperous social democrats like us.
Instead, to our bewilderment, Russia is institutionalising a state gangster culture which promises repression and ultimate economic failure for itself, fear and alienation from the rest of the world. We hear of few Russians at home or abroad who have achieved wealth through honest toil. Instead, the tools of success in Putin’s universe are corruption, violence, vice and licensed theft on a colossal scale.
“Complex feelings of insecurity, of envy and resentment towards Europe … define the Russian national consciousness,” wrote Orlando Figes, the outstanding British historian of the country. Underpinning all Putin’s dealings with the outside world is a demand for respect, a rage at perceived western condescension. This is shared by his people, in a fashion which goes far to explain why so many support his policies.
Frustration about lack of respect has been woven into Russian foreign policy for centuries, accentuated under communist rule. A Romanian who visited Russia in September 1944 was awed by the hardships accepted by Stalin’s people. He noted a blend of arrogance and inferiority complex in their attitudes to the outside world: “They are aware of their great victories but at the same time fear they are not being shown sufficient respect. This upsets them.”
Russian responses to western failures of deference have often been indistinguishable from those of the yob on a suburban train who assaults an innocent commuter because he dislikes the way the man looks at him. State violence has been an unembarrassed part of the Russian polity since time immemorial.
There was much hand-wringing in the west earlier this year when Russia’s parliament formally endorsed the principle that its government enjoys a right to hunt down state enemies overseas. Moscow dismissed the foreign reaction as bourgeois hypocrisy. Had not President Bush publicly committed the US to a doctrine of preventive war against entire countries which he deems a threat to American security?
It is possible to believe, as I do, that Putin did not personally order the murder of Alexander Litvinenko, while regarding the Russian president as overlord of a culture which legitimised it. Putin cannot shrug off a simple truth about his society: his friends and supporters walk the streets in safety and wealth; his foes perish in horrible ways, with dismal frequency. The murder of one Russian journalist critical of his regime might be dismissed as mischance. The deaths of 20 mock Kremlin protestations of innocence.
The end of the cold war looks more and more like one of those practical jokes the gods play upon mankind. We rushed to celebrate the fall of the wall, the passing of an era in which east and west threatened each other with nuclear annihilation. Yet we now perceive that dealing with a Russia rich in energy wealth presents more complex challenges.
It is a notable irony that the RAF will soon get the first of £20bn worth of Typhoon fighters, an idiotic cold-war legacy. All the participating European governments involved flinched before the diplomatic difficulties and job losses which would have followed cancellation. We are to possess a formidable force of aircraft designed to shoot down Soviet bombers.
It is hard to conceive any scenario in which Moscow will launch bombers against the west. Instead we must confront a defiant new Russia, fortified by possession of a substantial part of the world’s oil and gas reserves in an era when energy competition will be critical. Even if Scotland Yard delivers a report on the Litvinenko death which concludes that the Kremlin was directly responsible, it is hard to see how Tony Blair could respond by ordering the scrambling of Typhoons.
Thus far, the response of European governments to Russian gangsterism and intransigence can either be dignified as temperate or scorned as appeasement. Blair has sought to forge a personal friendship with Putin. The former German chancellor Gerhard Schröder has been rewarded for his support of Moscow policies with a directorship of Gazprom - the company building a pipeline that will supply gas directly from Russia to Germany. At the G8 in St Petersburg earlier this year, other world powers sought to treat the Russians as if they were people like us, in the lingering hope that they will become so.
This seems fanciful. At the heart of Putin’s policies is a determination to restore the old Soviet Union’s might and influence. It is hard to see how these would be exercised towards ends that the west would consider benign.
Though George Bush’s follies have debased the coinage of freedom and democracy, these remain noble objectives, never likely to be shared by Moscow. This is a city where taxi drivers see no embarrassment in carrying miniature portraits of Stalin on their dashboards, where the British historian Antony Beevor is denounced because he speaks the truth about Soviet excesses in the second world war.
The Russian archives, which provided such a bonanza for western researchers for more than a decade after they were opened, are now largely closed again. There is no pretence that this reflects national-security requirements. It is merely because Putin was disgusted by the revelations which the files yielded to us about the horrors of the Stalinist era. The collapse of the Soviet Union, which the world perceived as a triumph for freedom, is described by the president himself as the greatest calamity of the 20th century.

Western revulsion from Russian behaviour, including the murder of Litvinenko, merely feeds Russian paranoia. Our hopes that contact with the west will persuade the new Russia to adopt civilised behaviour look threadbare. “We sometimes say that one must be very unlucky to be born in Russia,” a melancholy tourist guide said to me in St Petersburg a couple of years back. The west has no choice save to continue the weary struggle to engage with Moscow. It would be naive, however, to anticipate that freedom and respect for law will triumph any day soon in that tragic, sometimes apparently accursed society.