Fue muy buena reunión con la Vicepresidenta Kamala Harris. Fue tan buena que le dije 'Presidente', me camuqué.
Ya ven que dicen mis adversarios que ya estoy chocheando, a lo mejor en eso tienen un poco de razón, no soy infalible", comentó AMLO en la mañanera..
Pediré permiso a Anaya para tomarme una caguama-Pacífico.
López Obrador aseguró que le pedirá permiso a Ricardo Anaya para tomarse 'una caguama Pacífico' al mostrar resultados del PREP en los que Morena lidera como ganador en mayoría de estados.
"Morena coalición Juntos Haremos Historia... Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Michoacán, el Pacífico, hasta le voy a pedir permiso a Ricardo Anaya para que yo me tome una nada más, una caguama Pacífico".
Con el comentario de la 'caguama Pacífico’, AMLO hizo referencia al video que lanzó Anaya en marzo pasado en el que comparó el gasto de cancelación del NAIM con 'el señor de las caguamas’.
Anaya le revira....
RicardoAnayaC
Presidente, ¿cómo está? Permiso concedido para que se tome su caguama. Yo me estoy tomando una (cerveza) Victoria aquí en el poniente de la CDMX y posiblemente me tome otra en Querétaro. Y feliz, feliz de que ya no tienen mayoría para desaparecer al INE. ¡Salud! Nos vemos en el 24.
¡Orale!
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Las columnas políticas, hoy miércoles 9 de junio de 2021
A Kamala se le pegan las mañas de la mañanera?/
Bajo Reserva/El Universal.
Un fiscal electoral “muy independiente”
El equipo de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, cometió ayer una pifia que se pareció mucho a la estrategia seguida por Palacio Nacional para darle voz a aplaudidores en vez de a periodistas reales en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador. En una de sus reuniones con medios, le dieron la palabra a María Fernanda Reyes “reportera de Univisión”, quien lo primero que hizo fue alabar a Harris y decirle que había votado por ella. Pero resulta que la mujer no es periodista ni trabaja para Univisión, sino que era una de las “emprendedoras” con las que se había reunido momentos antes. ¿Simple gazapo o en su breve paso por México ya aprendieron algunas de las mañas utilizadas en las conferencias mañaneras del Presidente?
El regreso de los chapulines
Sin haber podido pegar el brinco, legisladores y legisladoras que se separaron de su escaño para competir en las pasadas elecciones comenzarán su regreso al Senado. Entre ellos están: el polémico guerrerense Félix Salgado Macedonio, la zacatecana Claudia Edith Anaya Mota y la nayarita Gloria Elizabeth Núñez Sánchez, quienes intentaron, sin éxito, gobernar sus estados. También regresa Minerva Hernández Ramos, quien coordinó la campaña de su partido al gobierno de Tlaxcala; Verónica Delgadillo García, que estaba en tareas electorales de su partido MC y Juan Zepeda, quien fue derrotado en la contienda por la presidencia municipal de Neza. Así pues, con las patas rotas por el fallido salto, regresan a sus escaños a padecer, otros tres años, de la sufrida vida de un senador de la República.
Morena vive una guerra fraterna
En donde hay una guerra fraterna, como diría la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, es en Morena. A través de distintas redes sociales hermanos morenistas se mandan mensajes para buscar culpables de las derrotas del domingo pasado. Ello ha ocurrido con algunos que han empezado a culpar al senador Ricardo Monreal por la derrota en la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, la cual perdió Dolores Padierna. Incluso a la propia doña Dolores ya le dio por señalar al senador. Nos hacen ver que entre hermanos morenistas no debiera haber pleitos por determinar quién fue el culpable de la debacle, pues el primer morenista del país ya lo dejó claro: La culpa es de los ciudadanos que se dejaron influenciar por el bombardeo informativo de los medios de comunicación que critican a la autollamada Cuarta Transformación y al actual gobierno. Esa sí es una guerra fraterna.
En Michoacán el crimen no se portó bien
Transcurrió la elección del domingo y el candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia municipal de Uruapan, Omar Plancarte Hernández, secuestrado en mayo, sigue sin aparecer, nos comentan. En círculos ministeriales de Michoacán aseguran que el candidato contaba con protección de la Policía Federal Ministerial (PFM), de la Fiscalía General de la República, ante las amenazas que recibió del crimen organizado que opera en la entidad, pero al parecer, esa protección no impidió que don Omar fuera plagiado. En esta entidad todo indica que los delincuentes no se portaron bien, como lo señaló el pasado lunes el Presidente de la República.
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La elección sacudió a los presidenciables/Carlos Loret de Mola
EL UNIVERSAL, 9/06/2021;
En términos del 2024, para el presidente López Obrador y su partido han sido unas semanas duras: entre mayo y junio, sus dos presidenciables favoritos quedaron severamente heridos.
La noche del 3 de mayo, al derrumbarse un tramo de la Línea 12 del Metro, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum sufrieron duros descalabros. Mucho más el primero que la segunda. El colapso, aunado a las sospechas de corrupción que han acompañado a esa obra, serán imborrables para el canciller. Para Claudia Sheinbaum, la crisis tenía salida: culpar a Marcelo. No iba a ser sencillo zafarse de la responsabilidad, pero se podía. Sin embargo, la derrota brutal de este domingo en la Ciudad de México la deja también en la lona. La caída de Morena en la capital tiene que ver más con un voto de castigo a López Obrador que a Sheinbaum, pero aun así, ella era la encargada política de operar la elección y rendirle buenas cuentas a su jefe. Fracasó.
Por si las malas noticias no fueran suficientes para el presidente, dentro de su propio partido, el que salió fortalecido fue Ricardo Monreal, cuyo hermano será gobernador de Zacatecas y cuya favorita ganó, desde la oposición porque le negaron la candidatura morenista, la alcaldía de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, de la que Monreal había sido delegado. López Obrador siempre ha obstaculizado a Monreal. Le da trato de “mal necesario”. Pues el mal necesario quedó mejor parado que su heredera y su colaborador de confianza.
Para fortuna del presidente, en los demás partidos no parece haber figuras relevantes.
En el PRI se viene una lucha encarnizada entre Alejandro “Alito” Moreno y Alfredo Del Mazo. Si se confirma la derrota priista en Campeche, Alito queda en la lona. Es casi una regla escrita de los priístas que tienes que ganar tu estado antes de pensar en una candidatura presidencial. Alito buscará reconfigurarse, pues podría ser el coordinador de la bancada de diputados del PRI opositores. Tendrá viento en contra porque su principal rival dentro del partido, el gobernador del Estado de México entregó buenas cuentas el domingo: le fue bien en las elecciones municipales mexiquenses. Del Mazo todavía tiene en juego su propia sucesión en 2023, condición necesaria, aunque no suficiente, si quiere aspirar a la candidatura presidencial.
En el PAN, Ricardo Anaya decidió no ser candidato para la elección de este domingo. No formó parte de la pelea por los contrapesos. Intentó mantenerse en la discusión pública, pero no lo logró cabalmente y aparece desdibujado, esporádico. Algunos gobernadores panistas entregaron buenas cuentas electorales, pero ninguno ha manifestado con empuje y ahínco su aspiración presidencial.
En Movimiento Ciudadano está Enrique Alfaro, quien siempre ha coqueteado con la idea, pero si algo dejó claro este domingo es que MC por sí solo no tiene presencia nacional: sacó 7% de los votos y una bancada de unos veinte diputados. Aunque a Alfaro le fue bien en Jalisco, no se le considera “el” padre de la victoria de Samuel García en Nuevo León. Dentro del partido, más bien le nacieron posibles rivales.
Del Verde, PRD y PT solo es esperable ver a quién se le juntan.
Lo que queda, entonces, es esperar. A ver si alguien repunta, a ver si algún tumbado se levanta de la lona, o a que surjan nuevas figuras entre los gobernadores o legisladores, nuevos o en funciones.
Al cabo que todavía faltan tres años.
historiasreportero@gmail.com
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AMLO, la CDMX y la reunión del 7 de junio/Mario Maldonado
Monreal se enfocó en la Cuauhtémoc, en la que mandó a competir por la alianza PRI, PAN y PRD a una colaboradora suya
EL UNIVERSAL, 9/06/2021;
En uno de los desayunos que Ricardo Monreal presumió tener con el presidente Andrés Manuel López ObraDor en los últimos meses, el coordinador de los senadores de Morena recibió la instrucción de apoyar a Claudia Sheinbaum en la operación electoral de la capital del país. “Te encargo la Ciudad de México, Ricardo”, fueron las palabras del mandatario al político zacatecano.
La lectura del mensaje presidencial fue la de una advertencia hacia el también presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara Alta, pues se sabía que estaba operando políticamente para propinarle una derrota a quien considera su rival en la carrera por 2024, Claudia Sheimbaum.
La operación de Monreal se enfocó en la alcaldía Cuauhtémoc, en la que mandó a competir por la alianza PRI, PAN y PRD a una muy cercana colaboradora suya, Sandra Xantall Cuevas, para derrotar a Dolores Padierna y al poderoso grupo político que controla su esposo René Bejerano, quienes habían formado una alianza con la actual jefa de Gobierno.
El mensaje de una Sheinbaum y un Bejarano vulnerados se extendió hacia las alcaldías a las que ambos enviaron candidatos, por lo que, sumado al rechazo que las clases medias demuestran hacia las políticas de la 4T, ayudó a concretar una de las más grandes derrotas para la izquierda en el centro del país, además de que mandó momentáneamente a la lona a la candidata de AMLO a tres años de la elección presidencial.
La pérdida de nueve de las 16 alcaldías de la CDMX tiene molesto al Presidente por partida doble: por un lado, porque la capital del país es uno de los territorios más importantes para ganar una elección presidencial; y la segunda, precisamente porque le pega al corazón de su única y verdadera apuesta para sustituirlo.
La “guerra sucia” a la que se refirió el presidente López Obrador el lunes, y la “campaña de desprestigio” a la que hizo referencia la jefa de Gobierno, tienen destinatario.
En los grupos de Morena asentados en la capital del país ya se considera a Monreal como un ‘traidor’. Ese mismo calificativo se le escuchó decir al presidente López Obrador en la reunión de evaluación que sostuvo el lunes con el líder nacional de Morena, Mario Delgado, la jefa de Gobierno y otros integrantes del gabinete y su primer círculo.
Las fuentes presentes en dicha reunión aseguran que el presidente se mostró distante con Claudia Sheinbaum y asintió con la cabeza a casi todas la críticas lanzadas hacia Monreal, quien se fue por la libre para pavimentar por sí solo su camino hacia la Presidencia de la República en 2024, o en su defecto hacia la jefatura de gobierno de la CDMX.
No obstante, contrario a lo que el mismo Monreal espera, la jugada podría dinamitar también sus aspiraciones, pues se sabe que López Obrador muy difícilmente olvida cuando se trata de traiciones que interfieren con sus objetivos electorales. Ejemplo de ello es el caso de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, quien cayó de su gracia cuando emprendió una guerra sucia para quitarle la candidatura a Félix Salgado Macedonio en Guerrero. El encono de AMLO terminará por dejarla fuera del gabinete más temprano que tarde, sin importar que busque reivindicarse con la inhabilitación de Luis Videgaray y otros políticos de las administraciones anteriores.
Aunque dolorosa para el presidente, la ‘traición’ de Monreal no debiera ser la principal preocupación de la 4T en la CDMX. Hay indicios de que en los bastiones en los que Morena obtuvo la victoria, al oriente de la ciudad, operaron otras fuerzas y organizaciones que rebasan los intereses puramente políticos y que han convertido en su territorio a delegaciones como Tláhuac, Iztapalapa, Milpa Alta y Xochimilco.
El PAN en Querétaro y Puebla
Dentro de las victorias que obtuvo la oposición en la jornada electoral del fin de semana, algunas de las que más se atesoran son las del estado de Querétaro y el municipio de Puebla. Ambas plazas son fundamentales para los objetivos de crecimiento político tiene el PAN, de Marko Cortés.
El estado queretano se mantiene como bastión del panismo y de la pujanza industrial, que representa un modelo económico basado en la generación de empleos a través de la inversión privada, mientras que la ciudad de Puebla se encuentra entre los cuatro municipios más poblados del país, con 1.6 millones de habitantes que representan más de una cuarta parte de la población del estado.
Tanto Mauricio Kuri, virtual gobernador de Querétaro, como el próximo alcalde de la capital poblana, Eduardo Rivera, están llamados a ser piezas clave durante los próximos tres años, pues de su gestión y operación dependerán en buena medida los resultados del panismo en la contienda de 2024.
IFT aprueba compra de Fox Sports
El Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) aprobó, por unanimidad, la compra de Fox Sports México por parte de Grupo Lauman.
La venta de Fox Sports fue una de las condiciones establecidas por el IFT cuando aprobó la fusión en México entre Disney y Fox en 2019, debido a que Fox Sports y ESPN, de Disney, concentraban entre 70 y 80% del contenido deportivo en TV de paga.
El Pleno consideró que Grupo Lauman, propiedad del empresario Manuel Arroyo, cumple con los criterios de elegibilidad establecidos, como contar con capacidad financiera e incentivos para adquirir y operar el negocio, ser independiente de Disney/21st Century Fox y tener la capacidad e incentivos para competir de manera independiente.
La operación fue por unos 325 millones de dólares.
@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com
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AMLO y los pobres, ¿amor o lucro?/Salvador García Soto
EL UNIVERSAL, 09/06/2021;
La carrera política de Andrés Manuel López Obrador se ha fincado, toda, en un mismo principio que es a la vez su principal línea discursiva: “la defensa de los más pobres”. Con esa bandera y un slogan que se convertiría después en programa de Gobierno: “Por el bien de todos, primero los pobres”, logró ganar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el año 2000 y construyó, desde ahí, una exitosa campaña presidencial en el 2006, en la que esbozó y socializó la que sería después su plataforma política para conquistar finalmente la Presidencia de la República en el 2018: los apoyos económicos directos a los sectores más necesitados de la población.
Así, del programa de pensión para adultos mayores, que lo catapultara desde el entonces DF al conocimiento nacional, y que después fuera imitado y copiado por los gobiernos del PAN y del PRI, López Obrador pasó a instaurar los apoyos para madres solteras, los apoyos económicos para jóvenes que ni estudian ni trabajan, el polémico “Jóvenes Construyendo el Futuro”, hasta los subsidios de “Sembrando Vida” a productores y campesinos que siembren árboles frutales o maderables en sus tierras. Ese conjunto de programas sociales, todos basados en la entrega directa de recursos a la población necesitada, es como el presidente pretende “salvar a los más pobres y ayudarlos a salir de la pobreza”.
Lo que para sus críticos y detractores, dentro y fuera de México, son programas y estrategias “populistas y demagógicas” que no resuelven el problema estructural de la pobreza ni logran mejorar las condiciones generales de vida de la población beneficiada, para López Obrador y su proyecto son “un mecanismo de redistribución de la riqueza” y un “acto de justicia social” con el cual los sectores más bajos de la pirámide económica reciben una ayuda económica que los ayuda a resolver sus necesidades básicas y los inserta en la economía mejorando incluso los niveles de consumo de ese sector de la población.
La realidad es que más allá de entregar dinero directo y sin intermediarios a los grupos de más bajos deciles de ingreso, no hay ningún otro planteamiento de fondo en su política económica, industrial o laboral que fomente la idea de apoyar a esos sectores a salir de la pobreza y mejorar sus ingresos y sus capacidades adquisitivas, de educación, salud y desarrollo. Si acaso hay las preparatorias y universidades que se ha propuesto impulsar el gobierno lopezobradorista, pero en ningún caso se ha logrado consolidar un sistema educativo real y con calidad académica que realmente ofrezca a las familias más pobres y a su hijos e hijas, la posibilidad de una educación media superior o superior de calidad que les permita avanzar y desarrollarse económica y profesionalmente.
Luego entonces, si todo el “amor por los pobres” que profesa López Obrador y que se regodea en comparar con la filosofía del cristianismo y lo que él llama el “activismo social” de Jesucristo, se limita a entregarles de 3 a 5 mil pesos mensuales, y a acercarse con ellos en las giras y eventos o hablarles todas las mañanas con sus mismas frases, modismos y hasta errores de pronunciación de las palabras, difícilmente puede decirse que su proyecto y discurso de “primero los pobres” logrará algo más que un presidente con altos niveles de aprobación en las clases más bajas y muy popular entre ellos porque les da sus ayudas mensuales, aunque no les esté generando condiciones reales para salir de la pobreza ni en el mediano ni en el largo plazo.
Porque hasta ahora no hay metodología, estrategia o programa que a nivel mundial haya logrado reducir la pobreza con solo la entrega de ayudas o subsidios económicos, que si bien son importantes y pueden ser hasta vitales para ciertos grupos de población, no funcionan ni logran un objetivo real y tangible de reducción de pobreza, cuando van solos y no se acompañan de políticas públicas para hacer crecer la economía, crear y mejorar el empleo y aumentar los ingresos, por no hablar ya del acceso a la educación, de la mejoría en la seguridad y del combate a la impunidad y el acceso a la justicia en las colonias más pobres.
Y ¿entonces? Si no los está ayudando realmente a salir de la pobreza ni es ese su objetivo real, ¿cómo es que Andrés Manuel dice querer tanto a los pobres y que son el eje principal de su proyecto de “transformación” del país? La respuesta a esas preguntas se puede encontrar en al menos tres frases que se le han escuchado al ahora presidente cuando se refiere al sector de la población que dice estar en primer lugar de su programa político.
La primera la dijo el 29 de marzo de 2019, cuando respondía, desde su conferencia mañanera, a las críticas de los “neoliberales” a su política social: “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno…hasta los animalitos -que tienen sentimientos, ya está demostrado- ni modo que se le diga a una mascota: ‘A ver, vete a buscar tu alimento’. Se les tiene que dar su alimento, sí, pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo”, dijo el presidente.
Luego, el 15 de noviembre de 2020, durante las inundaciones que vivió el estado de Tabasco, el presidente sobrevolaba las zonas afectadas en su estado a bordo de un helicóptero militar, y confesó públicamente que en el dilema entre inundara a Villahermosa o a las comunidades chontales, las más pobres del estado, su gobierno optó por afectar a los más pobres: “Tuvimos que optar entre inconvenientes, no inundar Villahermosa y que el agua saliera por el Samaria, por las zonas bajas. Desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca, son los chontales, los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión”.
La referencia más reciente, para entender su visión del problema de la pobreza, la hizo ayer, también en su conferencia mañanera, cuando habló de los resultados electorales y de cómo influyó la tragedia del colapso de la línea 12 del Metro, en donde murieron 26 personas el pasado 3 de mayo: “En el caso de lo de la Línea del Metro, los más afectados, Iztapalapa, Tláhuac, gente humilde, trabajadora, buena, entiende de que estas cosas desgraciadamente suceden y ahí no impacta política-electoralmente, sin embargo las colonias de clase media, media alta, ahí sí”, sostuvo el presidente.
Esas tres expresiones, que son apenas unas de las muchas que ha hecho en su discurso de los últimos 20 años sobre su “afinidad, amor y defensa de los pobres”, ilustran muy bien lo que representan los sectores sociales más necesitados y marginados en el discurso y el proyecto de López Obrador: clientelas políticas fieles y leales, que le garantizan votos, siempre y cuando él los cuide y alimente como si fueran sus mascotas y les entregue, puntualmente cada mes o cada bimestre, sus ayudas en dinero en efectivo. La semana pasada, el viernes, el presidente repetía su admiración por Cristo, como “el más grande luchador social que ha existido” y se equiparaba con él porque fue perseguido por defender a los pobres. Sólo que Cristo les ofrecía a los marginados el cielo y la vida eterna a cambio de una vida de resignación y sufrimiento, y Andrés Manuel ¿qué les ofrece más allá de 3 mil o 4 mil pesos mensuales?
NOTAS INDISCRETAS… En la visita de Kamala Harris a Palacio Nacional, después de haberla recibido en la Puerta Mariana con un cambio de sexo y de nombre (“presidente Kabala, bienvenida”) López Obrador se ofreció para darle, fuera de agenda, una visita guiada por los murales de Diego Rivera en las escaleras principales del Palacio y aprovechó para regalarle un presente beisbolero a la vicepresidenta de Estados Unidos, que correspondió el gesto con otro presente también de beisbol que le entregó a su anfitrión mexicano. No nos dan detalles de qué presentes se trataba, pero sí de los equipos a los que aludían ambos presentes, el de López Obrador a sus amados Dodgers, y el de Kamala a los Athletics de Oakland… Por cierto que la visita de Kamala sirvió, además de la firma de un importante Memorándum con compromisos puntuales sobre migración, seguridad y cooperación económica —incluidos 130 millones de dólares que Washington mandará a México en los próximos 3 años—, para que se pudiera ver, después de varios meses de ausencia, al embajador mexicanos en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, quien fue parte de la comitiva que recibió a la señora Harris y también parte del equipo de 7 colaboradores que acompañaron al presidente en la reunión privada. Desde que se fue a Washington, en febrero pasado, el embajador Moctezuma no se ha dejado ver ni en actividades allá en Estados Unidos ni en contacto con los medios mexicanos. El bajo perfil que ha manejado es extraño para el representante diplomático en la embajada más importante que tiene México y solo se explica porque el extitular de la SEP haya llegado a la sede de la embajada a aprender primero sobre sus nuevas funciones. Sería deseable que, si ya aprendió, don Esteban se vuelva más visible por la importancia de la embajada que ocupa… Se lanzan los dados. Escalera y subimos.
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Después de las elecciones/Alejandro Hope
EL UNIVERSAL, 9/06/2021;
El domingo, nadie ganó todo y nadie perdió todo. Cada una de las fuerzas políticas puede presumir algunos triunfos y restregar a los rivales algunas derrotas. En términos agregados, hay una suerte de empate.
En un escenario de ese tipo, es difícil suponer que vendrá un cambio significativo en las políticas públicas seguidas por la actual administración federal. Sin embargo, tal vez se hayan abierto resquicios para impulsar algunas ideas distintas. En materia de seguridad y justicia, se me ocurren las siguientes:
1. Revisar los fondos de aportaciones y subsidios en materia de seguridad. Considerando que Morena y sus aliados ganaron un número importante de gobiernos estatales y municipales, tal vez exista una mayor disposición del gobierno federal para revisar la distribución de recursos entre niveles de gobierno. Esto pudiera incluir una ampliación del Fondo de Aportaciones para Seguridad Pública (FASP), el restablecimiento del Fortaseg o algún fondo similar para municipios, y la modificación de las reglas del Fortamun para incrementar el porcentaje de ese fondo dedicado obligatoriamente a gasto de seguridad.
2. Promover una reforma al impuesto predial y al impuesto sobre nómina, como mecanismos de financiamiento estable y suficiente para las policías estatales y municipales. Dados los nuevos equilibrios regionales, medidas de este género podrían encontrar un respaldo más amplio que en el pasado inmediato.
3. Impulsar la adopción amplia del llamado Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica (MNPJC), particularmente en lo referente a incrementar el rol de las policías municipales en tareas de investigación y recepción de denuncias. El MNPJC es una codificación de buenas prácticas adoptadas por gobiernos municipales de todos los signos partidistas. Los documentos que lo describen fueron elaborados y aprobados en la actual administración federal, pero tiene una fuerte identificación con organizaciones de sociedad civil. Podría ser una plataforma común para una reforma policial amplia.
4. Forjar un compromiso de todos los partidos para no ampliar el periodo de participación directa de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. En el artículo 5to transitorio del decreto de reforma constitucional que dio origen a la GN, se estableció que “durante los cinco años siguientes a la entrada en vigor del presente Decreto, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, el Presidente de la República podrá disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”. Ese plazo vence en el transcurso de la próxima legislatura (el 22 de marzo de 2024, para ser preciso): tiene que haber un compromiso firme de no extenderlo. A la par, se debería de promover un proceso legislativo para normar desde el Congreso esa facultad, sobre todo si la Suprema Corte de Justicia de la Nación declara inconstitucional el decreto presidencial emitido hace un año para regular los contenidos de ese artículo transitorio.
5. Establecer un consejo nacional de evaluación de las políticas de seguridad y justicia, a la manera del Coneval, para gradualmente establecer una base de conocimiento y evidencia en el sector. De arranque, se podría establecer en el propio Congreso de la Unión como un órgano técnico legislativo.
Nada de esto es sencillo y todo se va a topar con la implacable necedad de Palacio Nacional. Pero conforme se acerque el final del sexenio y se vaya debilitando el liderazgo presidencial, estos resquicios para acuerdos tal vez se amplíen. Y si no, al menos se pueden ir construyendo las bases para otra política a partir de 2024.
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Estrictamente Personal/
Un poco de dignidad, por favor/Raymundo Riva Palacio
El Financiero junio 09, 2021 ;
La versión oficial mexicana del encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, no podía ser más grandilocuente. Fue un “gran día” para la relación bilateral, escribió en su cuenta de Twitter el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien resaltó como uno de los grandes momentos de ello el que el Presidente le mostrara los murales de Diego Rivera en Palacio Nacional. ¿En serio? Sobre la sustancia, agregó, se abordaron la economía y el diálogo de alto nivel, la cooperación para la seguridad, y el desarrollo en el sur de México y América Central. “Fue un encuentro muy exitoso”, declaró. La pregunta es para quién fue exitoso. Y el reclamo es hasta cuándo seguiremos bailando con la música y el ritmo que nos imponen desde Washington.
Las fanfarrias suenan a burla para los mexicanos. Lo que informó Ebrard no abarca el fondo de la agenda de México ni tampoco ayuda a reducir la asimetría en la relación bilateral. Está claro en su mensaje en las redes sociales, donde parecería que se abordaron diversos temas, cuando en realidad se trató uno solo, el de la migración centroamericana, que es lo que le interesa prioritariamente al presidente Joe Biden, porque es el problema que no ha podido resolver, pese a sus promesas de campaña. La migración se inserta en la polarización en Estados Unidos, y fue el de mayor atención pública y desgaste en los dos primeros meses de su gobierno. Hoy en día 6.5 de cada 10 estadounidenses reprueban su manejo en el tema.
La visita de Harris a México y a Guatemala se inscribe en este contexto y en las renovadas críticas, de este lunes, contra ella y el presidente de los propios demócratas y de activistas a favor de la migración, tras las declaraciones de la vicepresidenta a los migrantes guatemaltecos de que no viajaran a Estados Unidos. El discurso de Harris en Guatemala fue antagónico al que trajo a México, donde declaró “creer firmemente que estamos entrando en una nueva era” de la relación bilateral. La nueva etapa, sin embargo, establece una línea de acción unilateral.
Esta renovada dinámica de la imposición comenzó desde que se plantearon los temas de la discusión y el formato. López Obrador y Harris hablaron privadamente durante 30 minutos, antes de integrarse a una reunión del grupo de alto nivel que duró aproximadamente una hora. Después, lo que guardó en secrecía Ebrard, nos cayó de sorpresa en un comunicado de la vicepresidenta que nos informó lo que iba a suceder en Palacio Nacional: antes que nada, lo único concreto de la visita, la firma de un memorando de entendimiento entre los dos países para explorar las formas de desarrollo económico en Guatemala, El Salvador y Honduras.
Excluido de ese memorando están las propuestas de López Obrador de incluir en ese contexto el programa Sembrando Vida. Totalmente fuera de la discusión, se lo dijeron previamente a Ebrard, cualquier iniciativa de ampliar las visas agrícolas para trabajadores centroamericanos y mucho menos aún redefinir un camino para que alcancen la ciudadanía. Lo que pretende Estados Unidos es sumar a México a que aporte recursos directos para el desarrollo centroamericano, lo que está fuera del radar e interés de López Obrador.
El canciller esconde una realidad que no puede ocultarse. En la víspera de que llegara Harris a México, su vocera Symone Sanders dijo que la vicepresidenta utilizaría la reunión bilateral “para construir” sobre lo que avanzó de su primera plática virtual con López Obrador, donde discutieron las prioridades de desarrollo económico en la región centroamericana, así como la cooperación en materia de seguridad, para reducir la migración irregular del llamado Triángulo del Norte. Nada en dos sentidos. Todo en uno solo, como el fortalecimiento de la vigilancia migratoria en la frontera sur mexicana, la cooperación en materia de seguridad y atacar con recursos las raíces de fondo de los fenómenos.
En esa reunión virtual, Harris también expresó la preocupación de su gobierno por la violencia en la frontera norte, y la incertidumbre por el cambio de reglas en materia de inversión privada. No se sabe aún si retomó esos puntos o, como sugirió el Departamento de Estado recientemente a Ebrard, la petición –con un tono más de reclamo– de tener la actualización de las investigaciones contra ferroviarias de ese país aparentemente por afectar la competencia del mercado.
Estados Unidos y México están hablando en dos frecuencias diferentes, donde la que usa Washington silencia la de Palacio Nacional. Un botón de muestra: López Obrador anticipó que no plantearía a Harris la cancelación del financiamiento para Mexicanos contra la Corrupción y esperaría la respuesta a una queja en el Departamento de Estado, que llegó en otros términos. El Departamento de Estado le comunicó a Ebrard su molestia con las declaraciones del Presidente, y Biden firmó un memorando de seguridad nacional para que su gobierno analice cómo atacar la corrupción en el mundo, respaldando a organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
López Obrador comentó en privado que era la mayor descalificación que había hecho Estados Unidos sobre la política interna mexicana. Pero ni aun así Ebrard pudo abrir un espacio para que se pudiera discutir este tema, si no al nivel presidencial, sí en las reuniones de alto nivel. Los estadounidenses no están en la disposición de escuchar lo que tenga que decir México en defensa de los intereses del Presidente. Sólo están abiertos a profundizar en aquellos asuntos de interés prioritario para Biden, que en el caso de la visita de Harris a México, según funcionarios de la Casa Blanca, se enfocan a los esfuerzos en México y el Triángulo del Norte para frenar la inmigración.
Vaya “gran día” de esta “nueva era” en la relación bilateral, que al final del día seguirá imponiendo Washington sus énfasis hasta que se les ponga un alto, no con palabras estruendosas, sino con diplomacia silenciosa.
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Con los resultados del domingo, ¡hay tiro para 2024!/Enrique Quintana
El Financiero,
Imagine por un momento que, en las elecciones del domingo, en lugar de diputados federales se hubiera elegido presidente de la República.
Imagine también que cada una de las dos grandes alianzas que se conformaron hubieran respaldado a un solo candidato cada una de ellas.
La que encabeza Morena hubiera sido la ganadora, con 42.6 por ciento de los votos; pero la de la otra alianza (PAN-PRI-PRD) hubiera obtenido 39.8 por ciento de los sufragios, solo 2.8 puntos porcentuales menos.
Pero, ahora considere que la alianza opositora hubiera integrado también a Movimiento Ciudadano (MC), que obtuvo 7 por ciento de los sufragios. En ese caso, la alianza opositora hubiera ganado la elección con 46.8 por ciento de los sufragios, 4.2 puntos por arriba que Morena y sus aliados.
Estas cifras, construidas con los resultados del PREP a nivel federal, muestran dos cosas.
La primera es que, si se perfilaran alianzas para respaldar a candidatos presidenciales, habría una competencia cerrada.
A diferencia de lo que sucedía en las elecciones anteriores, no hay una ventaja visible de ninguna fuerza política, si se mantiene la alianza opositora.
Lo segundo que aparece sobre la mesa es que la importancia de Movimiento Ciudadano va a crecer en el caso de que este partido decida respaldar a un candidato presidencial en alguna alianza.
Por las cifras de hoy, si decidiera alinearse con la 4T, le podría dar una ventaja decisiva. Si, por el contrario, se sumara a los opositores, podría ser determinante para el resultado.
Es temprano desde luego, pero las cifras observadas muestran un panorama político-electoral mucho más parejo para los siguientes años.
Ayer, se reafirmó que la alianza entre PRI-PAN-PRD se convertirá en una alianza legislativa.
Pero, igualmente, el presidente López Obrador señaló en la conferencia mañanera que la 4T buscará el respaldo del PRI o de otros partidos para obtener la mayoría constitucional en la Cámara de Diputados.
Los siguientes meses van a ser un tiempo de negociaciones intensas.
Los resultados electorales deberán verse con lupa para entender el mensaje de los electores y lo que éste representa para el futuro del país.
Un hecho que debe destacarse es lo que refleja la encuesta de salida de El Financiero.
En 2018, el 45 por ciento de los entrevistados se declararon apartidistas. Y de ellos, 48 por ciento votaron por López Obrador. Es decir, los ciudadanos sin identificación partidista le dieron casi 22 puntos a López Obrador.
En las elecciones del domingo pasado, 48 por ciento se declaró apartidista, y solo 37 por ciento de este grupo votó por Morena y sus aliados. Es decir, le dieron a esta alianza 18 puntos porcentuales de su votación total, 4 menos que en 2018, puntos que podrían ser críticos en una competencia cerrada.
En el caso de la otra alianza (PRI-PAN-PRD), aproximadamente 21 puntos de los casi 40 que obtuvieron provinieron de ciudadanos sin identificación partidista.
La 4T perdió apoyo entre ciudadanos que no tienen partido, aunque quienes respaldan a Morena son de los más fieles a cualquier partido.
Un tema adicional que debe ponerse sobre la mesa es que Morena será puesto a prueba en los gobiernos estatales.
Al haber ganado (muy probablemente) 11 entidades y tener por primera vez un gobernador o gobernadora morenista en 10 de ellas, el desempeño que tengan será determinante para 2024.
Una gestión deficiente de los gobiernos que encabezan le puede costar mucho a Morena y perder respaldo en un plazo de tres años.
Si realizan gobiernos eficaces y honestos, pueden darle puntos cruciales a Morena y sus aliados para 2024.
Como lo dijimos para esta elección, podemos anticipar que ¡hay tiro para 2024!