Donald Kerr, el segundo funcionario más importante de la inteligencia de EE UU - y que por cierto, recientemente estuvo en México-, admitió qque "en la comunidad de inteligencia no estamos ganando los corazones y las mentes. Ni siquiera lo estamos intentando. Y eso es lo que más me preocupa".
Kerr intenta restablecer la confianza pública en una comunidad de inteligencia mancillada por sus propias acciones y por denuncias de fechorías cometidas en secreto.
Kerr intenta restablecer la confianza pública en una comunidad de inteligencia mancillada por sus propias acciones y por denuncias de fechorías cometidas en secreto.
Y es que durante los últimos años, las agencias de inteligencia norteamericanas han ofrecido bastantes elementos para que se escriban historias negativas. Por ejemplo, El "waterboarding" (submarino) es tal vez el más prominente. Se trata de una técnica de interrogatorio que consiste en cubrir el rostro de un detenido con una tela, y arrojarle agua encima para que tenga la sensación de que se está ahogando. La técnica es conocida desde hace varios siglos, y la hizo famosa la Inquisición española.
También se practican el espionaje electrónico sin autorización de jueces, el envío de detenidos a países donde se tortura y la destrucción de videograbaciones de interrogatorios, a los cuales se suman enormes fracasos de espionaje, como la aseveración de que Saddam Hussein había almacenado arsenales de armas de destrucción masiva. Una vez invadido Irak, en marzo de 2003, se comprobó que esas denuncias eran falsas.
Kerr dijo que "hemos permitido a nuestros detractores formular el debate nacional para que nos consideren unos villanos". Por lo tanto, es necesario "ser honestos y abiertos , pero sin revelar fuentes y métodos".
En el curso de una cena la semana pasada patrocinada por la Alianza de Inteligencia y de Seguridad Nacional, Kerr señaló que un secreto excesivo era conveniente cuando se organizaron agencias de inteligencia en Estados Unidos hace 60 años. Pero que ahora, ese excesivo secreto resulta inconveniente.
También se practican el espionaje electrónico sin autorización de jueces, el envío de detenidos a países donde se tortura y la destrucción de videograbaciones de interrogatorios, a los cuales se suman enormes fracasos de espionaje, como la aseveración de que Saddam Hussein había almacenado arsenales de armas de destrucción masiva. Una vez invadido Irak, en marzo de 2003, se comprobó que esas denuncias eran falsas.
Kerr dijo que "hemos permitido a nuestros detractores formular el debate nacional para que nos consideren unos villanos". Por lo tanto, es necesario "ser honestos y abiertos , pero sin revelar fuentes y métodos".
En el curso de una cena la semana pasada patrocinada por la Alianza de Inteligencia y de Seguridad Nacional, Kerr señaló que un secreto excesivo era conveniente cuando se organizaron agencias de inteligencia en Estados Unidos hace 60 años. Pero que ahora, ese excesivo secreto resulta inconveniente.
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