23 feb 2008

La globalización de la ética

La globalización de la ética/Hans Küng, presidente de la Fundación por una Ética Global y profesor emérito de Teología Ecuménica de la Universidad de Tubinga
Traducción: Kena Nequiz
Publicado en LA VANGUARDIA, 26/12/2007;
Muchos europeos dudan de que Asia pueda alcanzar a Europa en términos de integración regional. Sin embargo, Asia no sólo tiene el tipo de cimientos éticos comunes estables que fueron tan importantes para la integración europea, sino que también tiene un muy desarrollado conjunto de principios morales, algunos de los cuales ya eran parte integrante de la cultura asiática mucho antes de que en Europa se adoptaran principios similares. En efecto, estos principios asiáticos pueden servir como parte de una surgiente ética global común.
Por supuesto, Asia no tiene todavía un núcleo cultural cohesivo comparable al de Europa, que se basa en la tradición judeocristiana y la Ilustración.
Pero los europeos no deben ser demasiado arrogantes porque, en años recientes, esa cultura común europea ha demostrado ser frágil, particularmente a la luz de la estrategia de divide y vencerás con la que la Administración Bush enfrentó a la “Europa vieja” con la “Europa nueva”. Y, así como los inhumanos ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 dañaron seriamente la credibilidad del islam a ojos de muchas personas, la invasión de Iraq, que se basó en mentiras, ha dañado tanto a la cristiandad como al conjunto de los valores occidentales.
Si bien Asia parece no tener el núcleo cultural de Europa, existen constantes éticas nucleares que han gobernado durante mucho tiempo a las sociedades asiáticas y que indican raíces éticas comunes. En efecto, en cierto sentido, Asia tiene más experiencia en relaciones interculturales que Europa. Ya desde el siglo III a. C., el budismo se extendió pacíficamente desde India hasta Sri Lanka y una gran parte del Sudeste Asiático. En el siglo I d. C., siguió avanzando a lo largo de la ruta de la seda hacia Asia Central y China, y finalmente llegó a Corea y Japón siglos después.
Japón, homogéneo étnicamente, es un ejemplo de cómo tres religiones -el sintoísmo, el confucionismo y el budismo- pueden coexistir pacíficamente y, en muchos casos, mezclarse. Incluso el islam - que se extendió principalmente tras las conquistas militares en Medio Oriente, India y el norte de África- llegó de forma más bien pacífica al Sudeste Asiático, de la mano de mercaderes, eruditos y místicos.
Además, ya desde el siglo V a. C. había un humanismo históricamente importante y étnicamente orientado en China. El concepto de ren, que corresponde a nuestro humanum, es un término central en la tradición china. De manera similar, Confucio fue el primero en formular la regla de oro de la reciprocidad: “No le impongas a otros lo que no elegirías tú mismo”. A través de la expansión de los caracteres chinos, el concepto del ren y la regla de oro se extendieron a lo largo de la enorme área de influencia china que abarca desde Asia Central hasta Taiwán y desde Corea hasta Singapur.
Esta regla de oro, sin embargo, también aparece en la tradición india. En el jainismo se le enuncia así: “Un hombre debe tratar a todas las criaturas como le gustaría que lo trataran a él mismo”. En el budismo: “Un estado que no me resulta placentero o agradable tampoco lo ha de ser para él.
¿Cómo podría yo imponerle a otro un estado que no me resulta placentero o agradable?”. En el hinduismo: “No debemos comportarnos hacia otros en una forma que nos resulte desagradable. Esta es la esencia de la moralidad”.
Por supuesto, esta regla de oro también puede encontrarse en las religiones abrahámicas. El rabino Hillel (60 a. C.) dijo: “No debes hacer a las personas lo que a ti te es doloroso”.
Jesús lo dijo de manera positiva: “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. El islam también tiene un concepto similar: “Ninguno de ustedes es creyente hasta que desee para su hermano lo que desea para sí mismo”. Además, esas coincidencias van más allá del principio de humanidad y de la regla de oro de la reciprocidad.
Patanjali, el fundador del yoga, estableció cuatro reglas éticas concretas en el canon budista que también aparecen en la tradición china y, por supuesto, en las tres religiones proféticas: “No mates”, “no robes”, “no des falso testimonio” y “no abuses de la sexualidad”.
Estas reglas éticas transculturales forman elementos estructurales de una ética humana común, como sea que la llamemos, y hacen que la idea de un antagonismo profundo entre valores asiáticos y occidentales sea casi irrelevante. Si Asia se concentra en su núcleo ético transcultural, se puede desarrollar un espíritu de unidad totalmente nuevo que utilice el poder suave en lugar de la fuerza militar y que no tenga enemigos sino únicamente socios y competidores. De esta forma, Asia podría alcanzar a Occidente en términos de su integración cultural, contribuyendo al mismo tiempo al establecimiento de un nuevo orden mundial realmente pacífico.
Este proyecto difiere del movimiento occidental de derechos humanos, que se basa en el pensamiento del derecho natural. La cuestión más bien es integrar los valores, normas y actitudes de las tradiciones éticoreligiosas que, aunque aparecen en cada cultura de forma específica, son comunes a todas y que también pueden recibir el apoyo de las personas que no son religiosas

Dios es peligroso

Dios es peligroso/Ulrich Beck, profesor de Sociología de la Universidad de Múnich.
Traducción de Martí Sampons
Publicado en EL PAÍS, 12/01/2008;
La tentación totalitaria es inherente al humanitarismo de la religión. Del universalismo de la religión nace la fraternidad entre clases sociales y naciones, pero también el odio. Dios puede civilizar a los hombres e igualmente convertirlos en bárbaros. Ahí van cuatro tesis para ilustrarlo.
Primera tesis: la religión instaura la fe como distintivo absoluto. A su lado, todas las desigualdades y diferencias sociales son moderadas y de poca importancia. El Nuevo Testamento dice: “Todos somos iguales ante Dios”. Esta igualdad, esta supresión de las fronteras que dividen a los hombres, a los grupos, a las sociedades y a las culturas es lo que sustenta socialmente las religiones cristianas. Sin embargo, la consecuencia de ello es que con la misma radicalidad con la que se suprimen las diferencias sociales y políticas, se establece una nueva distinción fundamental y una nueva jerarquía en el mundo: entre los creyentes y los no creyentes. Con ello, se priva generalmente a los no creyentes de la categoría de personas. Las religiones pueden construir puentes entre las personas allí donde existen jerarquías y fronteras, pero cavan a la vez nuevos abismos allí donde antes no existían.
El universalismo humanitario de las personas creyentes descansa en la identificación con Dios y en la satanización de quienes se oponen a él, que son los “siervos de Satán”, según Pablo y Lutero. La violencia religiosa tiene su origen en el universalismo de la igualdad entre los creyentes, que priva a los no creyentes o a los que tienen otras creencias, de aquello que se les promete a ellos: dignidad e igualdad.
Los dioses monoteístas y sus verdades eternas establecen categorías merecedoras de condena: “hereje”, “pagano”, “supersticioso”, “idólatra”, etcétera. El “mal”, a favor del cual están los “hijos de las tinieblas”, hace referencia a acciones y pensamientos que van más allá de lo imaginable, más allá de lo justificable, más allá de aquello que puede ser defendido. Esta preocupación se está extendiendo: la amenaza de una nueva era oscurantista es la otra cara del fracaso de la secularización. La historia del colonialismo es un ejemplo indiscutible de crímenes y atrocidades inimaginables cometidos y “legitimados” en nombre de la categoría del infiel para tratar de salvarle el alma.
Segunda tesis: la simple pregunta sobre qué es la religión ya tiene un sesgo eurocentrista. La religión es entendida como sustantivo. Se puede solamente creer en ella o no creer y si uno pertenece a una comunidad religiosa no puede formar parte de otra. En este sentido es razonable y necesario establecer una diferencia entre la “religión” y “lo religioso”, entre la religión como sustantivo y la religión como adjetivo. El sustantivo “religión” ordena el terreno religioso según la lógica del “esto o aquello”. En cambio, el adjetivo “religioso” lo hace según la lógica del “esto como aquello”. Ser religioso no descansa en la afiliación a un grupo u organización. Define más bien una orientación concreta respecto a cuestiones existenciales.
Con ello se plantea la siguiente pregunta: en principio, el dualismo del amor y del odio es válido para la “religión”, ¿pero lo es para lo “religioso”? Este dualismo monoteísta y portador de violencia, ¿no puede relativizarse, evitarse o ser desactivado mediante el sincretismo de la tolerancia?
El sujeto autónomo que crea su “propio” dios es la autoridad máxima de la fe renacida. Lo que esto pone de manifiesto no es precisamente el fin de la religión sino el resurgir de un desorden religioso de nuevo cuño y subjetivo que traspasa todas las fronteras religiosas, y que encaja cada vez menos en los andamios dogmáticos de las religiones institucionales. La unidad entre la religión y lo religioso se ha quebrado. En efecto, la religión y lo religioso han entrado en pugna.
En las sociedades occidentales, que han convertido en un principio la autonomía del individuo, las personas cada vez construyen con más independencia pequeños relatos de un “dios personal” que adaptan a la “propia” vida y a la “propia” experiencia. Pero este “dios personal” no es el dios monoteísta que ofrece la salvación mientras se apodera de la historia y consiente la intolerancia y la violencia. ¿Estamos viviendo una transformación del monoteísmo de la religión al politeísmo de lo religioso bajo el signo del “dios personal”?
En Japón podemos observar como esta tolerancia del sincretismo se extiende no sólo en el terreno oculto de la religiosidad difusa, sino que se practica con gran naturalidad en el ámbito de las formas institucionales. Las personas no tienen ningún problema en visitar un altar sintoísta en determinadas épocas del año, casarse según la ceremonia cristiana o ser enterrados por un monje budista. (Hans KÜNG dice que en Japón es un ejemplo de cómo tres religiones - el sintoísmo, el confucionismo y el budismo- pueden coexistir pacíficamente y, en muchos casos, mezclarse).
El sociólogo de la religión Peter L. Berger cita al filósofo japonés Nakamura, quien expresa perfectamente esta idea: “Occidente es responsable de dos errores fundamentales. Uno es el monoteísmo: sólo existe un Dios. Y el otro es el principio de contradicción de Aristóteles, según el cual algo no puede ser a la vez A y no A. Cualquier persona inteligente en Asia sabe que existen muchos dioses y que las cosas pueden ser a la vez A y no A”.
Tercera tesis: si las religiones siempre han ido superando fronteras territoriales y nacionales aparentemente infranqueables, y cavando nuevos abismos entre los creyentes y los no creyentes, ¿cuál es entonces la novedad? El acercamiento a nivel global que resulta del entramado de las tecnologías de la comunicación conduce a que las grandes religiones entren en contacto y se mezclen, pero también a un choque de universalismos, a disputas eternas sobre las verdades reveladas así como sobre los modos que tienen unos y otros de satanizar a los demás. El choque de universalismos significa lo siguiente: estar obligado a justificarse y a reflexionar tanto en la vida íntima como en los debates públicos, allí donde antes dominaba la absoluta certeza. Rechazar estas obligaciones básicas, esto es tratar de reinstaurar con todos los medios las verdades cuestionadas de la religión, es el cometido primordial de los movimientos fundamentalistas de todas las religiones del mundo. Aquí se perfila una nueva línea de conflicto tal vez de extraordinaria importancia para el futuro, a saber entre aquellas corrientes religiosas que otorgan un espacio a la duda y aquellas otras que, para defenderse de la duda, se escudan en la “pureza” ficticia de la fe.
En su lucha contra la “dictadura del relativismo”, el papa Benedicto XVI defiende la jerarquía católica de la verdad, que sigue una lógica parecida a la de un juego de cartas. La fe gana a la razón. La fe cristiana supera a las demás creencias (en concreto al islam). La fe católico romana es la sota de tréboles, que gana a las otras cartas de la fe cristiana. Y el Papa echa el triunfo más alto en el juego de la verdad de la ortodoxia católica.
Cuarta tesis: presuponiendo que sea falso el ideal de la secularización, según el cual más modernidad significa menos religión, cabe plantearse con renovada urgencia la pregunta sobre la convivencia civilizada entre las grandes religiones: ¿Será posible un modelo de tolerancia interreligiosa en el que el amor a unos no implique odio a otros? Eso es, un modelo de tolerancia cuya meta no sea la verdad sino la paz.
Mahatma Gandhi hizo de su experiencia vital una política transformadora de repercusiones mundiales. Se trata de ser capaz de ver el mundo, incluso el propio universo religioso, a través de los ojos del otro. Siendo joven, Ghandi fue a Inglaterra a estudiar Derecho. Este “rodeo” por un importante país del Occidente cristiano no lo alejó del hinduismo, sino que su comprensión y su adhesión al mismo se hicieron más profundos. Pues fue en Inglaterra, invitado por un amigo, donde Ghandi se inició en la lectura tan reveladora para él del Baghavad Gita, y en una traducción inglesa. Fue sólo más tarde cuando empezó a estudiar a fondo el texto hindú en sánscrito. Gracias a la mirada de su amigo occidental fue movido a descubrir la riqueza espiritual de la tradición hinduista.
Hoy es decisiva para la supervivencia de la humanidad la pregunta sobre si se puede sustituir la verdad por la paz.

Musharraf

A Milestone on the Road to Democracy/By Pervez Musharraf, the president of Pakitan
THE WASHINGTON POST, 22/02/08):
After months of turmoil, including the death of an important national figure, Benazir Bhutto, and the civil unrest that followed, Pakistan has successfully carried out a critical election — balloting that was a milestone in our nation’s 60-year history.
Pakistan’s transition to democracy is essential to achieving reconciliation among our people. The government worked tirelessly to ensure that Monday’s vote would be free, fair, transparent and peaceful. A broad range of new procedures were put in place — such as the public counting of ballots at each polling station — to make certain that this would be the fairest election ever held in Pakistan.
The historical significance of this election makes this the right moment for an honest discussion of the challenges and opportunities confronting both Pakistan and the United States, whose interest in a stable, democratic government in Islamabad is matched by that of the Pakistani people.
Our nation faces three main tasks: defeating terrorism and extremism; building a stable and effective democratic government; and creating a solid foundation for sustained economic growth. Because these goals are shared by the vast majority of Pakistanis, I am certain we can and will accomplish them, and I stand ready to work with the newly elected Parliament to achieve these objectives.
Do we still face challenges? Of course. Do great opportunities lie ahead? The answer is an emphatic yes. Our economy is strong — and growing stronger. Our armed forces are dedicated, professional and committed to maintaining both public order and the integrity of our political system. Most important, the overwhelming majority of our 160 million people are firmly committed to a moderate view of Islam and to the national prosperity that only modernization can bring.
On terrorism, let me be perfectly clear: Pakistan faces and fights this menace with full dedication. How could we not? Al-Qaeda and its affiliates have declared war on the civilized world, and the moderate government and people of Pakistan are prime targets. Some have questioned our commitment to the fight against extremism. In fact, more than 1,000 Pakistani troops have lost their lives fighting al-Qaeda and Taliban forces over the past four years, and 112,000 troops are fully engaged in the regions along our border with Afghanistan. We will continue to work closely with our longtime American allies in our common struggle to rid Pakistan and the world of militant extremism.
But as the U.S. experience in Iraq has shown, military force alone is not sufficient. A successful counterinsurgency requires a multi-pronged approach — military, political and economic. Our political strategy emphasizes separating terrorists from those citizens living in the regions bordering Afghanistan. Our economic strategy is bringing education, economic opportunity and the benefits of development to those same areas. As history has clearly taught us, when people see improvement in their daily lives and the lives of their children, they turn away from violence and toward peace and reconciliation.
But our success will require the continued support of the United States. I would ask Americans to remember that building democracy is difficult in the best of conditions; doing so in a complex country such as Pakistan — with its uneasy political history, with its centuries-old regional and feudal cleavages, and with violent extremists dedicated to the defeat of democracy — is even more challenging. As history has shown, a peaceful transition to democracy requires the leadership of government and the willingness of the population to embrace democratic ideals. The people of Pakistan on Monday demonstrated that willingness; now it is time for government leaders to work together and do our part.

El pasaporte de Mouriño

El Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró que Juan Camilo Mouriño Terrazo:
“En los sistemas con que cuenta el Instituto del periodo 1990 al 2007 - o sea en 17 años-, únicamente existen cinco registros, en el Sistema Integral de Operación Migratoria (SIOM) mismos que fueron turnados a la Coordinación de Regulación Migratoria”, escribió Rubén Caudillo Herrera, coordinador de Planeación e Investigación del INM en el oficio INM/CPI/098/2008.
El reportero Jorge Ramos de El Universal, solicito, con base en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública al INM la “búsqueda exhaustiva en sus archivos para saber si el ciudadano Juan Camilo Mouriño Terrazo ingresó al país con pasaporte español. Pido busquen desde el 1 de enero de 1990 al 31 de diciembre de 2007”, dice la nota.
El INM -después de consultarlo con el secretario de Gobernación, "si tenía alguna objeción que se hiciera pública (...) manifestando su consentimiento"- respondió en dos oficios, en el clasificado con el número DRAM/0326/2008, bajo la firma de Gustavo Mendoza Ávila, director del Registro Nacional de Extranjeros y Archivo Migratorio del INM, fechado el 11 de febrero de 2008, y señala que las cinco entradas de Mouriño desde el extranjero a México ocurrieron entre 2004 y 2007 con los pasaportes mexicanos 31000803 y 3100001.
“Por lo que se refiere a las entradas al país anteriores al 2004, se concluyó la búsqueda física documental del periodo 2002 al 2003 sin localizar antecedente alguno, por lo que no se cuenta con mayores datos”, precisa Mendoza Ávila.
En el oficio INM/CPI/098/2008, el INM informa que “en los sistemas con que cuenta el Instituto del periodo de 1990 al 2007, únicamente existen 5 registros en el SIOM mismos que fueron turnados a la Coordinación de Regulación Migratoria”.
El SIOM comenzó a operar desde diciembre de 2003, según consta en una versión estenográfica de un discurso del entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, el 28 de julio de 2004.
Fuente: nota de Jorge Ramos, El Universal, 23 de febrero de 2008;

El celibato de nuevo

"Tened siempre presente que el celibato sacerdotal es un don "que la Iglesia recibió y quiere guardar, convencida de que él es un bien para ella y para el mundo" (Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros, N. 57); Benedicto XVI, en Sao Paulo, 11/02/2007;
Crece la presión sobre el Papa para que revise el celibato de los curas
"No es exigencia teológica", dice el líder de la Conferencia Episcopal de Alemania
Nota de JUAN G. BEDOYA, EL PAIS - Madrid - 23/02/2008
Benedicto XVI desea que haya más vocaciones para que "la Iglesia pueda continuar con su misión evangelizadora", pero no explicó ayer, Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, cómo piensa lograrlo. Miles de parroquias no tienen sacerdote en España, o están regidas por curas llegados de otros países. Algunos están casados y tienen hijos. Si fueran españoles no podrían ejercer, aunque el obispado de Tenerife ordenó sacerdote el año pasado a un pastor anglicano converso, con mujer e hijos.
Es el eterno debate del celibato opcional del clero. Lo ha reabierto el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, el arzobispo Robert Zollitsch. Sustituye al cardenal Karl Lehmann, que llevaba en el cargo 20 años. Zollitsch apostó por "un catolicismo abierto", y apuntó dos caminos: un hipotético apoyo a las parejas de hecho homosexuales y "la eliminación del celibato obligatorio". El prelado subrayó lo ya sabido: que la relación entre el sacerdocio y el celibato no es necesaria desde el punto de vista teológico.
La del prelado alemán no ha sido la única voz esta semana en pro del celibato opcional. Los presbíteros de Brasil sugirieron esa alternativa en el documento final de su reunión anual, el martes pasado. También piden al Vaticano "orientaciones más seguras y definidas sobre el acompañamiento pastoral para las parejas de segunda unión", es decir, los católicos divorciados que se vuelven a casar. Los 430 delegados que participaron en el XII Encuentro Nacional de Presbíteros en el Estado de São Paulo representaban a 18,685 sacerdotes de 269 diócesis brasileñas.
Las dos reivindicaciones son contrarias a normas que la Iglesia católica se ha negado a discutir hasta ahora. Las resoluciones serán analizadas por el prefecto de la Congregación para el Clero, en el Vaticano, el cardenal Claudio Hummes, también brasileño y que ya admitió en diciembre de 2006 que "aunque el celibato forme parte de la historia y de la cultura católicas, la Iglesia puede reflexionar sobre esta cuestión, pues el celibato no es un dogma, sino una norma disciplinaria".
"Bienvenidas sean noticias como éstas. Especialmente, es para alegrarse a fondo de que un episcopado de la significación del alemán formule que la Iglesia debe avanzar confiadamente en un tema tan importante para la comunidad eclesial como el del celibato opcional y libre de los sacerdotes. Mayor es, además, nuestra alegría cuando la noticia viene a unirse a la voz de otros obispos, cardenales y comunidades que vienen pidiendo lo mismo desde hace años", dijo ayer el español Julio Pinillos.
Sacerdote casado, Pinillos fue también cura obrero y hoy se gana la vida como profesor. Aunque no oficialmente, continúa con una actividad pastoral en una barriada de Madrid.
En el mundo hay 80,000 sacerdotes casados (4,000 en España), bien organizados y en diálogo con muchas conferencias episcopales para avanzar hacia el celibato opcional, "siempre dentro de la fidelidad al Evangelio", subraya Pinillos, que ha sido dirigente durante años de ese movimiento.
Comentario:
A casi a tres años del del pontificado de Benedicto XVI- fue elegido el 19 de abril del 2005-, ha rechazado los llamados, incluyendo los de obispos de su Alemania natal, para permitir que los católicos divorciados que vuelven a casarse participen plenamente en la iglesia.Ha advertido a los políticos católicos que deben decidir en cuestiones como el aborto, la eutanasia y el matrimonio, y que los valores de la fe ''no son negociables''. Y ha cerrado las puertas a toda flexibilización del requisito del celibato sacerdotal; ni que pensar en uniones de sociedades de convivencia; su defensa por la ''familia tradicional'' ¡es a morir!
Según datos de la Congregación vaticana para el Clero, cada año unos mil sacerdotes abandonan el ministerio sacerdotal.
Mis datos son que existen alrededor de 100,000 curas católicos que, según fuentes religiosas, están casados (no 80 mil como dice la nota de Juan G. Bedoya); de esa cifra, unos 20,000 viven en EE UU, 10,00 en Italia y 6,000 en España.
Los sacerdotes católicos son unos 400,00, lo que supone, según las cifras de esas asociaciones, que el 25 por ciento no respeta la normativa difundida por la Santa Sede.
Hay que recordar que el celibato eclesiástico fue introducido por Gregorio VII hace 800 años.
No es casual que el tema lo aborde nuevamente la Iglesias alemana, ya hace 12 años, el movimiento “Nosotros Somos Iglesia”, realizó consultas populares con el fin de recabar opiniones sobre la democratización de la Iglesia y su adecuación a los nuevos tiempos; en aquék plebiscito, realizado por grupos laicales se pregunto a la ciudadania sobre propuestas de reformas como: la abolición del celibato, el sacerdocio para las mujeres, el uso de anticonceptivos y la participación en las decisiones de la Iglesia, entre otros temas. En suma un intento de los católicos de participar más en los asuntos de su fé.

Fuera de Agenda / Los lastres de Sinaloa

Retrato del general Mérida…, el que se fue!, se tardó  Columna de Juan Veledíaz El Sol de México,  5 DE DICIEMBRE DE 2024 Fuera de Agenda / ...