2 may 2008

Leonora Carrington

Leonora Carrington/Homero Aridjis
Publicado en Reforma, 29-Ago- y 12 de septiembre de 2004;
Una leyenda viva del surrealismo (I)
A Betty, en su cumpleaños.
Para mí, que tuve antes la experiencia de ver las obras de Leonora Carrington en las galerías y en los libros, visitarla en su casa de la colonia Roma es como visitar una leyenda viva del surrealismo. Aunque, también, es como visitar el mundo de los artistas europeos que vinieron a México durante la Segunda Guerra Mundial, escapando de los regímenes totalitarios. Para muchos de nosotros, activos en la cultura mexicana de la segunda mitad del siglo XX, Leonora Carrington forma parte de la tríada de pintoras surrealistas que realizaron su obra en México, junto con Frida Kahlo (nacida en Coyoacán en 1910), y Remedios Varo (nacida en Anglés, Gerona, en 1908). Si bien la colonia Roma, que la Carrington habita desde hace décadas, después del terremoto de 1985 se llenó de ejes viales, giros negros, tiendas de autoservicio, universidades y funerarias, y si la ciudad misma sufrió un crecimiento desmesurado, convirtiéndose en una de las megaciudades del orbe, ante esos cambios exteriores algo ha permanecido: la voluntad de la artista de mantenerse fiel a sí misma, fiel a sus principios artísticos, fiel a su arte. Pues, como ella dice: "Con los años también se van los sueños".
Leonora Carrington nació rebelde el 6 de abril de 1917 en Clayton Green, Lancashire, Inglaterra, y hasta el día de hoy aborrece lo burgués y la pomposidad de algunos escritores y artistas. En Leonora Carrington (Ediciones Era, 1974), ella misma evoca con irreverencia su llegada al mundo: "La única persona presente en mi nacimiento fue nuestro querido, fiel y viejo fox-terrier, Boozy, y un aparato de rayos X para esterilizar vacas. Mi madre se hallaba ausente a la sazón, tendiendo trampas a los langostinos que por aquellas épocas infestaban las altas cumbres de los Andes." En 1921, después de una enfermedad que la hizo delirar, empezó a escribir cuentos que ella misma ilustró. "Hice mi primera escultura cuando estaba jugando con lodo a los seis años", me dice ella.
En 1937, Leonora conoció en Londres al artista alemán Max Ernst. "Yo ya sabía quién era Max, porque mi madre, y esto es un detalle muy curioso, me había regalado el libro sobre el surrealismo de Herbert Read por Navidad. Y en este libro vi 'Deux enfants menacés par un rossignol', que me causó una enorme impresión", dijo Leonora en una entrevista que le dio a Paul De Angelis en 1985. El caso es que se fue con Ernst a París y luego a Saint-Martin d'Ardèche, al norte de Avignon. La granja abandonada que habitaban desde abril de 1938 pronto se convirtió en un bestiario artístico, al llenar ellos los muros exteriores con bajo relieves de criaturas sobrenaturales de aspecto medieval. Entonces su padre la repudió, ya que para él los artistas eran "o muertos de hambre u homosexuales, lo que para él era el mismo tipo de crimen", según confió Leonora a Marina Warner (Introducción a The House of Fear, 1988). "Era una época muy feliz de mi vida, hasta que estalló la guerra", recuerda ella.
"¿Por qué el arte fantástico está, ante todo y sobre todo, relacionado con los monstruos? (De ahí la frase famosa: el sueño de la razón produce monstruos.) ¿Por qué el arte fantástico está siempre ligado con la interpretación de los sueños y la demonología? ¿Es que la imaginación y la fantasía de Fra Angelico o del Tiziano no es comparable a la de Jerónimo Bosch? ¿Es que los dioses no son tan fantásticos como los demonios? Por lo visto no", en 1963 reflexionó Max Aub, el autor valenciano exiliado en México, en su ensayo sobre la muerte de Remedios Varo. Ciertamente, la tradición fantástica en el arte viene de lejos, y en el Oriente encontramos demonios y monstruos entre los chinos, los indios y los japoneses; en Occidente en Durero, Grunewald, Altdorfer, Bosch, Bruegel, Piranesi, Blake, Goya, Munch, Fussli, Moreau y Redon. Pero, "¿qué es un monstruo? ¿En comparación con qué o con quién?", pregunta Leonora Carrington.
De 1938 es el primer libro de Leonora, La casa del miedo, seguido por La dama oval (1939), con ilustraciones de Max Ernst, ya que Leonora Carrington es una de las pocas artistas que es también escritora y ha alternado el arte con la ficción. No sólo eso, ha sido una gran lectora de obras sobre los gnósticos, la mitología celta, el budismo tibetano, la cábala y las ciencias, y ha leído El libro de los muertos, el I Ching y Alicia en el país de las maravillas, entre novelas policíacas y de terror. "Más bien novelas policíacas", bromea ella, "yo quisiera tener un residente policíaco." Sus libros El séptimo caballo (1941), La trompeta acústica (1974) y La puerta de piedra (1978) han sido traducidos a varios idiomas y revelan una imaginación exuberante repleta de humor mágico, como la empleada en sus cuadros.
Cuando su relación con Max Ernst se interrumpe en 1939 y 1940, al ser internado Ernst primero por las autoridades francesas como un "enemigo foráneo" y luego por la Gestapo, Leonora viajó a España con dos amigos en un pequeño Fiat. "Me asfixiaban los muertos, su densa presencia en ese país lacerado. Me encontraba en gran estado de exaltación... convencida de que teníamos que llegar a Madrid lo más de prisa posible... En medio de la confusión política y un calor tórrido, tuve el convencimiento de que Madrid era el estómago del mundo y que yo había sido elegida para la empresa de devolver la salud a este órgano digestivo", escribió Leonora en En bas (Memorias de abajo, 1945), un testimonio intensamente poético digno del mejor Artaud. Sin embargo, al redactar la crónica de su paso por la locura, a Leonora, siempre honesta consigo misma, le preocupó caer en la ficción, pues en ella entreveraba autobiografía con fantasía.
Ya en España, al sufrir una crisis mental, explicada por ella misma como una "sicosis de guerra", su familia interviene para que sea internada en una clínica en Santander. En 1943, la artista recontó la historia en francés a su amiga Jeanne Megnen, cuyo registro resultó en En bas: "Empiezo, por tanto, en el momento en que se llevaron a Max por segunda vez a un campo de concentración, escoltado por un gendarme que portaba un fusil (mayo de 1940). Yo vivía en Saint-Martin d'Ardèche. Estuve llorando varias horas en el pueblo, luego volví a mi casa, donde me pasé veinticuatro horas provocándome vómitos con agua de azahar, interrumpidos por una pequeña siesta. Esperaba desviar mi sufrimiento con estos espasmos que me sacudían el estómago como terremotos. Ahora sé que éste no era sino uno de los aspectos de esos vómitos: había visto la injusticia de la sociedad, quería limpiarme yo misma primeramente, y luego ir más allá de su brutal ineptitud. Mi estómago era el lugar donde se asentaba la sociedad, pero también el punto por donde me unía a todos los elementos de la tierra. Era el espejo de la tierra, cuyo reflejo es tan real como la persona reflejada." Esta última referencia me recuerda su facultad de escribir con las dos manos y en el espejo, al revés. "Yo ahora estoy más loca que cuando estuve en la casa de locos", exagera ella con su habitual sentido de humor negro.
"¿Cómo decir el delirio sin perderse en el grito que debe decirlo? Los más grandes, Nerval, Artaud no han podido", escribió Jean Schuster en 1973, en la reedición de En bas, una obra que algunos analistas consideran un ejemplo de "diario surrealista". "¿Cómo ha podido Leonora Carrington sobrevivir a los delirios de la razón y a los acosos de las criaturas fantásticas de su mundo y otros mundos y mantenerse serena y seguir pintando?", me pregunto yo. "Yo soy una vieja dama que ha vivido mucho y ha cambiado -si mi vida vale algo yo soy el resultado del tiempo", escribió Leonora a los 56 años a su editor Henri Parisot. Sin embargo, a menudo ella ha dicho que no sabe si inventa el mundo que pinta o ese mundo la inventa a ella. "Probablemente lo último", me aclara ella.
En 1941, en Madrid rumbo a Portugal, en un té danzante reconoce a Renato Leduc, el periodista, diplomático y poeta mexicano, 19 años mayor que ella, que residía en Lisboa y que Pablo Picasso le había presentado años atrás en París. El padre de Leonora, principal accionista de la compañía Imperial Chemicals, había arreglado que su guardiana, una enfermera alemana nazi, la llevara a Portugal, desde donde, en un submarino, sería enviada a Sudáfrica para ser internada en un sanatorio. Una vez en Lisboa, Leonora se arregla para escapar de su captora y pide asilo en la Embajada de México.
"Un poco de destino venir a México", le digo. Y ella contesta: "Bueno, el destino era esa monstruosidad que era Hitler".
Homero Aridjis Leonora Carrington (II)
En 1941, "en territorio mexicano", como le dijo el embajador de México en Lisboa, Leonora Carrington se casó con el poeta Renato Leduc para poder salir de Portugal
. Meses después, junto con diplomáticos mexicanos y refugiados de varias nacionalidades atrapados por la guerra, partió en el barco Exeter hacia Nueva York. A su llegada a México, en 1942, obtuvo la nacionalidad mexicana y entró en contacto con el círculo de surrealistas e intelectuales refugiados en la capital del país, como Remedios Varo y Benjamín Péret, Kati y José Horna, Wolfgang Paalen y Alice Rahon.
Divorciada de Renato Leduc, Leonora se casó en 1946 con Emerico Weisz (Chiki), un fotógrafo húngaro que había salvado la vida caminando a pie desde Budapest a París antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Chiki me contó recientemente que Leonora "es la mujer con quien yo quería estar, porque ella era como es ahora, muy artística y muy auténtica. Entonces estaba casada con Renato Leduc y yo la conocí en la casa de Remedios Varo y Benjamín Péret, en la colonia San Rafael. A esta casa (en la colonia Roma) venimos cuando nació Pablo. Fue Péret quien nos encontró la casa y aquí nos quedamos. Nunca quise regresar a Hungría. La pasé muy mal. Era un lugar antisemita y como yo era judío me perseguían mucho. Mi madre vivía en un departamento de alquiler en un tercer piso, y como la ventana daba a la calle, vimos un día un desfile de jóvenes nazis cantando: 'Cuando el cuchillo esté chorreando sangre de judíos, serán buenos tiempos.' Después mataron a dos hermanos. Pero también a los primos y a casi toda la familia".
En la Ciudad de México, Leonora estableció una buena amistad con el cineasta Luis Buñuel, a quien había conocido en Nueva York y con quien compartía su pasión por el surrealismo. "Tenía muy buen sentido del humor negro", explica, aunque recuerda que el cineasta no llevaba a ningún lado a su esposa Jeanne, "Por tenerla encerrada". Sobre Octavio Paz, ella recuerda que al principio lo vio a menudo, pero en los últimos años muy poco. El poeta al hablar de "ironía" romántica y el "humor" surrealista, afirmó que "la plena libertad erótica se alía a la creencia en el amor único... Las heroínas románticas, hermosas y terribles como esa maravillosa Carolina de Gunderode reencarnan en mujeres como Leonora Carrington" (Octavio Paz, El arco y la lira, 1956). Tal vez la relación más fuerte fue con la pintora española Remedios Varo, a la que había conocido en París y quien huyendo de la España franquista se encontraba en México desde finales de 1941, gracias a la política generosa del presidente Lázaro Cárdenas hacia los refugiados españoles. En su amistad, Leonora y Varo hablaban de filosofía, religión, pintura y literatura, diseñaban trajes y sombreros para obras de teatro, cocinaban platos incomestibles con ingredientes extraños que encontraban en los mercados y se mandaban diariamente mensajes. Pero además de "compartir la sensación de que ambas estaban especialmente inspiradas por extrañas fuerzas internas, que habían sido elegidas para un viaje psíquico espacial", hubo influencias de forma y de fondo de parte de Leonora Carrington sobre Remedios Varo. "La relación de Varo con Leonora Carrington fue otra importante fuente para el temario de su obra. Se apropió abiertamente de imágenes y representaciones de su amiga inglesa, especialmente de su obra de mediados y finales de los años cuarenta, los años en que Varo estaba esencialmente dedicada a trabajos de tipo comercial" (Janet Kaplan, Viajes inesperados, El arte y la vida de Remedios Varo, 1988). Por ese tiempo, el poeta André Breton calificó a Leonora Carrington y Remedios Varo como "los más bellos haces de luz" de la pintura de la posguerra.
Desde su llegada a México, Chiki no abandonó ni una sola vez el país ni la ciudad. Y Leonora, salvo algunos viajes cortos, sólo ha salido por dos periodos largos. La primera fue en 1968, después de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, cuando su nombre apareció en la lista que la escritora Elena Garro entregó a las autoridades, y la segunda después del terremoto de 1985, cuyas cicatrices aún quedan en el edificio colapsado enfrente de su casa. "Cuando los perros rastreadores que se habían fletado por una agencia internacional para las labores de desescombro de supervivientes fueron desviados y vendidos como animales de compañía, Carrington sintió que no aguantaba más vivir en México", escribió la ensayista inglesa Marina Warner.
Por razones astrológicas, alquímicas y de temperamento (yo nací también un 6 de abril), desde que conozco a Leonora Carrington siempre he sentido que hay una afinidad con su persona y con su arte. Pero no fue hasta que tenía 20 años que me encontré con ella en casa del galerista Juan Martín. Aludí a ese encuentro en La tumba de Filidor (1961):
Leonora también se había sobresaltado:
-Sigue hablando, por favor y no
preguntes.
Y la voz de Martín:
-Seres como ustedes sólo los había
visto en París.
La perdí de vista durante décadas, aunque seguí viendo obras suyas aquí y allá, y en los últimos tiempos mi esposa Betty y yo la visitamos a menudo en su casa. La gran artista que es ha prevalecido a través del tiempo semejante a sí misma. Cuando se le visita, haciendo gala de su humor negro, pide: "Cuéntame chismes horribles de políticos." Pero cuando se le empiezan a contar, interrumpe: "No quiero oír más." Lo mismo sucede con las historias sobre animales, a los que ama genuinamente y cuya destrucción le aflige. "Hay muchos animales que me gustan", ha dicho. "El primero no es el ser humano; lo pongo en el lugar más bajo de mis preferencias. El ser humano es un ser terrible que asesina y me da mucha tristeza pensar que yo soy de esta especie, aunque el afecto real va con los humanos" ("Tiempo soñado", entrevista con Leonora Carrington, Emilio Payán y Saúl Villa, La Jornada, 15/diciembre/1996).
En 1963, Leonora Carrington pintó el extraordinario mural "El mundo mágico de los mayas" para el Museo Nacional de Antropología e Historia. En el texto que acompaña el libro, Laurette Sejourné señala: "Al rehusar toda anécdota, Leonora Carrington ha captado esta verdad esencial con una clarividencia propia de la magia, y la ha traducido con la precisión vigorosa de gran poeta." A propósito del mural, desaparecido desde que lo trasladaron a Tuxtla Gutiérrez y un gobernador chiapaneco quiso adjudicárselo, esperamos que ahora que se abra la sala etnográfica de los mayas de Chiapas en el Museo Nacional de Antropología podamos verlo de nuevo.
En la colección de arte moderno que Pierre y Maria-Gaetana Matisse donaron al Metropolitan Museum de Nueva York, entre las cien obras de artistas como Matisse, Balthus, Chagall, Giacometti, Miró, Magritte, etcétera, aparece en el sitio de honor el autorretrato de Leonora Carrington titulado "The Inn of the Dawn Horse" ("El Albergue del Caballo del Alba"), de 1936-1937. La identificación con el caballo no es extraña: la artista siempre ha sentido fascinación por ese animal, aunque cuando alguien le preguntó si creía en la reencarnación, respondió: "¿Quién me gustaría haber sido en mi vida pasada? No sé, quizás un animal... algo con alas... un murciélago".
"Mucho hay de juego en la última pintura de Leonora", escribió el filósofo Ramón Xirau en 1965. "Sólo hay que jugar según las reglas. Leonora Carrington sabe las reglas del juego, sabe incluso las reglas que conducen al borde del más difícil de los juegos: el que nos acerca al misterio." Y, diría yo, al juego de la imaginación y de los mitos, donde el ser se juega a sí mismo en el reino de lo fantástico.
Aunque Leonora Carrington suele decir que "La vejez está llena de miedos, miedo de morir, miedo de hacerse más viejo", a su edad siempre hay un lugar para lo fantástico y para el trabajo creativo, como las esculturas recientes que le encomendó Isaac Masri, entre ellas la obra maestra "Las Nagas".
Cuando hace poco Betty le preguntó adónde le gustaría ir, por ese anhelo del Norte que a veces no puede ocultar, Leonora contestó lacónicamente: "A Laponia."

Ackerman y Krauze

El Correo Ilustrado de La Jornada:
Ackerman emplaza a Krauze a un debate público (02/05/2008)
No satisfecho con su columna cada tercer día en El Correo Ilustrado, Krauze ahora se apresta a suplir las funciones de la dirección general al organizar
un debate entre Fernando Pliego, autor de El mito del fraude electoral, y un servidor en las páginas de La Jornada. El doctor Pliego y yo ya hemos debatido su texto públicamente, así que no tendría ningún problema en reditar el debate si Carmen Lira lo viera conveniente. En mi opinión el texto de Fernando únicamente confirma las dudas sobre el resultado de las últimas elecciones presidenciales.
Pero el asunto de fondo no es la evidente apertura de La Jornada al intercambio plural de ideas, sino las actitudes cerradas, elitistas e intolerantes de un grupo de intelectuales, quienes se escandalizan cada vez que los ciudadanos levantan la voz ante las injusticias cometidas por “las instituciones” del país. Últimamente Enrique Krauze y José Woldenberg se han convertido en figuras emblemáticas de este tipo de reflejos autoritarios. El diferendo es con ellos, no con el doctor Pliego.
Sugiero que cerremos este intercambio epistolar para pasar a otra etapa de la discusión. Emplazo a Enrique Krauze a debatir públicamente y en tiempo real sobre el estado actual de la democracia en México en alguno de “los medios a su alcance”, como muestra de su disposición a fomentar “la cultura de los debates”. ¿Tendrá Krauze el valor para defender sus ideas de viva voz en sus propios terrenos?
John M. Ackerman
De Enrique Krauze a John Ackerman (30/04/2008)
La respuesta de John Ackerman es esquizofrénica: celebra y lamenta mi presencia en El Correo Ilustrado. Contesto a sus dos encarnaciones:
Doctor John: A sugerencia mía, en Televisa se creó En opinión de... (donde aparecen Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis y Carlos Montemayor) y Diálogos por México, donde intervino Andrés Manuel López Obrador. En los medios que dirijo he promovido el debate plural. En el programa de México Nuevo Siglo sobre la historia del PRD (transmitido varias veces entre 2000 y 2006 en Canal 2) aparecieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Dolores Padierna, Amalia García, Marco Rascón, Carlos Ímaz, Jesús Ortega y el propio Andrés Manuel López Obrador. En Letras Libres dedicamos el número de noviembre de 2004 a promover específicamente la cultura de los debates y hemos armado varios, incluido el próximo en el mes de mayo: “Ideas para la izquierda”.
Mister Ackerman: Tras haberme cerrado la puerta por varios años, La Jornada me ha publicado ahora cartas cuyo propósito no ha sido “atiborrar” –como dice– El Correo Ilustrado, sino defenderme de las imprecisiones de usted y de las bajezas antisemitas de Jalife.
A ambos (John y Ackerman) les aseguro que, en los medios a mi alcance, seguiré promoviendo el debate. Y a mi vez les sugiero que en las páginas de La Jornada entablen ustedes dos un debate con Fernando Pliego Carrasco sobre el 2 de julio, tema que ambos (Ackerman y John) han convertido en su modus vivendi.
nrique Krauze
Krauze y la manipulación (29/04/2008)
Si Krauze realmente estuviera preocupado por la “manipulación histórica” dejaría de obsesionarse por las actividades de López Obrador y haría algo desde su posición como integrante de la junta de gobierno de Televisa para abrir espacios plurales para el debate público en radio y televisión. En lugar de atiborrar El Correo Ilustrado con sus misivas, ¿Por qué no abrir En la opinión de... a Alfredo Jalife-Rahme y ofrecer el noticiario de la noche a Carmen Aristegui? Cuando se trata de manipular conciencias, Televisa y Tv Azteca no tienen parangón. Celebro la apertura de La Jornada a estos debates y espero ansiosamente la invitación a formar parte del elenco de Tercer Grado del Canal 2.
John M. Ackerman
Denuncia Krauze manipulación histórica (29/04/2008)
El profesor Ackerman justifica “la solicitud de un recuento total de la votación”, que derivó en el secuestro de las principales avenidas de la ciudad de México en 2006, y “la toma de las tribunas” del Congreso en 2008, porque cree que son obra de “una ciudadanía valiente, movilizada y consciente”. Hoy sabemos, por confesión propia, que ambas acciones son obra de un solo hombre.
“El movimiento soy yo”, afirmó López Obrador con relación al secuestro de las tribunas legislativas. Nada más profundamente elitista que el movimiento de un solo individuo que utiliza a las masas (y a las masas intelectuales) para concretar sus fines, disfrazados ayer de la “defensa del voto” y hoy de “la defensa del petróleo”.
Manipulaciones históricas y visiones simplificadoras de la realidad han arrastrado al país a situaciones riesgosas, sin embargo, sus corifeos han decidido fingir que no se percatan de esa manipulación que, cínica o ingenuamente, llaman “democrática”.
Enrique Krauze

Arnaldo Córdova y Héctor Aguilar

Entre amigos:
Intercambio de misivas en El Correo Ilustrado de La Jornada
De Arnaldo Córdova a Héctor Aguilar Camín; 2/05/2008:
No estoy seguro de entender qué quiere decir Héctor Aguilar Camín cuando me revira que “el centro de un debate fértil sobre petróleo no es privatizar o no”. La cuestión es precisamente ésa, no porque lo propongamos nosotros, sino porque es el asunto que proponen las reformas de Calderón. Que polarice no le debería extrañar a mi amigo. Ya estamos polarizados, nos han polarizado.
No sé por qué Héctor no entiende lo que es “no privatizar”. Como lo dije en mi artículo, queda claro que privatizar es pasar del patrimonio público bienes que van a dar a manos de privados. No privatizar es no hacerlo. Tampoco por qué vuelve a plantear el asunto de los privados en su relación con Pemex. Le dije en mi artículo que hay muchísimas cosas que a Pemex le conviene más que se las hagan los privados, pero mediante contrato de servicios y pago acordado. Luego afirma que la clave no es si se debe contratar a privados, sino “dónde y cómo”. Obvio.
Por lo demás, estoy perfectamente de acuerdo con mi amigo en que uno de los mayores problemas de nuestra empresa nacional es la corrupción que la devora. Me pregunta si los contratos del sindicato con la empresa son públicos o privados. Hay un contrato colectivo de trabajo; lo demás no puede saberse y él debe entender el porqué.
Me queda claro que Héctor sabe perfectamente de qué se trata todo, pues me dice: hay “que hablar de ‘renacionalizar’, de ‘rexpropiar’ o ‘desprivatizar’ Pemex” (estas palabras suyas deberían decirle que ese asunto sí está en el centro); “hay que erradicar a los contratistas hijos de la corrupción y la opacidad”; se necesita hacer transparente a la empresa y dotarla de “un consejo de administración independiente” (aunque no sé qué entiende por eso), obligado a una permanente “rendición de cuentas al Congreso”, hay que informar del “destino de los excedentes petroleros”, rematando con que “lo primero que hay que garantizar es que Pemex sea una empresa transparente, verdaderamente pública”. A mi querido Héctor no podrá ocultársele que todos esos temas ya nos han polarizado y lo seguirán haciendo sin remedio.
Con mi afecto y mi amistad indeclinable.
Arnaldo Córdova
De Aguilar Camín a Arnaldo Córdova; 30/04/2008;
Tomo nota de las precisiones de Arnaldo Córdova sobre el significado jurídico de “privatizar” (La Jornada, 27/4/08). No puedo honrar su invitación a una discusión jurídica, pues carezco de calificaciones para ello.
Lo que puedo decir es que, en mi opinión, el centro de un debate fértil sobre Pemex y el petróleo no es privatizar o no. Entre otras cosas porque “privatizar” no es una palabra simple, como queda de manifiesto en el análisis del propio Arnaldo. Polariza el debate en bandos inconciliables. Esta palabra ambigua crea polos adversarios. Cada quien entiende con esa palabra lo que quiere entender.
Por mi parte, no entiendo muy bien lo que se dice con “no privatizar” cuando se habla de Pemex, una empresa cruzada de arriba abajo por contratistas y proveedores privados. (Por cierto: ¿los contratos del sindicato con la empresa, son públicos o privados?) En aras de la congruencia habría que hablar de “renacionalizar”, “rexpropiar” o “desprivatizar” Pemex.
¿Pero hay que desprivatizar Pemex? ¿Los contratistas y proveedores de Pemex son indeseables por el hecho de ser privados? ¿Hay que erradicarlos por ser privados? Mi opinión es que no. Si eso fuera posible, sería absurdo. Hay que erradicar a los contratistas hijos de la corrupción y de la opacidad, por ser caros y malos, y por colaborar no a la eficiencia sino a la ineficiencia de Pemex.
La pregunta clave para mí no es si debe haber o no contratos y proveedores privados en Pemex, sino dónde y cómo. La respuesta obvia es donde convenga para que Pemex sea la empresa eficiente que no es.
¿Cómo garantizar que “lo que convenga” no termine en la opacidad, la corrupción y la ineficiencia que caracterizan hoy a Pemex? Haciendo transparente a la empresa, con todos los mecanismos a la mano: un consejo de administración independiente, rendición de cuentas al Congreso, publicación en Internet de las operaciones de la empresa, el destino de los excedentes petroleros, etcétera.
La opacidad, la corrupción y la ineficiencia son los verdaderos enemigos de Pemex, no los contratos privados. Por eso, lo primero que hay que garantizar es que Pemex sea una empresa transparente, verdaderamente pública.
Éste es el tema central, en mi opinión. Ni el diagnóstico gubernamental ni su iniciativa de ley lo abordan con claridad. Ojalá el debate pueda llevarlo al centro del ruedo y, en su momento, al centro de la nueva ley.
Para Arnaldo, mi respeto y mi cariño.
Héctor Aguilar Camín

Versiones contradictorias Morett: El Comercio

Nota del periódico El Comercio de Quito, 2/04/2008;;
Morett dio versiones contradictoras de Reyes
El 11 de marzo, la mexicana Lucía Morett aseguró al fiscal general, Washington Pesántez, que no conoció al segundo de las FARC en el campamento. Días antes reconoció que sí lo vio.
Redacción Judicial.-
El video del primer testimonio de Lucía Morett tiene varios cortes de edición. Pero, en ellos se evidencia que la mexicana cambió sus versiones sobre Raúl Reyes, líder de las FARC .
La grabación fue presentada el miércoles pasado por el ministro de Defensa, Javier Ponce, en la Presidencia. El funcionario entregó el video que fue realizado por varios militares en Sucumbíos, luego de que Morett fue rescatada de la base, atacada por las tropas colombianas el 1 de marzo. El Ministro aseveró que esas cintas y otras evidencias llegaron “a la Unidad de Inteligencia de la Fuerza Terrestre, dirigida en ese momento por el coronel (Mario) Pazmiño, el 16 de abril de 2008”.
Pero, Pazmiño dejó la Unidad 14 días antes. El 2 de abril pasado fue relevado de su cargo, con el argumento de que no entregó información oportuna al Gobieron. Actualmente, se analiza su salida de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, Ponce sostuvo que antes de esa fecha no tuvieron acceso a la cinta. “No justifica en absoluto que ese material no haya sido entregado a las autoridades y que no se niega la posibilidad de que pudo haberse filtrado (…) hubo una retención premeditada de una pieza informativa para aclarar todo lo ocurrido en Angostura y aclarar la identidad y la naturaleza de la acción...”. No obstante, un extracto del mismo video fue difundido masivamente a los pocos días del bombardeo. El 8 de marzo pasado, el programa 30 Minutos Plus de R Teleamazonas presentó durante tres minutos la declaración que Morett dio a los militares ecuatorianos, el 3 de marzo.
En esa filmación, que también está editada, la mexicana confirma que sí sabía que el abatido Raúl Reyes era el comandante de la base atacada y que estaba allí. Sin embargo, en su declaración al fiscal Washington Pesántez dijo que nunca conoció a Reyes, que solo supo de él porque los soldados colombianos le contaron que estaba muerto. Morett permaneció más de un mes internada en el Hospital de las FF.AA. en Quito y hace tres semanas dejó el país, a pesar de que está abierta una indagación en su contra.
Actualmente, la mexicana tiene asilo en Nicaragua, porque en su país tiene una investigación por supuesto apoyo al terrorismo. Para el ministro Ponce, en su declaración la mexicana tampoco dice que ella intentaba crear una rama de las FARC en México. Pero en el video eso no se puede comprobar porque tiene cortes. Por ejemplo, empieza con la imagen de la mexicana Morett en un helicóptero, pero repentinamente (a los 60 segundos de grabación), ella está en una camilla y relata cómo llegó a la base de Reyes. No obstante, su relato empieza en Sucumbíos, no habla sobre su presencia en los encuentros realizados en Quito por la Coordinadora Continental Bolivariana. Pasados los tres minutos de grabación hay un segundo corte. Morett relata los momentos posteriores al bombardeo y su primer contacto con los soldados colombianos. Dice: “... de mi mochila sacaron calzones, toalla sanitaria, sacaron una sudadera... Entonces, un militar le pregunta: “¿ a qué hora fue?”; pero en el siguiente cuadro, la mexicana habla sobre sus compañeros que la acompañaban y murieron en Angostura. A los nueve minutos y 25 segundos hay otro corte en el video. Ese momento, un militar le cura las heridas y luego la mexicana dice: “solo escuchaba que a alguien le llamaban Molina”.
Además se incluyen los videos de las colombianas Pérez y Bohórquez, que también están editados. Al final, aparece Morett tranquila y lista para viajar a Quito.
Una fuente del Ministerio de Defensa sostuvo que la grabación presentada fue la misma que entregó Inteligencia y que no fue modificada. Y que se percataron de los cortes, por lo cual verificaron con las grabaciones de audio y sus transcripciones. En ese texto consta que Morett “sí se entrevistó con Reyes”. Ponce dijo que no había constancia de aquello.

Monsivaís 70 años

Celebra Monsiváis sus causas
En siete décadas siempre es posible atisbar la trascendencia, reflexiona
Jorge Ricardo
Reforma, Cultura, 2/04/2008;
Carlos Monsiváis Aceves (Ciudad de México, 1938) habla de su vida con el entusiasmo que le produce, a estas alturas, dice, reconocer otra causa perdida. A punto de cumplir 70 años, asegura que ya se le pasó la edad de reflexionar provechosamente sobre sus siete décadas. No importa, comenta, en siete décadas siempre es posible atisbar la trascendencia.
En su juventud, Carlos Monsiváis comprobó que no servía ni para las finanzas ni para la política; dudó también de su carrera literaria. "No sé si pueda llevar a cabo un obra siquiera regular", escribió en su Autobiografía de 1966.
Después publicó Días de guardar, Amor perdido, Entrada libre, Escenas de pudor y liviandad, A ustedes les consta, Los rituales del caos, Aires de familia, libros de crónica y ensayo. Ganó los premios Nacional de Periodismo, Xavier Villaurrutia, Anagrama de Ensayo, Nacional de Ciencias y Artes y de Literatura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Convertido ahora en el "último escritor público en México" por su omnipresencia en la vida cultural y política, Monsiváis habla en entrevista de la izquierda, de su madre, de la homofobia, de su carrera como actor y de su paso como letrista en el grupo de rock Los Tepetatles, de su generación, la trascendencia, la soledad y el amor.
-¿De qué forma contribuyó doña Esther Monsiváis en su trabajo de escritor?
-Mi madre puso de su parte mi nacimiento, mi primera formación, mi capacidad de pelearme en vano, mi primer amor por los libros, mi sentido del orden (allí fallé) y todo lo que un hijo de mi generación debía saber si quería triunfar o fracasar en la vida.
-¿Se reconoce en alguna generación de escritores mexicanos?
En la que se da a conocer en la década de 1950 en los pequeños círculos literarios, en el suplemento México en la cultura de Novedades, dirigido por el gran Fernando Benítez, en la que destacan Elena Poniatowska, Sergio Pitol, Fernando del Paso, Hugo Gutiérrez Vega, José Emilio Pacheco y, de trato menos frecuente pero con grandes afinidades, Juan García Ponce, Salvador Elizondo, José de la Colina, Gabriel Zaid, Juan Vicente Melo, Marco Antonio Montes de Oca y también cerca Carlos Fuentes, Tomás Segovia, Inés Arredondo, Margo Glantz... Conste, no me comparo, me identifico.
-¿Luego de su actuación en películas como Los Caifanes y En este pueblo no hay ladrones y en la telenovela Nada personal, qué pasó con su carrera como actor, en qué punto se encuentra?
-He trabajado en ocho films, y en la telenovela de Argos Nada personal. La cifra es insignificante, si se compara con la filmografía de Miguel Inclán o de Hernán Vera, El Panzón, el eterno cantinero del cine nacional, pero no obstante creí que me daba derecho a una carrera de donador de autógrafos. No fue así, algo se interpuso en mi camino, un compló de la envidia, un deseo de suprimir lo que hubiese sido una figura del carisma del olvido, qué sé yo, no me valió el ser dirigido por Alberto Isaac, Juan José Gurrola, Mario Hernández, otra vez Alberto Isaac, Armando Casas, Raúl Fernández, Alberto Cortés, Sergio Arau. No presumo, pero sí me duele que a mis quince segundos intensos en cada película, donde deposité todos mis conocimientos del film noir, se les llamen "extreadas".
-¿Qué quería ser de niño, en su autobiografía dice que bombero o comediante, es cierto?
-En verdad no sé, y también ignoro por qué dije lo de bombero, etcétera. Más bien creo que me proponía ganar tiempo para averiguar mis intenciones laborales. Si soy sincero, y si mi sinceridad tiene una parte mnemotécnica, me proponía leer y ver películas, en ese orden y nada más. Por lo demás, los que he conocido de vocación más firme son los que han querido ayudar a la humanidad gobernándola.
-¿Por qué no siguió publicando cuentos como Fino acero de niebla, ficción como Nuevo catecismo para indios remisos o sus poemas?
-Lo de los poemas es una calumnia de la reacción, los otros textos se produjeron naturalmente pero no al grado de causarme adicción.
-En marzo de 1971, usted escribió a Elena Poniatowska: "Es Viernes Santo y yo estoy sumido en algo que no sé si calificar de letargo, nostalgia, apatía o simple y reconcentrada soledad. Como quiera que sea no es una sensación amarga o molesta; nebulosa en todo caso; la indecisión entre el aburrimiento y la anemia". ¿Qué lugar ha ocupado la soledad en su vida?
-Esa carta a Elena era parte de un estudio sobre el melodrama pero se me fue en el sobre. Ahora el lugar de la soledad en mi vida es considerable, y comienzo a experimentarla una vez que salgo de mi casa.¿De qué manera han llegado a su vida el amor y el enamoramiento, o eso es muy cursi? Han llegado en forma de imposibilidades, fracasos, canciones convertidas en cilicios, ligues al borde del abismo de mis sueños pacíficos, en fin. Como todos, me he enamorado del amor y, dada mi soltería, no he pagado pensión alimenticia.
-¿Su definición de Dios sigue siendo: "Es algo que me excede, pero no es algo que me nulifique al excederme"? ¿Agregaría algo al respecto?
-Muy poco, la trascendencia ocupa un lugar distinto en cada una de las vidas. Yo la vivo a fondo leyendo poesía, escuchando música, analizando los procesos de la épica, un género literario y una realidad extraordinaria. El lugar de los seres humanos en el cosmos es insignificante o nulo, pero cada uno persiste en las tareas inevitables porque, aparte de las grandes razones (formar un hogar, deshacerlo, construir la Patria desde el sueño, etcétera), está el atisbar la trascendencia, que, como nadie, despliegan los poetas, por ejemplo San Juan de la Cruz: "Y todos cuantos vagan/ de ti me van mil gracias refiriendo,/ y todos más me llagan/ y déjame muriendo/ un no sé qué que quedan balbuciendo". Esta última línea, por sí sola, me resulta una prueba de la existencia de Dios sin adjuntarle iglesias.
-¿Cómo describiría su vida?
-Vanidosamente, como la de alguien que nunca quiso dormirse en sus laureles porque sufría de insomnio crónico. Ya sin metáforas vergonzosas, de por medio la describiría con el entusiasmo que me causa, a estas alturas, agregar a mi lista otra causa perdida.
Monsiváis: El intelectual multitemático
El escritor celebrará el domingo 70 años
'¡Ah, dioses! Cuando oigo hablar de la derecha moderna, y observo la homofobia de los panistas, me dan ganas de quitarle el seguro a mis canicas'
Jorge Ricardo
Carlos Monsiváis supo desde niño que pertenecía a las minorías. Actualmente pertenece a las minorías que combaten la homofobia, la discriminación, a la derecha política, a la izquierda acrítica. En su infancia participó en el programa de radio "Los niños Catedráticos" y empezó a memorizar versículos de la Biblia, en 1965 formó parte de un grupo de rock (indie, dicen algunos críticos).
-¿Cómo fue su participación en Los Tepetatles?
-Fue en 1965, y el show tuvo lugar en el Quid en la calle de Puebla, el productor era Ernesto Alonso, el organizador era Arau y el resultado está a la disposición del oído del tiempo ocioso y explorador. Lo que más me gustó de la experiencia fue trabajar un par de letras con el extraordinario Chava Flores. Las letras no cuajaron, el espectáculo fue un fracaso más bien silencioso y el grupo Botellita de Jerez rescató un par de esas canciones.
¡Ah, sí! Compuse una parte de la canción con letra del Nocturno de Manuel Acuña. Decía simple y formidablemente: "Llora mi vate,/ llora de amor". (Se repite).
-¿Usted siempre ha sido de izquierda?
-Creo que sí. O sé que sí, desde mi primer impulso radical que me vino de la fe sentimental en la República española, y desde mi primera filiación ideológica, concentrada en la Reforma liberal y en don Benito Juárez.
-¿Qué es ser de izquierda actualmente?
-Las respuestas son amplias y desbordan la entrevista, incluso la ahogarían. Sé lo que me interesa de la izquierda, que sea crítica, que no admire incondicionalmente la dictadura de Fidel Castro, que sitúe en perspectiva el autoritarismo con frecuencia inadmisible de Hugo Chávez, que se oponga a la derecha, que denuncie sin tregua a la corrupción, que saque conclusiones del fracaso del socialismo real, que sea antirracista a fondo, que no sea nacionalista pero que sí defienda los intereses nacionales, que se oponga a la desigualdad, el mayor problema del País...
-¿En 1951 usted compraba escuditos de la URSS y recogía firmas en San Juan de Letrán y repartía propaganda, y en 1961 junto con José Emilio Pacheco, Sergio Pitol y José Revueltas participó en una huelga de hambre en solidaridad con los presos políticos ferrocarrileros. ¿Cuándo y por qué cesó su activismo de esa manera?
-El activismo es una adhesión que va mutando si no quiere congelarse en una esquina. Hoy ya no compraría escuditos de la URSS (descífrenme estas siglas), ni me sumergiría en una huelga de hambre, pero sí apoyaría como apoyo a distintas causas, la izquierda crítica (la hay y muy considerable, pese a las tribus del PRD y su burocracia tentacular), los movimientos ecológicos, la lucha contra el sida, los derechos de los animales, los derechos humanos, los derechos de las minorías, la no privatización del petróleo... En fin, aguardo el choteo pero mantengo mi derecho a usar mi tiempo tal y como lo decida mi entusiasmo por las causas perdidas y, cada vez más, ganables.
-¿Es cierto que usted tiene el récord del mexicano con mayor asistencia a marchas?
-Tanto como eso no, pero sé que desde 1953, a mis 15 años de edad, asistí a la marcha en contra de la ejecución de los esposos Rosenberg, electrocutados por ser espías atómicos. Desde entonces, sí que he fatigado el cemento, como se decía antes. Sin embargo, tuve una mala experiencia en 2003, en la segunda marcha contra la invasión de Iraq. Al verme, un grupo de jóvenes creo que de la UAM, devotos del comandante Fidel Castro, y al tanto de que yo había presentado el libro de Huber Matos, el revolucionario al que se acusó de "traición a la patria" y que se pasó casi treinta años en la cárcel, comenzaron con su rosario de insultos, felices con su intolerancia. El razonamiento más conspicuo fue "¡Mierda!", aderezado con la bisutería homofóbica de la izquierda más tradicional. No conozco a esos jóvenes pero los imagino tomando en este mismo instante el Cuartel Moncada.
-¿Existe alguna razón personal en su lucha contra el sida y la homofobia?
-No conozco a nadie que participe en cualquier nivel en la defensa de los derechos humanos y en la lucha contra el prejuicio, que carezca de razones personales para hacerlo. Es el círculo compulsivo: las causas lo eligen a uno y uno elige las causas. En lo tocante a la lucha contra el sida, me ha tocado la muerte de amigos míos muy queridos, y las crisis de salud de otros tantos, he estado en velorios donde las madres gritan diciendo "¿Por qué me enviaste un hijo así?". También, he atestiguado la caída física y moral de personas magníficas y he presenciado la crueldad de médicos y enfermeras. Y he visto lo contrario, seres generosísimos que enfrentan la pandemia, médicos y enfermeras con actitudes notables y familias de verdad solidarias.
En cuanto a la homofobia, tan activamente sustentada por la iglesia católica y no sólo por ella, la considero una herencia de las larguísimas tradiciones de odio a lo diferente y a la diferencia, que ahora sólo exhiben la cerrazón y la crueldad. Por eso, soy partidario de una legislación especial en el caso de los crímenes de odio por homofobia, porque estimularía la educación moral contra el prejuicio. ¡Ah, dioses! Cuando oigo hablar de la derecha moderna, y observo la homofobia de los panistas, me dan ganas de quitarle el seguro a mis canicas.
-¿Cuántos versículos de la Biblia memorizó?
-Los suficientes como para que al leer en la secundaria un relato de Mark Twain (aquél donde aparece un personaje que sufre un debilitamiento mental luego de memorizar quinientos versículos) me dominase un miedo pavoroso, el mismo que desde entonces me ha impedido llevar la cuenta.
-¿El conocimiento y estudio de la cultura popular mexicana fue una elección?
-Es indudablemente una elección que, como suele suceder se fue profundizando. Me apasiona toda la etapa cuyo eclipse se inicia con el primer auge de la televisión. Me entusiasma la etapa en que una colectividad, que ignoraba serlo tan ávidamente, se relaciona con una industria cultural y crea instituciones, gustos, usos, costumbres y mitomanías, más que mitos.
-En su autobiografía apuntó: "Me correspondió nacer del lado de las minorías", ¿considera que aún es parte de alguna minoría? ¿Cuál?
-Cuando escribí esa frase me refería necesariamente a la minoría protestante. Ahora pertenezco a varias minorías, que ya apunté en la respuesta a una de sus preguntas.
-¿Qué opinión tiene ahora sobre: "Monsiváis a donde vais ni lo sabéis ni lo buscáis"?
- Es una desdicha que no haya sido mía la expresión, sino del gran Carlos Illescas. La suscribo por entero.
-¿De qué ha servido vivir 70 años? ¿Se atreve a formular algún deseo?
- El líder sindical Fidel Velázquez, al cumplir 80 y tantos años, afirmó: "Ya se me pasó la edad de morirme". No soy tan aventurado, pero sí sé que ya se me pasó la edad de reflexionar provechosamente sobre siete décadas. Y sí, sí formulo un deseo: que esparzan mis cenizas en el Zócalo para presumir en el más acá o en el más allá de un funeral céntrico.

La bondad de los desconocidos

Historia de un corazón /Juan Villoro
Publicado en Reforma, 2/04/2008;
El 5 de noviembre de 2007 Reforma publicó una nota con el siguiente encabezado: "Pido ayuda, mi hija debe ser operada". El reportero Lev García confirmaba los recursos del buen periodismo: individualizar una tragedia colectiva. García cubría las inundaciones en Tabasco y transmitía el sufrimiento a partir de escenas cotidianas. La niña Michelle había estado a punto de ser operada del corazón en Villahermosa pero el hospital estaba inundado. La familia encontró refugio en un albergue de Coatzacoalcos. El padre, Miguel Ángel Fregoso, vio en el reportero una última oportunidad de salvar a su hija y García transcribió su súplica: "Necesito más ayuda, a mi hijita de un año dos meses la programaron para operarla en diciembre, pero ahora no sé qué vamos a hacer y hay que tener en cuenta que perdimos casi todo y el equipo para su operación cuesta 166 mil pesos".
Ese día, Maite de las Rivas, abogada que se dedica al desarrollo inmobiliario, tomó un avión del Distrito Federal a Monterrey. En el trayecto leyó el reportaje de Reforma. La niña tenía la edad de su hija menor.
¿En cuántas ocasiones leemos algo que nos afecta y no hacemos otra cosa que murmurar "pobre gente" y pasar a la siguiente página donde se anuncia un paraíso en el Pacífico? Al aterrizar en Monterrey, Maite se propuso que esa noticia tuviera otro desenlace. Buscó contactos en Coatzacoalcos y en pocas horas recibió una llamada del padre de la niña desde el albergue. Michelle necesitaba material para un cateterismo y condiciones para ser operada. Tenía una malformación congénita que le impediría vivir si no se actuaba con rapidez.
Mientras la normalidad se restablecía en Villahermosa, Maite inició una colecta. Pero el único médico que podía practicar la operación en Tabasco tuvo que regresar al Distrito Federal porque su hijo tenía una enfermedad que ahí no era tratable.
La asociación Reporteros sin Fronteras reúne a quienes buscan la verdad. Quizá habría que crear la asociación Lectores sin Fronteras para quienes, como Maite, deciden mejorarla.
Después de las inundaciones, Fregoso perdió su puesto de chofer y sobrevivía a base de trabajos eventuales. Su situación no era tan desesperada como la de quienes perdieron todo, pero el corazón de su hija crecía como un reloj de tiempo. A los gastos del material había que sumar ahora los de un traslado al Distrito Federal. Para ser operada, Michelle necesitaba estar en condición estable, pero su enfermedad hacía que padeciera infecciones. Una y otra vez era internada en hospitales donde no había suficientes antibióticos.
"Me encanta la bondad de los desconocidos", dice un personaje de Tennessee Williams. No siempre es fácil que un extraño ayude sin otro interés que hacer el bien. La cadena iniciada por Maite adquirió cómplices decisivos: los muchos donadores que reaccionaron a su llamado y algunos enlaces indispensables. Aldonsa Prioux interesó en el caso a su padre, el doctor Jaime Ramírez Mayans, subdirector del Instituto Nacional de Pediatría. Él logró que la niña y su madre viajaran a México gracias al convenio que el hospital tiene con Mexicana de Aviación, y la canalizó con el cardiólogo infantil Alexis Palacios. El drama cobró otro giro en este punto: el diagnóstico había sido erróneo; no había que hacer un cateterismo sino una operación a corazón abierto. Acaso fue éste el único momento en que los padres dudaron de la ayuda que recibían. La intervención parecía demasiado radical.
Uno de los problemas de la medicina pública es que los médicos están rebasados y no tienen tiempo para explicar en detalle la situación del paciente. El doctor Palacios pertenece a la estirpe de quienes ejercen la medicina por una vocación de hierro. En un país donde los cirujanos se pueden enriquecer sin trabas (el precio de una operación es un "contrato privado" entre médico y paciente, ajena supervisión externa), Palacios ha decidido trabajar por los más pobres y hacer todo lo necesario para que esta lucha contra la adversidad prospere. Sentó a los padres de Michelle ante su computadora y, con detallada paciencia, los llevó al corazón de su hija. Los padres aceptaron la operación.

Durante cuatro meses de negociaciones, trámites y posposiciones, el corazón de Michelle siguió creciendo. Finalmente, el lunes 21 de abril fue operada. La intervención duró cinco horas y la niña pasó dos días en terapia intensiva.
Palacios se formó en la UNAM y se especializó en Houston. Este último detalle llamó la atención de Maite. Su padre murió del corazón y estuvo hospitalizado en Houston. Quizá en algún momento ellos se cruzaron en un pasillo del hospital. El padre de Maite no había sobrevivido, pero otro corazón podía salvarse.
Maite de las Rivas se resistía a contar esta historia. Su actuación fue desinteresada y no deseaba protagonismo alguno. Si se animó a hablar fue porque el doctor Palacios preside una asociación para niños enfermos del corazón que carecen de recursos, y este empeño necesita ayuda. Kardias ya cuenta con un equipo de tecnología de punta y está formando a médicos en Houston, pero es mucho lo que falta por hacer. Los interesados en aportar trabajo o donativos se pueden dirigir al teléfono 5575-9641, al sitio web www.kardias.org y al correo electrónico almudena@kardias.org (la cuenta bancaria de Kardias AC es la 420386587, en HSBC).
Un padre alerta buscó a un reportero en medio del desastre; el periodista supo resumir el drama; una lectora decidió que el periódico no sólo sirve para conocer el mundo sino para transformarlo; una red solidaria apoyó la causa y puso el destino en manos del doctor Palacios, a quien le gusta citar una frase de Tolstoi: "Un corazón enciende otro".
El círculo del periodismo a veces se cierra en forma venturosa y la noticia de ayer cambia de signo: Hoy Michelle tiene cita con el doctor Palacios. Se espera que sea dada de alta.

Huérfanos de Paz


Huérfanos de Octavio Paz/Joaquim Ibarz, corresponsal.
Publicado en La Vanguardia, 21/04/2008;
Tal y como lo hubiese deseado Octavio Paz, el homenaje que se realizó en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, al conmemorarse el décimo aniversario de su muerte, fue una reunión de "mentes y espíritus", una ceremonia en la que la tristeza fue apartada por los versos y la sabiduría del mayor pensador de México. Como subraya la académica Soledad Loaeza, "si la poesía de Paz enriqueció nuestra vida cultural, su visión de la política contribuyó a diversificar nuestro horizonte ideológico".
Profundo conocedor de la historia cultural del país, Paz dedicó muchos trabajos a estudiar la compleja identidad mexicana. Nadie como él ha comprendido y explicado mejor a México y a los mexicanos. Ninguno de sus artistas y escritores ha hurgado con tanta profundidad en su realidad, esencia y futuro. Sin embargo, este México que tanto lo ensalzó después de recibir el Nobel de Literatura en 1990, se mostró mezquino y cicatero con el poeta. Una parte importante de la clase política e intelectual lo denostó en vida. Pablo Neruda rompió con Paz en desacuerdo por sus críticas al estalinismo. Años después, en México se le insultó por denunciar la dictadura del régimen de Fidel Castro y la falta de libertades en la Nicaragua sandinista. Recuerdo con profunda vergüenza la quema en 1984 de la efigie de Paz frente a la embajada norteamericana para protestar contra el discurso que pronunció en Frankfurt al recibir el Premio Internacional de la Paz de la Asociación de Editores y Libreros Alemanes, en el que afirmó que en Nicaragua la revolución había sido confiscada por los dirigentes y, además, demandó la celebración de elecciones libres. Con aquel akelarre en pleno paseo de la Reforma, la izquierda totalitaria esgrimió sin pudor su intolerancia y pobreza intelectual. Sus críticas al marxismo, que tuvieron su corolario en "El ogro filantrópico" primero, y posteriormente en el Discurso de Frankfurt, hicieron que Paz se convirtiera en el blanco de la miseria crítica de una izquierda que añoraba, y que aún parece añorar, el estalinismo. Las reflexiones de Paz sobre Cuba y la Nicaragua revolucionaria se cumplieron a carta cabal.
Un hombre preocupado por el pensamiento crítico
Mauricio Molina señala en la revista literaria de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) que Octavio Paz fue un hombre siempre preocupado por la política, pero sobre todo por el desarrollo de un pensamiento crítico. Fue un pasajero privilegiado del siglo XX. Su pensamiento evolucionó desde el izquierdismo temprano hacia una conciencia más crítica que lo acercó al pensamiento liberal moderno. Según Molina, es posible que el testamento político de Paz se encuentre en el discurso que pronunció al recibir el Premio Nobel, en el que el poeta hizo una reflexión inteligente acerca del peligro del neoliberalismo y del libre mercado.
Gracias a Octavio Paz, fueron muchos los mexicanos que aprendieron a mirar el mundo y la política desde la perspectiva de lo diverso. La suya fue una posición ajena al radicalismo ramplón de sus detractores, los comisarios disfrazados de intelectuales, pero distante también del neoliberalismo salvaje.
Tal como señala el comentarista Jorge Fernández Menéndez ninguno de los grandes pensadores contemporáneos de México fue tan agredido y vilipendiado por personajes que jamás, en la enorme mayoría de los casos, se tomaron siquiera la molestia de leerlo o escucharlo, de pensarlo o disfrutarlo. Paz, en sí mismo representa el drama que describió en "El laberinto de la soledad": "Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación… Atraviesa la vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras. Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones, arco iris súbitos, amenazas indescifrables… En suma, entre la realidad y su persona se establece una muralla, no por invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanía. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo".
Al cumplirse el décimo aniversario de su muerte, México necesita regresar a Paz. Lo necesita, sobre todo, la clase política, enmarañada hoy con términos y expresiones del pasado, volviendo una y otra vez a buscar respuestas donde no las hay, mirando más hacia atrás que hacia adelante, encandilados con la posibilidad de que el Estado, el gobierno, el "ogro filantrópico", lo siga siendo o lo vuelva a ser, admirando, diría Paz, "más la entereza ante la adversidad" que "el brillo de la victoria".
Fernández Menéndez subraya que algunos de quienes se consideran progresistas o de izquierda, lo necesitan aún más. Se especula con la idea, falsa, de que Octavio Paz era un representante de la derecha, del conservadurismo. Paz era mucho más progresista, compenetrado de un verdadero liberalismo, que estos hombres y mujeres que hablan de grandes revoluciones y terminan admirando incalificables autoritarismos, internos y externos. Paz lo entendió viviéndolo. En los años de la guerra civil española, con la intelectualidad de aquellos tiempos, vivió y conoció las glorias y la mezquindad de una revolución en plena guerra civil. Pocos lo comprendieron y asumieron públicamente.
Rememorado como un 'hombre de guerra' intelectua
lEn recuerdo a Paz, el conversador, el poeta de la mirada curiosa y el político plural, se reunieron en el Palacio de las Bellas Artes amigos y lectores. Paz fue rememorado como un hombre de guerra. "Nada menos paceano que la paz de su apellido", advirtió el historiador Enrique Krauze, al inicio del homenaje al Nobel. "Paz", siguió el ensayista, "no era hombre de paz, sino de guerra, de una buena guerra: una noble guerra intelectual hecha de indignación y pasión. De indignación contra la superchería ideológica, la simplificación, la confusión, el fanatismo, la mala fe, pero sobre todo, indignación contra la mentira. De pasión por la libertad, la literatura, la claridad, la crítica, la razón, pero sobre todo, pasión por la verdad". Tras el minuto de silencio para recordar al poeta, su heredero intelectual, Enrique Krauze, habló sobre la orfandad en la que quedaron tras el fallecimiento del escritor. "Al morir, al menos tres generaciones de amigos y colaboradores de Paz quedamos de pronto en estado de orfandad. Parece absurdo que personas que entonces tenían 50 o 60 años, pudiesen considerarse huérfanos, pero la orfandad no tiene fecha de caducidad", señaló el historiador. Krauze destacó que Paz iluminó el siglo 20 mexicano. Nació en 1914, en el huracán de la revolución, y murió en 1998, con el final del "Ogro filantrópico" que nadie como él contribuyó a entender y criticar.
Deuda especial de Catalunya con Paz
El crítico y poeta Pere Gimferrer califica a Paz de "figura esencial de la poesía" y de "continuador y heredero de la vanguardia". Según Gimferrer, es inmensa su deuda con Octavio Paz, porque durante más de 30 años fue su constante interlocutor y "el lector en quien al escribir pensaba". Cataluña tiene una deuda especial con Paz porque el poeta mexicano se interesó y conoció muy profundamente, como pocos, la cultura catalana. Seguía con mucho interés las publicaciones de su buen amigo Pere Gimferrer, leía a Joan Brossa y a Josep Palau Fabre, admiraba a Antoni Tàpies.
En una entrevista que concedió a este periódico en 1991, afirmó: "Si hay algo de vivo e importante en la cultura hispánica es la poesía en catalán". "La Vanguardia" abrió la sección de Cultura con esta rotunda afirmación. Los homenajes al escritor se iniciaron hace varias semanas. Aunque el acto principal fue el celebrado en el Palacio de Bellas Artes, los reconocimientos seguirán durante varios meses con conciertos, exposiciones y lecturas en distintos sitios del país. Una parte importante de la celebración ha sido la publicación en un libro de la correspondencia inédita que mantuvo el poeta con el escritor del exilio español Tomás Segovia, que permite conocer una las épocas más ricas de la vida del Nobel de Literatura 1990.
"Cartas a Tomás Segovia", una serie de 55 misivas inéditas de Octavio Paz fueron escritas durante 28 años, y en su mayoría cuando el autor mexicano era embajador en Nueva Delhi (1962-1968), cargo al que renunció al producirse la matanza estudiantil de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.Las cartas describen una especie de diario personal con reflexiones sobre poesía, preocupaciones por acontecimientos mundiales y mexicanos, referencias de su amistad con personalidades como el escritor francés André Breton, además de su obsesión por publicar una revista cultural que luego se concretó con "Plural".
El intercambio epistolar va de 1957 a 1985 y se inició cuando, aún sin conocerse, un joven Segovia, poeta exiliado en México, envió su reseña del "Arco y la Lira", publicada en la Revista Mexicana de Literatura en 1956, al poeta mexicano (1914-1998), entonces cercano a los 50 años de edad.
El tiempo en el que fueron escritas representa "una época por muchos motivos muy rica en la vida de Paz, las cartas son un tesoro con esta parte no conocida del ámbito íntimo personal" del autor, subrayó el editor Joaquin Diez-Canedo (Fondo de Cultura Económica). Las cartas, publicadas sin correcciones y en su original manuscrito, muestran el proyecto de Paz de editar una publicación cultural y "crear una organización verdaderamente independiente para la circulación de ideas", apuntó Diez-Canedo.

Al Qaeda en el Informe 2007


Al Qaeda, Wordwide Networks, organización terrorista global.
De los 42 organizaciones consideradas por el Informe de Terrorismo 2007 del gobierno de EE UU, tres son Al Qaeda, a saber: i) Al-Qa’ida; ii) Al-Qa’ida in Iraq y iii) Al-Qa’ida in the Islamic Maghreb (AQIM) [Formerly Salafist Group for Call and Combat (GSPC)

1.- Al Qa’ida a.k.a. al Qaeda; International Front for Fighting Jews and Crusaders; Islamic Army; Islamic Army for the Liberation of Holy Sites; Islamic Salvation Foundation; The Base; The Group for the Preservation of the Holy Sites; The Islamic Army for the Liberation of the Holy Places; The World Islamic Front for Jihad Against Jews and Crusaders; Usama bin Ladin Network; Usama bin Ladin Organization; al-Jihad; the Jihad Group; Egyptian al-Jihad; Egyptian Islamic Jihad; New Jihad
Description: Al-Qa’ida (AQ) was established by Usama bin Ladin in 1988 with Arabs who fought in Afghanistan against the Soviet Union. The group helped finance, recruit, transport, and train Sunni Islamic extremists for the Afghan resistance. AQ’s near-term goal is uniting Muslims to fight the United States and its allies, overthrowing regimes it deems "non-Islamic," and expelling Westerners and non-Muslims from Muslim countries. Its ultimate goal is the establishment of a pan-Islamic caliphate throughout the world. AQ leaders issued a statement in February 1998 under the banner of "The World Islamic Front for Jihad against the Jews and Crusaders" saying it was the duty of all Muslims to kill U.S. citizens, civilian and military, and their allies everywhere. AQ merged with al-Jihad (Egyptian Islamic Jihad) in June 2001.
Activities: Even as AQ's top leaders continue to plot and direct terror attacks worldwide, terrorists affiliated with but not necessarily controlled by AQ have increasingly carried out high-profile attacks. AQ, its affiliates, and those inspired by the group were involved in anti-U.S. and anti-Coalition attacks in Africa, Europe, the Middle East, Afghanistan, Pakistan, and Iraq, including suicide bombings and vehicle-borne improvised explosive devices.
AQ has reconstituted some of its pre-9/11 operational capabilities through the reestablishment of a safe haven in the Federally Administered Tribal Areas (FATA) of Pakistan, replacement of captured or killed operational lieutenants, and the restoration of some central control by its top leadership, in particular Ayman al-Zawahiri. Although bin Ladin remains the group’s ideological figurehead, Zawahiri has emerged as AQ’s strategic and operational planner.
AQ is assessed to be the top terrorist threat to the United States and is developing stronger operational relationships with affiliates in the Middle East, North Africa, and Europe. It is through these “franchises” that AQ has conducted its recent attacks. AQ remains committed to attacking the United States and focuses its planning on targets that would produce mass casualties, dramatic visual destruction, and economic dislocation. In a 1999 interview with the press, bin Ladin’s response to a question about chemical and nuclear weapons was, “Acquiring weapons for the defense of Muslims is a religious duty.”
The Government of Pakistan accused AQ, along with the Taliban, of being responsible for the October suicide bombing attempt against former Pakistani Prime Minister Benazir Bhutto that killed at least 144 people in Karachi, Pakistan. On December 27, the Government of Pakistan stated that Baitullah Mahsud, a leading Pakistani Taliban commander with close ties to AQ, was responsible for the assassination of Benazir Bhutto.
In 2006, AQ and affiliated organizations continued major efforts to attack the West and its interests. For example, in mid-August, UK and U.S. authorities foiled a plot to blow up several aircraft. AQ may have been complicit in the plot but the group has made no public statement claiming its involvement. Additionally, al-Qa’ida in the Arabian Peninsula claimed responsibility for the February 24, 2006 attack on the Abqaiq petroleum processing facility, the largest such facility in the world, in Saudi Arabia. The Salafist Group for Preaching and Combat (GSPC) officially merged with al-Qa’ida in September 2006, subsequently changed its name to al-Qa’ida in the Islamic Maghreb (AQIM), and attacked a U.S. contractor bus in December 2006 in greater Algiers, marking its first attack against a U.S. entity. On December 11, 2007, AQIM conducted a near-simultaneous double suicide bombing that hit both the Algerian Court building and a UN office building. The Libyan Islamic Fighting Group (LIFG) also officially merged with AQ in November 2007, although no significant LIFG activities have occurred since the merger.
Bin Ladin's deputy Ayman al-Zawahiri claimed responsibility on behalf of AQ for multiple attacks on July 7, 2005 against the London public transportation system. The extent of senior leadership involvement in planning the July 2005 attacks was unclear. Some suspects in the attacks included homegrown United Kingdom-based extremists who were “inspired” by AQ.
In 2003 and 2004, Saudi-based AQ operatives and associated extremists launched more than a dozen attacks, killing at least 90 people, including 14 Americans in Saudi Arabia. AQ may have been connected to the suicide bombers and planners of the November 2003 attacks in Istanbul that targeted two synagogues, the British Consulate, and the HSBC Bank, and resulted in the deaths of more than 60 people. Pakistani President Musharraf blames AQ for two attempts on his life in December 2003.
In October 2002, AQ directed a suicide attack on the French tanker MV Limburg off the coast of Yemen that killed one and injured four. The group also carried out the November 2002 suicide bombing of a hotel in Mombasa, Kenya that killed 15. AQ probably provided financing for the October 2002 Bali bombings by Jemaah Islamiya that killed more than 200.
On September 11, 2001, 19 AQ members hijacked and crashed four U.S. commercial jets – two into the World Trade Center in New York City, one into the Pentagon near Washington, DC, and a fourth into a field in Shanksville, Pennsylvania – leaving nearly 3,000 individuals dead or missing. In October 2000, AQ conducted a suicide attack on the USS Cole in the port of Aden, Yemen, with an explosive-laden boat, killing 17 U.S. Navy sailors and injuring 39. AQ also carried out the August 1998 bombings of the U.S. Embassies in Nairobi and Dar es Salaam killing at least 301 individuals and injuring more than 5,000 others. AQ and its supporters claim to have shot down U.S. helicopters and killed U.S. servicemen in Somalia in 1993, and to have conducted three bombings that targeted U.S. troops in Aden in December 1992.
Strength: AQ's organizational strength is difficult to determine in the aftermath of extensive counterterrorist efforts since 9/11, but several thousand members and associates comprise the AQ-associated movement. The arrests and deaths of mid-level and senior AQ operatives have disrupted some communication, financial, and facilitation nodes and disrupted some terrorist plots. Additionally, supporters and associates worldwide who are “inspired” by the group's ideology may be operating without direction from AQ central leadership; it is impossible to estimate their numbers. AQ also serves as a focal point of “inspiration” for a worldwide network that is comprised of many Sunni Islamic extremist groups, including some members of the Gama'at al-Islamiyya, the Islamic Movement of Uzbekistan, the Islamic Jihad Group, Lashkar i Jhangvi, Harakat ul-Mujahadin, Ansar al-Sunnah, the Taliban, and Jemaah Islamiya.
Location/Area of Operation: AQ worldwide networks are augmented by ties to local Sunni extremists. The group was based in Afghanistan until Coalition Forces removed the Taliban from power in late 2001. While the largest concentration of senior AQ members now resides in Pakistan’s Federally Administered Tribal Areas, the network incorporates members of al-Qa’ida in Iraq and other associates throughout the Middle East, Southeast Asia, Africa, Europe, and Central Asia who are working to carry out future attacks against U.S. and Western interests.
External Aid: Al-Qa’ida primarily depends on donations from like-minded supporters and individuals who believe that their money is supporting a humanitarian or other cause. Some funds are diverted from Islamic charitable organizations. In addition, parts of the organization raise funds through criminal activities; for example, al-Qa’ida in Iraq raises funds through hostage-taking for ransom, and members in Europe have engaged in credit card fraud. U.S. and international efforts to block al-Qa’ida funding have hampered the group's ability to raise money.
2.- Al-Qa’ida in Iraq a.k.a. al-Qa’ida Group of Jihad in Iraq; al-Qa’ida Group of Jihad in the Land of the Two Rivers; al-Qa’ida in Mesopotamia; al-Qa’ida in the Land of the Two Rivers; al-Qa’ida of Jihad in Iraq; Al-Qa’ida of Jihad Organization in the Land of The Two Rivers; Al-Qa’ida of the Jihad in the Land of the Two Rivers; Al-Tawhid; Jam'at al-Tawhid Wa'al-Jihad; Tanzeem Qa’idat al Jihad/Bilad al Raafidaini; Tanzim Qa’idat al-Jihad fi Bilad al-Rafidayn; The Monotheism and Jihad Group; The Organization Base of Jihad/Country of the Two Rivers; The Organization Base of Jihad/Mesopotamia; The Organization of al-Jihad's Base in Iraq; The Organization of al-Jihad's Base in the Land of the Two Rivers; The Organization of al-Jihad's Base of Operations in Iraq; The Organization of al-Jihad's Base of Operations in the Land of the Two Rivers; The Organization of Jihad's Base in the Country of the Two Rivers; al-Zarqawi Network
Description: In January 2006, in an attempt to unify Sunni extremists in Iraq, al-Qa’ida in Iraq (AQI) created the Mujahidin Shura Council (MSC), an umbrella organization meant to encompass the various Sunni terrorist groups in Iraq. AQI claimed its attacks under the MSC until mid-October, when Abu Mus'ab al-Zarqawi's successor, Abu Ayyub al-Masri, took the first step toward al-Qa’ida's goal of establishing a caliphate in the region by declaring the "Islamic State of Iraq" (ISI), under which AQI now claims its attacks. Although Iraqis compose 90 percent of the group’s membership, it is probable that the majority of AQI’s leadership is foreign-born. In an attempt to give AQI a more Iraqi persona, the Islamic State of Iraq umbrella organization was created and headed by “Abu Omar al-Baghdadi.”
Abu Ayyub al-Masri, Zarqawi's successor, issued a statement pledging to continue what Zarqawi began, and AQI has continued its strategy of targeting Coalition Forces, Iraqi government groups, and Shia civilians to provoke sectarian violence and undermine perceptions that the Iraqi central government can defend them.
AQI has claimed joint attacks with both Ansar Al-Sunnah (AS) and the Islamic Army in Iraq (IAI); however, ideological differences have prevented these groups from merging. More recently, IAI and the 1920 Revolution Brigades cooperated with Coalition Forces in targeting AQI. (See Chapter 2, Country Reports, Middle East and North Africa, for further information on U.S. efforts to counter AQI.)
Activities: High-profile attacks in 2007 included the suicide car-bombing attack of a mosque in Al Habbaniyah in February, the multiple suicide bombing attack of Shia pilgrims in Al Hillah in March, several chlorine gas canister bombings from January through June, an orchestrated bridge bombing campaign throughout Iraq aimed at isolating Baghdad Shia population concentrations and disrupting ground transportation from January through October, the suicide truck bombing of a market in Tall ‘Afar in March, the suicide truck bombings of a market and Patriotic Union of Kurdistan (PUK) party offices in Amurli and Kirkuk in July, and the single deadliest attack of the Iraq war, the multiple suicide truck bombings of two Yazidi villages near Sinjar in August.
In August 2003, Zarqawi's group carried out major terrorist attacks in Iraq when it bombed the Jordanian Embassy in Baghdad, which was followed 12 days later by a suicide vehicle-borne improvised explosive device (VBIED) attack against the UN Headquarters in Baghdad that killed 23, including the Secretary-General's Special Representative for Iraq, Sergio Vieira de Mello. That same month the group conducted a VBIED attack against Shia worshippers outside the Imam Ali Mosque in al Najaf, killing 85, including the leader of the Supreme Council for the Islamic Revolution in Iraq (SCIRI). The group kept up its attack pace throughout 2003, striking numerous Iraqi, Coalition, and relief agency targets such as the Red Cross. Zarqawi's group conducted VBIED attacks against U.S. military personnel and Iraqi infrastructure throughout 2004, including suicide attacks inside the Green Zone perimeter in Baghdad. The group successfully penetrated the Green Zone in the October 2004 bombing of a popular café and market. It also claimed responsibility for the videotaped execution by beheading of Americans Nicholas Berg (May 11, 2004), Jack Armstrong (September 22, 2004), and Jack Hensley (September 21, 2004). AQI was likely involved in other hostage incidents as well. In 2005, AQI largely focused on conducting multiple high-profile, coordinated suicide attacks. AQI claimed numerous attacks primarily aimed against civilians, the Iraqi government, and security forces, such as the coordinated attacks against polling sites during the January elections and the coordinated VBIED attacks outside the Sheraton and Palestine hotels in Baghdad on October 24. The group also continued assassinations against Shia leaders and members of the Shia militia groups Jaysh al-Mahdi and Badr Corps.
AQI increased its external operations in 2005 by claiming credit for three attacks: suicide bomber attacks against hotels in Amman on November 9; a rocket attack against U.S. Navy ships in the port of Aqaba in August, which resulted in limited damage in Jordan and in Eilat, Israel; and the firing of several rockets into Israel from Lebanon in December. In August 2005, an AQI operative was arrested in Turkey while planning an operation targeting Israeli cruise ships. Prior to 2005, Zarqawi planned and conducted limited attacks in Jordan, including the assassination of USAID official Laurence Foley in 2002. In October 2006, AQI declared the ISI would become a platform from which AQI would launch terrorist attacks throughout the world. Following the announcement, AQI members marched through cities they considered to be part of their new state as a show of force. AQI attack claims, which the group released under the auspices of the Mujahidin Shura Council and now the ISI, increased in 2006 but decreased significantly in 2007.
AQI was implicated in the February 2006 Samarra’ al-Askari Mosque bombing that precipitated the escalation in sectarian violence.
AQI senior leaders in Iraq may have had advance knowledge of terrorist attacks in Iraq that incorporated chlorine into vehicle-borne improvised explosive devices (VBIEDs). However, the use of chlorine in suicide attacks probably represents an opportunistic evolution of conventional VBIED attacks.
Strength: Membership is estimated at 5,000 to 10,000, making it the largest Sunni extremist group in Iraq. AQI perpetrates the majority of suicide and mass casualty bombings in Iraq with foreign operatives constituting the majority of these bombers. The selection of civilian targets, particularly in Baghdad, generates widespread media coverage.
Location/Area of Operation: AQI's operations are predominately Iraq-based, but it has perpetrated attacks in Jordan. The group maintains an extensive logistical network throughout the Middle East, North Africa, Iran, South Asia, and Europe. In Iraq, AQI currently conducts the majority of its operations in Ninawa, Diyala, Salah ad Din, and Baghdad provinces and to a lesser extent Al Anbar.
External Aid: AQI probably receives funds from donors in the Middle East and Europe, local sympathizers in Iraq, from a variety of businesses and criminal activities, and other international extremists throughout the world. In many cases, AQI's donors are probably motivated to support terrorism rather than an attachment to any specific terrorist group.
3.- Al-Qa’ida in the Islamic Maghreb (AQIM) a.k.a. Tanzim al-Qa'ida fi Bilad al-Maghrib al-Islamiya; Le Groupe Salafiste pour la Predication et le Combat; Salafist Group for Call and Combat; Salafist Group for Preaching and Combat
Description: The Salafist Group for Preaching and Combat (GSPC) officially merged with al-Qa’ida (AQ) in September 2006 and subsequently changed its name to al-Qa’ida in the Islamic Maghreb (AQIM). The GSPC formed in 1998 when its members left the Armed Islamic Group (GIA) over disagreements about leadership, tactics, and indiscriminant targeting of Algerian civilians. In contrast to the GIA, it has pledged to avoid attacks on civilians inside Algeria, but civilians have died in numerous GSCP/AQIM attacks. The GSPC retained GIA’s mission of overthrowing the Algerian government and installing an Islamic regime. AQIM is the most effective and largest armed group inside Algeria. AQIM and AQ have used the merger extensively in their propaganda.
Activities: On April 11, 2007, AQIM for the first time employed suicide tactics. The attacks on that date, near-simultaneous bombings of multiple targets inside Algiers including the office of Algeria’s prime minister, claimed more than 30 lives. Shortly thereafter, AQIM vowed to continue to use suicide tactics, and the organization carried out five further suicide attacks in Algeria during 2007. On December 11, AQIM carried out two near-simultaneous suicide vehicle-borne improvised explosive device (VBIED) attacks that struck two UN offices and the headquarters of Algeria's Constitutional Council, killing 41 people, (including 17 UN employees), and wounding at least 170 others. AQIM had previously attacked vehicles belonging to foreign corporations several times during the year, beginning in December 2006 with an attack in Algiers on a bus belonging to a U.S.-Algeria joint venture and carrying several expatriate workers.
Outside Algeria, in December 2007, multiple AQIM-linked attacks in Mauritania were the first terrorist incidents since 2005, when the GSPC had claimed responsibility for an attack on a remote Mauritanian military outpost that killed 15; this appeared to indicate an AQIM shift towards a more regional terrorist campaign. Also during 2007, police in France, Italy, and Spain arrested several individuals from Algeria and other Maghreb countries suspected of providing support to AQIM. French officials announced that AQIM had issued an Internet call-to-action against France, declaring France "public enemy number one."
Strength: AQIM has several hundred fighters operating in Algeria and the Sahel. Abdelmalek Droukdel, a.k.a. Abu Mus’ab Abd al-Wadoud is the leader of the group.
Location/Area of Operation: Algeria and the Sahel, with affiliates and logistics/fundraisers in Western Europe.
External Aid: Algerian expatriates and AQIM members abroad, many residing in Western Europe, provide financial and logistical support. AQIM members also engage in criminal activity to finance their operations.
Para comprender mejor el fenómeno Al Qaeda, comparto el texto de Jason Burke; "Al Qaeda es una organización terrorista global"/.
Jason Burke es jefe de reporteros en el semanario británico The Observer y autor de Al Qaeda: Casting a Shadow of Terror (Al Qaeda: la sombra del terror; Taurus, Nueva York, 2003) y de Al Qaeda: A True Story of Radical Islam (Al Qaeda: Una historia verdadera del islam radical).
El texto fue publicado en la edición española de Foreign Policy, junio/julio 2004, http://www.fp-es.org/
¿"Al Qaeda es una organización terrorista global" ?
No. No es tanto una organización como una ideología. La palabra árabe qaeda se puede traducir como "base de operaciones" o "fundamento", o también como "precepto" o "método". Los militantes islámicos siempre la habían interpretado en este último sentido. En 1987, Abdulá Azzam, el principal ideólogo de los activistas radicales modernos del islamismo suní, reclamó la existencia de una al-qaeda al-subah (una vanguardia de los fuertes). Habló de que tenía que haber unos hombres que, mediante acciones independientes, constituyeran un ejemplo para el resto del mundo islámico y, de esa forma, galvanizaran la umma (la comunidad mundial de creyentes) contra sus opresores.
Fue el FBI, durante su investigación de los atentados de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, el que llamó a ese grupo vagamente estructurado de activistas constituido por Osama Bin Laden y sus colaboradores "Al Qaeda". Se decidió, en parte, por conservadurismo institucional y, en parte, porque la agencia federal estadounidense necesitaba aplicar las leyes antiterroristas convencionales a un adversario que no era una organización criminal ni terrorista en el sentido tradicional.
Aunque Bin Laden y sus socios fueron capaces de crear en Afganistán una estructura que atrajo a nuevos reclutas y creó vínculos entre grupos islamistas militantes que ya existían, nunca establecieron una red terrorista coherente según el concepto habitual. Al Qaeda funcionaba como una empresa de capital de riesgo y proporcionaba dinero, contactos y asesoramiento experto a numerosos grupos e individuos militantes de todo el mundo islámico.
Hoy, la estructura que construyeron en Afganistán está destruida, y Osama Bin Laden y sus colaboradores se han dispersado, han sido detenidos o han muerto. Ya no existe como tal un centro de operaciones del activismo islámico.
Ahora bien, la concepción del mundo de Al Qaeda, el alqaedismo, tiene cada día más fuerza. Su ideología internacionalista radical –apoyada en una retórica antioccidental, antisionista y antisemítica– tiene muchos partidarios colectivos e individuales, de los que pocos conservan un vínculo auténtico con Bin Laden o su entorno. Se limitan a seguir sus preceptos, sus modelos y sus métodos. Actúan al estilo de Al Qaeda, pero no son parte del movimiento más que en un sentido muy amplio. Por eso, en la actualidad, los servicios secretos israelíes prefieren el término yihadistas internacionales en vez de Al Qaeda.
¿Capturar o matar a Bin Laden supondrá un duro golpe para Al Qaeda"?
Tampoco. Incluso para combatientes claramente vinculados a Bin Laden, la muerte del jeque no supondrá gran diferencia para su capacidad de reclutar gente. El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, vino a reconocerlo hace poco en un memorándum interno del Pentágono, en el que expresaba sus dudas sobre la posibilidad de matar combatientes yihadistas más deprisa de lo que tardan los clérigos radicales y las escuelas religiosas en crearlos.
En la práctica, Osama Bin Laden ya no tiene más que una capacidad de maniobra muy reducida para cometer actos terroristas, y su participación se limita a la dirección estratégica general de células y grupos fundamentalmente autónomos. Casi todos los analistas de los servicios de espionaje le consideran ya bastante secundario.
Este giro de los acontecimientos no debería extrañar a nadie. Los militantes islámicos existían ya antes de las actividades de Bin Laden. El millonario de origen saudí tuvo muy poca intervención en la violencia islámica que se desató a principios de los 90 en lugares como Argelia, Egipto, Bosnia Herzegovina y Cachemira. Su relación con el atentado de 1993 con coche bomba contra el World Trade Center de Nueva York fue tangencial.
En los primeros años de la década de los 90 no existían campos de entrenamiento de Al Qaeda, aunque de los de otros grupos salieron miles de fanáticos muy preparados. Incluso cuando Osama Bin Laden tenía su cuartel general en Afganistán a finales de esa misma década y con la connivencia del régimen de los talibanes, solían ser individuos o grupos islámicos los que acudían a él en busca de ayuda, y no a la inversa.
Hoy día, dichos grupos pueden recurrir a otras personas, como el activista jordano Abu Musa al Zarqawi, que creó su grupo, Al Tauhid, con el claro propósito de rivalizar con Osama Bin Laden (y no como aliado, pese a lo que se ha dicho en numerosas ocasiones), para la obtención de dinero, experiencia o cualquier otro tipo de ayuda logística.
Lo que sí es cierto es que Bin Laden sigue ocupando un puesto importante en el movimiento como propagandista, porque sabe explotar con eficacia los medios modernos de comunicación de masas. Probablemente, el Gobierno de Estados Unidos acabará por capturarle y esa demostración de poder desmoralizará a muchos militantes.
Pero todo depende, en gran parte, de cómo se le capture o se le mate. Si se rinde sin oponer resistencia, como hizo el depuesto presidente iraquí Sadam Husein –cosa que parece muy poco probable–, muchos seguidores se sentirán profundamente desilusionados. Si se convierte en mártir en una situación que sus partidarios puedan vender como heroica, será fuente de inspiración para las generaciones venideras.
En cualquier caso, la desaparición de Bin Laden de la escena no acabará con la presencia de combatientes islámicos.

-¿"Los 'yihadistas' quieren destruir Occidente para imponer un Estado islámico mundial"?
-Falso. El principal objetivo de los combatientes islámicos no es conquistar, sino contraatacar a un Occidente que consideran agresivo, que, en su opinión, está intentando culminar el proyecto –iniciado durante las Cruzadas y los periodos coloniales– de denigrar, dividir y humillar al islam.
El objetivo secundario es establecer el califato, un solo Estado islámico, en los territorios que comprendía, aproximadamente, el imperio islámico en su época de mayor expansión, a finales del primer siglo y principios del segundo. Hoy, dicho Estado abarcaría Oriente Medio, el Magreb, Andalucía, Asia central, partes de los Balcanes y posiblemente algunos territorios islámicos en Extremo Oriente. No está claro cómo funcionaría ese califato utópico. Los combatientes creen que, si todos los musulmanes actúan de acuerdo con una interpretación literal de los textos sagrados islámicos, se producirá una transformación casi mística en una sociedad justa y perfecta. Los islamistas radicales quieren debilitar a EE UU y Occidente porque son obstáculos para lograr ese objetivo. Durante los años 90, los activistas de países como Egipto, Arabia Saudí y Argelia empezaron a dirigir su atención hacia el extranjero a medida que crecía su frustración por la imposibilidad de cambiar la situación en sus propios países. Pensaban que atacar a los patrocinadores occidentales de los regímenes árabes (al enemigo lejano, en vez del enemigo próximo) sería la mejor manera de mejorar las condiciones locales. Esta estrategia, de la que son fervientes partidarios Bin Laden y quienes le rodean, sigue siendo objeto de discusión entre los radicales, sobre todo en Egipto. Ahora bien, como demuestran los atentados del 11 de marzo en Madrid, los ataques al enemigo lejano pueden tener un gran efecto. Al atentar contra España antes de sus elecciones, los militantes radicales enviaron a los Gobiernos occidentales el mensaje de que su presencia en Oriente Medio va a tener un terrible precio político y humano.
-¿"Los combatientes rechazan las ideas modernas y prefieren el islam tradicional"?
-No. Aunque los islamistas más fanáticos desean regresar a la existencia idealizada del siglo VII, no tienen reparos en utilizar las herramientas que les proporciona la modernidad. Su supuesto medievalismo no les ha impedido hacer un uso eficaz de Internet y el vídeo para movilizar a los fieles.En el plano ideológico, destacados pensadores, como Sayyid Qutb y Abu Ala Maududi, han tomado prestados numerosos elementos de las tácticas organizativas de los revolucionarios laicos, tanto de derechas como de izquierdas. Su concepto de la vanguardia está influido por la teoría leninista. La obra más importante de Qutb, Ma'alim fi'l-tariq (Hitos), es casi una especie de Manifiesto Comunista islámico. Una palabra árabe muy usada en los nombres de los grupos militantes es hizb (como en el grupo libanés Hizb Allah o Hezbolá), que significa "partido", otro concepto moderno. De hecho, muchas veces, los radicales envuelven sus quejas en términos tercermundistas familiares para cualquier activista antiglobalización.
Un documento reciente que supuestamente procede de Bin Laden critica a EE UU por no ratificar el acuerdo de Kioto. El dirigente militante egipcio Ayman al Zawahiri ha proclamado que las compañías multinacionales son un gran mal. Mohamed Atta, uno de los secuestradores del 11-S, le dijo una vez a un amigo que le indignaba un sistema económico mundial que hacía que los agricultores egipcios tuvieran que dedicarse a cultivar fresas para los mercados occidentales, mientras la población del país no podía comprar pan.
En todos estos casos, los radicales enmarcan unas preocupaciones políticas contemporáneas, entre ellas la justicia social, en una narración mítica y religiosa. No rechazan la modernización en sí, pero sí les molesta el hecho de no beneficiarse de ella.
Además, dentro del contexto de la observancia islámica, estos nuevos militantes suníes no son tradicionalistas, sino que se les considera reformistas radicales, porque rechazan la autoridad del clero establecido y exigen el derecho a tener su propia interpretación de la doctrina, pese a que, en general, las figuras principales, como Bin Laden o Zawahiri, carecen de las credenciales académicas necesarias.
-"Desde el ascenso de Al Qaeda, los islamistas moderados están marginados"
-No es cierto. Al Qaeda representa al sector más fanático del pensamiento político en el mundo islámico. Aunque el alqaedismo ha crecido de forma significativa en los últimos años, sólo sigue su doctrina una pequeña minoría de los 1,300 millones de musulmanes del mundo. Muchos simpatizan con Bin Laden y se sienten satisfechos por su capacidad de golpear a Estados Unidos, pero eso no significa que deseen vivir en un Estado islámico unificado y gobernado estrictamente con arreglo al Corán. Y tampoco los sentimientos contra Occidente se traducen en un rechazo de los valores occidentales. Los sondeos de opinión pública en el mundo árabe realizados por organismos como Zogby International y el Centro de Investigaciones Pew para el Pueblo y la Prensa revelan un firme apoyo a los Gobiernos elegidos, la libertad individual, las oportunidades educativas y las opciones económicas.
Ni siquiera quienes consideran que "el islam es la solución" están de acuerdo en cuál puede ser exactamente dicha solución ni en cómo lograrla. Los militantes radicales como Bin Laden quieren destruir el Estado y sustituirlo por una cosa basada en la lectura literal del Corán. Sin embargo, algunos políticos islamistas desean apropiarse de las estructuras del Estado e islamizarlas (en diversos grados), normalmente con el fin de fomentar más justicia social y ganarle la batalla a los regímenes autoritarios y antidemocráticos. Un ejemplo es el movimiento paquistaní Jamaat e Islami (JI), dirigido en la actualidad por el veterano activista Qazi Husein Ahmed.
JI representa a un sector importante de la opinión pública paquistaní y, aunque está teñido de enorme antisemitismo, se ha enfrentado a Bin Laden y los talibanes siempre que le ha sido políticamente posible. Con frecuencia, como ocurre en Irak, Jordania y Turquía, estos grupos son relativamente moderados y pueden ser interlocutores útiles para Occidente. No hay que rechazarlos de plano por ser islamistas; la negativa a negociar con ellos no sirve más que para permitir que los extremistas dominen el discurso político.
-"El conflicto palestino-israelí es un elemento central de la causa islámica"
-Falso. No hay duda de que las imágenes televisadas de las tropas israelíes que reprimen con violencia a manifestantes palestinos en los territorios ocupados refuerzan el mensaje de que las tierras del islam están siendo atacadas y todos los musulmanes deben levantarse en armas. Sin embargo, aunque la resolución del conflicto palestino-israelí contribuiría a aliviar las tensiones políticas en la región, no acabaría con la amenaza del islam combatiente.
Las raíces de la militancia suní contemporánea no pueden reducirse a un solo problema, por espinoso que sea. Los combatientes creen que la umma está cercada. En su opinión, Israel no es más que el puesto adelantado más visible de Occidente, igual que lo fue en el siglo xii, cuando se convirtió en reino cruzado. Si el Estado israelí desapareciera, los islamistas seguirían luchando en Chechenia, Cachemira, Egipto, Uzbekistán, Indonesia y Argelia. Sus prioridades suelen depender de los agravios locales, a menudo de larga historia. Por ejemplo, aunque Bin Laden pedía el boicot a los artículos estadounidenses ya a finales de los 80, para protestar por el apoyo a Israel, nunca había intervenido en ningún ataque contra objetivos israelíes, hasta hace poco. Su meta fundamental ha sido siempre derrocar al régimen de su país natal, Arabia Saudí. Igualmente, el voluminoso libro publicado por Zawahiri en 2002, Caballeros bajo la bandera del Profeta –en parte autobiografía, en parte manifiesto militante, y publicado previamente por capítulos en 2001–, presta una atención casi exclusiva al Egipto natal del autor.
Además, gran parte del apoyo a la causa islámica nace de la sensación de humillación de los musulmanes. Una solución al conflicto israelo-palestino consistente en dos Estados dejaría intacta la entidad sionista y, por consiguiente, ofrecería escaso alivio tanto al orgullo herido de cualquier fervoroso combatiente como al de la comunidad que apoya y considera legítimos el extremismo y la violencia.
-"Si se arregla Arabia Saudí, el problema desaparecerá "
-No. Arabia Saudí ha contribuido de forma significativa a la difusión del radicalismo gracias a la exportación de la corriente wahabí del islamismo radical, subvencionada por el Gobierno. Esta política surgió a partir de la confusión de finales de los 70, cuando la indignación por la corrupción gubernamental y la decadencia de la familia real empujó a cientos de radicales islámicos a ocupar la Gran Mezquita de La Meca. La revolución chií de 1978-1979 en Irán era una amenaza para la posición dirigente de los saudíes en el mundo musulmán y les enseñó el destino que podía aguardar a la Casa de Saud. En un esfuerzo por atraer a los conservadores religiosos y contrarrestar el régimen iraní, la familia real dio a los clérigos wahabíes más influencia dentro del país y el mandato de exportar su ideología al extranjero.
Desde entonces, el dinero saudí, canalizado a través de organizaciones cuasi gubernamentales como la Liga Mundial Musulmana, ha construido cientos de mezquitas en todo el mundo. Los saudíes pagan los sueldos de los clérigos radicales y ofrecen incentivos económicos a quienes estén dispuestos a olvidar formas anteriores de culto. En Pakistán, el dinero del golfo Pérsico ha financiado la enorme expansión de las madrazas (escuelas coránicas), que adoctrinan a los jóvenes y les imparten un dogma violento y antioccidental.
Este proselitismo financiado por los saudíes ha causado tremendo daño a las tradiciones islámicas históricas de tolerancia y pluralismo en África oriental y occidental, Extremo Oriente y Asia central. El wahabismo era prácticamente desconocido en el norte de Irak hasta la entrada masiva de misioneros procedentes del Golfo a principios de los 90. Y muchas de las mezquitas identificadas como radicales en Alemania, Reino Unido y Canadá se construyeron con donaciones privadas y oficiales de Arabia Saudí.
Las desigualdades del sistema saudí –en el que la mayoría de la gente es muy pobre y está gobernada por una camarilla inmensamente rica– siguen haciendo que la población se sienta desposeída, y eso permite que florezca el extremismo. Muchos de los predicadores más combativos (y varios de los secuestradores saudíes de los atentados del 11-S) proceden de tribus y provincias marginadas. Una forma de gobierno más abierta y una redistribución más justa de los recursos quitaría legitimidad a los combatientes locales y les impediría obtener nuevos reclutas. Pero, aunque dichas reformas podrían retrasar la difusión del wahabismo y otras corrientes similares fuera de Arabia Saudí, en gran parte del mundo, el daño ya está hecho. Arabia Saudí no es más que una de las muchas causas del activismo islámico moderno, pero no la única culpable.
-"El uso de armas de destrucción masiva es sólo una cuestión de tiempo"
-Tranquilidad. Aunque los combatientes islámicos (incluido Bin Laden) han intentado acumular un arsenal químico o biológico esencial, sus esfuerzos no han tenido mucho éxito, debido a la dificultad técnica de crear dichos materiales, y no digamos de convertirlos en armamento. Yo fui uno de los primeros periodistas que entró en los laboratorios del campamento de Darunta, Afganistán oriental, en 2001, y me sorprendió lo primitivos que eran. La supuesta fábrica de armas químicas del grupo terrorista Ansar al Islam en el norte de Irak, que inspeccioné al día siguiente de su captura en 2003, era todavía más rudimentaria. Los supuestos intentos de un grupo británico de elaborar veneno de ricina resultarían grotescos si no fuera por la evidente gravedad del propósito.
Tampoco existen pruebas contundentes de que los combatientes estén a punto de crear una bomba sucia (un explosivo convencional envuelto en material radiactivo). La afirmación de que José Padilla, un presunto agente de Al Qaeda detenido en EE UU en 2002, intentaba colocar una bomba sucia ha quedado descartada; era una aspiración, más que un plan práctico. Construir una bomba sucia es más difícil de lo que se imagina. Si bien el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) advierte de que más de cien países poseen un control insuficiente del material radiactivo, sólo un pequeño porcentaje de ese material es suficientemente letal para causar daños graves. Y hace falta una complejidad técnica considerable para construir un dispositivo capaz de esparcir material radiactivo. Algunas fuentes han expresado también su temor de que los combatientes puedan obtener una cabeza nuclear preempaquetada y en funcionamiento de Pakistán. Pero esa situación sólo sería verosímil si llegara al poder un régimen islámico o si en el Ejército paquistaní hubiera más simpatía hacia los extremistas islámicos que en la actualidad.
El atentado con gas sarín cometido por Aum Shinrikyo en 1995 en Japón muestra las dificultades de los grupos terroristas para emplear armas de destrucción masiva. A pesar de poseer mil millones de dólares, el grupo tuvo nueve intentos fallidos, antes de lograrlo en el metro de Tokio. Ante semejantes obstáculos, los combatientes islámicos son más propensos a emplear bombas o dispositivos convencionales y usarlos de forma imaginativa, como en el 11-S y las bombas en trenes españoles el 11 de marzo de 2004.
-"Occidente está ganando la guerra contra el terrorismo"
-Desgraciadamente, no. El componente militar de la guerra contra el terrorismo ha obtenido varios triunfos importantes. Muchos de quienes se relacionaron con Bin Laden entre 1996 y 2001 están ya muertos o en la cárcel. Él mismo ha visto muy disminuida su capacidad de encargar e instigar atentados. Una mayor cooperación entre los servicios de información de todo el mundo y el incremento de los presupuestos de seguridad han hecho que a los terroristas les cueste mucho más mover su dinero de un país a otro, así como organizar y ejecutar atentados. Sin embargo, para ganar la guerra contra el terrorismo, es preciso erradicar a los enemigos sin crear otros nuevos. Es preciso impedir que los combatientes con los que es imposible negociar cuenten con el apoyo de las poblaciones locales, lo que les ayuda a cometer sus acciones y les da legitimidad moral.
Para que los países occidentales puedan vencer, deben combinar la dureza de la fuerza militar con la suavidad del atractivo cultural. Es un método que no tiene nada de débil. Cualquier militar con experiencia en la guerra contrarrevolucionaria sabe que es la actitud más sensata. La invasión de Irak, aunque fue completamente justificable desde el punto de vista humanitario, ha hecho que este aspecto resulte todavía más acuciante. Bin Laden es un propagandista y dedica sus esfuerzos a atraer a los musulmanes que hasta ahora han ignorado su mensaje extremista. Sabe que la participación masiva en su proyecto es la única forma de tener alguna posibilidad de triunfar. Su visión del mundo tiene muchísimo más apoyo en todo el mundo que hace dos años, para no hablar de hace 15 años, cuando comenzó a desplegar en serio su campaña. El objetivo de los países occidentales es eliminar la amenaza del terrorismo o, al menos, afrontarla de una forma que no afecte demasiado a la vida de sus ciudadanos. La meta de Bin Laden es radicalizar y movilizar. Y está más cerca de alcanzar esa meta que Occidente de detenerle.
Jason Burke, ha llevado a cabo el más completo análisis y la más compleja investigación periodística sobre la nebulosa que gira en torno a Osama Bin Laden en Al Qaeda: Casting a Shadow of Terror (I.B Tauris, Nueva York, 2003). Para una reflexión filosófica sobre lo que significa este fenómeno, que, contra lo que pudiera parecer, no es un movimiento conservador, sino revolucionario, resulta muy revelador el ensayo de John Gray, profesor de la prestigiosa London School of Economics: Al Qaeda y lo que significa ser moderno (Paidós, Barcelona, 2004). La yihad: expansión y declive del islamismo (Ed. Península, Barcelona, 2002), de otro gran especialista, el francés Gilles Kepel, es un relato perspicaz y detallado de la historia reciente de la militancia y el activismo político en el islam, aunque la tesis central del libro, que afirma que el islamismo radical estaría en decadencia, se ha revelado infundada. Olivier Roy, profesor del Centro Nacional de Investigación Científica de París y otro de los grandes arabistas franceses, analiza el papel de la religión musulmana en la sociedad actual en Islam, terrorismo y orden internacional y en El islam mundializado: los musulmanes en la era de la globalización (ambos libros editados por Bellaterra, Barcelona, 2003). El periodista español Javier Valenzuela, gran conocedor del mundo árabe, investiga las redes islámicas en la península Ibérica en España en el punto de mira: la amenaza del terrorismo islámico (Temas de Hoy, Madrid, 2002).
Terrorismo global (Taurus, Madrid, 2003), de Fernando Reinares, ofrece un agudo análisis de este fenómeno internacional, igual que Terrorismo religioso: auge global de la violencia religiosa (Siglo XXI de España Editores, Madrid, 2001), de Mark Juergensmeyer. The Age of Sacred Terror (Random House, Nueva York, 2002), de Daniel Benjamin y Steven Simon, es una presentación autorizada e inteligente de la política estadounidense durante el enfrentamiento de la Administración Clinton con Al Qaeda. The Road to al-Qaeda: the Story of Bin Laden's Right-hand Man (Pluto Press, Sterling, 2004), de Montasserr al-Zayyat, ofrece la perspectiva interesante de un militante reconocido.
Para comprender las causas que desembocaron en los atentados neoyorquinos del 11-S, los lectores deben consultar Ghost War. The secret history of the CIA, Afghanistan and Bin Laden, from the Soviet Invasion to September 10, 2001 (Penguin Press, Nueva York, 2004) de Steve Coll, editor gerente de The Washington Post, y Contra todos los enemigos (Taurus, Madrid, 2004), el polémico libro de Richard Clarke, ex director del Grupo de Seguridad Antiterrorista de la Casa Blanca, en el que acusa al presidente George W. Bush de ignorar sus advertencias sobre el peligro que representaba Al Qaeda.

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Guadalupe Leyva, o mejor conocida como «Lupita, la novia de Culiacán» es una leyendas de de la capital del estado.  Este domingo 22 de dicie...