16 nov 2008

Reunión del G-20

Mensaje del Presidente Calderón a los medios en Washington DC
Sábado, 15 de Noviembre de 2008 Especial
Washington D.C., EUA
Muy buenas tardes, amigas y amigos de los medios de comunicación.
Voy a hacer un resumen muy sucinto del resultado de la Reunión del G-20, pero antes, tengo entendido que no tuvieron acceso al audio o al video de la reunión, voy a repetir el mensaje que di en una de las reuniones, hubo varios mensajes, y después se distribuirá posteriormente entre ustedes.
Dije:
Señoras y señores Jefes de Estado y de Gobierno.
Amigas y amigos:
En este inicio del Siglo XXI estamos viviendo una crisis global y la única manera de enfrentarla es mediante soluciones globales.
Las causas de las crisis se pueden resumir en tres principales.
Primero. Un periodo prolongado de crecientes desequilibrios económicos globales que generó un exceso de liquidez, un mayor apetito por activos y una creciente toma de riesgos cada vez mayores por parte de los inversionistas.
Segundo. Una laxa regulación y supervisión del sistema financiero, sustentada en la falsa premisa de la autorregulación.
Y tercero. La capacidad limitada de los organismos financieros internacionales de velar de manera efectiva por la salud del sistema financiero mundial.
Es importante resaltar que la crisis no se originó en los países en desarrollo, por el contrario; el dinamismo que ha tenido la economía global pudo sostenerse gracias a la vitalidad de las economías emergentes.
Es fundamental instrumentar acciones decididas e inmediatas para romper la espiral negativa de la incertidumbre, y en ese sentido, México propone cuatro acciones principales.
Primero. Contención de la crisis financiera.
Segundo. Adopción de políticas económicas anticíclicas de manera coordinada.
Tercero. La reforma de las instituciones financieras nacionales e internacionales.
Y cuarto. La prevención de una nueva era de proteccionismo.
Por lo primero, insisto en que necesitamos tomar medidas que aseguren la contención de la crisis financiera y que reduzcan al mínimo su impacto en la economía global, evitando el efecto contagio.
Las naciones desarrolladas podrían acelerar los procesos y las medidas que han puesto en marcha para estabilizar sus mercados financieros y evitar que políticas financieras puedan dañar a otras economías, como lo sería el otorgamiento de garantías gubernamentales amplias o indiscriminadas a todo tipo de pasivos financieros.
Segundo. Se requiere que todos los países, en particular los desarrollados, adoptemos políticas fiscales expansivas y de una manera coordinada, para obtener las mayores sinergias posibles, esto compensaría la caída en el consumo e inversión privada que se ha venido observando recientemente.
La mejor manera de superar la crisis es mantener nuestro crecimiento económico. En México estamos empleando todos los instrumentos disponibles a nuestro alcance para ejecutar políticas contracíclicas, por lo menos en los ámbitos fiscal y financiero.
Hemos utilizado a la Banca de Desarrollo para compensar la reducción de los fondos externos disponibles para nuestra economía, y hemos proporcionado la suficiente liquidez al sistema financiero y a las empresas que lo han requerido.
Hemos fortalecido el gasto público, en especial en proyectos de infraestructura, y hemos reforzado la red de protección y seguridad social para cuidar que el ingreso de las familias que menos tienen, se deteriore y evitar con la crisis que crezca la pobreza.
Paralelamente hemos mantenido saludables las finanzas públicas y el equilibrio macroeconómico, gracias a las reformas realizadas, tanto al sistema de pensiones de los servidores públicos como en materia hacendaria.
Tercero, proponemos una reforma de los sistemas financieros nacionales e internacionales. Tanto los países desarrollados como los emergentes, necesitamos revisar con mucho mayor detalle la regulación de los sistemas financieros.
Se requiere que los foros de discusión sean más incluyentes, porque están dominados por las naciones desarrolladas, casi exclusivamente.
Por eso México propone incluir a los países emergentes como miembros del Foro de Estabilidad Financiera, el Financial Stability Forum, y eventualmente que el Fondo Monetario Internacional retome el liderazgo de este debate, aprovechando su membresía universal.
Asimismo, realizar reformas adicionales a los órganos de gobierno de las instituciones financieras multilaterales, reconociendo la mayor importancia que tienen las naciones emergentes en la economía global.
Fortalecer al Fondo Monetario Internacional para que realice una supervisión imparcial del sistema financiero internacional, a fin de identificar y corregir con oportunidad cualquier problema sistémico que se presente, no sólo en los países en desarrollo, sino también en los países desarrollados.
De la misma manera, proponemos mayor eficacia y flexibilidad de las instituciones financieras, como el Banco Mundial o los bancos regionales de desarrollo, como el Banco Interamericano, porque urge mucho más rapidez y flexibilidad en la colocación de préstamos para países en desarrollo, ante la reducción súbita de flujo de créditos privados.
Cuarto. Finalmente, hay que evitar a toda costa el resurgimiento del proteccionismo. Es esencial que nuestros países promuevan la confianza en el sistema comercial internacional, y eviten aumentos de aranceles. También es indispensable que demos impulso decidido a la conclusión de las negociaciones de la Ronda de Doha, en el marco de la Organización Mundial de Comercio.
Señoras y señores:
La mano invisible falló y se requiere ahora la mano visible del Estado para corregir desigualdades, desequilibrios y especialmente para reactivar la economía a través de políticas contracíclicas que eviten la recesión.
Esto no quiere decir que la economía de mercado esté muerta o que la economía global haya terminado. Se necesita, ahora más que nunca, más mercado y más economía global, más comercio y más inversión global.
También y, desde luego, urgen acciones más rápidas y una regulación más eficiente con estímulos económicos mejor alineados.
Se requiere que las acciones coordinadas no sólo resuelvan las necesidades técnicas para reactivar la economía, sino que la gente debe ver en sus representantes el liderazgo suficiente y claro que haga saber que hay conducción firme en medio de la tormenta y que eso permita que los pueblos y los actores económicos recuperen la confianza en sí mismos y en el futuro, porque ésta, la desconfianza, es una de las causas medulares que ha paralizado nuestras economías.
Recuperar la confianza en el sistema financiero y en la capacidad de respuesta de los gobiernos y las instituciones multinacionales hará retroceder el pánico y nos permitirá retomar el camino de estabilidad y de crecimiento.
Lo que el mundo requiere de sus líderes en estos momentos es pasar de las palabras a los hechos, y por eso México se suma a este esfuerzo e invita a seguir trabajando para lograr una respuesta global a una crisis, también global.
Ahora paso a un resumen de los elementos de la declaración que finalmente se negoció y se votó, se aprobó en el marco de esta Reunión del Grupo de los 20.
Vale la pena advertir que la reunión fue convocada en el marco de una severa crisis económica global, que requiere de una acción coordinada de todos los países para enfrentarla.
Los líderes reflexionamos sobre las causas que llevaron a esta situación y las medidas inmediatas que estamos emprendiendo para enfrentarla.
La mayor parte de nuestras discusiones se concentró en las acciones que debemos adoptar para salir adelante.
En la declaración y en el plan de acción que fue aprobado se detallan estas acciones, entre las cuales están:
En primer lugar. Estabilizar los mercados financieros y reactivar la actividad económica, además de establecer un plan de reforma para corregir los sistemas financieros y redefinir la arquitectura de los organismos financieros internacionales.
Decidimos fortalecer la coordinación internacional en el ámbito de las políticas macroeconómicas como medio para revertir las tendencias recesivas de la economía mundial.
Señalamos, asimismo, la importancia de mitigar los efectos de la crisis sobre los mercados financieros y la economía real de los países desarrollados y emergentes.
Para ello, subrayamos la necesidad de adoptar medidas especiales para que las economías de los países emergentes mantengan la posibilidad de acceder a recursos de los organismos financieros internacionales, en la medida en que lo requieran.
Acordamos revisar el marco regulatorio y de monitoreo que rige a las instituciones financieras, a fin de dotarlas de mayor transparencia y fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas para lograr un mayor control que evite futuras crisis, sin que se inhiba el dinamismo de dichos mercados.
Un acuerdo fundamental que quisiera destacar es el compromiso de reformar las instituciones emanadas de Bretton Woods, así como el Foro de Estabilidad Financiera, a fin de que reflejen de manera adecuada las nuevas realidades de la economía mundial, en particular el peso específico de los países emergentes como México.
Los líderes reconocimos que cualquier solución a esta crisis debe tener como fundamento la apertura económica y el libre comercio. Acordamos por ello, una moratoria en los próximos 12 meses para la imposición de nuevas barreras para el comercio y la inversión, y nos comprometimos a redoblar los esfuerzos para una conclusión antes de fin de año de las negociaciones de la Ronda de Doha.
Finalmente, para lograr los propósitos anteriores, adoptamos un plan de acción que consta de aproximadamente 50 medidas prioritarias que deberemos de poner en práctica en los próximos 100 días y en el mediano plazo.
Para dar seguimiento a la implementación de estos acuerdos, decidimos reunirnos los líderes del G-20 antes del 30 de abril del 2009, nuevamente.
Como reflexión final de la Cumbre, puedo señalar que es claro que no podemos actuar de manera aislada ante una crisis de estas dimensiones, que se requiere una respuesta global, firme y oportuna.
Esta coyuntura hizo evidente la necesidad de actuar de manera coordinada y que es necesario la acción decidida y más efectiva del Estado, como planteamos dentro de la propia reunión.
Estos acuerdos, la Declaración y el Plan de Acción, son, desde mi punto de vista, un muy buen punto de partida, no sólo para hacer frente a la situación económica imperante, sino verdaderamente para rediseñar y transformar en el mediano y largo plazo el sistema financiero internacional.
Ustedes tendrán a su disposición, tanto la Declaración de la Cumbre de Líderes del Grupo de los 20, como el Plan de Acción, y me pongo a sus órdenes para sus preguntas.
SESIÓN DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS
PREGUNTA: -Buenas tardes, señor Presidente.Con todos los diálogos que ustedes tuvieron en estas últimas horas, al parecer tienen ya tienen un diagnóstico con la información más reciente de cuál es la situación verdadera de esta crisis financiera.
Yo quiero preguntarle de manera muy concreta, con la información que tienen, que ya debatieron, cuál es el tamaño del boquete, obviamente, a nivel internacional, pero dentro de la economía mexicana:
Esta situación, después de revisarla con la información más reciente, compromete las metas, no de este año, sino de todas las metas de su sexenio en materia de generación de empleo, educación y salud.
Cuál es el escenario real que usted vislumbra.
Y en ese sentido, uno de los temas centrales, es la decisión de aplicar regulaciones más severas a nivel internacional, que se van a empezar a aplicar hasta el mes de abril, cuando se vuelvan a reunir.
El Gobierno mexicano, qué señal dura o va a enviar para que se sepa que de verdad va a aplicar regulaciones severas. Todos sabemos los episodios de volatilidad que hubo hace unos días, y hasta el momento no se sabe qué pasó con esa gente que especuló, que le costó mucho dinero al país.
El buen juez por su casa empieza.
Muchas gracias.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Primero es que las estimaciones económicas para el próximo año están contenidas ya en la Ley de Ingresos de la Federación, y lo que tenemos, es esperar, verdaderamente, cómo se traduce o se traslada el impacto de la crisis financiera estrictamente a la economía real.
Creo que es muy temprano para preverlo, es muy temprano para hacer una nueva estimación acerca de sus impactos. Seguramente lo habrá; pero también es cierto que estamos absolutamente decididos a actuar con todas las capacidades presupuestales y de decisiones del Gobierno, para contrarrestar esos impactos.
No sólo es el incremento en el presupuesto de infraestructura, que finalmente fue aprobado por el Congreso, es un presupuesto, muy sólido en materia de infraestructura, incluso si se considera el hecho de que de las modificaciones que se han hecho a la Ley de gasto, la Ley de Presupuesto, creo que contiene el mayor incremento en la historia de México en materia de inversión en infraestructura. Eso va a ayudar significativamente a moderar estos impactos de la situación económica.
Por otra parte, no sólo actuaremos en el plano de las grandes obras de infraestructura, como lo hicimos ya en el año 2008, con éxito, sino que también vamos a iniciar y presentaré, desde luego, en su oportunidad, pero anticipo ahora, un programa de estímulo económico, que vaya orientado no sólo a las grandes obras de infraestructura, sino a las pequeñas obras de infraestructura que podemos y que vamos a hacer en todo el país.
Estoy pensando, por ejemplo, como dije en el mensaje cuando presenté el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, en infraestructura de las escuelas básicas del país, como parte, además, del cumplimiento del compromiso de la Alianza por la Calidad Educativa.
Esto va a implicar la acción del Gobierno para restaurar, arreglar, levantar, o modificar, decenas de miles de escuelas básicas en todo el país, es decir, obras que se van a realizar hasta en las poblaciones más modestas, que van a generar un ciclo de actividad económica. O bien la reparación de caminos rurales, porque para ello tenemos el presupuesto más alto en la historia de México para caminos rurales, casi, un poco más de 15 mil millones de pesos, que nos van a permitir activar la economía en las zonas más pobres de México; la realización de pequeñas obras hidráulicas, etcétera.
Es decir, el Gobierno mexicano va a actuar de manera muy decidida, una política muy agresiva, diría yo, para reactivar la economía, y una vez que tengamos el balance del impacto de la economía internacional, todavía, incluso, no se estima aún verdaderamente de qué tamaño será este impacto de la situación financiera en la economía global, y de eso dependerá si México tendrá que hacer algún ajuste o no; pero lo que sí es cierto es que el Gobierno mexicano va a estar muy, muy activo en activar la economía mexicana por sus propios medios.
El peso del gasto del Gobierno es significativo. Recordemos que el tamaño presupuestal del Gobierno debe andar en los 22 puntos del Producto Interno Bruto, 24 quizá ya, y una parte significativa de eso se va a traducir, naturalmente, en gasto público y en actividad económica.
Por otra parte, y también en términos de medidas preventivas, creo que en eso México, afortunadamente ya tomó en la década, en los años recientes, medidas preventivas y cautelares muy sólidas.
No fue algo gratuito desde luego, fue algo que tuvimos que hacer dada la severidad de la crisis bancaria del 95, 98.
Pero por esa misma razón, las medidas cautelares y precautorias que tiene México, en las obligaciones que impone a los Bancos, por ejemplo, para reservar una buena parte de su cartera, para controlar la cartera vencida, para obligar la capitalización de los activos de los Bancos, son medidas que evitaron que, en el caso mexicano, la crisis financiera y la quiebra de las grandes corporaciones mundiales se contagiara y contaminara a una quiebra o a una falla del sistema bancario y financiero mexicano.
De manera tal, que muchas medidas que países desarrollados van a empezar a tomar para obligar la capitalización de su sistema bancario, en México se tomaron ya en el pasado.
Naturalmente que esto que algunos llaman pasar al proceso de Basilea III, o con muchos nombres, estas medidas preventivas sobre el sistema financiero, naturalmente, amigos, las vamos a volver a revisar; pero el hecho de que en México no haya habido una corrida en el sistema financiero, el hecho de que en México no se haya detenido de manera abrupta el crédito, el hecho de que no hayamos tenido que intervenir desde el Gobierno para capitalizar con grandes sumas multimillonarias de dinero, como se está haciendo en Estados Unidos, por ejemplo, obedece a que esas medidas preventivas en gran parte ya se habían puesto en su lugar.
Incluso los mecanismos establecidos para el tipo de cambio, están funcionando como se prevé en un sistema de paridad cambiaria flexible. Es decir, cuando hay circunstancias de demanda de divisas extranjeras el tipo de cambio se mueve con absoluta libertad, y eso permite que el ajuste que se hace en un momento de crisis se haga, sobre todo, en las variables nominales o en el tipo de cambio y se minimice el efecto sobre las variables reales.
De tal manera que es como un amortiguador finalmente el tipo de cambio, y así funcionó. Y seguramente en la medida en que se vaya asentando el temor o el pánico de incertidumbre que hay en los mercados globales, también en esa medida habrá un ajuste paulatino, razonable del propio tipo de cambio, como de hecho ya se ha registrado.
Es decir, del momento pico que llegó aquella mañana, hace unas cuatro semanas, a 14 y medio, por ejemplo; ahora razonablemente tiene variaciones entre 12 y 13, un poco más, pesos por dólar. Y seguramente entrará a un proceso de estabilización.
De la misma manera para respaldar la liquidez del sistema, funcionó también las reservas del Banco de México, que incluso el mecanismo de amortiguamiento del tipo de cambio flexible, incluso funcionaría per se, aunque los ajustes serían más severos si no estuvieran las reservas.
Si las reservas son precisamente para eso, para hacer una modulación de los ajustes en materia cambiaria. Y eso también ha funcionado.
Pienso también que a diferencia de otros años, los efectos en el tipo de cambio, por ejemplo, con factores previsibles de inflación son mucho menores de los que ocurrían en el pasado y, en general, tenemos las variables bajo control.
Aún con los efectos inflacionarios que se han registrado en todo el mundo, México sigue teniendo la inflación más baja de América Latina, una inflación razonablemente baja en comparación con muchas variables del mundo. Y creo que así estaremos mejorando día con día estas variables, aún con estas variaciones.
Es más o menos su pregunta.
-PREGUNTA: -Buenas tardes, señor Presidente. Soy Roberto de la agencia Bloomberg.
La pregunta mía. Si hubo discusión entre los delegados en las charlas que terminaron hoy sobre el hecho de que Estados Unidos está prácticamente, a punto de dar un rescate a los grandes automotrices, y si, digamos, hubo críticas al hecho de que eso podría ir en contra de los principios de libre mercado y de los acuerdos.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Honestamente no se planteó, en específico, el tema de la situación de la industria automotriz, concretamente en Estados Unidos.
Y lo que hizo la reunión fue hacer un énfasis muy claro, muy insistente, en finalizar la Ronda de Doha, y un compromiso de todos los países de evitar que surjan nuevas barreras proteccionistas.
Pero no hubo, honestamente, ningún comentario sobre el tema de la política a seguir por el Gobierno, de los Estados Unidos en el caso de las automotrices.
-PREGUNTA: Había preocupación aquí en Washington sobre un tema de que los líderes reunidos aquí afirmaran o reafirmaran un compromiso con el mercado libre. Y quisiera saber su opinión sobre si el rol del Gobierno versus el rol del libre comercio estuvo presente, y si hubo realmente un compromiso en este sentido o una reafirmación de principio en este sentido.
O es que en esta coyuntura ha habido peso para ir a un mayor rol cada vez para el Gobierno y salvar estas situaciones.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Déjeme ver si lo puedo explicar así.
Aparentemente debiera de haber una tensión o una contradicción en darle más peso al mercado o al Estado.
Yo resumiría que mi impresión es que el consenso es que debe fortalecerse el mercado, y para ello debe fortalecerse el Estado, aunque parezca paradójico; es decir, un poco la moción fue el no equivocarnos, como dije hace un momento y lo dije en mi intervención, esto no significa que el mercado libre esté muerto o que esté terminada la economía global; al contrario, se requiere más mercado y una expresión de esta voluntad es el compromiso de detener los intentos proteccionistas.
Pero a la vez se requiere más Estado que regule este mercado, que corrija sus desigualdades, que regule y evite arbitrariedades, abusos, y precisamente eso se traduce en el compromiso de una regulación financiera mucho mejor y mucho más precisa.
Quizá hubo en los discursos aparentemente un debate sobre, básicamente se frasea de esta manera, si se requiere más regulación o mejor regulación. Evidentemente desde que se plantea así la disyuntiva, pues todos estamos porque haya mejor regulación.
Es cierto, pero un énfasis que hicimos en el caso de México y que se recogió un poco en el tema del documento, es que es evitar que acciones específicas de determinadas economías, por ejemplo, la protección o respaldo indiscriminado a todo tipo de pasivos en instituciones bancarias o financieras puede perjudicar a otras economías regionales, y evidentemente en la medida que haya un criterio mucho más homogéneo para regular con objetividad el sistema financiero, en esa misma medida podremos, verdaderamente, evitar sobresaltos entre países.
Por lo demás a mí me parece claro, y ya esta es una opinión personal, no digo que se haya tratado a detalle en la reunión, que sí necesitamos diseñar mecanismos de control y supervisión financiera mucho más precisos, y que distribuyan mejor las cargas y los estímulos entre los agentes financieros.
Algo que ha comentado el equipo hacendario mexicano en las reuniones de análisis que hemos tenido sobre este tema es que, por ejemplo, si hubiese habido en toda la cadena de intermediarios financieros que manejaron por ejemplo estos títulos de hipotecas o de valores hipotecarios.
Si en cada eslabón de la cadena y en cada intermediario hubiera habido mayores estímulos e incentivos para asumir una responsabilidad acerca de la viabilidad del pago del crédito hipotecario original, probablemente hubiera habido mucho mejor comportamiento de la cartera hipotecaria, cuya falla fue la que detonó el colapso financiero de ahora.
Pero la verdad es que el sistema y su regulación no preveía, no propiciaba, el que cada uno de los que compraban o vendían uno de estos títulos asumiera contra su propio patrimonio una parte de la responsabilidad de la viabilidad de la cartera.
Creo que este tipo de mecanismos, por ejemplo, tendrán que formar parte de una nueva regulación.
Y por otra parte, se habló mucho de una nueva regulación de las multinacionales. Por ejemplo, lo que dije hace un rato, en toda esta crisis el Fondo Monetario, por ejemplo, finalmente no intervino, no ha actuado, salvo en casos excepcionales y de países muy pequeños.
Y la verdad es que para enfrentar situaciones y crisis, como ésta, se requieren entidades multinacionales mucho más fuertes, mucho más activas y mucho más ágiles.
A mí me tocó como director de BANOBRAS, hace ya tiempo, ver el comportamiento de los préstamos, por ejemplo, de algunos de estos bancos de desarrollo multinacionales, en tiempos del Banco Interamericano de Desarrollo, por ejemplo. Y para ejercer un crédito llegaban a transcurrir no sólo meses, sino años.
Y ahora que hay esta crisis crediticia en muchos países en desarrollo, esos países, no es ciertamente el caso de México, pero muchos países en desarrollo simple y sencillamente no pueden esperar, ya no digo años, ni siquiera meses; a lo mucho podrán esperar unas cuantas semanas para reactivar el crédito que por ahora, mientras dure el pánico o por lo menos esta situación crítica internacional, está contraído en todo el mundo y también en esos países.
Muchas gracias.

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