Los verdaderos motivos del viaje de McCain
Aunque en teoría el candidato republicano John McCain llega hoy a Cartagena para informarse sobre algunos programas del Plan Colombia y apoyar el TLC, lo cierto es que viaja a cuatro meses de las elecciones en EE UU. para realzar su imagen de hombre experimentado en asuntos de seguridad nacional y para atraer el voto hispano en su país.
Aunque en teoría el candidato republicano John McCain llega hoy a Cartagena para informarse sobre algunos programas del Plan Colombia y apoyar el TLC, lo cierto es que viaja a cuatro meses de las elecciones en EE UU. para realzar su imagen de hombre experimentado en asuntos de seguridad nacional y para atraer el voto hispano en su país.
Por Juan Carlos Iragorri. Especial para Semana.com
Revista SEMANA On line, 01/07/2008;
Revista SEMANA On line, 01/07/2008;
En un hecho excepcional en la historia de las campañas políticas norteamericanas, el candidato del partido republicano a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, John McCain, aterriza esta tarde en Cartagena para reunirse con el presidente Álvaro Uribe, con varios ministros y con representantes del sector privado, y para informarse acerca de algunos programas antidrogas desarrollados al amparo del Plan Colombia. Pero su visita, según los analistas, también obedece a motivos electorales.
A sólo cuatro meses de los comicios, McCain, senador de Arizona y de 71 años de edad, llegará a Cartagena en un avión procedente de Indianápolis que tocará tierra a las cinco y media en la plataforma del aeropuerto Rafael Núñez. Allí lo esperará, como un gesto amistoso pues el protocolo no lo exige, el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo. “En Colombia esperamos que el senador pueda informarse bien sobre los avances de este país”, le dijo anoche el ministro a Semana.com.
Al salir del terminal aéreo, el aspirante republicano a la Casa Blanca será conducido a la Casa de Huéspedes Ilustres donde a las seis y cuarto sostendrá un encuentro de una hora con el presidente Uribe y con los ministros de Defensa, Juan Manuel Santos; de Comercio, Luis Guillermo Plata, y de Minas y Energía, Hernán Martínez. A la cita acudirán igualmente el canciller Araújo; el Alto Consejero para la Reintegración, Frank Pearl, y la embajadora en Washington, Carolina Barco.
Una vez termine la reunión, McCain comparecerá ante los periodistas a las siete y quince. Más adelante, el presidente Uribe le ofrecerá una cena en honor suyo y de su esposa Cindy, que vienen acompañados del senador independiente y candidato a la vicepresidencia de Al Gore en el año 2000 Joe Lieberman; del senador republicano Lindsey Graham, y de más de 40 periodistas. Los visitantes pasarán luego la noche en el Hotel Santa Clara, en el centro histórico de Cartagena, donde abundan las medidas de seguridad.
A sólo cuatro meses de los comicios, McCain, senador de Arizona y de 71 años de edad, llegará a Cartagena en un avión procedente de Indianápolis que tocará tierra a las cinco y media en la plataforma del aeropuerto Rafael Núñez. Allí lo esperará, como un gesto amistoso pues el protocolo no lo exige, el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo. “En Colombia esperamos que el senador pueda informarse bien sobre los avances de este país”, le dijo anoche el ministro a Semana.com.
Al salir del terminal aéreo, el aspirante republicano a la Casa Blanca será conducido a la Casa de Huéspedes Ilustres donde a las seis y cuarto sostendrá un encuentro de una hora con el presidente Uribe y con los ministros de Defensa, Juan Manuel Santos; de Comercio, Luis Guillermo Plata, y de Minas y Energía, Hernán Martínez. A la cita acudirán igualmente el canciller Araújo; el Alto Consejero para la Reintegración, Frank Pearl, y la embajadora en Washington, Carolina Barco.
Una vez termine la reunión, McCain comparecerá ante los periodistas a las siete y quince. Más adelante, el presidente Uribe le ofrecerá una cena en honor suyo y de su esposa Cindy, que vienen acompañados del senador independiente y candidato a la vicepresidencia de Al Gore en el año 2000 Joe Lieberman; del senador republicano Lindsey Graham, y de más de 40 periodistas. Los visitantes pasarán luego la noche en el Hotel Santa Clara, en el centro histórico de Cartagena, donde abundan las medidas de seguridad.
El miércoles temprano, McCain hablará con el ministro Araújo y, fiel a su costumbre como veterano de guerra, visitará a los soldados que se recuperan en el Hospital Naval. Después irá a la estación de Guardacostas de la Base Naval, donde le explicarán algunos programas contra el narcotráfico y la lucha antiguerrilla que han sido financiados con recursos del Plan Colombia, la iniciativa lanzada en 1999 por el presidente demócrata de los Estados Unidos, Bill Clinton, y aprobada en Washington por el Congreso, en ese entonces controlado por la oposición republicana. McCain no es ajeno a la Armada.
Hijo y nieto de almirantes de guerra de Vietnam y de la Segunda Guerra Mundial, él mismo fue piloto de la Marina norteamericana en el conflicto contra los vietnamitas del norte, donde cayó prisionero y fue torturado por la guerrilla del Vietcong. Sufrió la fractura de los dos brazos, por lo cual no puede levantarlos, y estuvo cinco años en manos del enemigo. Mañana, poco antes del almuerzo, el senador se desplazará a la Sociedad Portuaria de Cartagena. Veinte minutos más tarde dará una rueda de prensa en el Santa Clara, tras la cual se sentará a manteles con los integrantes de la Cámara de Comercio Colombo-Americana y con diversos empresarios del país.
A eso de las dos de la tarde tomará el avión para volar a México, segundo y último país latinoamericano en esta gira. Pero, ¿cuál es el verdadero propósito de la visita de McCain? ¿Hay algo más allá que revisar el Plan Colombia? Varios analistas creen que sí. Entre ellos se cuenta Michael Shifter, vicepresidente del Diálogo Interamericano, el ‘think tank’ más prestigioso de Washignton en lo que se refiere a América Latina, que constata inicialmente que el viaje al exterior de un candidato presidencial norteamericano en plena campaña es “bastante inusual”.
Aparte de eso, Shifter considera que “lo que McCain pretende hacer en Colombia es realzar su experiencia en temas de seguridad nacional, uno de los aspectos en los que se considera más fuerte frente a su rival en los comicios del 6 de noviembre el demócrata Barack Obama, y convencer a millones de hispanos que viven en Estados Unidos de que voten por él”. No será fácil. Para Shifter, si bien Colombia es el único país del hemisferio donde se ha sufrido tan duramente el flagelo del narcotráfico y donde las autoridades han mostrado avances mientras libran un conflicto armado, el objetivo que se ha trazado McCain es difícil de alcanzar. “En Estados Unidos, donde el senador de Arizona tiene sólo el 28% del voto latino, los hispanos están hoy más preocupados por otras cosas como la mala situación económica y la guerra en Irak”, dice.
A estas alturas, McCain sabe perfectamente que tiene la presidencia cuesta arriba. Si se promedian los últimos ocho sondeos de opinión, Obama lo supera por un promedio de 7,1 puntos porcentuales. La diferencia entre las distintas muestras es abismal. De acuerdo con la más reciente de la revista ‘Newsweek’, el candidato demócrata lo aventaja por un astronómico 15%. Pero conforme a la que hizo en días pasados el canal Fox News, la diferencia es de un 4%. McCain ha sido un viejo amigo de los gobiernos colombianos y le ha dado su apoyo al presidente Uribe. Ha dicho que respalda la continuidad del Plan Colombia y ha criticado a la bancada demócrata de la Cámara de Representantes norteamericana que con sus mayorías y bajo el liderazgo de la presidenta de ese organismo, Nancy Pelosi, aplazó indefinidamente en abril la votación del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado en noviembre de 2006 en Washington por Estados Unidos y Colombia. Según él, “uno no puede volverles la espalda de ese modo a los aliados, sobre todo cuando se trata de un país que es baluarte de la democracia y un faro de esperanza en una región donde hay quienes se oponen a las libertades”.
Esa posición contrasta con la de Obama, que se ha opuesto al TLC mientras exista un alto índice de criminalidad contra los sindicalistas en Colombia. Se ignora si Uribe se alineará con McCain en Cartagena a propósito del TLC y en contra de Obama, o si, por el contrario, insistirá en la importancia de preservar la neutralidad frente a demócratas y republicanos. Si hace lo primero, “sería un suicidio”, advierte Michael Shifter. Aunque la iniciativa de este viaje partió de McCain, la embajadora Carolina Barco, le confirmó a Semana.com que Uribe también ha invitado a Barack Obama, senador de Illinois, para que viaje a Colombia. En las toldas de Obama se cree que durante el senador McCain fustigará durante su visita a Cartagena al candidato demócrata por su negativa a respaldar el TLC. “Nos imaginamos que McCain criticará al senador Obama por no haberse manifestado a favor de ese acuerdo comercial”, le dijo a Semana.com el coordinador del comité encargado de las políticas hacia Latinoamérica en la campaña obamista, Dan Restrepo.
Cuando McCain aterrice, también deberá reaccionar ante la carta que le envió Kenneth Roth, el director ejecutivo de la conocida organización no gubernamental estadounidense Human Rights Watch, en la que le pide cuestionar la información que le dé el presidente Uribe y enterarse del desplazamiento forzado, las ejecuciones extrajudiciales y el acoso al que somete el gobierno a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
The New York Times’ dice que un asesor de McCain ha tenido intereses en Colombia
El rotativo sostiene que Charlie Black, uno de los principales asesores del candidato republicano, presidió hasta hace poco una firma de ‘lobby’ que trabajó para la sucursal colombiana de la Occidental Petroleum Corporation, una firma con una trayectoria dudosa en materia de derechos humanos.
El rotativo sostiene que Charlie Black, uno de los principales asesores del candidato republicano, presidió hasta hace poco una firma de ‘lobby’ que trabajó para la sucursal colombiana de la Occidental Petroleum Corporation, una firma con una trayectoria dudosa en materia de derechos humanos.
Por Juan Carlos Iragorri. Especial para Semana.com
Revista SEMANA on line, 01/07/2008;
Revista SEMANA on line, 01/07/2008;
El diario ‘The New York Times’ le puso este martes el dedo en la llaga a la visita que el candidato presidencial del partido republicano John McCain hará hoy y mañana a Cartagena, donde se reunirá con el presidente Álvaro Uribe, varios ministros y empresarios del sector privado. Según el rotativo, Charlie Black, uno de los principales asesores de McCain, dirigió hasta hace poco una firma norteamericana que hizo ‘lobby’ en Washington no sólo a favor de la sucursal en Colombia de la Occidental Petroleum Corporation, sino también “de una ex ministra colombiana de Relaciones Exteriores que es ahora una próspera mujer de negocios”.
De acuerdo con el ‘Times’, la empresa BKSH & Associates, de la que Black fue presidente hasta el pasado mes de marzo, “se ha ganado más de 1,8 millones de dólares” al representar a la Occidental, a diversas compañías textileras y a la ex ministra. “Conforme a documentos oficiales, el señor Black hizo ‘lobby’ ante el Congreso, el Departamento de Estado y la Casa Blanca a nombre de la Occidental y con respecto a ‘asuntos generales de energía’ y ‘asuntos generales de comercio’. Su lista de actividades incluía lograr ‘ayuda exterior a Colombia y el bloqueo de un embargo económico al país, que tiene un dudoso récord en derechos humanos”, agrega el periódico.
No es la primera vez que ‘The New York Times’ centra su atención en los asesores de McCain, que es senador por Arizona. La semana pasada publicó un extenso artículo en el que demostró que varios de ellos han recibido importantes sumas de dinero como consecuencia de las gestiones de ‘lobby’ a las que se han dedicado. Este es uno de los puntos por los que McCain ha sido blanco de las críticas de su rival demócrata, Barack Obama, a quien se enfrentará en las elecciones presidenciales el 6 de noviembre. Charlie Black tampoco es ajeno a los titulares de prensa. Este mismo mes debió pedir disculpas públicas tras haber dicho en una entrevista en ‘Fortune’ que un atentado terrorista en suelo norteamericano beneficiaría la candidatura de McCain.
El artículo de ‘The New York Times’ señala además que las actividades de la Occidental Petroleum Corporation en Colombia han sido muy cuestionadas por “grupos de derechos humanos, de derechos de los indígenas y de ambientalistas, que han acusado a la compañía de haber sido cómplice en la muerte de campesinos que se sospecha simpatizaban con grupos guerrilleros que operaban en zonas de extracción de petróleo o que eran atravesadas por un oleoducto”. Según el diario neoyorkino, el episodio más polémico de la Occidental tuvo lugar en diciembre de 1998 cuando la Fuerza Aérea colombiana mató en un bombardeo a 18 personas porque empleados de la firma dieron mal las coordenadas.
La nota del The New Yor Times, July 1, 2008
McCain Heads Today for Colombia, Where Adviser Has Long Had Ties
De acuerdo con el ‘Times’, la empresa BKSH & Associates, de la que Black fue presidente hasta el pasado mes de marzo, “se ha ganado más de 1,8 millones de dólares” al representar a la Occidental, a diversas compañías textileras y a la ex ministra. “Conforme a documentos oficiales, el señor Black hizo ‘lobby’ ante el Congreso, el Departamento de Estado y la Casa Blanca a nombre de la Occidental y con respecto a ‘asuntos generales de energía’ y ‘asuntos generales de comercio’. Su lista de actividades incluía lograr ‘ayuda exterior a Colombia y el bloqueo de un embargo económico al país, que tiene un dudoso récord en derechos humanos”, agrega el periódico.
No es la primera vez que ‘The New York Times’ centra su atención en los asesores de McCain, que es senador por Arizona. La semana pasada publicó un extenso artículo en el que demostró que varios de ellos han recibido importantes sumas de dinero como consecuencia de las gestiones de ‘lobby’ a las que se han dedicado. Este es uno de los puntos por los que McCain ha sido blanco de las críticas de su rival demócrata, Barack Obama, a quien se enfrentará en las elecciones presidenciales el 6 de noviembre. Charlie Black tampoco es ajeno a los titulares de prensa. Este mismo mes debió pedir disculpas públicas tras haber dicho en una entrevista en ‘Fortune’ que un atentado terrorista en suelo norteamericano beneficiaría la candidatura de McCain.
El artículo de ‘The New York Times’ señala además que las actividades de la Occidental Petroleum Corporation en Colombia han sido muy cuestionadas por “grupos de derechos humanos, de derechos de los indígenas y de ambientalistas, que han acusado a la compañía de haber sido cómplice en la muerte de campesinos que se sospecha simpatizaban con grupos guerrilleros que operaban en zonas de extracción de petróleo o que eran atravesadas por un oleoducto”. Según el diario neoyorkino, el episodio más polémico de la Occidental tuvo lugar en diciembre de 1998 cuando la Fuerza Aérea colombiana mató en un bombardeo a 18 personas porque empleados de la firma dieron mal las coordenadas.
La nota del The New Yor Times, July 1, 2008
McCain Heads Today for Colombia, Where Adviser Has Long Had Ties
By Larry Rohter,
At a time when the role of lobbyists and special interests are at issue in the presidential campaign, Senator John McCain leaves Tuesday on a trip to Colombia, where a senior adviser to him has long had business and political ties.
Since 1998, the lobbying firm headed until recently by Charlie Black, one of Mr. McCain’s closest confidants, has earned more than $1.8 million representing the Occidental Petroleum Corporation, the leading foreign producer of gas and oil in Colombia. The lobbying firm, BKSH & Associates, has also represented Colombian textile and apparel manufacturers and a former foreign minister and presidential candidate who is also a prominent businesswoman.
According to official filings, Mr. Black, who resigned as chairman of BKSH in March, lobbied Congress, the State Department and the White House on Occidental’s behalf regarding “general energy issues” and “general trade issues” involving Colombia. His list of activities also included winning “foreign assistance for Colombia” and efforts to block an economic embargo against the country, which has a questionable human rights record.
“Though he did not have high visibility, we encountered his shadow often,” said Larry Birns, director of the Council on Hemispheric Affairs, an advocacy group that monitors Latin American human rights and political issues from Washington.
Mr. McCain is making the trip in part to highlight his support for a free-trade agreement with Colombia that the Bush administration wants to see approved by Congress by year’s end. The senator, a strong free-trade advocate, has spoken in favor of the accord on the campaign trail.
His presumed Democratic opponent, Senator Barack Obama, opposes the deal and frequently cites it in campaign speeches as an example of what he sees as the administration’s wrongheaded trade policies. Mr. Obama has expressed environmental and human rights concerns, including what he describes as the Colombian government’s repression of labor unions.
Mr. Black has recently been at the center of campaign controversy over an interview, published in June by Fortune magazine, in which he said that another terrorist attack on the United States would benefit Mr. McCain’s candidacy. The McCain campaign declined to make him available to discuss his lobbying activities on behalf of Colombia for BKSH.
“The campaign has no connection to that firm and therefore no connection to the questions you are asking,” said Tucker Bounds, a campaign spokesman.
Occidental’s activities in Colombia have long been controversial, both within that country and among human-rights, indigenous-rights and environmental groups abroad. The groups have accused the company of complicity in the killing of peasants thought to be sympathetic to the left-wing guerrilla groups that operate in the area where Occidental has pipelines or drilling activities. They have also blamed Occidental for the polluting of rural areas and have accused it of intimidating Indian tribes seeking to prevent drilling on their ancestral lands.
Occidental has long denied the accusations, maintaining that its practices are environmentally sound and describing its critics as unrepresentative.
The most controversial episode dates from December 1998, when the Colombian Air Force dropped cluster bombs on Santo Domingo, a village near an Occidental pipeline, killing 18 people. Human rights groups and Colombian government officials say the bombing was a mistake that occurred because three employees of a Florida-based aerial security company employed by Occidental to monitor guerrilla movements had provided incorrect coordinates to the Colombian military pilots.
The American employees of the security company dropped out of sight, and Colombian government efforts to have them handed over for questioning and perhaps trial were fruitless. Frustrated by what they consider the security company’s stonewalling, human rights groups filed suit in California in 2003 and 2004 against Occidental, whose headquarters is in Los Angeles.
Occidental has denied any responsibility for the bombing of Santo Domingo, saying when the first suit was filed that it “has not and does not provide lethal aid to Colombia’s armed forces.”
Even as the Santo Domingo attack became a cause célèbre among human rights groups in Washington, as well as some lawmakers there, Congress approved a special appropriation of nearly $100 million for the protection of oil pipelines in Colombia in 2003, when Mr. Black’s firm was lobbying on Occidental’s behalf.
Atossa Soltani, executive director of Amazon Watch, a human rights group that works on behalf of Colombian Indian tribes opposed to oil drilling and pipelines on their lands, said Mr. Black was also “very active” while Congress was debating a $1.3 billion military assistance package to Colombia that became law in 2000. “We’d be making the rounds in Congress,” Ms. Soltani said, “and Oxy would be there making the rounds, too.”
Occidental has come under fire as well in connection with the 2003 killing of three Colombian labor leaders who were initially and erroneously said to be affiliated with one of the guerrilla groups that regularly attack Occidental’s installations. Three Colombian soldiers, all of them members of a special unit that guards an Occidental pipeline, were charged with murder.
Kitty Bennett contributed reporting.
Since 1998, the lobbying firm headed until recently by Charlie Black, one of Mr. McCain’s closest confidants, has earned more than $1.8 million representing the Occidental Petroleum Corporation, the leading foreign producer of gas and oil in Colombia. The lobbying firm, BKSH & Associates, has also represented Colombian textile and apparel manufacturers and a former foreign minister and presidential candidate who is also a prominent businesswoman.
According to official filings, Mr. Black, who resigned as chairman of BKSH in March, lobbied Congress, the State Department and the White House on Occidental’s behalf regarding “general energy issues” and “general trade issues” involving Colombia. His list of activities also included winning “foreign assistance for Colombia” and efforts to block an economic embargo against the country, which has a questionable human rights record.
“Though he did not have high visibility, we encountered his shadow often,” said Larry Birns, director of the Council on Hemispheric Affairs, an advocacy group that monitors Latin American human rights and political issues from Washington.
Mr. McCain is making the trip in part to highlight his support for a free-trade agreement with Colombia that the Bush administration wants to see approved by Congress by year’s end. The senator, a strong free-trade advocate, has spoken in favor of the accord on the campaign trail.
His presumed Democratic opponent, Senator Barack Obama, opposes the deal and frequently cites it in campaign speeches as an example of what he sees as the administration’s wrongheaded trade policies. Mr. Obama has expressed environmental and human rights concerns, including what he describes as the Colombian government’s repression of labor unions.
Mr. Black has recently been at the center of campaign controversy over an interview, published in June by Fortune magazine, in which he said that another terrorist attack on the United States would benefit Mr. McCain’s candidacy. The McCain campaign declined to make him available to discuss his lobbying activities on behalf of Colombia for BKSH.
“The campaign has no connection to that firm and therefore no connection to the questions you are asking,” said Tucker Bounds, a campaign spokesman.
Occidental’s activities in Colombia have long been controversial, both within that country and among human-rights, indigenous-rights and environmental groups abroad. The groups have accused the company of complicity in the killing of peasants thought to be sympathetic to the left-wing guerrilla groups that operate in the area where Occidental has pipelines or drilling activities. They have also blamed Occidental for the polluting of rural areas and have accused it of intimidating Indian tribes seeking to prevent drilling on their ancestral lands.
Occidental has long denied the accusations, maintaining that its practices are environmentally sound and describing its critics as unrepresentative.
The most controversial episode dates from December 1998, when the Colombian Air Force dropped cluster bombs on Santo Domingo, a village near an Occidental pipeline, killing 18 people. Human rights groups and Colombian government officials say the bombing was a mistake that occurred because three employees of a Florida-based aerial security company employed by Occidental to monitor guerrilla movements had provided incorrect coordinates to the Colombian military pilots.
The American employees of the security company dropped out of sight, and Colombian government efforts to have them handed over for questioning and perhaps trial were fruitless. Frustrated by what they consider the security company’s stonewalling, human rights groups filed suit in California in 2003 and 2004 against Occidental, whose headquarters is in Los Angeles.
Occidental has denied any responsibility for the bombing of Santo Domingo, saying when the first suit was filed that it “has not and does not provide lethal aid to Colombia’s armed forces.”
Even as the Santo Domingo attack became a cause célèbre among human rights groups in Washington, as well as some lawmakers there, Congress approved a special appropriation of nearly $100 million for the protection of oil pipelines in Colombia in 2003, when Mr. Black’s firm was lobbying on Occidental’s behalf.
Atossa Soltani, executive director of Amazon Watch, a human rights group that works on behalf of Colombian Indian tribes opposed to oil drilling and pipelines on their lands, said Mr. Black was also “very active” while Congress was debating a $1.3 billion military assistance package to Colombia that became law in 2000. “We’d be making the rounds in Congress,” Ms. Soltani said, “and Oxy would be there making the rounds, too.”
Occidental has come under fire as well in connection with the 2003 killing of three Colombian labor leaders who were initially and erroneously said to be affiliated with one of the guerrilla groups that regularly attack Occidental’s installations. Three Colombian soldiers, all of them members of a special unit that guards an Occidental pipeline, were charged with murder.
Kitty Bennett contributed reporting.
El Editorial de El Tiempo,
01 de Julio de 2008
McCain en Colombia
Un verdadero acto de equilibrio será el que deban hacer el Presidente y su Canciller ante la visita del candidato republicano de E.U.
John McCain se convierte hoy, una vez llegue a Cartagena, en el primer candidato a la presidencia de los Estados Unidos en la historia que visita a Colombia en un viaje de campaña. El protagonista de este viaje es, además, miembro del Partido Republicano, en la canasta de cuya administración actual, la de George W. Bush, el gobierno de Álvaro Uribe ha puesto desde su inicio todos sus huevos. De allí el acto de equilibrio que el presidente colombiano y su gabinete deben realizar durante esta visita, habida cuenta de la importancia que tienen las relaciones con Estados Unidos para el país.
Por notable que sea el huésped e inusitado su viaje, ambos son, a fin de cuentas, menos importantes que el resultado de las elecciones del 4 de noviembre en E.U. y que la evolución futura de las relaciones bilaterales. Por razones obvias: además de que solo entonces se sabrá con cuál presidente de Estados Unidos habrá de vérselas Colombia (el demócrata Barack Obama arranca en el partidor como el más opcionado), el Congreso de ese país estará de todos modos dominado por el partido rival del ilustre visitante.
El análisis del viaje tiene dos caras. Por una parte, la del interés y los objetivos que tiene el candidato para haber escogido a Colombia. Por otra, la del efecto que el viaje tendrá -dependiendo, en buena medida, de lo que haga o deje de hacer el gobierno colombiano- en la relación bilateral.
* * * *
El Gobierno, al más alto nivel, se verá con el candidato republicano. McCain se encontrará con el presidente Uribe y con su canciller, Fernando Araújo. Habrá rueda de prensa y reunión con empresarios estadounidenses. Se ha especulado no poco sobre las razones por las cuales el candidato republicano ha decidido dedicar a Colombia dos días de su apretadísima agenda, programada minuto a minuto para los próximos cuatro meses, y que incluye también una visita a México, a donde parte mañana desde Cartagena.
Se habla de enviar una señal al voto latino en E.U., cada día más importante. Por algo, Barack y McCain hablaron hace poco ante la influyente Asociación Nacional de Latinos Elegidos y Designados (Naleo). Pero un viaje como este poco influye en ese electorado allá, más preocupado por temas económicos locales o por la suerte de los inmigrantes ilegales. McCain fue el impulsor de la fallida reforma, que el Congreso no quiso aprobarle a Bush, y, en ese sentido, tiene credenciales suficientes sin necesidad de venir a la región. Al igual que Obama, proclama que América Latina será una prioridad en un gobierno suyo. Todos los candidatos en E.U. suelen decir lo mismo y casi nunca cumplen con esa promesa: Bush mismo es quizá la mejor muestra de ello.
Más plausible es que McCain, con este y otros viajes, esté siguiendo la senda de la agenda de seguridad, guerra contra el terrorismo y libre comercio de Bush. La versión republicana -que comparte plenamente el gobierno en Bogotá- es que Colombia es una de las pocas "success stories" (historias de éxito) en el frente que definió a la administración Bush. Ni en Irak, ni en Afganistán, dice ese guión, se encuentran resultados similares en la lucha contra el terrorismo. El viaje del candidato, que ya había visitado a Colombia en dos ocasiones como senador, tiende a enfatizar ese objetivo. Con un espaldarazo a uno de los pocos aliados incondicionales que le quedan a Washington en la región. Y la promoción, de paso, de la causa del TLC y el libre comercio (que lo diferencia del candidato demócrata) -y de la apreciable inversión estadounidense en el país, en especial en el ramo minero y energético-.
* * * *
Más allá del debate sobre ese balance (hay bastantes más "resultados" en la lucha contra las Farc que contra las drogas, objetivo original del Plan Colombia), lo delicado de la visita es que el presidente Uribe y su gobierno comparten por entero esas ideas, tienen sobrados motivos para estar agradecidos con los republicanos y, en consecuencia, no les quedará fácil no mostrar su honda simpatía con quien encarna la continuidad en esta campaña electoral. Un error garrafal.
Ya le ha costado suficiente al país la "relación privilegiada" con la administración Bush como para no tomar las indispensables distancias frente a un candidato que, pese a su 'desmarque' del desprestigiado mandatario estadounidense, sería claro heredero de su administración. Más allá de que la ayuda del Plan Colombia haya servido en la lucha contrainsurgente, la triste suerte del TLC en un Congreso dominado por los demócratas es un poderoso argumento para demostrarlo. Sin hablar de la "soledad" de Colombia en una región dominada por intentos de todo tipo de marcar diferencias frente a Estados Unidos.
* * * *
Esta visita debe servir para que el gobierno colombiano dé señales claras de que no va a seguir depositando todos sus huevos en la canasta republicana. Ojalá actúe como lo hará la propia embajada estadounidense: por ley, para la delegación, una cosa es un viaje de un senador y otra la visita de un candidato en campaña, hecho que la obliga a guardar el más estricto equilibrio. Un gesto que los demócratas no dejarían de notar y apreciar. Lo mejor sería que se concretara la posibilidad de que Obama también visite al país y el Presidente y su canciller se reúnan con él. Todo ello equilibraría las cargas y dejaría a Colombia en mejor posición ante la delicada labor diplomática que le espera después del 4 de noviembre, cuando se sepa quién ocupará la Oficina Oval de la Casa Blanca.
McCain en Colombia
Un verdadero acto de equilibrio será el que deban hacer el Presidente y su Canciller ante la visita del candidato republicano de E.U.
John McCain se convierte hoy, una vez llegue a Cartagena, en el primer candidato a la presidencia de los Estados Unidos en la historia que visita a Colombia en un viaje de campaña. El protagonista de este viaje es, además, miembro del Partido Republicano, en la canasta de cuya administración actual, la de George W. Bush, el gobierno de Álvaro Uribe ha puesto desde su inicio todos sus huevos. De allí el acto de equilibrio que el presidente colombiano y su gabinete deben realizar durante esta visita, habida cuenta de la importancia que tienen las relaciones con Estados Unidos para el país.
Por notable que sea el huésped e inusitado su viaje, ambos son, a fin de cuentas, menos importantes que el resultado de las elecciones del 4 de noviembre en E.U. y que la evolución futura de las relaciones bilaterales. Por razones obvias: además de que solo entonces se sabrá con cuál presidente de Estados Unidos habrá de vérselas Colombia (el demócrata Barack Obama arranca en el partidor como el más opcionado), el Congreso de ese país estará de todos modos dominado por el partido rival del ilustre visitante.
El análisis del viaje tiene dos caras. Por una parte, la del interés y los objetivos que tiene el candidato para haber escogido a Colombia. Por otra, la del efecto que el viaje tendrá -dependiendo, en buena medida, de lo que haga o deje de hacer el gobierno colombiano- en la relación bilateral.
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El Gobierno, al más alto nivel, se verá con el candidato republicano. McCain se encontrará con el presidente Uribe y con su canciller, Fernando Araújo. Habrá rueda de prensa y reunión con empresarios estadounidenses. Se ha especulado no poco sobre las razones por las cuales el candidato republicano ha decidido dedicar a Colombia dos días de su apretadísima agenda, programada minuto a minuto para los próximos cuatro meses, y que incluye también una visita a México, a donde parte mañana desde Cartagena.
Se habla de enviar una señal al voto latino en E.U., cada día más importante. Por algo, Barack y McCain hablaron hace poco ante la influyente Asociación Nacional de Latinos Elegidos y Designados (Naleo). Pero un viaje como este poco influye en ese electorado allá, más preocupado por temas económicos locales o por la suerte de los inmigrantes ilegales. McCain fue el impulsor de la fallida reforma, que el Congreso no quiso aprobarle a Bush, y, en ese sentido, tiene credenciales suficientes sin necesidad de venir a la región. Al igual que Obama, proclama que América Latina será una prioridad en un gobierno suyo. Todos los candidatos en E.U. suelen decir lo mismo y casi nunca cumplen con esa promesa: Bush mismo es quizá la mejor muestra de ello.
Más plausible es que McCain, con este y otros viajes, esté siguiendo la senda de la agenda de seguridad, guerra contra el terrorismo y libre comercio de Bush. La versión republicana -que comparte plenamente el gobierno en Bogotá- es que Colombia es una de las pocas "success stories" (historias de éxito) en el frente que definió a la administración Bush. Ni en Irak, ni en Afganistán, dice ese guión, se encuentran resultados similares en la lucha contra el terrorismo. El viaje del candidato, que ya había visitado a Colombia en dos ocasiones como senador, tiende a enfatizar ese objetivo. Con un espaldarazo a uno de los pocos aliados incondicionales que le quedan a Washington en la región. Y la promoción, de paso, de la causa del TLC y el libre comercio (que lo diferencia del candidato demócrata) -y de la apreciable inversión estadounidense en el país, en especial en el ramo minero y energético-.
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Más allá del debate sobre ese balance (hay bastantes más "resultados" en la lucha contra las Farc que contra las drogas, objetivo original del Plan Colombia), lo delicado de la visita es que el presidente Uribe y su gobierno comparten por entero esas ideas, tienen sobrados motivos para estar agradecidos con los republicanos y, en consecuencia, no les quedará fácil no mostrar su honda simpatía con quien encarna la continuidad en esta campaña electoral. Un error garrafal.
Ya le ha costado suficiente al país la "relación privilegiada" con la administración Bush como para no tomar las indispensables distancias frente a un candidato que, pese a su 'desmarque' del desprestigiado mandatario estadounidense, sería claro heredero de su administración. Más allá de que la ayuda del Plan Colombia haya servido en la lucha contrainsurgente, la triste suerte del TLC en un Congreso dominado por los demócratas es un poderoso argumento para demostrarlo. Sin hablar de la "soledad" de Colombia en una región dominada por intentos de todo tipo de marcar diferencias frente a Estados Unidos.
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Esta visita debe servir para que el gobierno colombiano dé señales claras de que no va a seguir depositando todos sus huevos en la canasta republicana. Ojalá actúe como lo hará la propia embajada estadounidense: por ley, para la delegación, una cosa es un viaje de un senador y otra la visita de un candidato en campaña, hecho que la obliga a guardar el más estricto equilibrio. Un gesto que los demócratas no dejarían de notar y apreciar. Lo mejor sería que se concretara la posibilidad de que Obama también visite al país y el Presidente y su canciller se reúnan con él. Todo ello equilibraría las cargas y dejaría a Colombia en mejor posición ante la delicada labor diplomática que le espera después del 4 de noviembre, cuando se sepa quién ocupará la Oficina Oval de la Casa Blanca.
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