PUTIN MOSTRÓ AL MUNDO ENTERO LAS AMBICIONES DE LA RESURGENTE RUSIA QUE ASPIRA A RECUPERAR LA CONDICIÓN DE GRAN POTENCIA. GACETA / NEZAVISIMAYA GACETA,12/ 02/ 2007
Al hablar el 10 de febrero en Munich ante los asistentes a la conferencia sobre seguridad, el mandatario ruso hizo alarde de sangre fría y aguante. Los destinatarios de su discurso (ante todo, el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates y la canciller alemana Angela Merkel) también pretendían ostentar imperturbabilidad, pero todos se daban perfecta cuenta de lo que significaban en realidad las arengas de Putin: Rusia deja de oponer una resistencia pasiva al mundo unipolar y pasa a incrementar su potencial militar y formar bloques político-militares.
La víspera, el Kremlin ni pretendía disimular que el discurso de Putin sería programático. Era un documento que se había venido preparando durante largo tiempo. Un alto cargo del Gabinete de la Presidencia comentó que muchas tesis debían haber sido incluidas en el Mensaje presidencial del año pasado a la Asamblea Federal. Pero en aquella ocasión, al dirigirse a los parlamentarios literalmente en vísperas de la cumbre del G-8, el Jefe de Estado se limitó a hacer tan sólo algunas insinuaciones políticamente suaves sobre un lobo que pretende tragar a todos. Ahora el Kremlin no pretende disimular las ambiciones de Rusia que está resurgiendo y aspira a recuperar la condición de superpotencia.
Respondiendo a la observación sobre pronunciamientos demasiado duros en relación con Estados Unidos, el funcionario entrevistado dijo textualmente lo siguiente: "¡Hubiera visto Usted la versión inicial!".
Las palabras conciliatorias del jefe del Pentágono Gates acerca de que sus tesis sobre Rusia pronunciadas en el Congreso estaban mal interpretadas y de que no se trata de preparativos algunos para la guerra, en la propia Rusia no son calificadas de otro modo como un tejemaneje. Por ejemplo, Dmitri Danilov, colaborador del Instituto de Europa (Academia de Ciencias de Rusia), opina: "Rusia debe actualizar su política exterior. Hemos de asumir a nivel de conciencia que la asociación Rusia-OTAN no cumple la tarea fundamental que consiste en crear estructuras de disuasión recíproca. Se necesitan aliados en Europa para influir sobre EE.UU.". Pero ¿qué puede contraponerle Rusia a EE.UU. y a la OTAN, aparte de una retórica rígida? Casi nada, según cree el general Vladimir Dvorkin, colaborador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (Academia de Ciencias de Rusia): "El potencial militar de Rusia crece, pero no puede compararse con el occidental, mientras el desfase tecnológico no deja de aumentar".
Cable de la agencia de RIA-NOVOSTI
Al hablar el 10 de febrero en Munich ante los asistentes a la conferencia sobre seguridad, el mandatario ruso hizo alarde de sangre fría y aguante. Los destinatarios de su discurso (ante todo, el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates y la canciller alemana Angela Merkel) también pretendían ostentar imperturbabilidad, pero todos se daban perfecta cuenta de lo que significaban en realidad las arengas de Putin: Rusia deja de oponer una resistencia pasiva al mundo unipolar y pasa a incrementar su potencial militar y formar bloques político-militares.
La víspera, el Kremlin ni pretendía disimular que el discurso de Putin sería programático. Era un documento que se había venido preparando durante largo tiempo. Un alto cargo del Gabinete de la Presidencia comentó que muchas tesis debían haber sido incluidas en el Mensaje presidencial del año pasado a la Asamblea Federal. Pero en aquella ocasión, al dirigirse a los parlamentarios literalmente en vísperas de la cumbre del G-8, el Jefe de Estado se limitó a hacer tan sólo algunas insinuaciones políticamente suaves sobre un lobo que pretende tragar a todos. Ahora el Kremlin no pretende disimular las ambiciones de Rusia que está resurgiendo y aspira a recuperar la condición de superpotencia.
Respondiendo a la observación sobre pronunciamientos demasiado duros en relación con Estados Unidos, el funcionario entrevistado dijo textualmente lo siguiente: "¡Hubiera visto Usted la versión inicial!".
Las palabras conciliatorias del jefe del Pentágono Gates acerca de que sus tesis sobre Rusia pronunciadas en el Congreso estaban mal interpretadas y de que no se trata de preparativos algunos para la guerra, en la propia Rusia no son calificadas de otro modo como un tejemaneje. Por ejemplo, Dmitri Danilov, colaborador del Instituto de Europa (Academia de Ciencias de Rusia), opina: "Rusia debe actualizar su política exterior. Hemos de asumir a nivel de conciencia que la asociación Rusia-OTAN no cumple la tarea fundamental que consiste en crear estructuras de disuasión recíproca. Se necesitan aliados en Europa para influir sobre EE.UU.". Pero ¿qué puede contraponerle Rusia a EE.UU. y a la OTAN, aparte de una retórica rígida? Casi nada, según cree el general Vladimir Dvorkin, colaborador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (Academia de Ciencias de Rusia): "El potencial militar de Rusia crece, pero no puede compararse con el occidental, mientras el desfase tecnológico no deja de aumentar".
Cable de la agencia de RIA-NOVOSTI
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