18 nov 2007

Cierre de la Catedral


La Arquidiócesis Primada de México expresó su "consternación" por la irrupción de decenas perredistas al servicio religioso dominical en la Catedral Metropolitana, quienes "agredieron verbalmente al cardenal Norberto Rivera y al Papa Benedicto XVI" .
Luego de la irrupción en la Catedral, el Consejo Episcopal de la Arquidiócesis de México decidió cerrar las puertas del recinto de manera indefinida; "con dolor y para vergüenza nacional e internacional, cerrará la Catedral Metropolitana de México hasta que las autoridades se comprometan a garantizar la libertad de cultos y la integridad de los fieles" que asisten al recinto ".
A través de su portavoz, Hugo Valdemar Romero, exigió que las autoridades finquen responsabilidades y castiguen a quienes cometieron este acto contra los fieles que participaban en la liturgia.
En un comunicado, la Iglesia católica condenó el hecho, en el que un grupo de integrantes del PRD entró a la Catedral y gritó consignas en favor de Andrés Manuel López Obrador.
Decenas de simpatizantes de AMLO irrumpieron en la Catedral, previo al inicio de la misa mayor, al considerar como una "provocación" el repique de las campanas durante 10 minutos, precisamente cuando el tabasqueño iniciaba su discurso.
Los seguidores de AMLO,l tabasqueño, que ingresaron a la Catedral al grito de "¡Es un honor estar con Obrador!", estaban molestos porque el tradicional repique de la última llamada a misa duró unos 10 minutos, precisamente cuando su líder iniciaba su discurso.
El hecho fue interpretado como una "provocación" contra el "presidente legítimo".
Los inconformes tiraron vallas del recinto y lograron asustar a los fieles, quienes para protegerse formaron una barricada con las bancas del lugar; otros optaron por abandonar el lugar.
Tras 10 minutos el orden se restableció y permitió el inicio del servicio religioso cuando elementos de seguridad apostados fuera de la Catedral lograron retirar a los inconformes.
Por la tarde se anunció el cierre definitivo del recinto religioso, que por cierto no es propiedad de nadie, es de la nación, más bien del pueblo.

No es la primera vez que se dan estos lamentables actos. ¡Cuidado! Ya se estiro mucho la liga.

Hasta este momento no hay un posicionamiento oficial de la CEM por estos hechos.
¡Seguramente habrá reacciones!

III Asamblea de la CND


Texto del mensaje de Andrés Manuel López Obrador; Zócalo DF, 18/11/2007;
Amigas y amigos;
Representantes del Gobierno Legítimo de México;
Dirigentes, militantes y simpatizantes de los partidos del FAP;
Miembros de organizaciones sociales;
Ciudadanos todos:
Agradezco sinceramente su participación en esta Tercera Asamblea de la Convención Nacional Democrática.
Celebro que a más de un año del fraude electoral del 2 de julio, se mantenga vigente el espíritu de lucha y la decisión inquebrantable de abolir el régimen de corrupción y privilegios para construir, desde abajo y con la gente, una nueva República, donde lo fundamental sea la felicidad y el bienestar del pueblo y no domine el poder del dinero sobre la dignidad de los mexicanos.
Hoy reitero, aún con mayor firmeza, que las instituciones están secuestradas y al servicio de una minoría rapaz; que la Constitución se viola flagrantemente; que impera la impunidad; que la llamada sociedad política está podrida y que sólo el pueblo puede salvar a la nación.
Para quienes piensan que exageramos, basta recordarles la forma tan cínica en que el presidente espurio ha venido pagando favores y facturas a quienes le ayudaron a cometer el fraude electoral y lo impusieron.
Allí está el caso de la alianza que mantiene Calderón con las cúpulas del PRI a cambio de la impunidad de los gobernadores de Puebla y de Oaxaca; o su contubernio con Elba Esther Gordillo, a quien le entregó prácticamente la Secretaría de Educación Pública, la Lotería Nacional, el ISSSTE y el manejo de los fondos de pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado; o el reciente remate de la empresa pública, Aeroméxico, para beneficiar a José Luis Barraza, expresidente del Consejo Coordinador Empresarial y al grupo de Banamex de Roberto Hernández.
Pero lo que mejor describe a Calderón es su sometimiento servil a quienes, desde el extranjero, imponen la actual política económica que ha llevado a la ruina al país; que ha obligado a millones de mexicanos a emigrar y que mantiene a la mayoría de la población en la pobreza.
La política del gobierno usurpador se orienta exclusivamente a cumplir la agenda del Fondo Monetario Internacional. Por eso se llevó a cabo la reforma a la Ley del ISSSTE, se impuso la llamada reforma fiscal, que no es más que aumentar impuestos a trabajadores, comerciantes y pequeños y medianos empresarios. Y ahora con la llamada reforma energética, se pretende profundizar en la privatización de la industria eléctrica y, sobre todo, lo que más ambicionan: apoderarse del petróleo, que es propiedad del pueblo y de la nación. Como es obvio, es ésta voracidad la que los llevó a consumar el fraude en 2006, a violar el orden constitucional y a dar el golpe de Estado.
De ahí la importancia de haber resuelto entre todos, desde la primera Convención Nacional Democrática, que serían dos las tareas fundamentales de nuestro movimiento: defender la economía popular y el patrimonio de la nación y, al mismo tiempo, trabajar en la organización de la gente para transformar la vida pública del país.
En este marco, les informo que hemos hecho todo lo posible por denunciar y contener la actual política económica antipopular y entreguista. Constantemente hemos señalado que, mientras en lo que va del año, el salario mínimo aumentó en 4 por ciento, los precios, desde la tortilla hasta el pan, pasando por el gas, la gasolina, la luz, el pollo, la leche, la carne y el huevo, se han incrementado en 35 por ciento en promedio. Es decir, los precios de la canasta básica han aumentado 7 veces más que el salario.
Hemos participado en manifestaciones en contra del alza de precios y para exigir un aumento salarial de emergencia; nos opusimos a la reforma a la Ley del ISSSTE y promovimos que se interpusieran alrededor de medio millón de amparos en contra de dicha reforma; estamos participando en la campaña para impedir que se lleve a cabo la entrada en vigor de la cláusula del Tratado de Libre Comercio, que dejará abierta la importación de maíz y frijol del extranjero.
Nuestros legisladores del Frente Amplio Progresista, consiguieron que se apoyara a adultos mayores del país con una pensión alimentaria de 500 pesos mensuales que, aunque todavía es insuficiente, en algo ayuda ante la difícil situación económica y social que se está padeciendo. También, contra el afán de seguir asfixiando económicamente a las universidades públicas, se han conseguido para estas instituciones, donde estudian los más pobres, aumentos presupuestales considerables.
Aquí quiero destacar la actitud consecuente del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubon, quien no sólo ha continuado con la política social de apoyo a los adultos mayores; a madres solteras; a personas con discapacidad; con los programas de atención médica y medicamentos gratuitos; con el establecimiento de escuelas preparatorias; con el apoyo a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; con la entrega gratuita de útiles escolares; si no que ha resuelto no aumentar el precio del transporte público; ni de la leche Liconsa, y ha llevado a la práctica nuevas acciones como la entrega gratuita de uniformes escolares, el otorgamiento de becas para todos los estudiantes de preparatoria del Distrito Federal y el establecimiento del Seguro del Desempleo.
En contraste, el gobierno usurpador, además de permitir la escalada de precios en los artículos básicos, promovió que los diputados del PRI y del PAN, aprobaran el aumento a la gasolina y al diesel, que originalmente entraría en vigor a partir del mes de octubre, pero que ante las protestas generalizadas, tuvo que posponerse su aplicación para enero próximo.
Aquí aprovecho para exponer que enero será, si no lo impedimos, un mes negro, de carestía, muy difícil para la economía popular, porque se pretenden dar tres golpes al mismo tiempo: el aumento a las gasolinas y al diesel; los aumentos de impuestos por la llamada reforma fiscal y la apertura de las fronteras para la importación de maíz y de frijol que afectará a los productores nacionales.
En consecuencia, les propongo que a partir de ahora, todos expresemos nuestro rechazo por éstas medidas injustas, inmorales y antipopulares, llevando a cabo las acciones acordadas en ésta Asamblea.
Ahora bien, amigas y amigos asambleístas, nuestro movimiento está obligado a jugar un papel de suma importancia ante la inminente decisión, del gobierno usurpador y de sus aliados, de entregar el petróleo a extranjeros. Este propósito entreguista viene de tiempo atrás y explica el por qué, desde 1983, en vez de modernizar la industria petrolera y convertirla en palanca del desarrollo nacional, han optado deliberadamente por arruinarla y tener el pretexto para venderla y convertirla en un negocio privado.
Recordemos que el 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río, llevó a cabo la expropiación del petróleo, para devolver al pueblo de México, esta riqueza que estaba en manos de compañías extranjeras.
Con esta decisión histórica, ese gran estadista, ese presidente patriota, no sólo hizo valer la soberanía nacional, sino que abrió el horizonte a la economía del país. Baste decir que actualmente, a pesar de la corrupción y el mal manejo de la industria petrolera, de cada peso del presupuesto público, 40 centavos provienen del petróleo.
A casi siete décadas de la expropiación, en buena medida, el país se ha desarrollado por el dominio que la nación ejerce sobre el petróleo y de eso depende, en mucho, el futuro de nuestro pueblo.
Sin embargo, en los últimos 25 años, los gobiernos neoliberales, han tratado con saña a las empresas públicas del sector energético, porque reitero, siempre han buscado justificar o tener el pretexto para privatizar la industria eléctrica y el petróleo.
Durante este periodo, la política energética ha sido manejada con perversidad y de manera irresponsable. Lo único que les ha importado es vender cada vez más petróleo crudo al extranjero, haciendo a un lado la exploración de nuevos yacimientos y, sobre todo, dejando en el abandono la refinación y la industria petroquímica.
Por más de dos décadas, la exploración de nuevas reservas se redujo a la nada. Desde entonces, prácticamente toda la producción ha dependido de los campos descubiertos en los años 70, sobre todo, del yacimiento de Cantarell en el mar de Campeche y de los pozos en Chiapas y Tabasco.
Con respecto al gas, los tecnócratas nunca vieron la importancia estratégica que llegaría a tener este energético. De 1983 a la fecha, la producción de gas sólo aumentó el 2 por ciento anual; mientras que durante el mismo periodo, la demanda interna por este producto creció a una tasa de más del 4 por ciento. La peor parte de esta absurda política tecnocrática la han resentido la refinación y la petroquímica. A las empresas vinculadas a estas actividades se les privó de recursos para su expansión y modernización. Desde hace 25 años no se construye una nueva refinería y por eso estamos importando 300 mil barriles diarios de gasolina, que podríamos estar produciendo en nuestro país, generando empleos para los mexicanos. Es más, es tan absurdo lo que han hecho que este año vamos a comprar gasolina en el extranjero con un valor de 10 mil millones dólares, exactamente lo que costarían las tres refinerías que necesita el país para ser autosuficientes en este combustible.
En suma, el sector energético no ha tenido prioridad en los planes gubernamentales y México se ha convertido en exportador de crudo e importador de productos con mayor valor agregado. Todo esto nos ha llevado a una gravísima situación de dependencia. Estamos comprando en el exterior la cuarta parte del gas que necesitamos en el país y el 40 por ciento de la gasolina que consumimos.
Por si fuera poco, en México, la electricidad y el gas, le cuestan más al consumidor y al empresario, que en Estados Unidos y que en otros países del mundo.
Ante este panorama y esgrimiendo la falta de recursos económicos para sacar adelante la industria petrolera, y curiosamente ahora, en que el precio del petróleo se acerca a 100 dólares por barril, el gobierno usurpador pretende consumar la fechoría de entregar a extranjeros ésta riqueza de la nación.
Este gran atraco significaría no sólo dejar a México sin la posibilidad de desarrollo futuro, sino perder, tal vez para siempre, nuestra soberanía como país libre e independiente. Para decirlo históricamente: la derecha y sus aliados del PRI nos quieren regresar al porfiriato.
Por ésta razón, informo a ustedes y al pueblo de México, que el día de mañana daremos a conocer un proyecto alternativo para evitar la entrega del petróleo al extranjero y, al mismo tiempo, rescatar y desarrollar esta industria nacional, para convertir a México en una potencia energética.
Estamos en uno de los momentos más críticos para la nación y convoco a todos a reflexionar y a unirnos en el proyecto alternativo para el rescate del sector energético. El gobierno espurio ha emprendido una ofensiva para desacreditar a Pemex, diciendo que pierde dinero y que no tiene ni recursos ni tecnología para las tareas que enfrenta. Esto es rotundamente falso. Pemex, a pesar de la corrupción y del mal manejo, genera cada año un gran superávit, antes de impuestos, de 60 mil millones de dólares, más del 6 por ciento del producto interno bruto. Es la empresa más rentable del país (extraer un barril de petróleo nos cuesta 4 dólares y se vende en 70 dólares, fundamentalmente porque no se le paga renta a la naturaleza). Además, Pemex es la segunda petrolera con mayor flujo de efectivo del mundo.
Los impuestos que pagó el año pasado fueron de 60 mil millones de dólares, equivalentes al 38 por ciento del presupuesto del gobierno federal y a más de tres veces, lo que pagaron de impuestos sobre la renta todas las empresas privadas del país.
Si Pemex no invierte lo suficiente, es porque el gobierno se lo confisca todo. En cuanto a la tecnología, es falso que no se pueda contratar, y lo más importante es que tenemos los técnicos mexicanos para asimilarla y desarrollarla tal como se hizo desde 1938, hasta principios de los años 80. No olvidemos que, contra todos los pronósticos de las compañías extranjeras, Petróleos Mexicanos, en 1938, salió adelante en sus operaciones, como puede lograrlo, con más razón ahora, con casi 70 años de experiencia de nuestros trabajadores y técnicos. Sólo los tecnócratas acomplejados y vende patrias, pueden argumentar que hoy Pemex no puede y que su entrega al sector privado, nacional o extranjero, es la única salvación.
La política de fortalecimiento energético que proponemos, sin apertura al capital privado, ni nacional ni extranjero, implicaría en una primera etapa, invertir con carácter de urgente, 400 mil millones de pesos que se destinarían a la exploración de nuevos campos, al desarrollo de los yacimientos de gas natural, a la perforación de nuevos pozos, a la construcción de tres nuevas refinerías, a la modernización y ampliación de plantas petroquímicas, y al mantenimiento de las instalaciones petroleras.
Como es lógico, la pregunta obligada es ¿de dónde saldría tanto dinero? La propuesta que hacemos es que estos fondos se obtengan de dos maneras: por un lado, proponemos que se reduzca el gasto corriente y de operación del gobierno en 200 mil millones de pesos, en una primera instancia. Esto implica, entre otras cosas, reducir a la mitad el sueldo de los altos funcionarios públicos de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Significaría también suprimir las partidas para el fondo de ahorro especial; gastos médicos mayores; pensiones a expresidentes y bonos discrecionales para los altos funcionarios públicos; así como muchos otros privilegios con que cuenta la alta burocracia que se ha convertido en una de las castas más favorecidas del mundo.
Aclaro que no proponemos reducir el gasto en inversión, en obra pública, en educación y salud, ni en programas de apoyo a los más desprotegidos; sino reducir el gasto burocrático y el destinado a la operación del sector público, donde se ha registrado el incremento más cuantioso en los años recientes.
Conviene decir que el gasto corriente del sector público, del año 2000 hasta la actualidad, subió de 714 mil millones de pesos a un billón 466 mil millones; es decir, se duplicó. Tengamos en cuenta que el presupuesto aprobado para el año próximo será de 2 billones 569 mil millones de pesos. Y nosotros estamos proponiendo un ajuste en el gasto corriente y de operación de 200 mil millones de pesos, que sólo representa el 8 por ciento, monto que se destinaría al fortalecimiento del sector energético.
Por otro lado, proponemos que todo el excedente que se obtenga por encima del precio del petróleo aprobado por la Cámara de Diputados, se invierta en el desarrollo del sector energético.
Para tener una idea del potencial de esta medida, si se mantuviera el precio internacional actual del petróleo por un año, este excedente sería de más de 200 mil millones de pesos. Al respecto conviene recordar que, como nunca en la historia, durante el gobierno de Fox, el sector público recibió recursos presupuestales del petróleo del orden de 335 mil millones de dólares y tan sólo de excedentes por los precios altos del petróleo, se recibieron 10 mil millones de dólares por año en el trienio de 2004 a 2006. Y la desgracia fue y sigue siendo, que todo ese dinero, en vez de destinarse a modernizar a Pemex, a promover el desarrollo de México y a garantizar el bienestar del pueblo, se derrochó en beneficio de la alta burocracia o se fue por el caño de la corrupción.
De modo que sí se puede, que sí hay forma de contar con recursos sin cometer la gran traición de entregar el patrimonio del pueblo y de la nación a extranjeros. Sí hay de otra, sí tenemos un proyecto alternativo. Mañana los secretarios y técnicos del gobierno legítimo darán a conocer nuestra propuesta y sus detalles.
De todas maneras, amigas y amigos, no podemos ser ingenuos ante el desafío que tenemos por delante. No podemos atenernos. No podemos atenernos y esperar a que el gobierno usurpador actúe con responsabilidad y anteponga el interés nacional ante las ambiciones de las minorías. Es más, a estas alturas ya resulta evidente que Calderón se ha comprometido a cumplirles a quienes ambicionan el negocio del petróleo y ya están, como siempre, poniéndose de acuerdo las cúpulas del PRI y el PAN para dar línea a sus diputados y senadores, con el propósito de reformar la Constitución o las leyes secundarias que permitan esta felonía, este acto de traición a la patria.
Por eso, les convoco a que desde ahora iniciemos una campaña nacional de información, pueblo por pueblo, colonia por colonia, barrio por barrio, casa por casa y que al mismo tiempo, empecemos a organizar círculos de reflexión y análisis y a recoger propuestas de acciones para la resistencia civil pacífica que impidan cualquier reforma o cualquier maniobra que signifique la entrega del petróleo.
Preparémonos para llevar a cabo acciones de resistencia civil pacífica en todo el país, bajo tres criterios básicos: la no violencia, el no afectar a terceros y poner en práctica medidas eficaces que realmente cumplan con el propósito de mantener el petróleo bajo el dominio de la nación.
Les propongo que se integre la Comisión Coordinadora para la Defensa del Petróleo encargada de organizar todo este proceso. Les propongo a las siguientes personas: la maestra Ifigenia Martínez, Claudia Sheinbaum, Jesusa Rodríguez, la diputada por Campeche, Layda Sansores, la senadora por Tabasco, Rosalinda López, Bertha Maldonado y Alfredo Jalife ¿Están de acuerdo?
Estemos atentos y empecemos a trabajar en esta histórica tarea. La comisión nos presentará en esta plaza pública, un informe de las propuestas que haga la gente y aquí entre todos decidiremos. Si antes no hay necesidad, les propongo que nos volvamos a reunir el 18 de marzo, en la conmemoración del 70 aniversario de la Expropiación Petrolera; pero si las circunstancias lo exigen, les llamaría con carácter urgente para emprender de inmediato la movilización contra la entrega del petróleo.
Amigas y amigos:
Quiero agradecer a ustedes y a muchos mexicanos más, el apoyo y la solidaridad con el pueblo de Tabasco. Gracias a la generosidad de la gente, se han enviado víveres y ayuda a los damnificados, pero hace falta más. Por eso los convoco a que sigamos apoyando en la medida de nuestras posibilidades.
También les informo que hace tres días presenté una demanda penal para que se castigue a los responsables de esta tragedia y se reparen los daños de los afectados. Tenemos todas las pruebas de que estos lamentables hechos ocurrieron, precisamente, por la política privatizadora de la industria eléctrica que sólo busca el afán de lucro sin tomar en cuenta la seguridad de la gente.
Es cierto que llovió bastante y que había luna llena, pero lo que inundó a Villahermosa y a otras partes del estado, fue que abrieron las compuertas de la presa Peñitas y dejaron caer 2 millones de litros cúbicos por segundo, durante tres días consecutivos. Todo ello por no generar energía y mantener lleno el embalse para dar preferencia a las plantas privadas extranjeras, las cuales ya le venden a la Comisión Federal de Electricidad, el 31 por ciento de la energía que consumimos en el país.
Que quede claro: la tragedia de Tabasco pudo evitarse y aunque sabemos que en México impera la impunidad, estamos decididos a acudir a instancias internacionales para exigir justicia.
Asimismo les informo que nuestro movimiento siempre ha estado atento a la violación de los derechos humanos y defendiendo a las víctimas. Y nos hemos sumado al Frente Nacional contra la Represión que promueve, entre otros, la muy querida y admirada, doña Rosario Ibarra de Piedra.
Como ustedes saben he continuado con mi recorrido por todo el país. Hasta ahora he visitado y llevado a cabo asambleas en mil 9 municipios. Les informo que han aceptado el compromiso de formar parte de este gobierno del pueblo más de un millón 700 mil ciudadanos. A finales del año próximo, terminaré de recorrer los 2 mil 500 municipios del país y esperamos contar para entonces con la participación de 5 millones de representantes del Gobierno Legítimo de México.
Amigas y amigos:
De mis reflexiones íntimas, quiero compartir con ustedes mi optimismo: estoy seguro que con perseverancia y organización, vamos a poder cambiar este país de manera pacífica. Sí podemos sacar a México del atraso en que se encuentra y mejorar las condiciones de vida y de trabajo de nuestro pueblo.
Tenemos dos recursos fundamentales: en primer término, contamos con un pueblo extraordinario, generoso, noble, trabajador, no enfermo ni de codicia ni de odio. Un pueblo que no busca venganza, si no justicia.
Un pueblo con una cultura excepcional que viene de lejos y de la cual se desprende su enorme vocación de trabajo. Ahí está el ejemplo de los migrantes, de los que por necesidad se han visto obligados a abandonar el país. Allá, a pesar de todo han podido salir adelante y ya están enviando, cada año, remesas a sus familiares por 25 mil millones de dólares. De modo que la pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué aquí, esos mexicanos, en su tierra, en su patria, no tienen oportunidades? Esto es inaceptable y es motivo de vergüenza.
Esta es una razón más para rebelarnos ante la opresión a la que está sometido nuestro pueblo y liberar su fuerza creadora y su talento para engrandecer a México.
El otro importante recurso son nuestras extraordinarias riquezas naturales. A pesar de que nos han saqueado por siglos, todavía tenemos con que desarrollar al país. Hay petróleo, gas, buenas tierras para la producción agropecuaria, agua, litorales, bosques, selvas y un invaluable patrimonio histórico y cultural. Todo es cuestión de que estos bienes de la nación no se queden en unas cuantas manos, sino que se utilicen de manera racional y los beneficios se distribuyan con justicia.
Es inadmisible que, teniendo un pueblo trabajador y valiosos recursos naturales que muchos envidiarían, México sea hoy el país con menos crecimiento económico en toda América Latina y uno de los países con mayor pobreza y desigualdad en el mundo.
Por eso no debemos rendirnos. Debemos seguir insistiendo en la transformación del país para sacar a nuestro pueblo de la pobreza y la marginación.
Cuando logremos esta hazaña, ningún mexicano tendrá la necesidad de emigrar. Aquí podrán trabajar, progresar, ser felices, aquí donde están sus familias, sus costumbres y sus tradiciones, y nadie, como ahora sucede, verá cancelado su futuro. El hijo del indígena, el hijo del campesino, el hijo del obrero, el hijo del productor, el hijo del comerciante, el hijo del profesionista, podrá ascender en la escala social y todos tendremos nuevas, importantes y poderosas razones para vivir, para soñar y para triunfar en este país generoso y fraterno.
¡Viva la Convención Nacional Democrática!
¡Viva el pueblo de México!
¡Viva la nación mexicana!
Fuente: tomado de La Jornada On line.
Foto de Carlos Ramos Mamahua La Jornanda

El Comandante Chávez


REPORTAJE: DESAFÍO POPULISTA EN AMÉRICA LATINA El trueno de Chávez/FRANCISCO PEREGIL, reportero
Publicado en El País, 18/11/2007;
Circula un chiste por Venezuela que parodia el anuncio de una tarjeta de crédito: "¿Un pasaje a Madrid? Mil euros. ¿Otro a Barcelona? Mil quinientos. ¿Callar a Chávez? ¡No tiene precio!". Las furgonetas de la oposición recorren estos días Caracas con el pasodoble Que viva España que cantaba Manolo Escobar, adaptado a una letra contra el presidente Hugo Chávez: "Entre loros, ladroncito y porqueríaaa... nació en Barinas un mico habladooor. Nunca Dios se imaginó tanta torpeza y es imposible que puedan haber dos. Por eso se oye con afáaan, ¿Por quéeee no te callas? Y siempre te recordarán. ¿Por quéeee no te callaaas?".
La canción puede ser festejada por mucha gente, pero millones de venezolanos quieren que Chávez siga hablando como lo hace. Directo, con chistes, a veces con insultos, con motes (a los opositores les llamó una vez "escuálidos", y desde entonces, hasta ellos mismos se llaman escuálidos) y a menudo en cadena. Cuando el presidente de Venezuela decide que una alocución suya ha de retransmitirse "en cadena", todos los canales, públicos y privados, han de interrumpir sus programaciones para conectar con Chávez. Puede llevarse seis o siete u ocho horas seguidas ante las cámaras. Y la mayoría quiere que así sea. Y que no pare de hablar. ¿Por qué? Porque sienten que habla por ellos.
El pasodoble podrá decir que "nunca Dios se imaginó tanta torpeza". Pero ya nadie subestima a Hugo Chávez en Venezuela. Al menos, nadie que quiera ser presidente. La oposición ha aprendido desde 1998, a base de derrotas, que bajo la apariencia campechana de Chávez, bajo ese aire de espontaneidad y frescura, hay un político que no mueve un pie sin saber dónde va a colocar el otro.
Que Chávez naciera hace 53 años en el estado llanero de Barinas, que sus padres fueran unos humildes maestros de escuela, que fuese el segundo de seis hermanos, que lo criara la abuela, que soñara con ser jugador de béisbol, que con 17 años ingresara en la Academia Militar y que con 28 fundase el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (en alusión a los 200 años del natalicio de Simón Bolívar, que se cumplirían un año más tarde) no hizo más que acercarle a los más pobres de Venezuela, a la gente más desfavorecida.
Y para terminar de enamorar a los venezolanos, a Chávez no le faltaba otra cosa que enamorarse él mismo de Simón Bolívar. En Venezuela se tiene como una especie de patrimonio nacional el Samán de Güere, un árbol situado a 15 minutos en auto de la ciudad de Maracay, en el que un determinado día descansó el Libertador. Doscientos años después del nacimiento de Bolívar, un Chávez de 29 años acudió allí junto con sus compañeros militares Felipe Antonio Acosta Carlés, Jesús Urdaneta Hernández y Raúl Isaías Baduel, para juramentarse a reformar el Ejército e iniciar una lucha para construir una nueva República. "No fue un acto demasiado formal", recuerda Baduel, "pero fue un juramento. Teníamos claro lo que queríamos".
Sólo nueve años después, en 1992, Chávez intentó perpetrar un golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Chávez decidió rendirse y pidió hacerlo por televisión. Su presentación ante las cámaras ya mostraba todo el talento telegénico de aquel militar. Habló con tal calma y dominio de sí mismo, que la derrota militar se convirtió en su primer triunfo político. "Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (...) Asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano". Cuando muchos años después le preguntaron si era necesario aquel golpe, Chávez respondió que sí: "El país estaba colapsado. Evité un baño de sangre. Me rendí, pasé más de un año en la cárcel, fui expulsado del Ejército. Pero di una sacudida que el país respondió en las elecciones de 1998".
Chávez pasó sólo dos años en prisión, gracias a un pacto del entonces presidente Rafael Caldera con partidos de izquierda. Después iniciaría su carrera hacia la presidencia, que ganaría en 1998 con el 58% de los votos. En abril de 2002 sufrió un golpe de Estado en el que, según Chávez, la colaboración de Estados Unidos y del Gobierno de Aznar fue decisiva. Lo apresaron, pero en su ayuda salió uno de aquellos militares que se juramentaron bajo el árbol: Raúl Isaías Baduel, ministro de Defensa hasta julio pasado. La operación de rescate por parte de Baduel pertenece a ese tipo de acciones que unen a la gente para toda la vida. Pero justo unos días antes de la cumbre, Baduel expresó su oposición a la reforma constitucional que se someterá a referéndum el próximo 2 de diciembre.
La reforma supone modificaciones en la organización territorial, institucional y laboral (jornadas de seis horas). Pero el cambio que más oposición ha planteado es el de la potestad que se le otorgaría al presidente para continuar al frente del país tantas veces como el pueblo lo desee. La Constitución actual limita su ejercicio a dos mandatos. De ganar el no en el referéndum, Chávez debería abandonar la casa presidencial en 2012. "Todos los puntos de la reforma", indica un analista español, "podrían ser promulgados por decreto. No se necesita tocar la Constitución. Excepto ese que permitiría a Chávez seguir siendo reelegido. Y ése es el que más le importa".
Respecto al rifirrafe de Chávez con el Rey y Zapatero, el general Baduel, en retiro desde el pasado julio, tiene clara su opinión: "Esto no ha sido más que un señuelo del Gobierno para desviar la atención de un hecho trascendente y cuyas consecuencias pueden ser muy graves. Se ha hecho con la clara intención de no explicar exhaustivamente lo que se le pretende hacer al país. La reforma nos coloca frente a un golpe de Estado contra la Constitución misma".
Después de las declaraciones de su amigo Baduel, llegaron esta semana las de su segunda ex esposa, la periodista Marisabel Rodríguez, que se pronunció también en contra de la reforma en el canal opositor Globovisión. Chávez tuvo dos hijas y un hijo con su primera esposa, y una niña con Marisabel Rodríguez, quien estuvo casada con él ocho años, la mayor parte de los cuales Chávez los vivió como presidente.
Fueron dos golpes seguidos contra el chavismo: Baduel y Marisabel Rodríguez. Pero ahora se habla más del Rey que de ellos. Y Chávez aviva la llama. Una vez más, Chávez ha sabido acaparar los titulares, como cuando en septiembre de 2006 declaró en una Asamblea de la ONU que el estrado en donde acababa de intervenir el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, olía a azufre. Su dominio escénico es tan grande que algunos académicos venezolanos lamentan que se hable tanto de él y tan poco de Venezuela.
Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual y dirigente de la principal coalición opositora, encuentra una razón para eso: "Puesto que yo estoy en un medio, lo voy a decir: creo que eso es un demérito de los medios. Fíjese cómo han manejado el incidente de Santiago de Chile. Allí los dos hechos más importantes fueron los dos discursos de Zapatero. En el primero desmontó la intervención de Chávez, cuando Chávez polemizaba con el concepto de cohesión social, oponiéndole el de transformación social. Y en el segundo discurso, donde Zapatero le pidió respeto a Chávez, fue una sentada de culo. Esos dos aspectos son los más importantes porque tienen que ver con la política de fondo. Pero los medios no lo registraron. Lo que registraron fue la imprecación del Rey. La lógica de los medios es que cuando el hombre muerde al perro es que hay noticia. Entonces, ¿cuál es la noticia de Venezuela?... Las extravagancias de Chávez, el estilo, los discursos de Chávez".
A la oposición apenas se la oye en Venezuela. Aún anda buscándose a sí misma, dividida entre los que defienden el no en el referéndum y los que propugnan la abstención. Unos creen que los noístas cobran dinero de Chávez, y otros, que los de la abstención le hacen el juego al presidente. Ante esa coyuntura, miles de estudiantes han salido a la calle pidiendo el no, pero no han permitido a los políticos defensores del no que intervengan en sus mítines.
Mientras tanto, las encuestas favorecen a Chávez y él sigue compareciendo en televisión.
Hugo Chávez escucha las llamadas que recibe en su programa Aló presidente con un bolígrafo en la mano. De vez en cuando garabatea algo en un papel, absolutamente relajado. Interpela siempre por su nombre a quien llama. Y habla, habla y habla... Pero nunca en tono monocorde. A veces parece que se le va el santo al cielo. Y lo reconoce con la mayor naturalidad, como si no lo estuvieran viendo buena parte de los 27 millones de venezolanos, y charlara con un grupo de amigos. Si se tercia, canta un bolero. Y cuando da la sensación de que ya se le había olvidado lo que iba a decir, retoma el tema en cuestión. Saca un mapa, tiene predilección por los mapas, y explica como un profesor cualquier proyecto. Y en el mismo discurso, la misma tarde y ante la misma gente, habla de las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC), o del mecanismo para regular el precio del petróleo, o de cómo se abusa de las operaciones de cirugía estética en el país y de cómo los padres, cuando sus hijitas cumplen 14 ó 15 años, les regalan unos pechos de silicona. Y cuando el público se ríe, él pregunta: "¿Estoy exagerando?". Y la gente responde: "Nooooo". Las llamadas que llegan en Aló presidente nunca son las de ningún antichavista declarado. Chávez va de aplauso en aplauso, de plató en plató.
Pero de pronto... el Rey le mandó callar. Y Chávez desenterró siglos de historia. El miércoles recordó que el imperio, en este caso el español, también intentó acallar a los indígenas en su día: "¿Por qué no te callas, indio Guaicaipuro? Cállate, Tupac Amaru. ¿Por qué no te callas, Tiuna, Chacao? Cállate. Y los callaron. No los callaron porque ellos bajaran la cabeza servilmente ante la orden imperial. Los callaron cuando les cortaron la garganta, sólo así los callaron. Los descuartizaron, los picaron en pedazos y colocaron sus cabezas en estacas a la entrada de los pueblos por los caminos. Ése fue el imperio español aquí".
Pero ¿qué vínculo tienen el rey Juan Carlos y Zapatero con los verdugos de Guaicaipuro y Tupac Amaru? Para la oposición venezolana, uno muy claro: la demagogia con vistas al referéndum del 2 de diciembre. "Chávez no iba a renunciar a la oportunidad de presentarse en Venezuela como la reencarnación de Simón Bolívar enfrentado a Fernando VII", dice Petkoff. "Chávez trata de hacerse una víctima de sus adversarios internos, que son todos, por supuesto, lacayos del imperio, pero no sólo del imperio norteamericano, sino, ¡imagínese!, también del imperio de Carlos V".
¿Qué tiene que ver que el rey de España mande callar al presidente de Venezuela para que Chávez el pasado miércoles advirtiera: "Las empresas españolas van a tener que empezar a rendir más cuentas y voy a meterles el ojo a ver qué están haciendo aquí, a todas las empresas españolas que estén en Venezuela?".
"Geopolítica", responde Aurora Morales, diputada en la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela, y miembro de la comisión de Política Exterior. "¿Qué se creen...? ¿Que se puede irrespetar al jefe del Estado cuando está expresando lo que hace Aznar por el mundo contra Venezuela, que es una operación orquestada por el imperio...?".
Los partidarios de Chávez, como la diputada Aurora Morales, no creen que el presidente venezolano haya encontrado un filón electoral con la reacción del Rey y Rodríguez Zapatero. "Se trata simplemente de que a Chávez le ofendió la reacción de ellos", indica Morales. "Esa forma de ser de Chávez, que nosotros llamamos echar la broma, la mamadera de gallo, y que utiliza expresiones con doble sentido, de carácter erótico, sensual... forma parte de nuestra idiosincrasia, es una forma de ser del venezolano. Son nuestros códigos".
¿Y chocarán con los códigos de España? "En estos días", dice Petkoff, "puedes ver al chavismo despotricar contra los españoles. A Chávez sólo le falta dictar otra vez el decreto de Guerra a Muerte [dictado por Simón Bolívar en 1813]: 'Españoles y canarios, contad con la muerte aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América'. Pero éste no es un país xenófobo, nunca lo ha sido".
Foto de Reuters, publicada en El País on line

La búsqueda de la verdad

De Karl Popper a Karl Rove/George Soros, presidente del Soros Fund Management y del Instituto Open Society
Publicado en LA VANGUARDIA, 15/11/2007;
En su novela 1984,George Orwell describió de manera escalofriante un régimen totalitario en el que todas las comunicaciones son controladas por un Ministerio de la Verdad y los disidentes son perseguidos por la policía política. Estados Unidos sigue siendo una democracia regida por una constitución y el imperio de la ley, con medios de comunicación pluralistas, y sin embargo hay señales perturbadoras de que los métodos de propaganda descritos por Orwell han echado raíz aquí.
De hecho, las técnicas para engañar han mejorado enormemente desde los tiempos de Orwell.
Muchas de ellas fueron desarrolladas en relación con la publicidad y el mercadeo de productos y servicios comerciales, y luego se adaptaron a la política. Su característica distintiva es que se pueden comprar con dinero. En tiempos recientes, la ciencia cognitiva ha ayudado a hacer estas técnicas más eficaces, dando origen a profesionales de la política que se concentran sólo en “lograr resultados”.
Estos profesionales se enorgullecen de sus logros y hasta pueden llegar a disfrutar del respeto de un público estadounidense que admira el éxito sin importar cómo se consiga. Ese hecho tiende una sombra de duda sobre el concepto de Karl Popper de una sociedad abierta basado en el reconocimiento de que, si bien no es posible lograr un conocimiento perfecto, podemos llegar a una mejor comprensión de la sociedad a través del pensamiento crítico.
Popper no vio que, en la política democrática, obtener el apoyo público cobra mayor importancia que la búsqueda de la verdad. Pero en política la percepción del electorado acerca de la realidad se puede manipular fácilmente. La razón de que la política democrática genere manipulación es que los políticos no aspiran a decir la verdad. Quieren ganar elecciones, y la mejor manera de hacerlo es distorsionar la realidad en su beneficio.
Descubrir esto no debería hacernos abandonar el concepto de una sociedad abierta, sino revisar y reafirmar su necesidad. Debemos abandonar el supuesto tácito de Popper de que el discurso político aspira a una mejor comprensión de la realidad y reintroducirlo como un requisito explícito. La separación de poderes, la libertad de expresión y las elecciones libres por sí solas no pueden asegurar una sociedad abierta; también se necesita un fuerte compromiso con la búsqueda de la verdad.
Los políticos respetarán la realidad, en lugar de manipularla, sólo si al público le importa la verdad y castiga a los políticos a los que sorprenda en maniobras engañosas deliberadas. Y al público le debería importar la verdad porque el engaño confunde a la gente en la elección de sus representantes, distorsiona las opciones políticas, socava la rendición de cuentas ante el pueblo y destruye la confianza en la democracia.
La historia reciente ofrece evidencias convincentes de que las políticas basadas en una realidad tergiversada tienen efectos contraproducentes. La respuesta de la Administración Bush a los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 - declarar una guerra al terrorismo y tratar las críticas como antipatrióticas- tuvo éxito en conseguir apoyo en el público, pero los resultados fueron exactamente lo opuesto a lo que deseaba, tanto para ella misma como para Estados Unidos.
La dificultad práctica está en reconocer cuándo los profesionales de la política están distorsionando la realidad. Aquí tienen un papel importante los medios de comunicación, la elite política y el sistema educacional, todos los cuales deben actuar como instancias de vigilancia.
Una técnica influyente, que el encuestador republicano Frank Lutz dice haber aprendido de 1984,simplemente invierte los significados y da la vuelta a la realidad. Así, Fox News se llama a sí misma “justa y equilibrada”, y Karl Rove - ex consejero de Bush- y sus acólitos convierten los rasgos más sólidos de sus oponentes en sus talones de Aquiles, mediante insinuaciones y mentiras para mostrar los logros de sus adversarios como falsos y mal ganados. Así es como las insinuaciones de cobardía y juego sucio ayudaron a derrotar a dos veteranos de Vietnam con altas condecoraciones, el senador Max Cleland en el 2002, y John Kerry en el 2004, mientras que Bush y el vicepresidente Dick Cheney - que evitaron el servicio militar- fueron presentados como grandes patriotas.
El público estadounidense ha demostrado ser especialmente susceptible a la manipulación de la verdad, que domina cada vez más el discurso político del país. Aun así, creo que es posible vacunar al público contra los falsos argumentos, elevando el rechazo a la neolengua orwelliana. Lo que se necesita es un esfuerzo concertado para identificar las técnicas de manipulación, y señalar y poner en evidencia y avergonzar a quienes las usan.
Ahora es un momento ideal para comenzar ese esfuerzo. Los estadounidenses están despertando, como si se tratara de un mal sueño. Lo que hemos aprendido de la experiencia de los últimos años es que no se puede dar por sentada la supremacía del pensamiento crítico en el discurso político. Se puede asegurar únicamente mediante un electorado que respeta la realidad y castiga a los políticos que mienten o practican otras formas de impostura.

La Rusia de Putin

Rusia como tierra de corrupción/André Glucksmann, filósofo francés.
Traducción de José Luis Sánchez-Silva
Publicado en EL PAÍS, 15/11/2007;
Gracias, Elena Bonner-Sajarov! ¡Gracias, Anna Politkóvskaya! Dos mujeres notables me han abierto los ojos: Mijaíl Jodorkovski, el antiguo y todopoderoso patrono de Yukos, principal trust petrolífero de Rusia, ya no es el envidiado hombre de negocios al que todo le sonríe, sino un prisionero político, juzgado y rejuzgado (¿hasta el fin de sus días?), que lleva cuatro años encerrado en lo más profundo de Siberia.
En Francia, por tradición, no hay una gran afinidad entre los hombres de letras y los de negocios. ¿Por qué salir entonces en defensa de un capitán de la industria al que sus pares han abandonado sin pensárselo dos veces? ¿Capitalistas de todos los países, uníos? ¡Que se lo ha creído usted! Tras la disolución de la Unión Soviética, el Banco Mundial y Bill Clinton, presidente de Estados Unidos, avalaron las privatizaciones rusas que Yeltsin fomentaba en nombre de la recién conquistada libertad de mercado. El desguace del siglo propició el enriquecimiento de algunos listos, no a costa de los proletarios, exangües por la gracia de la “dictadura del proletariado”, sino a la de unos dirigentes comunistas demasiado apoltronados para defender su pastel.
Intentemos comprender. La fábula putiniana sitúa por una parte a los “oligarcas” corruptos y especuladores, y por la otra a los caballeros blancos del Gobierno que combaten a los defraudadores. Estos buenos apóstoles se libran mucho de redistribuir entre el pueblo unas riquezas que éste nunca ha poseído. Ni Robespierre, ni Elliot Ness, Putin no tiene nada de un incorruptible que limpia los establos de Augias. No en vano administró los jugosos negocios y las lucrativas transferencias de la alcaldía de San Petersburgo, y luego los de la Administración del Kremlin, y parece que se enriqueció enormemente (en Moscú se dice que su fortuna se cuenta en miles de millones de euros). Putin encubrió la prevaricación de la familia Yeltsin. Como contrapartida, fue escogido para gobernar Rusia.
El Moscú de los negocios y el Chicago de los años treinta, en el que Al Capone y los suyos hacían estragos, se parecen como dos gotas de agua. Es un San Valentín cotidiano: chantajes, sobornos, asesinatos, encarcelamientos arbitrarios…, los diferentes clanes de los servicios secretos se disputan el botín sin miramientos. Hablando claro, las autoridades rusas no desean suprimir a los “oligarcas”, sino seleccionar a los “buenos”, los que obedecen, y suprimir a los “malos”, los que desobedecen. Estos últimos son castigados y sus bienes confiscados y redistribuidos entre los colegas de la checa (FSB). Mal que les pese a nuestros soberanistas y a los ingenuos altermundialistas, esta clasificación selectiva no obedece a una lucha antiliberal, igualitaria, ni a una batalla contra el capital… Sólo se ilusionan aquellos que siguen medio dormidos. Rusia es hoy una tierra de corrupción en la que, pese a su subsuelo fabuloso, o a causa de él, el 50% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, como bocas inútiles llamadas a desaparecer. La mortalidad aumenta y al poder le trae sin cuidado. Jodorkovski había ofrecido a los incontables trabajadores de Yukos las mejores condiciones de trabajo de Rusia. Así le fue. El gran patrono estorbaba a la “vertical del poder” por tres motivos:
1. Jodorkovski había vuelto a poner en tela de juicio la vertical mediática del poder. Sus actividades humanitarias, su fundación Rusia Abierta, le estaban haciendo popular.
2. Se opuso a la vertical política del poder. El partido del Kremlin, Nuestra Rusia, no tolera oponentes poderosos. El oligarca malpensante apoyaba a los partidos liberales y democráticos.
3. Y el pecado supremo: Jodorkovski perturbaba la vertical económica del poder. La “reestructuración” a la manera del Kremlin concentró los sectores rentables de la economía en torno a diversos monopolios. Los grandes ejemplos son Gazprom, en lo que al gas se refiere, y Rosneft (y tal vez muy pronto también Gazprom), en cuanto al petróleo. La misma concentración tuvo lugar en la aeronáutica y la explotación del níquel. La reestructuración se produjo en beneficio de la “corporación Putin”, que dirige el país en solitario, política, militar y económicamente.
Otro envite, en absoluto menor, es la “gran” política exterior. En 2005, cuando la Ucrania naranja se liberó de su tutela, Rusia le dirigió una amenaza clara, y subió los precios del petróleo y el gas. Luego, para celebrar el año nuevo, hizo alarde de su omnipotencia y cerró el grifo. Y lo mismo le ocurrió a la Georgia de las rosas, sometida a sus caprichos y embargos continuos. Cuando Polonia y los países bálticos, miembros de la Unión Europea, rechistaron, la firma del proyecto Schöeder / Putin sobre el gaseoducto germano-ruso del Báltico -que da un rodeo para sortear la Ucrania rebelde, Polonia y los países bálticos, castigados por su independencia- se aceleró. Los países de Europa central, antaño sometidos al Pacto de Varsovia, dependen en un 90% del suministro energético ruso y es fácil hacerlos temblar. ¿Acaso la ambición del Kremlin es instituir una especie de préstamo y arriendo al revés? En la II Guerra Mundial, EE UU enviaba subsidios a Rusia. Hoy, el objetivo es enviar gas hacia la costa norteamericana a partir de Mourmansk. Rusia se dota de medios para chantajear a Occidente.
Esta “gran” política dañina exigía la dislocación de Yukos. La empresa jugaba en la cancha de los grandes en solitario, y su patrono no era manejable. Yukos era un obstáculo tanto para la política interna como para la mundial, y fue desmantelada. Capaz de bloquear a las autoridades rusas mediante el juego del mercado, Jodorkovski se resistía al secuestro del conjunto de los recursos petrolíferos y gaseosos, privando a Putin de su principal arma antioccidental.
El destino de Mijaíl Jodorkovski sirve como ejemplo negativo para los patronos recalcitrantes, lo mismo que Chechenia hace las veces de espantapájaros para el pueblo ruso. El arrasamiento de Grozny es un argumento pedagógico destinado a todos los ciudadanos de la Federación: “¡Eso es lo que le pasa a los pueblos que se enamoran de la libertad!”. El calabozo de Mijaíl Jodorkovski es una lección destinada a las élites: “¡Doblegaos!”. El asesinato de Anna Politkóvskaya fue planeado a modo de consejo para los periodistas curiosos. El envenenamiento radiactivo de Litvinenko disuade a los veteranos del KGB con síndrome de honestidad. La agonía en prisión del abogado Trepaskhine es una advertencia para sus pares… Los mensajes son del mismo tenor.
Pese a estar amenazado, Mijaíl Jodorkovski no huyó, escogió defenderse en Rusia. A menudo se subestima a este personaje y la importancia que puede cobrar en su país. Para comprenderlo, hay que remitirse a Sajarov. Recuerdo el comentario de Elena Bonner, su viuda y amiga, sobre un encuentro en el Kremlin al que Putin había invitado a los oligarcas más poderosos: “Cuando apareció Jodorkovski, pensé: éste es demasiado inteligente, demasiado informal, valiente e inconsciente, lo pagará”.
Por supuesto, Jodorkovski no es un angelito. Sajarov tampoco lo era: no en vano apadrinó la bomba H soviética. Pero, consciente de la opresión que le rodeaba, protegió a los disidentes y se opuso a la dictadura roja. Jodorkovski, patrono entre los patronos, rechazó el regreso de la autocracia. Muchos rusos, y Anna Politkóvskaya en particular, me han dicho: era rico y por eso el pueblo humilde desconfiaba de él, pero, en Rusia, “si vas a prisión y no te sometes, se opera una purificación a ojos de la opinión pública”. La resistencia de Mijaíl Jodorkovski le consagra como una gran figura de la oposición junto a Gary Kaspárov y a Vladímir Bukovski…

Otros mártires

Decenas de salvadoreños han recordado desde hace una semana, con diferentes actividades, la memoria de seis sacerdotes jesuitas de quienes se cumplen 18 años de haber sido asesinados por fuerzas militares.
El 16 de noviembre de 1989 fueron asesinados por fuerzas militares el rector de la UCA, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Segundo Montes, todos españoles, así como el cura salvadoreño Joaquín López y López, la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina, de 16 años.
Por el crimen fueron condenados en septiembre de 1991 el coronel Guillermo Benavides y otros nueve militares, pero en 1993 quedaron en libertad al entrar en vigor una ley de amnistía.
Los sacerdotes jesuitas eran férreos críticos de las atrocidades cometidas durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992) y el caso ha sido presentado ante instancias internacionales por la Compañía de Jesús por la "impunidad" que prevalece debido a la Ley de Amnistía. A propósito Juan José Tamayo le dedica su colaboración a:

Los otros mártires/Juan José Tamayo, teólogo

Publicado en EL PERIÓDICO, 16/11/2007;
Los dos últimos papas han sido tan pródigos en beatificaciones y canonizaciones, que han podido contribuir a devaluar la idea misma de santidad. A eso cabe añadir que los criterios seguidos para seleccionar a los nuevos beatos y santos no contemplan las distintas formas de santidad. Las personas elevadas a los altares son, en su mayoría, sacerdotes, religiosas y religiosos integrados en la institución, con una espiritualidad desencarnada, una actitud benéfico-asistencial y una falta de compromiso liberador. Recientemente ha tenido lugar la beatificación de 498 mártires de la guerra civil española, privilegiando un concepto de martirio que parece responder a motivaciones políticas más que a actitudes evangélicas. Buena prueba de ello es que entre ellos no aparece ninguno de los sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares cristianos que, comprometidos con los valores democráticos y fieles a la República, fueron asesinados impunemente por las tropas de Franco.
EN ESTE concepto de martirio no caben los testigos que han dado su vida por mor de la justicia que brota de la fe, haciendo realidad una de las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña: “Bienaventurados los perseguidos por la justicia porque de ellos es el reino de los cielos”. Es el caso de cientos de cristianas y cristianos latinoamericanos: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, líderes de comunidades de base… asesinados fría y calculadamente por los Ejércitos, por los regímenes militares basados en la seguridad nacional, por los escuadrones de la muerte, incluso por gobiernos cristianos.Valga recordar algunos de los mártires latinoamericanos más emblemáticos. El sacerdote brasileño Joâo Bosco Penido Burnier fue asesinado en 1976 por un policía a sangre fría en presencia del obispo Pere Casaldàliga, quien le ha declarado “mártir por la Caridad y la Justicia”. Ese mismo año, el obispo argentino Enrique Angelelli fue objeto de un homicidio premeditado por denunciar la violación de los derechos humanos de la dictadura militar argentina. Monseñor Óscar A. Romero, arzobispo de San Salvador, fue asesinado en 1980 por militares salvadoreños mientras decía misa por haber denunciando las matanzas del Ejército de su país contra la población civil. El mismo año morían a manos de la guardia salvadoreña las religiosas americanas Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel y Jean Donovan, comprometidas con las comunidades campesinas, como el sacerdote salvadoreño Rutilio Grande y dos campesinos tres años antes. El obispo guatemalteco Juan Gerardi fue asesinado en 1998 por miembros del Ejército dos días después de dar a conocer el informe Recuperación de la Memoria Histórica, que responsabilizaba a las Fuerzas Armadas del 90% de los crímenes de guerra.

Pero el caso de mayor impacto mundial por su brutalidad, nocturnidad y alevosía fue el asesinato, perpetrado por el Ejército salvadoreño el 16 de noviembre de 1989, de Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, cinco compañeros jesuitas y dos mujeres, comprometidos todos ellos con la liberación de las mayorías populares de su país.Ninguno de ellos ha sido beatificado. Algunos procesos están siendo una verdadera carrera de obstáculos. Un ejemplo: cuando monseñor Romero ya ha pasado todas las pruebas para la beatificación, en las curias vaticana y salvadoreña se considera inoportuna la beatificación por temor a que su figura sea manipulada políticamente. Esta demora choca con la celeridad de algunos procesos, como el de monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, beatificado a los 17 años de su muerte y canonizado diez años después. Los abogados del diablo de los mártires latinoamericanos van desmontando cada argumento a favor de la beatificación. ¿Mártires? No, se argumenta, abandonaron la misión evangelizadora y optaron por la política. ¿Seguidores de Jesús? Tampoco, dicen, eran seguidores de la teología de la liberación, condenada en reiteradas ocasiones por el Vaticano. ¿Ejemplo de virtudes cristianas y luchadores por la paz? Justificaban en determinadas situaciones la violencia, responden.
LA OPCIÓN por los pobres y el martirio por causa de la justicia que brota de la fe no parecen tenerse en cuenta entre los criterios para declarar beatos o santos hoy en el Vaticano. Si Jesús de Nazaret fuera sometido hoy a un proceso de beatificación, quizá no supera- ría la prueba. El abogado del diablo le echaría en cara sus permanentes conflictos con las autoridades po- líticas, su actitud antiimperialista, su desacato a las autoridades religiosas, su pertinaz anticlericalismo, sus constantes llamadas a subvertir el orden establecido, su heterodoxia religiosa, su libertad insobornable y su crítica de la religión.Acaba de aparecer un libro sobre el padre Arrupe con motivo del centenario de su nacimiento –14 de noviembre– donde se recoge un apéndice con los 49 jesuitas asesinados por “la lucha de la fe y la justicia” durante su época al frente de la Compañía de Jesús, y el siguiente comentario de Arrupe: “Estos son los jesuitas que necesitan hoy el mundo y la Iglesia. Hombres movidos por el amor de Cristo, que sirvan a sus hermanos sin distinción de raza o clase. Hombres que sepan identificarse con los que sufren y vivir con ellos hasta dar la vida en su ayuda. Hombres valientes que sepan defender los derechos humanos hasta el sacrificio de la vida, si fuera necesario”. ¿Tendrá en cuenta el Vaticano este testimonio?

Fort Benning

El precandidato demócrata a la presidencia de EE UU Dennis Kucinich se unió este domingo 18 de noviembre a miles de manifestantes en una protesta contra la Escuela de las Américas (U.S. Army School of the Americas), que algunos sectores acusan de haber alentado los abusos de derechos humanos en América Latina.
La policía estimó que cerca de 10,000 personas acudieron a la protesta.
Kucinich dijo que una de sus primeras medidas si llega a ser elegido presidente será cerrar la escuela de Fort Benning, en Georgia,
que entrena a soldados, policías y funcionarios de los gobiernos latinoamericanos.
La Escuela de las Américas fue trasladada desde Panamá a Fort Benning en 1984 y en el 2001 fue reemplazada por el Instituto de Cooperación en Seguridad del Hemisferio Occidental, bajo la jurisdicción del Departamento de Defensa.
Las protestas frente a la puerta de las instalaciones militares en Fort Benning, Georgia buscan recordar todos los años a seis sacerdotes jesuitas asesinados junto a su ama de llaves y su hija en El Salvador el 19 de noviembre de 1989.

Algunos de los asesinos habían acudido a la Escuela de las Américas.
El ejército ha admitido que algunos de sus graduados cometieron abusos después de entrenarse en la Escuela de las Américas, pero en el pasado ha expresado que no se ha establecido nunca una relación causa-efecto.
El nuevo instituto tiene cursos obligatorios de derechos humanos, pero los manifestantes sostienen que los cambios que se han realizado sólo son aparentes.

La "U.S. Army School of the Americas", ha sido llamada por muchos "escuela de asesinos", ya que en los últimos 50 años ha entrenado cerca de 60,000. soldados latinoamericanos que luego son enviados a conflictos armados para enfrentarse a sus propios hermanos.

Surge nuevo partido en Italia

Silvio Berlusconi anunció la creación de un nuevo instituto político el 'Partido del pueblo italiano para la libertad'.
En una rueda de prensa improvisada en medio de la céntrica plaza San Babila milanesa, anunció su última iniciativa: "aquí nace oficialmente el nuevo gran partido del pueblo italiano, un partido abierto a todos y contra la vieja política".

La nueva formación política en la cual se fundirá su partido actual, Forza Italia.
El ex presidente del Gobierno deseó que "haya una gran adhesión, ninguno está excluido a esta nueva criatura", que añadió "será la protagonista de la democracia en los próximos decenios".
La sorprendente decisión de Berlusconi puede haberse acelerado después de los últimos ataques de sus aliados en la coalición, 'La Casa de las Libertades', que criticaron su estrategia para acabar con el Gobierno.
Además, la creación de esta nueva formación es la respuesta de Berlusconi al nacimiento del 'Partido Demócrata', que fusionó los partidos más importantes del centroizquierda, y a su líder, el alcalde de Roma, Walter Veltroni.
Berlusconi abrió hoy la puerta a todos para que formen parte de su nuevo proyecto pero sus principales aliados en las Casa de las Libertades ya habían manifestado su oposición a reunirse en un partido único.
Berlusconi anunció su desembarco en política con la creación de Forza Italia en diciembre de 1993 con una espectacular campaña mediática, y en pocos meses obtuvo una aplastante victoria frente al centroizquierda en las elecciones de marzo de 1994.
Ahora, para el nacimiento de su criatura ha elegido sorprendentemente una improvisada rueda de prensa, en medio de una plaza milanesa, rodeado de periodistas y con el fondo de los coros de sus aguerridos seguidores.
Berlusconi anunció que se han recogido 7 millones de firmas para acabar con el Gobierno y convocar elecciones anticipadas. Bajo el lema 'Firma también tú para volver a votar', Forza Italia instaló desde el pasado viernes 10.000 mesas en las principales ciudades italianas para la recogida de adhesiones contra el Gobierno

Íngrid vive; Chávez

Hugo Chávez asegura que Íngrid Betancourt está viva.
"Estoy seguro de que Ingrid está viva aun cuando no tengo una prueba material, un video, una grabación", dijo al ser preguntado por los periodistas, al margen de la cumbre de la OPEP en Riad, Arabia Saudita.
"Ayer recibí un mensaje de Marulanda -Jefe de las Farc- diciendo que confíe en su palabra", precisó Chávez.
El comandante venezolano aseguró que Marulanda (Tirofijo) le pidió "que le transmita lo que le voy a transmitir mañana al presidente (francés Nicolas) Sarkozy: Ingrid está viva y aspiramos a que pronto esté libre".

Betancourt, ex candidata presidencial colombiana de 45 años, fue secuestrada por las Farc en febrero de 2002. Sarkozy convirtió su liberación en una de las prioridades de su mandato, iniciado el pasado mayo.
Chávez había señalado varias veces que deseaba llevar una prueba de vida de la rehén en su viaje a París.
Las Farc exigen el canje de unos 45 rehenes -entre los cuales Ingrid Betancourt y tres estadounidenses- contra 500 rebeldes encarcelados.
Chávez partirá el domingo de Riad a Teherán y el lunes abandonará Irán con destino a Francia.

Como mediador, Chávez inició conversaciones con las Farc que podrían culminar en un encuentro con Marulanda. "Tengo muchas esperanzas de que se pueda concretar esa reunión y que sea el detonador de un vasto canje de prisioneros", dijo Chávez a Le Figaro.
Las Farc exigen la desmilitarización de los municipios de Florida y Pradera como paso previo a cualquier intercambio humanitario.

Los familiares de Ingrid han manifestardo “grandes esperanzas” de obtener una prueba de que ella está viva durante la visita que el presidente venezolano, Hugo Chavez, hará mañana a París.
Editorial de El Tiempo, 18/11/2007;
Ojo al Ecuador
18 de Noviembre de 2007. Redactor de EL TIEMPO.

Tanta dedicación a Venezuela no debe descuidar la manera como nuestro vecino del sur padece los efectos del conflicto colombiano.
Mientras la atención nacional se concentra en Venezuela -en su histriónico líder, las reuniones del intercambio humanitario, el paso de las Farc y del Eln por Caracas y el futuro del comercio bilateral- una declaración del Ministro de Defensa ecuatoriano ha venido a recordar que, al sur, Colombia tiene un vecino que amerita mucha más atención y cuidado que los que hasta ahora se le han dedicado.
"El Ecuador no limita al norte con Colombia, sino con las Farc y el Eln." La frase del ministro Wellington Sandoval es fuerte, poco diplomática y parece no tener en cuenta que en esa frontera hay apostadas cerca de cinco mil unidades militares colombianas y permanentes operaciones aéreas y fluviales. Pero tampoco se puede negar una realidad inocultable: el hermano país no linda con un vecino normal, sino con uno sacudido en la frontera por un conflicto armado de inmensos costos humanitarios.
La evidencia más prominente son las 250 mil personas, casi todas colombianas, que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) considera en la órbita de su agencia. Compatriotas que han cruzado la frontera, en Putumayo y Nariño, huyendo de la violencia. Para una nación de escasos 14 millones de habitantes, este flujo tiene hondas y traumáticas dimensiones.
* * * *
Desde el año 2000, unos 50.000 se han registrado como refugiados (la mayoría no lo hace, por temor o desconocimiento) y casi 15.000 han sido reconocidos por el gobierno ecuatoriano. Solo en Lago Agrio, población en el otro lado del río San Miguel, se registran 230 por mes. La seguridad habrá mejorado; el Putumayo habrá pasado de 60 mil a 8 mil hectáreas de coca entre el 2001, cuando empezó el Plan Colombia, y el 2007; parte de los paramilitares se habrá desmovilizado, pero el costo de ese esfuerzo por recuperar la soberanía en la frontera ha sido, en parte, el flujo de refugiados. Y el conflicto es guerra abierta en zonas del Putumayo y Nariño, donde Farc, Eln y nuevos 'paras' hacen de las suyas contra la población.
Este drama es la punta del iceberg del inmenso fenómeno del desplazamiento interno en Colombia. En un reciente informe, Acnur calcula que desde el 2004 ha habido una media de 200 mil desplazados cada año. Parte se convierten en refugiados, al cruzar una frontera internacional. La crisis de refugiados de Colombia en Ecuador es la mayor del hemisferio occidental. Pero llegan también a Panamá y Venezuela, a Costa Rica y otros países. En Colombia, son quizá las víctimas más invisibles. Poco se habla de ellos; no son preocupación prioritaria del gobierno colombiano, y en el país a donde llegan son los parias de los parias. Y no se puede desconocer que Ecuador ha tenido la conducta más consistente con la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, al destinar presupuesto y una oficina especial de la Cancillería para atenderlos.
* * * *
Pero los refugiados del conflicto no son los únicos colombianos en Ecuador. Cientos de miles de compatriotas han migrado hasta allí en busca de mejor vida. Montan panaderías en Ibarra y tiendas en Santo Domingo; se rebuscan en Quito. Algunos cometen delitos y no pocas mujeres se ven obligadas a prostituirse. Pero, a diferencia de los que se han ido a Estados Unidos y Europa, son muy pobres, que llegan a un país pobre, con todas las tensiones que eso supone.
Y ya no es como antes. El término "hermano colombiano" ha dado paso a una discriminación creciente. Aunque se está lejos de hechos de xenofobia como los protagonizados recientemente contra una joven ecuatoriana en Barcelona, los síntomas están ahí. Y nada los agudiza más que tensiones entre los dos gobiernos como las que han marcado los últimos años.
Cruces de la frontera 'en caliente' por parte de militares colombianos; disputas por la fumigación aérea de coca en la franja limítrofe; acusaciones sobre campamentos de las Farc en suelo ecuatoriano y contrabando de explosivos; cruces masivos de colombianos que decían huir de las fumigaciones y llevaron al límite los recursos de Lago Agrio (octubre) y San Lorenzo (agosto), en ambos extremos de los 590 kilómetros de la raya fronteriza... son apenas algunos de los elementos de tensión en la relación bilateral. Es comprensible que el gobierno colombiano vea con preocupación la movilidad de las Farc a través de la frontera. Pero no es muy realista exigir a este vecino que participe en la lucha contra la guerrilla o culparlo por la porosidad de esos ríos y selvas.
* * * *
Lo más honesto y productivo para una buena relación ante tales dificultades es aceptar que el problema se origina en Colombia y no en Ecuador. El conflicto armado, la coca, el narcotráfico, los desplazados que acaban refugiados, son todos de aquí, no de allá. Y el vecino ha tenido hasta ahora una actitud tolerante con migrantes económicos y refugiados. Ha diseñado el llamado Plan Ecuador, para atender las urgentes necesidades de desarrollo en su lado de la frontera, en la que mantiene un pie de fuerza de 7 mil hombres.
En suma, el Ecuador es víctima de los efectos del conflicto armado, y el gobierno colombiano no pierde nada con reconocerlo y traducirlo en una diplomacia acorde. Sin hablar de casi 250 mil compatriotas, por los cuales está todo por hacer.
editorial@eltiempo.com.co

Ibsen con Moisés Naím en Letras Libres


Tomado de Letras Libres NOVIEMBRE DE 2007; http://www.letraslibres.com/
Una conversación con Moisés Naím/Ibsen Martínez
El escritor y periodista venezolano Ibsen Martínez, dialoga con su paisano, el director de Foreign Policy sobre su libro Ilícito, (El profesor Ibsen además es dramaturgo y articulista de El Nacional de Caracas y colaborador regular de Letras Libres, El Malpensante, El País y Foreign Policy).
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Un domingo, a fines de marzo de 1989, Moisés Naím, por entonces el joven ministro de Fomento en el gabinete del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, invitó a un grupo de amigos a un almuerzo en su casa de Caracas.
Justo un mes antes, cuando el nuevo gobierno aún no cumplía tres semanas en funciones, habían estallado los motines callejeros y saqueos conocidos desde entonces como el “Caracazo” y que duraron casi tres días con sus noches. La cifra de muertos, como en casi todo episodio de anomia destructiva en nuestras grandes ciudades, nunca podrá saberse con certeza.
Las muertes de las que, al cabo de un difícil proceso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos responsabilizó directamente al gobierno venezolano suman unos cuarenta casos documentados. Fueron, en su mayoría, víctimas de la indiscriminada violencia represora por parte del Ejército y otros organismos de seguridad del Estado ante una contingencia que rebasó cualquier previsión.
Los informes oficiales de la época calculan 276 bajas, algunas ONG estiman alrededor de setecientas y otras versiones, ostensiblemente interesadas, hablan de hasta mil quinientos muertos.
En los años que siguieron, el Caracazo fue para los venezolanos algo así como nuestro caso Dreyfus: un inquietante y divisivo episodio del cual nunca llegó a ofrecerse un relato clarificador y que rompió el consenso nacional en torno a la perfectibilidad de nuestra democracia representativa que se pensaba modélica y alentó a los voceros de la antipolítica.
Esto último fue, a la larga, el factor decisivo para la insurgencia de Hugo Chávez al frente de la intentona militar de 1992 con que se instaló en la desencantada imaginación popular como el gran vengador salido de un cuartel para enderezar entuertos civiles.
Mirando hacia atrás, y sin ánimo de ofrecer una zanjadora explicación de aquellos acontecimientos, creo que lo justo sería decir que el Caracazo fue ni más ni menos que una espontánea jacquerie, muy sangrienta en verdad, pero en modo alguno una insurrección popular contra el FMI, el Consenso de Washington y la globalización.
Sin embargo, y aun sin líderes visibles ni consignas inflamantes ni más propósito que desfogar un descontento colectivo larvado entre los más pobres durante dos décadas de frustración, el Caracazo fue mostrado por los medios y los “analistas” como la prueba reina del fracaso de toda la clase política y como un veredicto de culpabilidad de la democracia representativa venezolana.
Poco faltó para que a los saqueadores de automercados, tiendas de electrodomésticos y licorerías se les asignara el rango de expertos en macroeconomía y derecho constitucional.
Lo sé bien porque en aquel entonces yo mismo formaba parte importante del coro: fue en tiempos de “Pérez, segunda parte” cuando escribí una telenovela que alcanzó gran audiencia nacional, algunos de cuyos personajes más recordados no hacían sino llevar agua al molino de la antipolítica.
En aquella telenovela todos los políticos eran cínicos, todos los empresarios estaban por el “Estado pequeño”, y por ello mantenían funcionarios corruptos en su nómina, y todas las transgresiones de la ley por parte de la “lumpenpobrecía” marginada estaban justificadas.
Durante la semana, como libretista de Por estas calles –que así se llamaba el culebrón–, yo hacía de agitador callejero; los domingos, en mi columna semanal de El Nacional, citaba a Alain Touraine o a Pierre Bourdieu al tiempo que atacaba sañudamente el desempeño de los miembros del gabinete económico de Pérez, muchos de ellos, como Naím, amigos personales.
Nunca fue tan fácil ser un “intelectual público” en Venezuela como en los años noventa. Pero volvamos al almuerzo en casa de Naím.
Me apresuro a decir que fui invitado a comer en calidad de amigo de la casa y no como parte del cotolengo de opinadores. El gabinete económico en pleno, el ministro de la Defensa, el ministro de la Secretaría de la Presidencia y no recuerdo ya quién más estuvieron presentes. Recuerdo, sí, que hablaban consternadamente de lo ocurrido en las semanas que siguieron al sorpresivo estallido social.
Cinco años atrás, Moisés Naím había coeditado con su colega Ramón Piñango una colección de trabajos que mostraban el agotamiento de nuestro modelo populista y la parvedad de ideas que había detrás de un quebradizo dispositivo de concertación de élites sindicales y privadas subsidiado por el petroestado.
El ensayo introductorio, un texto brillante que lleva la impronta inconfundible de Naím, dio título al libro que muy pronto se convirtió en best seller: El caso Venezuela: una ilusión de armonía (Caracas, 1984). En él se anticipaba un inexorable colapso político, económico y social que cobraba cuerpo por aquellos días.
El Caracazo y todo lo que siguió, incluyendo desde luego el vociferante populismo radical y autoritario de Chávez, vino a ser su corolario demostrativo de El caso Venezuela.
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En marzo de 2006, justo 17 años después del Caracazo, visité a Naím en su casa de Bethesda, Maryland, y conversamos un buen rato sobre la familia de temas de que se ocupa en su libro Ilícito (Debate, 2006), y también de muchas otras cosas.
La nuez argumental de Ilícito es la de que en las décadas por venir “las actividades de las redes –ilícitas– del tráfico global y sus socios del mundo ‘legítimo’, ya sea gubernamental o privado, tendrán muchísimo más impacto en las relaciones internacionales, las estrategias de desarrollo económico, la promoción de la democracia, los negocios, las finanzas, las migraciones, la seguridad global; en fin, en la guerra y la paz, de lo que hasta ahora ha sido comúnmente imaginado”.
Ilícito comenzó a cobrar la forma de libro un día, en Milán, en que Naím entabló conversación con un vendedor callejero que pretendía venderle una cartera Prada de imitación. Quienes conocen personalmente a Naím saben cuán lejos puede llegar una vez puesto a hacer preguntas.
“El hombre estaba pagando una deuda contraída con quienes lo habían ingresado ilegalmente desde Camerún –narra Naím–. Días más tarde, en Nueva York, topé con otro emigrante ilegal africano que ofrecía una cartera idéntica.”
La complejidad de la operación saltaba a la vista: robar los diseños de Prada, obtener el cuero, producir masivamente las carteras y reclutar un ejército de trabajadores esclavos para venderlas a lo largo y ancho del planeta. Cada eslabón de la cadena era ilegal y no podía darse sin connivencia de muchos gobiernos.
“Mi interés en el comercio ilícito proviene de décadas de trabajo centrado en las sorpresas que ofrece la globalización. Este interés profesional se trocó en una fascinación personal por estos temas.”
Naím, que ostenta un doctorado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, abordó por primera vez esta familia de temas en su ensayo “Las cinco guerras de la globalización”, publicado en 2002 por Foreign Policy, la influyente revista que Naím dirige desde hace una década.
Dichas guerras son, según él, la guerra contra el narcotráfico y la guerra contra el tráfico ilícito de armas, la que se libra por la defensa de la propiedad intelectual, el combate contra el tráfico ilegal de seres humanos y la lucha contra el lavado de capitales. Han sido hasta ahora guerras perdidas por todos los gobiernos.
Los años noventa trajeron consigo, además de la revolución tecnológica en las comunicaciones y una ola de reformas macroeconómicas en todo el mundo, muchas de ellas acometidas a trancas y barrancas o, simplemente, dejadas a medio hacer, la incorporación al mercado global de sociedades hasta entonces cerradas como, por ejemplo, las naciones de Europa Oriental y de la desaparecida Unión Soviética. Lo hicieron con todo lo que tenían dentro: excedentes de sofisticado equipo militar, por supuesto, pero también un capital humano a menudo especializado en “sortear reglas” para sobrevivir y seguir funcionando en el “socialismo real”.
Ilícito logra poner en una perspectiva geopolítica sucesos tan aparentemente disociados entre sí como pueden serlo la red de importación-exportación de insumos y tecnología capaces de producir un artefacto nuclear “casero”, el cultivo de la mariguana transgénica y el contrabando de donantes vivos de riñones humanos, desde Brasil o África del sur, hasta el destino final: un paciente alemán asistido por corredores de órganos israelíes que comercian anónimamente en internet.
Mucho de lo que falla es la concepción que los gobiernos del mundo han adoptado para combatir un comercio estuporosamente real y exitosamente activo en ámbitos y jurisdicciones en los que conceptos como “frontera” y “soberanía” carecen ya de sentido.
La lectura del libro de Naím persuade al más renuente de que la globalización está ocurriendo cada día, que no es subproducto “reversible” de las prescripciones macroeconómicas del llamado Consenso de Washington ensayadas, bien o mal, por muchos países en los años noventa.
La mejor demostración de su existencia es el mero hecho de que las cinco grandes guerras contra el comercio ilícito se estén librando ferozmente allá afuera, mientras usted lee este texto. Y “los buenos” las siguen perdiendo.
3
Quise, en una de las vueltas de la conversación, conocer su idea de Washington, donde hoy día se tiene a Naím como una de las personalidades más influyentes del poblado. ¿Cuán cínica y encallecida puede ser esa ciudad de burócratas federales y sabiondos profesionales del cabildeo? “Ésa es una percepción sumamente extendida pero falsa –responde Naím–. La verdad es que en Washington funcionan decenas de think tanks que congregan a las mejores cabezas del mundo y no todas, ¡en absoluto!, hablan con la voz del Washington oficial. Eso hace de ella un lugar en extremo estimulante en el plano intelectual. Ha sido así para mí y lo sigue siendo.
”Otra idea muy extendida, sobre todo en Latinoamérica –prosigue–, es la de que todos los males que nos aquejan son ‘manufacturados’ en Washington. La verdad es que buena parte de nuestros problemas tienen que ver con decisiones tomadas por latinoamericanos en América Latina. Hay gente que aún cree que las crisis financieras mexicanas o argentinas tuvieron origen en decisiones tomadas en Washington.
”Desde luego, hay una larga historia de malhadadas intervenciones estadounidenses en nuestro continente, como lo fue el despropósito cometido contra el gobierno de Allende, o el inconducente embargo económico a Cuba. Es, de verdad, sumamente fácil elaborar una lista de estupideces y de decisiones contraproducentes tomadas en Washington. Pero ni siquiera esa lista de tonterías puede explicar la magnitud de los fracasos de América Latina. Muchos de los problemas, si no todos, de la región son ‘hechos’ en Caracas, en Buenos Aires o São Paulo por latinoamericanos con poder decisorio.”
Fundada en 1970 por Samuel Huntington y Warren Demian Manshel, su formato original, de diseño avanzado y elegante, estaba a mitad de camino entre una libreta y un libro de bolsillo. Desde 1980 su editor jefe fue el distinguido Charles William Maynes, quien llevó a Foreign Policy a indiscutidos niveles de excelencia y prestigio. En 1996, tras la renuncia de Maynes, el Carnegie Endowment for International Peace, propietario de la revista, decidió abrir concurso para cubrir la plaza del editor. Se nombró un exigente comité de selección en que figuraban personalidades como Thomas Friedman y Stephen Wolf. Los postulantes debían enviar un memorando respondiendo a la pregunta: “¿Qué haría usted con esta revista si fuese su director?”
“Yo había sido miembro de la junta directiva del Banco Mundial durante dos años –recuerda Naím–, y para 1996 era asesor de la presidencia del banco. Fue entonces cuando me enteré de la apertura del concurso de Foreign Policy.”
Naím no fue nunca un buen alumno en la secundaria, aunque sí un lector voraz. “Leía todo lo que se pusiera a mi alcance: hasta los avisos que publican en la prensa las directivas de las juntas de condominio. Desde aquella época mi cabeza está llena de textos de publicidad, de datos extravagantes leídos en cualquier parte, de la letra pequeña de los envases de los productos farmacéuticos. Tengo tanta trivialidad acumulada que ya no me sorprende que emerja de pronto, mientras pienso o escribo, algún dato irrelevante que creía olvidado. También leía literatura. Casi exclusivamente literatura. Fue sólo mucho después que me acerqué a los textos técnicos.”
En el colegio Herzl-Bialik, de Caracas, fue donde Naím dio con su vocación de escritor y editor: el diario escolar estaba a su cargo y dirigirlo era, quizá, lo único que le importaba. El concurso abierto por Foreign Policy obró como un llamado de la vocación.
“Una mañana, mientras trotaba, me dije: ‘¿Por qué no?’ Hice una llamada telefónica al Carnegie Endowment y pregunté si habría alguna objeción a que alguien que no fuera estadounidense dirigiera la revista. ‘En ninguna parte dice que no es posible’, fue la respuesta. Entonces me senté a escribir un memorando que aún conservo.”
Lo esencial del memorando de Naím era esto: el mundo se está globalizando; allá afuera hay un mercado potencial de lectores informados que nunca se describirían a sí mismos como gente interesada en la diplomacia y los tratados internacionales, pero sí en la manera en que el mundo está cambiando y en cómo eso afecta sus vidas. Un creciente número de personas forzosamente mostraría interés en los temas de la globalización en la medida en que ésta tocase a sus familias, sus empleos, sus carreras.
Propuso una revista que se alejara de la formulación habitual de, digamos, Foreign Affairs, y que pensara más allá, en esos lectores que no eran especialistas, lectores informados pero que todavía tenían interés por saber más. El resultado fue que lo pusieran en la lista corta de candidatos junto con notabilidades de las relaciones internacionales.
Luego de los encuentros personales, el comité de búsqueda se quedó con dos candidatos: un notable intelectual estadounidense y Naím. Pero había un problema con Naím: el mandato no era cambiar drásticamente el producto editorial, sino encontrar un director. “Consideren también a Naím”, fue la respuesta de la presidencia al comité de búsqueda. Al cabo, Naím obtuvo la plaza.
4
Adelanto el tema de las sabidurías convencionales porque, en casi todo lo que habla, escribe o pregunta Naím, se advierte una propensión a navegar a contracorriente de lo aceptado. Un ejemplo es el primer libro de Naím que alguna vez leí: Multinacionales: La economía política de las inversiones extranjeras (Caracas, Monte Ávila Editores, 1982). Un libro surgido de su disertación doctoral en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. “A fines de los setenta prosperaban ideas que propugnaban que los países en desarrollo debían limitar la entrada de las multinacionales porque ello tenía más consecuencias negativas que positivas.
”Mi tesis afirmaba, primero, que limitar la entrada de las multinacionales era, en sí mismo, una mala idea y, segundo, que aunque fuera una buena idea, los países en desarrollo no tenían capacidad de hacerlo. Unas burocracias estatales que a duras penas logran organizarse para recoger la basura o repartir el correo difícilmente podrían regular las complejas, intangibles operaciones financieras de una sofisticada red de empresas interconectadas y movidas por el lucro. Que sólo lograrían espantar la inversión extrajera, crear más corrupción y quedarse con todos los costos de las regulaciones.
”Desde luego, se trata de una idea que iba contra la sabiduría convencional de aquel entonces. Creo que, cuando uno escribe, el primer deber es no aburrir, y una manera muy potente de lograrlo es mirar cuáles son las ideas más queridas por los lectores... y reventarlas. Es lo que hago en la columna que publico en Foreign Policy. En ella siempre trato de mostrar con cifras, datos y lógica alguna conexión que presumo no es obvia. En esto tiene mucho que ver el estar consciente de que casi nadie lee. Y de que la poca gente que lee a menudo carece de tiempo para hacerlo y eso la hace cada vez más selectiva al utilizar su tiempo de lectura. A menos que los provoques argumentando agresivamente, pero con propiedad, contra ideas que esos lectores ‘quieren’ mucho, no van a leerte. Si eres aburrido o repites lo que otros han dicho no van a leerte. Siento la obligación de agregar valor.”
Le pregunto entonces si esa inclinación a aguar la fiesta de la sabiduría convencional es innata o adquirida. Responde que debe mucho a su paso por el mit. “El agresivo estilo del mit –responde–, donde, cuando afirmabas algo, otras diez personas le caían a palos a tu idea hasta demostrar que era falsa. O demostrar que era al menos sostenible. Sólo una idea que sobreviviera a tan enérgico proceso de disección y cuestionamiento tenía algún chance de ser buena. Aquello fue un shock para mí porque en nuestros países prevalece el hábito social de inhibir el choque de ideas. Lo que ocurre entre nosotros es que prevalecen ideas ‘polares’; ideas que no se hablan entre sí. Y con ello quiero referirme también a partidos políticos, grupos académicos, capillas literarias, universidades, etcétera. En su ‘polaridad’, las ideas no se dignan a confrontarse. Esto crea un ambiente que encuentro a la vez complaciente y bipolar: o bien unas ideas son rechazadas de plano por la tribu opuesta, o bien la tribu acoge y entabla ‘diálogo’ sólo con quien comparte de antemano las suyas.”
Con lo que llegamos a las preguntas sobre Latinoamérica. Hace un par de años escuché a Naím decir que al pensar en su país le acomete siempre una mezcla de “arrechera [‘coraje’] y tristeza”.
“Tristeza porque eso de que los pueblos se merecen los gobiernos que tienen es una gran mentira. No hay nada que los venezolanos hayan hecho que los haga merecedores de lo que hoy padecen. Si alguna vez cometieron un crimen, la desproporción entre el crimen y la pena es terrible. Siento arrechera de que Venezuela no sea mejor de lo que puede ser y siento nostalgia al no poder estar en mi país. Mis raíces son venezolanas, yo no me siento norteamericano. Me siento venezolano, latinoamericano.”
Le pregunto: ¿Cuánto pesa en tu modo de ver el mundo la experiencia de haber formado parte de un gobierno latinoamericano que intentó una reforma?
“Fue una experiencia fracasada. La idea de que el Estado subsidie plantas industriales que dan pérdidas y no disponga de dinero para medicinas no debió ser tan fácil de rechazar. Privatizar empresas ineficientes que procuran pocos empleos y ofrecen pésimos productos para dejar entrar al mercado mejores productos y que ello beneficie a muchos consumidores, en lugar de a dos o tres empleados y dos o tres accionistas de esa empresa, sigue siendo una idea en la que creo.
”Sin embargo –prosigue–, ni la sociedad venezolana ni el propio gobierno abrazó esas ideas. Articulistas influyentes escribieron en contra de todo ello y hasta se produjeron telenovelas denunciando la perversidad de aquello que intentábamos hacer. Aquel gobierno fracasó, pero junto con él fracasó una generación y una sociedad.
”El estallido [se refiere al Caracazo] fue llamado ‘social’. En Tigres de papel y minotauros muestro cómo hoy día pagamos en Venezuela más bien las consecuencias de una sociedad viciada por el petróleo y dirigida por élites políticas, mediáticas y académicas absolutamente miopes. Aquel gobierno ciertamente cometió errores garrafales, pero es bueno pensar que en aquel fracaso hubo también factores muy influyentes en los bancos, el sector privado y los sindicatos. El partido del gobierno fue el gran opositor a lo que se intentaba hacer.
”En el plano continental, constatamos la desintegración del continente respecto del resto del mundo. Un índice de globalización que hemos urdido en Foreign Policy mide los lazos que unen a unos países con otros. Toma en cuenta, desde el número de minutos de llamadas de larga distancia que salen y llegan a un país dado, hasta el número de visitantes extranjeros que llegan a él anualmente y por qué lo hacen. Es un indicador múltiple de vínculos globales que va más allá del comercio. El índice de FP muestra que cada año disminuye el número de vínculos de América Latina con el resto del mundo. Esto sólo en lo que atañe al nivel estadístico agregado; puedo ofrecer indicios más inmediatos: con frecuencia me llaman organizaciones que sostienen actividades mundiales. Becas, por ejemplo. Y se quejan de que los candidatos de América Latina son pocos y no competitivos.
”En el orden global, la región está subrepresentada en los doctorados de las universidades de primer orden, en el área de periodismo y en lo que atañe a libros publicados con impacto mundial. Quizá el latinoamericano más leído fuera de su esfera lingüística sea Paulo Coelho. Los organismos multilaterales se quejan de lo mismo: América Latina se está desconectando del mundo.
”Ni a ellos les interesa venir, y pronto nosotros no sabremos cabalmente quiénes son ellos.”

Furia xenófoba

Educación como antídoto de la ignorancia xenófoba/Juan A. Herrero Brasas, es profesor de Etica y Política Pública en la Universidad del Estado de California
Publicado en EL MUNDO, 16/11/2007;
Llama la atención que una serie de incidentes xenófobos ocurridos en los últimos meses han sido protagonizados por gente muy joven, y muy en particular los dos más recientes: el ataque a una menor ecuatoriana en Barcelona y el asesinato de un adolescente en el Metro de Madrid, tras una reyerta que se produjo en paralelo a la manifestación que habían convocado grupos de ultraderecha y neonazis en contra de los inmigrantes. Parece, además, que buena parte de quienes iban a la mencionada manifestación estaban en torno a los 15 o 16 años. ¿Cuál es el origen de semejante furia xenófoba en una gente tan joven?
No me cabe duda de que las causas de este fenómeno son múltiples, pero aun a riesgo de caer en un indebido reduccionismo quiero llamar la atención sobre lo que me parece una causa determinante: el desconocimiento por parte de esos jóvenes de nuestra Historia más reciente. No es cuestión de caer en la socrática ingenuidad de pensar que la raíz y explicación de todo crimen está exclusivamente en la falta de conocimiento (principio éste, por otra parte, en que parece basarse nuestro sistema jurídico, particularmente cuando el delincuente es un menor), pero pienso que en el caso concreto de la xenofobia de algunos jóvenes españoles un cuidadoso repaso en las aulas, o en los medios de comunicación, a la Historia social de España -particularmente en la segunda mitad del siglo XX- tendría positivos efectos terapéuticos.
Los jóvenes y adolescentes que se dejan arrastrar por la xenofobia pertenecen todos a la generación de la España rica. Muchos de ellos ni siquiera habían nacido cuando nuestro país entró en la Unión Europea, con la inmensa reticencia de muchos de nuestros vecinos, y ahora socios, que se temían que aquella España de Felipe González, con una elevadísima tasa de paro, les iba a inundar sus países de inmigrantes sureños. A España se le impuso inicialmente un periodo de siete años (que después quedaría ligeramente reducido) para el libre movimiento de trabajadores. Compárese eso con los dos años impuestos a países como Rumanía o Bulgaria.
Hablemos claro -a veces es necesario hacerlo, por duro que resulte-: los españoles no éramos precisamente objeto de deseo o admiración por parte de la Europa rica con que ahora tan complacientemente nos codeamos. Durante buena parte del siglo XX, el español era el inmigrante procedente de un país pobre y subdesarrollado, el sudaca de Europa, con la diferencia de que los latinoamericanos que vienen a trabajar a España ahora tienen un nivel educativo incomparablemente superior al de nuestros compatriotas que emigraban hace tan solo unas décadas. Y, por favor, que nadie me diga que el desprestigio de España se debía al régimen franquista, idea ésta muy extendida. Ello demuestra un tremendo desconocimiento de la Historia. España ha sido siempre un país comparativamente pobre, un país al que otros europeos ha mirado tradicionalmente con desprecio, casi diríase que como algo ajeno a la cultura europea. A Napoleón se le atribuye la famosa frase de que Africa empieza en los Pirineos.
Como extranjero -inmigrante-, muchas veces he tenido que soportar la mirada despectiva de tanto ignorante en Estados Unidos que piensa que todo lo spanish es tercermundista y de segunda categoría. Por ello me preocupa pensar que también en España puedan estar germinando actitudes similares.
El nuestro dejó de ser un país pobre y un país de emigrantes hace relativamente poco tiempo. La existencia en España de grupos neonazis que claman contra la inmigración me causa casi el mismo grado de estupefacción que la aparición de grupos neonazis en Israel que atacan a los judíos. Sin duda, el contagio de esas ideologías enfermizas entre los sectores más jóvenes de la población no se debe únicamente al desconocimiento de datos históricos, pero también es cierto que el conocimiento de los mismos contribuiría a moderar los aullidos de la arrogancia.
Los incidentes xenófobos que vienen teniendo lugar, al parecer muchos más de los que se publican en la prensa, algunos de ellos gravemente violentos, son, me temo, sólo la punta del iceberg, el síntoma ocasionalmente visible de un fenómeno que subterráneamente puede estar adquiriendo una fuerza insospechada. Por ello, es importante atajarlo cuanto antes.
Es necesario, por ejemplo, dejar de referirse a la inmigración como uno de los «problemas» que preocupan a los españoles. ¿Cómo puede considerarse un problema algo que ha beneficiado a nuestra economía tan extraordinariamente en la última década? ¿Qué actitudes o presunciones subyacen a semejante expresión?
Los economistas que trabajan en organismos de Naciones Unidas, así como los de importantes instituciones financieras españolas, coinciden en que nuestro país requiere un continuo flujo masivo de inmigrantes para mantener el actual ritmo de crecimiento económico. El auténtico problema para nuestra economía sería que dejaran de venir inmigrantes. Esta es la realidad, y es el mensaje que se debe airear vigorosamente para contrarrestar la influencia de las ideologías xenófobas.
Globalmente hablando, la inmigración hace una magnífica contribución a nuestra sociedad en todos los aspectos. Se trata de un fenómeno de dimensiones históricas que va a ayudar a situar a España en primera línea del mundo desarrollado. El inmigrante es un elemento dinámico, con ansias de prosperidad y generalmente con una enorme capacidad de sacrificio. Esa combinación de elementos es la fórmula del progreso.
Una idea de que los grupos xenófobos suelen hacer bandera es que el inmigrante quita puestos de trabajo a los españoles. El hecho es, sin embargo, como demuestran los numerosos estudios que se han realizado en los últimos años, que la inmigración genera superávit en el mercado de trabajo. Sin necesidad de entrar en explicaciones técnicas, basta ver el espectacular descenso de la tasa de paro que se ha producido en la última década en paralelo a la entrada masiva de inmigrantes.
El inmigrante, directa e indirectamente, genera puestos de trabajo -en última instancia, más de los que ocupa- porque desde el momento en que pone pie en España es, primero y ante todo, consumidor. Y es, además, un consumidor de primera categoría porque a España llega sólo con su maleta, y, por tanto, necesita establecer su hábitat partiendo de cero, es decir, tiene que comprarlo todo. Y también porque el inmigrante está ávido por mejorar rápidamente su calidad de vida, ávido de poseer todo aquello que era objeto de su deseo y que ahora está en condiciones de adquirir. A medio y largo plazo, todo eso constituye un poderoso empujón hacia delante para la economía.
La xenofobia no tiene justificación racional, y mucho menos el racismo. No hay país que no haya sido, históricamente hablando, construido por inmigrantes y por gentes de diferentes razas. Basta con que los españoles nos miremos al espejo. Sólo desde la más extraordinaria miopía o, en el caso de la gente más joven, la ignorancia y la cerrazón se puede sostener el discurso xenófobo.
El trabajo de grupos como el Movimiento contra la Intolerancia, liderado por Estaban Ibarra, es un excelente antídoto contra la ideología xenófoba que parece ir tomando cuerpo entre algunos sectores de la juventud. Conviene, por tanto, dar cuanta más cabida mejor a su discurso en los medios de comunicación y en el sistema educativo.
El objetivo es tener un país de personas tolerantes. Es decir, inteligentes.

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