16 may 2017

'Le temo más al gobierno que al narco'

'Le temo más al gobierno que al narco'

Andro Aguilar
Reforma/ Retrospectiva
Cd. de México (04 octubre 2016).- La principal amenaza para el periodismo mexicano no es el narcotráfico, sino la clase política.
Ésta es la conclusión a la que llegó el sinaloense Javier Valdez Cárdenas después de dedicar un año a la investigación y al armado de su octavo libro: Narcoperiodismo, la prensa en medio del crimen y la denuncia (Aguilar).
"El narcotráfico está porque no hay gobierno", explica, "el principal problema que tenemos para el ejercicio periodístico es la autoridad. Es una clase política hija del narcotráfico, intolerante, peligrosa, poderosa, coludida con la delincuencia organizada, con criminales de toda índole.
"Si el narco tiene este poderío, es porque le gobierno lo ha permitido, o porque está sometido, porque no está o porque es cómplice".

Los informes de la organización Artículo 19, que miden las agresiones a periodistas, confirman lo recabado por Valdez: la mayor parte de los actos violentos contra la prensa en 2015 (41.5 por ciento) provinieron de algún funcionario público.
Además, apunta el periodista, a esas agresiones directas se suma la impunidad que prevalece en los delitos cometidos por otros actores debido a la falta de cumplimiento de la ley, a cargo de las autoridades.
Valdez Cárdenas hace periodismo desde Culiacán, Sinaloa, una entidad que da nombre a una de las organizaciones del crimen más poderosas en el mundo y, sin embargo, ve más riesgoso que una agresión en su contra sea gubernamental.
"Le tengo más miedo, y es más fácil, que el gobierno haga algo en contra de nosotros, del periodismo que hacemos, a que lo haga el narco. Tengo la 'fortuna', que estoy en una región en la que sólo es un cártel el que domina: el Cártel del Sinaloa. No es una región en pugna. Igual son asesinos, son unos hijos de puta, pero no estoy entre dos o tres organizaciones criminales. Los narcos son de ahí. Les interesa que haya cierta paz, que no se les caliente la plaza. Sería muy complicado para ellos en ese sentido matar a un político, un activista, o un periodista. Me preocupa más cómo responda el gobierno a cómo responda el narco. El gobierno ha sido más torpe en ese aspecto, reacciona de manera más violenta", explica.
Valdez documenta en su libro el caso de periodistas en Tamaulipas inmersos en una dinámica de tener que responder a las exigencias contrarias de dos cárteles distintos sobre un mismo hecho.

Pero las amenazas al periodismo mexicano que registró el sinaloense no se quedan sólo en las agresiones físicas.

El cofundador del semanario Ríodoce documentó las condiciones en las que se desarrolla este oficio en el país, que no siempre se hacen evidentes para los distintos públicos que lo consumen.

"La gente puede pensar ahora que el principal contaminante es el narco. Es uno de ellos, quizá predominante, junto con el gobierno, homicida y abusivo. Pero también existe cómo te presionan en los medios para que lleves muchas notas, y no reflexiones, no hagas crónicas, no investigues, no propongas, eso me parece asfixiante. Las condiciones de trabajo, los salarios, las persecuciones. Ojalá que la gente vea con claridad a los periodistas y el periodismo que se hace en México, que lo asuma como un aliado, como un trabajo de carácter toral frente a la democracia que se nos niega, la corrupción, tantos problemas...

Además de los testimonios y las historias sobre los obstáculos que los periodistas mexicanos encuentran en su camino, Valdez se entrevistó para su libro con otros de sus colegas y con especialistas para recabar información sobre el papel de los políticos y empresarios en los medios de comunicación.

"Quise abarcarlo todo: el exilio, la muerte, la amenaza, la migración de periodistas, las condiciones de trabajo, presiones de todo tipo, desde criminales hasta otras más legales", indica el autor de la columna Malayerba.

Con este libro, el sinaloense espera que los lectores y las audiencias de periodismo vuelvan a ver este oficio como un aliado.

"Recuerdo, hace unos años, cuando la gente decía 'voy a denunciarlo con los periodistas, voy a llamar a los periódicos, a los de la televisora, la radio...'; ojalá recuperemos esa categoría, porque a veces no hay asideros, no hay puente seguro ante tanta tragedia".

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