Producto de la desesperación del crimen organizado
Batalla contra narcos baña a México de sangre
By TRACI CARL / AP
By TRACI CARL / AP
Publicado en el portal de El Nuevo Herald, 11 de marzo de 2009;
Cadáveres decapitados en Tijuana, niños secuestrados en Phoenix, tiroteos en Vancouver.
A simple vista, pareciera que la violencia del narcotráfico está fuera de control. Sin embargo, funcionarios de México y Estados Unidos afirman que la violencia es consecuencia de los progresos en la lucha del gobierno mexicano contra los carteles de las drogas, un indicio de la desesperación de los traficantes.
La intensa campaña de mexicanos y estadounidenses contra el narcotráfico está obligando a los poderosos carteles, otrora acostumbrados a transportar sus cargamentos calladamente y con impunidad, a librar batallas cada vez más violentas para ocupar el pequeño espacio que queda disponible y a incursionar en otras actividades delictivas, incluidas la extorsión y el secuestro a cambio de rescates a ambos lados de la frontera con Estados Unidos.
''Esto (la violencia) no es un reflejo del poder de estos grupos'', afirmó el procurador general Eduardo Medina Mora en una reciente entrevista con la AP. "Esto es un reflejo de cómo están perdiendo fuerza, de que no pueden generar ingresos''.
El gobierno estadounidense dice que la cantidad de cocaína confiscada en la frontera bajó un 41% entre principios del 2007 y mediados del 2008. Una merma en la oferta hizo subir los precios casi un tercio, a $123.25 el gramo, en Estados Unidos, y trajo aparejada también una reducción del 15% en la pureza de la droga. Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá dicen que se nota una prolongada escasez de cocaína.
''La razón por la que hay una escalada en la violencia es porque las autoridades de Estados Unidos y México están ganando'' la batalla, sostuvo ayer Garrison Courtney, portavoz de la agencia estadounidense de lucha contra las drogas, la DEA. "Los traficantes van a lanzar una ofensiva, porque los estamos desarticulando. Es razonable pensar que van a luchar para seguir siendo relevantes".
Los carteles mexicanos están perdiendo el mercado estadounidense de metanfetaminas, según funcionarios de ambos países, pero el contrabando de marihuana desde México ha ido en aumento desde el 2005, debido a un incremento en la demanda.
El problema para los carteles mexicanos comenzó el 11 de septiembre del 2001, cuando los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono hicieron que se reforzasen las medidas de seguridad en la frontera. El presidente mexicano Felipe Calderón, por otra parte, les declaró una guerra abierta a los carteles el día que asumió hace dos años y despachó 45,000 soldados y policías federales para combatir al narcotráfico.
Mejoras en la cooperación entre las autoridades de los dos países posibilitaron el reciente arresto de 755 presuntos elementos del Cartel de Sinaloa en Estados Unidos, en ciudades y en pueblos pequeños como Stowe, Iowa. Las autoridades mexicanas, mientras tanto, destituyeron a más de dos docenas de funcionarios de las fuerzas de seguridad, incluido un ex director de la lucha contra el narcotráfico que supuestamente cobraba para proteger a ese cartel, el más poderoso de México.
La embajada estadounidense reportó 85 extradiciones en el 2008, una cifra sin precedentes, contribuyendo a generar un vacío de poder que desató una guerra entre los carteles por las rutas hacia Estados Unidos y por el control del creciente mercado interno de drogas.
Estos éxitos, no obstante, llegan con un pesado costo: una espiral de violencia que hizo que el año pasado se duplicasen los asesinatos en México y lleva más de un millar de muertos en los primeros dos meses del 2009. En Phoenix hubo más de 560 secuestros entre el 2007 y la primera mitad del 2008, y en lo que va del año se registran más de dos docenas de tiroteos en Vancouver, Canadá, donde la escasez hizo que el precio de la cocaína subiese de $23,300 a $39,000 el kilo.
El gobierno mexicano calcula que el 90% de los asesinatos está relacionado con las drogas, lo mismo que muchos secuestros en Estados Unidos.
México apenas si influía en el comercio de la cocaína hace dos décadas, cuando Estados Unidos arreció su campaña para cerrar las rutas caribeñas usadas para el transporte de cocaína colombiana.
Súbitamente, los carteles mexicanos que traficaban marihuana y heroína tomaron el control de las principales rutas al codiciado mercado estadounidense.
Hoy, el 90% de la cocaína consumida en EEUU pasa por México, según el Departamento de Estado, y las bandas de narcotraficantes tienen ganancias anuales del orden de los $10,000 millones.
Pero el mercado de EEUU está siendo eclipsado por la gran demanda europea, donde los precios son el doble.
A simple vista, pareciera que la violencia del narcotráfico está fuera de control. Sin embargo, funcionarios de México y Estados Unidos afirman que la violencia es consecuencia de los progresos en la lucha del gobierno mexicano contra los carteles de las drogas, un indicio de la desesperación de los traficantes.
La intensa campaña de mexicanos y estadounidenses contra el narcotráfico está obligando a los poderosos carteles, otrora acostumbrados a transportar sus cargamentos calladamente y con impunidad, a librar batallas cada vez más violentas para ocupar el pequeño espacio que queda disponible y a incursionar en otras actividades delictivas, incluidas la extorsión y el secuestro a cambio de rescates a ambos lados de la frontera con Estados Unidos.
''Esto (la violencia) no es un reflejo del poder de estos grupos'', afirmó el procurador general Eduardo Medina Mora en una reciente entrevista con la AP. "Esto es un reflejo de cómo están perdiendo fuerza, de que no pueden generar ingresos''.
El gobierno estadounidense dice que la cantidad de cocaína confiscada en la frontera bajó un 41% entre principios del 2007 y mediados del 2008. Una merma en la oferta hizo subir los precios casi un tercio, a $123.25 el gramo, en Estados Unidos, y trajo aparejada también una reducción del 15% en la pureza de la droga. Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá dicen que se nota una prolongada escasez de cocaína.
''La razón por la que hay una escalada en la violencia es porque las autoridades de Estados Unidos y México están ganando'' la batalla, sostuvo ayer Garrison Courtney, portavoz de la agencia estadounidense de lucha contra las drogas, la DEA. "Los traficantes van a lanzar una ofensiva, porque los estamos desarticulando. Es razonable pensar que van a luchar para seguir siendo relevantes".
Los carteles mexicanos están perdiendo el mercado estadounidense de metanfetaminas, según funcionarios de ambos países, pero el contrabando de marihuana desde México ha ido en aumento desde el 2005, debido a un incremento en la demanda.
El problema para los carteles mexicanos comenzó el 11 de septiembre del 2001, cuando los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono hicieron que se reforzasen las medidas de seguridad en la frontera. El presidente mexicano Felipe Calderón, por otra parte, les declaró una guerra abierta a los carteles el día que asumió hace dos años y despachó 45,000 soldados y policías federales para combatir al narcotráfico.
Mejoras en la cooperación entre las autoridades de los dos países posibilitaron el reciente arresto de 755 presuntos elementos del Cartel de Sinaloa en Estados Unidos, en ciudades y en pueblos pequeños como Stowe, Iowa. Las autoridades mexicanas, mientras tanto, destituyeron a más de dos docenas de funcionarios de las fuerzas de seguridad, incluido un ex director de la lucha contra el narcotráfico que supuestamente cobraba para proteger a ese cartel, el más poderoso de México.
La embajada estadounidense reportó 85 extradiciones en el 2008, una cifra sin precedentes, contribuyendo a generar un vacío de poder que desató una guerra entre los carteles por las rutas hacia Estados Unidos y por el control del creciente mercado interno de drogas.
Estos éxitos, no obstante, llegan con un pesado costo: una espiral de violencia que hizo que el año pasado se duplicasen los asesinatos en México y lleva más de un millar de muertos en los primeros dos meses del 2009. En Phoenix hubo más de 560 secuestros entre el 2007 y la primera mitad del 2008, y en lo que va del año se registran más de dos docenas de tiroteos en Vancouver, Canadá, donde la escasez hizo que el precio de la cocaína subiese de $23,300 a $39,000 el kilo.
El gobierno mexicano calcula que el 90% de los asesinatos está relacionado con las drogas, lo mismo que muchos secuestros en Estados Unidos.
México apenas si influía en el comercio de la cocaína hace dos décadas, cuando Estados Unidos arreció su campaña para cerrar las rutas caribeñas usadas para el transporte de cocaína colombiana.
Súbitamente, los carteles mexicanos que traficaban marihuana y heroína tomaron el control de las principales rutas al codiciado mercado estadounidense.
Hoy, el 90% de la cocaína consumida en EEUU pasa por México, según el Departamento de Estado, y las bandas de narcotraficantes tienen ganancias anuales del orden de los $10,000 millones.
Pero el mercado de EEUU está siendo eclipsado por la gran demanda europea, donde los precios son el doble.
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