03/30/2015
La «partida geopolítica» en torno al genocidio armenio
Se reflejan las convulsiones y los ajustes globales y regionales en el aniversario de las masacres de los armenios de hace cien años. Participarán personalidades de relieve en la misa para los fieles de rito armenio que Papa Francisco celebrará en San Pedro el 12 de abril
Opinión de Gianni Valente
El «Zar» Putin ya confirmó su presencia: el próximo 24 de abril volará a Erevan para participar personalmente en las ceremonias oficiales del centenario del Genocidio armenio. Ese día, en la capital de Armenia, estarán probablemente los parlamentarios iraníes miembros de Amistad Armenia-Irán, que volaron a Teherán para una visita oficial al Tsitsernakaberd, el Memorial del Genocidio. En el Santo Sepulcro de Jerusalén, en la liturgia para recordar los cien años del que los armenios llaman “Metz Yeghérn”, el “Gran Mal”, anunció su presencia el presidente de Israle Reuven Rivlin.
En el escenario marcado por todas las tragedias humanitarias de esa «tercera guerra mundial en fragmentos» (como dice Papa Francisco), el aniversario de las masacres anti-armenias planificadas hace cien años por los Jóvenes Turcos se transforma en una prueba sobre los movimientos y ajustes regionales y globales de la actualidad. Y los resultados son esclarecedores.
Desde siempre, los armenios afirman que los otomanos siguieron un plan de eliminación sistemática contra su pueblo, exterminando a un millón y medio de personas. Turquía niega el término “genocidio” y sostiene que los muertos (no solo armenios) fueron «menos» de 500 mil, que murieron en la guerra o por el hambre. El año pasado, el presidente Recep Tayyip Erdogan llevó a cabo un gesto hacia la comunidad armenia, ofreciendo por primera vez el pésame de Turquía a los descendientes de los armenios que murieron «en las circunstancias de principios del siglo XX». Pero mientras se iba acercando la fecha de las conmemoraciones oficiales, el “fair play” se fue desvaneciendo. La semana pasada, Erdogan acusó a Armenia y a los armenios exiliados en el mundo de presionar a los Estados y órganos internacionales para obtener el reconocimiento del Genocidio armenio, con la intención de desacreditar a Turquía. «Como en toda época», dijo el líder turco al inaugurar una exposición sobre la Primera Guerra Mundial en los Archivos otomanos de Estambul, «hubo sufrimientos y tragedias recíprocas durante los años de la Gran Guerra. Los armenios no eran los únicos afectados por ellos. Todos los pueblos de los Balcanes, del Cáucaso y del Asia Menor sufrieron mucho». Erdogan también desafió a los armenios a «mostrar los documentos» que prueban el Genocidio. Desde antes, con una decisión que fue considerada por los armenios como una provocación, el presidente turco invitó a Ankara a 100 líderes mundiales (incluido el presidente armenio Serzh Sarkisian) justamente el 24 de abril para conmemorar la llamada batalla de Galípoli, cuando el Imperio otomano derrotó a las fuerzas aliadas en 1915.
Habrá
que ver quién aceptará la invitación de Erdogan. Mientras tanto, la lista de
pronunciamientos recientes sobre el Genocidio armenio ya cuenta con varias
voces y reticencias elocuentes.
Oficialmente, el
Genocidio armenio ha sido reconocido más o menos explícitamente por las
asambleas parlamentarias de 22 naciones (incluidas Rusia, Francia, Italia,
Alemania, Canadá y Argentina); en cambio en otros sitios ha sido reconocido
solamente por asministraciones locales o asambleas legislativas regionales. Muchos países, como
los Estados Unidos e Israel, prefieren todavía no usar el término Genocidio.
Barak Obama se había comprometido a favor de reconocerlo antes de convertirse
en el presidente de los Estados Unidos, pero desde que llegó al poder ha
evitado el término. Hace algunas semanas, una representación de demócratas y
republicanos presentó al Congreso estadounidense una resolución para reconocer
el Genocidio. De la misma manera, en su informe anual sobre los derechos
humanos aprobado el 12 de marzo, el Parlamento europeo pidió que los Estados
miembros de la Unión Europea reconocieran el genocidio de los armenios. Y el
gobierno turco respondió diciendo que esta petición era «problemática» y dañina
para las relaciones entre Turquía, Armenia y la Unión Europea.
Pero
las reacciones más singulares en la disputa político-diplomática sobre el
centenario del Genocidio armenio se registran principalmente en el Medio
Oriente marcado por los conflictos armados y la violencia sectaria. En ese
mismo Medio Oriente que refleja las condiciones de las masacres planeadas hace
cien años en los sufrimientos actuales de millones de personas. Así, en la
República Islámica de Irán, el centenario del Genocidio armenio será recordaro
con una serie de eventos en los que estará involucrado incluso el Parlamento
iraní.
En
abril, los dos miembros armenios del Parlamento expondrán ante la Asamblea una
moción para condenar el Genocidio armenio, después de haber enviado cartas a
100 de sus colegas para sensibilizarlos sobre el argumento e invitarlos a
expresar, con declaraciones públicas, una condena conjunta de las masacres
sistemáticas perpetradas por los Jóvene Turcos hace cien años en Anatolia.
Mientras tanto, en Jersualén, el Patriarca latino Fouad Twal se dirigió a
Turquía en declaraciones públicas difundidas el pasado 21 de enero; en esa
ocasión indicó que Tuqruía «considera el enocidio armenio como mero fruto de la
imaginación», y añadió que «esta enorme negación dura desde hace demasiado
tiempo». El presidente de Israel, Reuven Rivlin, que anunció su participación en
la liturgia conmemorativa que se llevará a cabo en el Santo Sepulcro el próximo
24 de mayo, en sus discursos públicos (incluso en la conferencia que pronunció
ante la ONU el pasado 29 de enero) se ha referido al Genocidio armenio, aunque
no haya sido oficialmente reconocido por Israel.
En
mayo del año pasado, el Parlamento israelí dedicó una plenaria a la cuestión,
acogiendo la petición del Partido de izquierda Meretz. En Damasco, en cambio,
la Asamblea del pueblo sirio dedicó el pasado 4 de marzo una sesión
conmemorativa al centenario del Genocidio armenio. La iniciativa, promovida por
la legisladora siria cristiana María Saadeh, involucró a algunos miembros de
los Comités parlamentarios para las relaciones exteriores. En esa ocasión no
fueron pronunciadas acusaciones contra la Turquía de Erdogan, a la que los
medios de comunicación y los aparatos gubernamentales sirios presentan como
antesala de las operaciones militares que llevan a cabo en el país la milicias
yihadistas del Frente al Nusra y del Estado Islámico. El embajador armenio en
Siria, Arshak Poladyan, recordó que hace cien años muchos armenios huyeron de
las masacres en Anatolia y encontraron refugio precisamente en Aleppo y en
otras ciudades sirias. Teniendo en cuenta la violencia en contra de la
población cristiana perpetrada en Siria e Irak por los yihadistas, el 24 de
marzo el Parlamento armenio votó unánimemente una resolución de condena de las
masacres que entre 1915 y 1923 llevó a cabo el Imperio otomano contra los
asirios y los griegos. Hace menos de dos años, una petición de aceptar una
resolución análoga había sido rechazada por los parlamentarios de Erevan.
A
nivel eclesial, la conmemoración de los cien años del “Gran Mal” culminará en
la liturgia para la canonización de las víctimas del Genocidio armenio, que se
llevará a cabo el 23 de abril en Erevan, en la Sede patriarcal del
Catholicosato de Echmíadzin, guiado por el Patriarca Karekin II. Para la
ocasión, 38 Iglesias, comunidades eclesiales y organismos ecuménicos ya aseguraron
la presencia de una delegación en el rito de canonización. El mismo día, a
partir de las 19.15 (hora elegida para recordar simbólicamente el año de 1915),
todas las Iglesias armenias apostólicas del mundo (a excepción de las que se
encuentran en territorio turco) repicarán cien veces las campanas para recordar
los cien años del Genocidio.
Y
antes, el 12 de abril, todas las comunidades armenias estarán idealmente
presentes en Roma, en la Basílica de San Pedro, en donde Papa Francisco
celebrará la misa para los fieles de rito armenio en el año, en el que se
conmemora el Genocidio. En la liturgia que presidirá Papa Francisco el domingo
de la Divina Misericordia, participará el patriarca armenio católico Nerses
Bedros XIX, en compañía de los obispos armenios católicos. Y, según lo que
indicaron fuentes armenias de Vatican Insider, participarán, salvo imprevistos,
los dos mayores jerarcas de la Iglesia armenia apostólica: el Patriarca Karekin
II y el Catholicos Aram I, que guía el Catholicosato de la Gran Casa de
Cilicia, con sede en Antelias, Líbano.
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