6 jun 2015

Las once horas de Francisco en la «Jerusalén de Europa»

Vatican Insider, 06/ 5/2015
Las once horas de Francisco en la «Jerusalén de Europa»
El Papa parte hacia Sarajevo, para contribuir a la «consolidación de la fraternidad, de la paz, del diálogo interreligioso y de la amistad»
ANDREA TORNIELLI, ENVIADO A SARAJEVO
Once horas en la “Jerusalén de Europa”, la ciudad en la que se encendió la centella de la Gran Guerra y teatro, en épocas más recientes, de un terrible conflicto fratricida, tristemente famoso por los francotiradores, que desde las colinas disparaban a todo lo que se moviera, y por las violaciones étnicas. Once horas en un país que se está islamizando y en el que aumenta el extremismo de carácter wahabita. Once horas para encontrarse con autoridades políticas, con el pueblo católico, con hombres de las diferentes religiones y con los jóvenes, y para tratar de sanar las heridas todavía abiertas con una invitación al perdón y a la convivencia pacífica.

Papa Francisco partirá mañana por la mañana hacia Sarajevo, capital de un país conformado por dos entidades territoriales (la Federación de Bosnia-Herzegovina y la República Serbia de Bosnia-Herzegovina). Será otro de sus viajes relámpago a la Europa herida. El viaje fue anunciado el pasado primero de febrero, durante el Ángelus, en el que el Papa pidió oraciones para que anime «a los fieles católicos, suscite fermentos de bien y contribuya a la consolidación de la fraternidad, de la paz, del diálogo interreligioso y de la amistad». Y justamente se necesita paz, diálogo y fraternidad en esta tierra, a veinte años del sangriento conflicto civil en el que se enfrentaron diferentes nacionalidades (croata, bosnio-musulmana y serbia) y que concluyó con la intervención de las Naciones Unidas y de la Otan.
 «Este país, después de la dura y sangrienta guerra –afirmó el cardenal Vinko Puljić, arzobispo de la ciudad de Sarajevo–, todavía no se ha curado de las heridas profundas. Aunque el conflicto se haya detenido, no se creó un estado de derecho capaz de defender a cada identidad personal, religiosa y étnica. Las grandes potencias que impusieron los Acuerdos de Dayton dejaron a los políticos locales el encargo de construir el futuro; pero estos fueron solo observadores. Esto no podrá nucna llevar a una paz estable, justa y próspera».
 Las consecuencias de la guerra, explicó recientemente el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, «se hicieron sentir sobre todo en la comunidad católica, que prácticamente (desde que comenzaron los años noventa y hasta ahora) se ha reducido casi a la mitad: de 800 mil a 400 mil personas. En algunas parroquias ya no quedan más que pocas familias, y sobre todo ancianos. Hoy se registra, sobre todo, el fenómeno de la migración de los jóvenes, provocada por el desempleo, por la falta de trabajo y por la búsqueda de perspectivas mejores en otros ambientes».
 Entre los fenómenos de los últimos años, los cristianos tienen muchas dificultades para construir Iglesias, mientras que los lugares de culto musulmanes son financiados «por los petroleros saudíes», como repitió el arzobispo Puljić. Pero también hay signos de esperanza. Como el hecho de que todos esperan la presencia del Papa, e incluso las autoridades musulmanas consideran a Francisco como «hermano, mensajero de paz», y aprecian particularmente su mensaje a favor de los pobres.
 La visita de Bergoglio a Bosnia-Herzegovina es la tercera de un Papa en los últimos 18 años. En abril de 1997 visitó Sarajevo Juan Pablo II, después de haber debido renunciar al viaje tres años antes porque los serbios habían advertido que no habrían sido capaces de garantizar la seguridad. Un día antes de que Wojtyla llegara, se descubrió un explosivo en uno de los puentes por los que habría pasado el Papa. Le recomendaron en aquella ocasión que no siguiera el recorrido programado, pero no quiso escuchar consejos. Y desde Sarajevo Juan Pablo II gritó: «¡Nunca más la guerra!», recordando que «Dios perdona solo a quienes tienen la valentía para perdonar».

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