La agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, aseguró ante en una audiencia ante el congreso de EU, que cárteles mexicanos se unieron en 2010 para combatir a Los Zetas.
El cártel del Golfo profundizó su alianza con el cártel de Sinaloa y La Familia Michoacana en años recientes con la intención de atacar a Los Zetas, afirmó el director de inteligencia de la DEA, Rodney Benson.
La alianza se reforzó tras la muerte de Ezequiel Cárdenas Guillen, alias Tony Tormenta, cuando el mando del cártel del Golfo lo asumió Eduardo Costilla, El Coss.
Benson participó en una comparecencia ante un subcomité legislativo que busca evaluar los resultados obtenidos a cuatro años del inicio de la Iniciativa Mérida.
Hasta 2008, Los Zetas fungieron como brazo armado del cártel del Golfo, pero desde que se separaron se disputan el control de rutas para enviar drogas a Estados Unidos. La organización está conformada por exmilitares de élite y es considerada la más violenta de América Latina.
A la audiencia también acudieron el exembajador de Estados Unidos en Colombia, Venezuela y Chile, William Brownfield, ahora subsecretario del buró de narcóticos del Departamento de Estado, además de Mariko Silver, subsecretaria de asuntos internacionales del Departamento de Seguridad Interior.
El subcomité de legisladores, presidido por el republicano Connie Mack, planteó la posibilidad de designar como grupos terroristas a los cárteles mexicanos del narcotráfico. El gobierno de Bill Clinton (1993-2001) decidió catalogar como terroristas a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
De acuerdo con el congresista Michael McCaul, el nombramiento no sólo daría una etiqueta a los grupos, sino que proporcionaría herramientas económicas y legales a las autoridades estadounidenses para perseguir a los criminales, como congelar sus bienes y destinar mayores partidas presupuestales para su combate.
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