El
EI o cuando falla la profecía/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington
La
Vanguardia | 16 de mayo de 2015.
Apenas
pasa un día sin malas noticias de Oriente Medio. Los combates en Siria e Iraq
continúan, las guerras civiles se están extendiendo en Yemen y Libia. Pero
Túnez nos dijeron que era una excepción; aquí es donde comenzó la primavera
árabe y donde aún tiene un futuro. Por desgracia, las noticias que nos han
llegado hace unas semanas de ese país tampoco son buenas. El Gobierno
estadounidense se muestra optimista con respecto a un acuerdo final con Irán en
relación con el armamento nuclear en ese país. No todos comparten este
optimismo.
En
términos generales, ¿puede mejorar la situación en un futuro próximo en Oriente
Medio? Pocos se sienten optimistas en este sentido. Por el contrario, con el
regreso de terroristas desde Iraq y Siria a Europa y Norteamérica, los ataques
bien pueden llegar a ser más frecuente y mortales en Occidente.
Oriente
Medio es probable que se mantenga en los próximos años como una de las
principales zonas de peligro en la escena mundial.
¿Por
qué habría de ser así? Cualesquiera que sean las razones, los dirigentes
políticos occidentales no estarían ni siquiera de acuerdo en quiénes son los
principales enemigos. Durante los últimos años los movimientos panislámicos
(Estado Islámico u otros promotores del Califato) han figurado como la principal
amenaza. Ocuparon grandes extensiones de Siria e Iraq en sus esfuerzos por
establecer un califato en todo el mundo árabe. Pero más recientemente, el
general Petraeus, excomandante en jefe en Afganistán y también exdirector de la
CIA, ha argumentado que las milicias chiíes de Irán controladas son mucho más
peligrosas que las fuerzas suníes como el ejército iraquí y varias fuerzas
yihadistas suníes.
¿Cuál
es la verdad detrás de la niebla de la guerra y la guerra civil en Oriente
Medio? La Casa Blanca no está segura de qué debe hacerse. Unos días de la
semana dice que el EI es el principal enemigo y debe ser derrotado de manera
contundente. Pero otros días es renuente a apoyar al general Sisi, el
gobernante egipcio, cuando intenta acabar con los terroristas en la península
del Sinaí.
El
EI sin duda se ha expandido en gran medida y de forma inesperada. Mosul, la
segunda ciudad más grande de Iraq, ha estado en sus manos durante muchos meses,
pero últimamente han sufrido reveses, perdiendo territorio. Algunos
observadores cercanos de la situación de Oriente Medio creen que han tenido más
éxito en el campo de la propaganda que en el campo de batalla.
Sus
publicaciones en internet y en otros campos son interesantes. Su órgano
principal es Dabiq, un periódico mensual del cual se han hecho siete ediciones
hasta ahora. Dabiq es una pequeña ciudad en el norte de Siria, a unos diez
kilómetros de la frontera con Turquía, donde según los predicadores musulmanes
tendrá lugar la última batalla decisiva entre los yihadistas musulmanes y sus
enemigos (en el momento del profeta Mahoma estos eran los “romanos”). Siete
números de esta revista de moda se han publicado hasta el momento, cada uno en
varios idiomas. Es una publicación bien diseñada, en un concurso de diseño occidental
bien podría ganar un segundo o tercer premio. El nivel intelectual de los
artículos es un poco primitivo, pero no se edita en beneficio de los
intelectuales; su público es más joven, no tan bien educado. Un número lo
dedica a los combates en Waziristán (parte de Pakistán), otro al califato, otro
sobre la Hégira (emigración necesaria de los jóvenes de Occidente a unirse a la
lucha en Siria e Iraq).
¿Cuán
atractivo es este tipo de literatura? ¿Cuál es el secreto de su atractivo? El
enfoque agresivo podría ser uno de los temas más importantes. En el pasado la
propaganda islamista generalmente estaba programada principalmente para un
público de edad avanzada, ahora ya tratan de llegar a los jóvenes. Ver una
decapitación puede repeler a algunos, pero puede animar a otros. Sin embargo,
hay informes acerca de los rendimientos decrecientes de la propaganda Dabiq.
Miles de jóvenes militantes han estado en Oriente Medio y lo que vieron no era
siempre muy atractivo. Se les hicieron grandes promesas, pero la realidad era
diferente. Se les prometieron considerables sumas de dinero para ellos y su
familia en el extranjero, pero de acuerdo con informes fiables el EI no siempre
las abona. A los hombres jóvenes se les prometieron novias hermosas, pero
también desde este punto las cosas no han sido así. Las jóvenes de países
extranjeros se han sentido decepcionados, pues no era en absoluto lo que
esperaban. Cuando algunos de ellos trataron de regresar a sus hogares se les
dijo en términos inequívocos que no había marcha atrás y que los que tratan de
dejarlo serían tratados como traidores. Sería demasiado pronto para descartar
al EI, la situación varía de un país a otro. Pero en general su atractivo ya no
es el que era.
Sobre
todo está el peligro de invocar el Apocalipsis, la última batalla decisiva,
antes de tiempo y con demasiada frecuencia. La capacidad de la espera de los
jóvenes, su paciencia es limitada. Si están decepcionados con demasiada
frecuencia pueden llegar a la conclusión de que esta promesa también podría ser
falsa.
Hace
unos sesenta años Leon Festinger, un psicólogo estadounidense, escribió un
libro interesante sobre lo que ocurre “cuando falla la profecía”. Puede que no
sea demasiado tarde para una traducción al árabe.
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