El CJNG, alumno
de la guerrilla colombiana/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso
2011, 16 de mayo de 2015
Tiene
acumuladas varias décadas de experiencia en su lucha contra las fuerzas del
Estado y ahora se dedica a transmitir ese conocimiento. Es la guerrilla
colombiana de las FARC. Según fuentes estadunidenses de inteligencia, los
narcos jaliscienses –el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Cuinis, que
además tienen capacidad económica para adquirir armamento de punta– recibieron
entrenamiento en las selvas de Colombia. La muestra de que resultaron buenos
alumnos fue el derribo de un helicóptero militar el primer día de este mes en
Villa Purificación.
WASHINGTON.-
El derribo de un helicóptero del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales el
pasado viernes 1 en Jalisco no fue un golpe de suerte de los sicarios ni puede
atribuirse automáticamente a una posible impreparación de los militares; el
ataque estuvo perfectamente coordinado y ejecutado por el Cártel de Jalisco
Nueva Generación (CJNG) gracias, según agencias federales estadunidenses, al
adiestramiento que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) les
han dado.
El
CJNG y Los Cuinis, aseguran fuentes de inteligencia de Estados Unidos, tienen
sicarios entrenados por las FARC específicamente para contrarrestar los embates
militares.
“Nuestros
sistemas de inteligencia en Colombia detectaron desde hace varios meses que
algunos integrantes del narcotráfico mexicano habían recibido adiestramiento en
ese país por parte de las FARC”, comenta a Proceso un alto funcionario de una
de las agencias estadunidenses de inteligencia.
“Los
informes que obtuvimos en Colombia señalan que jefes de grupo (sicarios) y
varios jefes del escalafón de mando del Cártel de Jalisco Nueva Generación y de
Los Cuinis fueron adiestrados por las FARC en tácticas de asalto a militares”,
agrega la fuente, que aceptó hablar a condición de no revelar su identidad ni
la de la dependencia federal para la cual trabaja.
“Hay
varios informes de inteligencia que han registrado el entrenamiento de
elementos del narcotráfico mexicano por parte de las FARC”, explica un
funcionario de otra instancia estadunidense de inteligencia, quien también pide
el anonimato para él y para la dependencia federal en la que presta sus
servicios.
“Es
un tema delicado, de seguridad nacional; por ello cuando nuestros sistemas de
inteligencia registraron esto, inmediatamente se lo comunicamos al gobierno
mexicano”, apunta.
Ninguno
de los dos agentes consultados tiene elementos para decir cuántos sicarios del
CJNG o de Los Cuinis han sido adiestrados por las FARC en tácticas
paramilitares y de guerra de guerrillas. Sin embargo, aseguran que no son
muchos.
“Algunas
decenas. No más de 50 individuos, tal vez”, aventura una de las dos fuentes,
que fueron entrevistadas por separado.
Consultadas
sobre el asunto, fuentes gubernamentales mexicanas de alto nivel expresaron
puntualmente que se siguen a fondo “todas las líneas de investigación sobre ese
grupo delincuencial”.
Según
la tesis de las agencias de inteligencia de Estados Unidos dedicadas a combatir
a las mafias trasnacionales, en esa relación narcos-insurgentes, los sicarios
del CJNG y de Los Cuinis han aprovechado sus viajes a Colombia para “amarrar”
la compra de cocaína que les proveen las FARC, y se quedan varias semanas en
los campamentos de esa guerrilla para recibir adiestramiento a fin de repeler
los ataques de las fuerzas armadas.
El
mundo, su mercado
De
acuerdo con la administración antidrogas de Estados Unidos (DEA), Los Cuinis
son la agrupación del narcotráfico mexicano más rica del mundo, y junto al CJNG
“son los dueños casi absolutos del mercado europeo y asiático de las drogas”,
especialmente en lo que se refiere al trasiego de la cocaína colombiana
(Proceso 2006).
La
DEA sostiene que Abigael González Valencia, El Cuini (detenido el pasado 28 de
febrero en Puerto Vallarta), y su cuñado Nemesio Oseguera Cárdenas, El Mencho
–líderes de Los Cuinis y del CJNG, respectivamente–, desde hace años diseñaron
una estrategia de cooperación con narcotraficantes y narcoguerrilleros de
Colombia.
El
Cuini y El Mencho establecieron sólidas relaciones con narcotraficantes
colombianos y las FARC, siempre según la DEA, para comprarles cocaína y
venderla en Europa, África y Asia, menospreciando el mercado de Estados Unidos
debido a la competencia con otros cárteles mexicanos y para evitar la constante
confiscación de cargamentos. Esto los convirtió en las mafias del trasiego de
narcóticos con más recursos y ganancias en el mundo.
Durante
casi una década Los Cuinis y el CJNG dejaron que otros cárteles, como los de
Sinaloa, del Golfo, de Juárez, de Tijuana, Los Zetas, La Familia Michoacana y
Los Caballeros Templarios, se disputaran el mercado de las drogas de Estados
Unidos, mientras ellos –en colaboración con los narcos y la guerrilla de
Colombia–, con poca competencia, se adueñaron sin dificultad de los mercados
europeo, asiático y africano.
Los
dos funcionarios de las agencias de inteligencia de Estados Unidos
entrevistados por el corresponsal coinciden: “Aunque sí es preocupante” el tipo
de relación de las FARC y los cárteles mexicanos, no hay que sobredimensionar
el asunto del adiestramiento.
“Las
FARC no son un grupo verdaderamente exitoso en tácticas insurgentes. Están
diezmados desde hace varios años, por lo que a los narcos a los cuales han
entrenado no se les podría calificar de altamente peligrosos en técnicas de
enfrentamiento contra el Ejército o la Marina de México”, matiza uno de los dos
entrevistados.
Los
dos funcionarios consultados se niegan a afirmar tajantemente si lo ocurrido en
Jalisco el viernes 1 es resultado del adiestramiento de las FARC al CJNG y Los
Cuinis. “Tienen el dinero suficiente para comprar cualquier tipo de armamento”,
dice uno de ellos.
Y
agrega: “Está muy claro que saben utilizar ese armamento, que seguramente llegó
a México procedente de Estados Unidos, de Europa o de Asia y que metieron al
país vía Centroamérica, gracias a sus relaciones con narcotraficantes y grupos
guerrilleros de Colombia”.
El
otro funcionario anota: “Lo que ocurrió (el viernes 1) en Jalisco obligará al
Ejército Mexicano y a la Marina a modificar sus tácticas de enfrentamiento con
ese grupo criminal. Tienen que combatirlos con armas más sofisticadas y
efectivas”.
Ante
el estrepitoso fracaso de ese día –y según las agencias de inteligencia de
Estados Unidos–, el Ejército y la Marina dieron luz verde a sus grupos de élite
dedicados a combatir al narcotráfico para usar el equipo militar recientemente
comprado a Estados Unidos.
Entre
abril de 2014 y el pasado marzo, el gobierno de Enrique Peña Nieto gastó más de
mil 300 millones de dólares en equipo militar que le vendió el Pentágono
(Proceso 2004).
Tras
el derribo de su helicóptero Cougar matrícula 1009 –evento en el cual hubo 18
bajas–, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desplazó a Jalisco varios
de los helicópteros UH-60M Black Hawk, provistos de motores 40T700-GE-701D y
armas automáticas de alto poder, de la clase 36 M134, calibre 7.62 milímetros,
que forman parte de ese paquete recientemente adquirido.
Las
agencias de inteligencia de Estados Unidos sostienen que para la persecución y
destrucción del CJNG y Los Cuinis, la Sedena desplazó también varias decenas de
vehículos terrestres de movilidad para propósitos múltiples de la clase M1152,
del lote de 3 mil 355 que hace poco el Pentágono le entregó al gobierno de Peña
Nieto.
“Los
militares mexicanos tienen que estar muy bien preparados y armados para
enfrentar al CJNG, porque estos criminales ya demostraron que pueden hacer un
daño importante con sus estrategias de combate”, subraya uno de los
funcionarios entrevistados, quien tiene amplio conocimiento del tema.
La
mayoría de los integrantes de los cuerpos de élite del Ejército y la Marina que
combaten al narcotráfico han sido entrenados por el Pentágono en varios de sus
fuertes en Estados Unidos.
Relación
antigua
La
relación entre la guerrilla colombiana y el narcotráfico mexicano no es nueva.
En noviembre de 2013 el Centro de Operaciones contra el Narcoterrorismo (CNOC)
de la División de Operaciones Especiales de la DEA entregó al Congreso
estadunidense un reporte confidencial en el cual detallaba los lazos entre las
FARC y el Cártel de Sinaloa.
“Los
nexos entre el tráfico de drogas y el terrorismo (narcoterrorismo) siguen
creciendo y no es una tendencia nueva. El narcoterrorismo puede ser ampliamente
definido como el solapamiento de las actividades del tráfico de drogas y el
terrorismo”, indicaba el reporte de la DEA (Proceso 1989).
Aunque
la investigación especial no menciona ningún plan de entrenamiento de las FARC
para el Cártel de Sinaloa en tácticas paramilitares, sí sostiene la existencia
de una relación estratégica entre el grupo criminal que dirige Ismael El Mayo
Zambada y el narco colombiano para adueñarse del mercado europeo, asiático y
africano (en confrontación con Los Cuinis y el CJNG).
Las
conclusiones del CNOC indican que el Cártel de Sinaloa y sus socios
colombianos, entre éstos las FARC, venden cocaína y otras drogas a grupos
terroristas que han diversificado sus actividades criminales para obtener más
ganancias.
“Las
franquicias del terrorismo dedicadas al narcotráfico llevan a cabo actividades
criminales alternativas para obtener más recursos: lavan dinero, secuestran,
extorsionan y contrabandean”, afirma el reporte de la DEA entregado al
Capitolio.
Tras
los informes recolectados en Colombia por el gobierno de Obama –sobre el
entrenamiento de las FARC a Los Cuinis y el CJNG–, las agencias de inteligencia
elaboraron un informe confidencial que fue compartido por Washington con el
gobierno de Peña Nieto.
Los
dos funcionarios entrevistados aseguran desconocer la redacción final de ese
documento. No obstante, afirman que como parte del intercambio de información
de inteligencia entre los dos países, la recientemente transmitida no fue
catalogada como una alerta o una advertencia.
“Son
informes concretos que explican la información recopilada por nuestras agencias
de inteligencia y nada más. Al gobierno de México es al que le corresponde
actuar en consecuencia si considera que la información es relevante para la
preservación de su seguridad nacional o en beneficio de su lucha contra el
narcotráfico y el crimen organizado”, concluye una de las fuentes.
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